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Elementary School por -Mikunami-

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Como ya todos saben Naruto no me pertenece, todos los derechos son de Masashi Kishimoto y demás, sólo escribo esto para ayudar a crecer el yaoi en el mundo y sobre todo el SasuNaruSasu XD.

©Masashi Kishimoto, all rights reserved.

Advertising: Este fic presenta; AU, OoC justificado, Lime, tantito Shota; si cualquiera de ellos no son de tu agrado ya estás advertido.

 

Elementary School

 

La apuesta

 

— Esos mocosos de verdad que cada día están peor —declaró el joven hombre al momento de dar una profunda calada al cigarrillo que sostenía. Para luego masajearse las sienes suspirando cansino.

— Claro —rebatió sarcástico su acompañante—. Lo que pasa es que no sabes cómo domarlos. Únicamente es el hecho de que infundas respeto desde el momento mismo en que entras al salón de clases —dijo seguro de sus palabras; él era un experto en la materia, no había cosa en el libro que no supiera controlar, a sus ojos, a su amigo tan sólo le faltaba algo de destreza en tales menesteres.

— No dirás más bien miedo. Tienes la fama de ser por mucho el más estricto profesor, apenas el 33% de los estudiantes logran pasar tu materia, y según tú hasta los consientes; los tienes tan mansitos que ni siquiera se atreven a intentar dañar tu integridad como venganza, aun luego de graduarse —le reprochó a sabiendas de la mala leche que el otro se podía cargar, llegando a desatar su ira contra el pobre alumnado.

— Siempre supe que tenía madera de profesor —respondió divertido.

— Como sea; creo que voy pagando es hora de que pase por Kurenai —dijo al momento, desenfundando unos billetes tanto por su cuenta como por la de su amigo.

— ¿Y qué tal le va a la futura madre? —preguntó casual. Hace tiempo que no veía a la buena mujer… unos meses de incomunicación y se iba enterando de que ahora ese par eran esposos en espera de su primer retoño.

— A decir verdad bastante bien —comentó dichoso—. No tomara licencia hasta las vacaciones de verano y el curso recién comienza el próximo mes. Aunque no sé si su grupo estará muy saturado este año, otra profesora acaba de tomar año sabático y al parecer meterán más chiquillos en los salones que restan, para poder satisfacer a la demanda.

— Sé que le irá bien, además quiere mucho a los críos —dijo saliendo del local en compañía de su buen amigo Asuma—. A veces me gustaría manejar cosas tan simples como niñatos de parvulario.

— Claro, simples —contestó burlón, haciendo caso omiso a las palabras de su colega.

— ¿No me digas que de verdad piensas que es algo muy complicado? —le dedicó alzando una ceja incrédulo. Por favor si tan sólo eran infantes; pequeñas personas cuyas cabezas están llenas de caricaturas domingueras y miedos irrisorios a la obscuridad y los monstros. Si cometían alguna falta, no era nada que un buen regaño no pusiese en su lugar.

— Kakashi sabes que te admiro mucho como docente —declaró el otro hombre—. Pero una cosa es instruir jóvenes universitarios y otra muy diferente es hacerte responsable de la integra formación de niños.

— No concuerdo —rebatió de inmediato. Podían poner en duda muchas cuestiones de su vida, pero nunca su capacidad de enseñanza—. En mis primeros años de educador enseñe en secundaria mientras realizaba la especialidad. He enfrentado a los chicos más insufribles de educación media y media superior domándolos como corderitos, y todos mis discípulos de la facultad están que comen de mi mano. La docencia está en mi sangre; puedo afirmar con toda seguridad que unos niñitos no serían el más mínimo problema para mí. Además puedo contar con mi diplomado en educación especial, y todas mis especialidades en diversos métodos educativos.

— Como digas —le respondió indiferente.

— No piensas que lo pueda hacer ¿Verdad?

— En absoluto.

— Pues, si estás tan seguro que te parece si…

 

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

 

Era una idiotez que estuviese nervioso. Miles de veces había pasado por la misma situación ¿Qué podía ser diferente ahora? Que sus alumnos midieran poco más de un metro y fueran más susceptibles a la televisión, era todo.

De verdad que no creía factible que hubiese cambiado su cómoda plaza en la Universidad del Fuego, por estar en una escuela primaria lidiando con desvaríos de chiquillos consentidos. Ahora que lo pensaba, si seguía con tal percepción de los niños seguramente nunca se casaría ni tampoco tendría familia. Bien por él, las relaciones filiares sólo eran un obstáculo para el engrandecimiento profesional.

Y ahora yacía esperando; en unos minutos por fin llegaría a la vida de las promesas del mañana, muy del mañana.

— Hatake-san, la directora Tsunade puede verlo ahora —le avisó la amable muchacha que trabajada en la recepción, de quien de ahora en adelante sería su jefe—. Por cierto, como hoy llegó antes que yo al trabajo pues… si las ves algo animosa yo te digo todas las especificaciones para el día y…

— ¡Shizune! ¡Con un demonio ya te dije que vengo sobria! —gritó una voluptuosa mujer abriendo la puerta del despacho principal, e intentando aniquilar con la mirada a su subordinada—. Vamos chico que no tengo todo el día —¿Acaso la rubia le había dicho chico? Eso sí que era curioso, sin más se adentró a la oficina—. Así que tú eres Hatake Kakashi, te notas decente —"más que usted cualquiera" le quiso rebatir pero mejor ahorrarse disgustos con su ahora jefa.

