Primera historia
Llamada de otoño
Las hojas caen, al igual que lo hago yo.
Hace tanto tiempo en nuestro verano las cosas eran tan hermosas.
Tu sonrisa siempre junto a la mía, tus maravillosas palabras
¿Dónde quedaron aquellos días?
Que nostalgia, ya van dos años, el frío se comienza a sentir, mi cuerpo tiembla ligeramente y mis lagrimas corren sin control, aquí sentada en la misma banca de así ya casi dos años no podía para de recordar. ¿Por qué terminamos así?...
Solo quería quedarme en mi hogar, miraba al cielo y me imaginaba que el clima no seria nada bueno, pero él me llamo… Me dijo que me esperaría en el parque cerca de mi departamento. Era tan retorcido que fuéramos tan diferente, odiaba los lugares abiertos y más aun clima actual, pues me indicaba que se acercaban aquellas estaciones que tanto aborrecía, pero que el amaba.
Mi sonrisa se incremento al recuerdo de nuestras diferencias, éramos como el día y la noche, nadie podía negarlo y el mundo entero se sorprendía de que estuviésemos juntos. La verdad es que nunca pude negar el sentimiento que nacía en mí cada vez que miraba tus ojos.
El cielo comenzó a llorar, era realmente curioso, aun ni siquiera estábamos en otoño y no parecía una simple lluvia de verano. Entonces aquel horrible presentimiento se poso en mí.
Camina velozmente entre la muchedumbre, quería llegar pronto a su lado, saber que se encontraba bien y entonces recordé como nos conocimos.
Un fuerte impacto me saco de mi ilusión y entonces de mis ojos cayeron aquellas gotitas saladas, sin ningún motivo.
Mi teléfono comenzó a sonar.
-Hola, disculpa este es el móvil de un chico y como vi que era su ultima llamada marcada pensé que seria correcto decirte que sus días se agotaron a causa de un vehiculo
Y con aquella palabra todos mis sueños cesaron, todo se lleno de un oscuridad asombrosa
Amor, amor… ¡vuelve!
Segunda historia
Error
El cuarto blanco, no siento tu presencia a mi lado, no se que hacer
Mi mirada se dirige hacia la ventana, me duelen tanto los recuerdos.
Éramos tan felices ¿Qué nos paso?
Tus palabras, aquel día, me es imposible borrar aquel día de mi mente.
Otra vez el otoño se hacia presente, cada vez que el tiempo nos llevaba a esta estación, las cosas salían realmente mal, que será este año; una violación, una golpiza. Que será ahora, aun no entiendo como puedo amarte.
¿Que hago aquel? –pregunte inconciente
Lo lamento tanto –dijo la voz de aquel que amo- realmente, amor por favor, te prometo que nunca más –decía con la voz entrecortada por el llanto
Pero de que hablas –dijo sin comprender nada
Esta es la despedida –dijo con una sonrisa, mientras mas lagrimas brotaban de sus hermosos
¡Por dios dime que pasa! –grito
Sucede que en mi insensatez, recuerdas –sonrío melancólico- tomamos mi moto para dirigirnos a la playa y… -sus lagrimas comenzaron a decender de nuevo- y… la moto se salio de control, estabas aterrado y yo cumpliría mi promesa, jamás volvería a dejar que algo te lastimara, ni siquiera yo. Entonces te pedí que me abrazaras con fuerza y te pusieras mi casco, te rogué que me digieras te amo y entonces caímos.
Pero…
Shh –puso uno de sus delgado dedos sobre su boca- no digas nada, lo hice por que te amo y quiero que seas feliz, yo he de irme ahora, no puedo seguir aquí…yo –se acerco hacia los labios de su pareja y los beso tiernamente- te amo, pero yo ya he muerto –susurro para luego desaparecer
El fin fue marcado por una simple lágrima.
Tercera historia
Demencia de estación
Él era tan alegre, lleno de vida. Tenía una familia hermosa, amigos increíbles y un perro que adoraba.
Pero cada otoño escuchaba susurros, diciéndole que se quedaría solo, más nunca les tomo importancia.
Los años pasaban y él seguía feliz, hasta que un comienzo de otoño sus males comenzaron; sus padres fallecieron en un accidente y así fue cada año, al chico se le arrebata a un ser querido.
El chico se dejo dominar por la demencia, al perder sus vínculos, y el precio de aquello lo pago su amado perro, apodado Otoño.
Demás esta decir que él era ciego ¿no?
Cuarta historia
Lazo sanguíneo
El viento llevo lejos su preciado sombrero, salio desesperadamente detrás de este, pues era algo realmente importante para él.
Corría, mientras maldecía el clima, era por cosas así que odiaba el otoño, donde los vientos comienzan a soplar y las hojas a aclarar. Casi sin aliento, llego a la esquina de aquella poca transitada calle, pero su sorpresa fue indescriptible al ver a aquel chico ahí.
¿Se te cayo algo? –fue lo que alcanzo a escuchar, antes de ser apuñalado por la espalda.
Muy buen trabajo, hijo mío, ahora veamos que trae –dijo sin misericordia de haber asesinado al chico.
Padre… -murmuro, mientras palidecía al ver su identificación- él es…
¿Quién? –interrumpió, al ver la indecisión del otro.
Mi medio hermano y él amor de mi vida
Quinta historia
Maldición estacional
El joven corría desesperadamente, buscando alguna salida.
Te vez tan divertido, nadie puede escapar de mi maldición chico –las sombras se dispersaron y un elegante joven, de calidas vestimentas, apareció bloqueándole el paso.
No puede ser –dijo entrecortadamente el joven, antes de perecer ante él.
Te lo advirtieron, debiste tener cuidado conmigo –dijo sonriendo cruelmente, marcando en la mejilla del joven un pequeño árbol deshojado –nunca olvides que yo soy aquella personificación que tanto temen- susurró para posteriormente desaparecer, satisfecho.
Sin embargo, el cuerpo del joven también desapareció y en su lugar apareció una hermosa flor marchita.