— Gracias por darme la plaza Tsunade-san.

— No me vengas con falsa modestia muchacho, bien se nota que no eres de ésos. Aparte, era imposible ignorar un curriculum tan excepcional —alegó sacando el historial del Hatake de su escritorio, deteniéndose levemente a repasar los antecedentes tan prominentes de aquel joven hombre—. ¿Qué te trae a este campo de la enseñanza? No creo que el amor a los infantes; por lo visto tu vida ya estaba de maravilla con tú anterior trabajo —vaya que la mujer era astuta. En general sus anteriores jefes no eran más capaces que él en sus primeros años. Por lo menos no tendría que lidiar con algún incompetente con un cargo elevado.

Sin rebatirle nada, en su fuero interno pensaba con cuidado el discurso correcto para soltarle a la directora. Unos segundos, los ojos canela hicieron contacto directo con la mirada grisácea, suficiente para descubrir la verdadera motivación del drástico cambio.

— Fue una apuesta ¿Cierto? —sí, los años de experiencia hablaban por sí mismos. Esa determinación que la mujer sabía reconocer, en quien está empecinado en demostrar o ganar algo a toda costa.

— Me sorprenden sus habilidades Tsunade-san ¿El descubrimiento de mis motivos afecta en algo mi estadía aquí? —mejor prevenir, de cualquier manera su mente ya estaba tramando una ingeniosísima y pertinente excusa, no por nada mentir era una de sus grandes habilidades.

— Para nada, sólo espero que sepas con lo que te estas metiendo —le dijo divertida, mirándolo significativamente—. Por cierto, no podrás dar a sexto grado —anunció con quien da el informe del clima, ósea sin importancia.

— Pero esa era la plaza para la que…

— El maestro que se encarga de ella después de todo no se retira este año— le cortó rápidamente, demostrándole que no le importaba lo que fuese a opinar—. Y como ese grupo era suyo desde antes pues te aguantas. La vida es así chico, decepción tras decepción, a tu edad ya deberías saberlo —quizás después de todo, esa mujer no era tan eficiente como aparentaba sólo astuta—. Tu grado será cuarto, es eso o uno de primero ¿Está bien?

Lo hacía para fastidiarlo, porque se notaba a leguas que le encantaba demostrar quién era quien tenía la autoridad. Complejo de dictadora. No tuvo más opción que asentir silencioso, por nada del mundo perderían ante Asuma.

— Mejor vete preparando —le entregó el plan de estudios al que a partir de ahora había que acostumbrarse y la lista de todos los niños inscritos en su salón, por lo menos no eran muchos. Luego la mujer sonrió siniestra sacándolo rápidamente de la habitación, volviendo a enclaustrarse en su oficina, para decir algo sobre recuperar la mañana perdida con algunos tragos. Definitivamente necesitaba ir a un centro de readaptación; el verdadero dilema sería a que mandarla primero ¿Al psicólogo o a depurarse de tanto alcohol?

Lo mejor era olvidarse de la rubia pendenciera e ir a su aula. Podría al menos llegar temprano el primer día de clases, ya luego se daría el lujo de dormir hasta tarde.

Un año, era lo que tenía que soportar, un año. Y Asuma pagaría lo que le quedaba por saldar de la compra de su apartamento. Casi nunca caía en los viles vicios del populacho, pero cuando lo hacía vaya que sabía llevar las cosas hasta su nivel.

"A imponer respeto" se dijo a sí mismo a la hora de por fin cruzar el umbral que lo separaba de los insufribles chamacos. Abriendo la puerta para ver quiénes serían sus nuevas víctimas… es decir pupilos.

— Buenos días —pronunció sin siquiera dirigirle la mirada a ninguno de los infantes, percibiendo como cada uno tomaba un asiento en lo que él llegaba hasta el escritorio, dejando sus pertenencias. Al final se decidió por alzar la vista—. Bueno a partir de ahora yo seré el nuevo tutor del grupo, mi nombre es Hatake Kakashi, de verdad espero que nuestra relación se lleve sin inconvenientes.

Sí, quizás eso fue un poco frío para niños de diez años, es decir, no todos los días una veintena de críos se le quedaban viendo como si los fuera a atacar, quizás después de todo le faltaba un poco de tacto.

— ¿Qué les parece sí primero se presentan y dicen algo de ustedes? —sugirió para romper el hielo.

— ¿Qué podemos decir sensei? —preguntó una niña de llamativo cabello rosado que estaba atenta a la palabras de su profesor; se notaba lista y entusiasta.

— Por ejemplo que les gusta, disgusta, pasatiempo, que sé yo… sean creativos.

Y así emprendieron a describir algunas nimiedades de sus vidas.

Mentiría si dijera que les estaba prestando atención, no pasaron más de diez segundos a partir de que los niños comenzaron a hablar de ellos, cuando su mente se fue lejos a un lugar imperturbable ¿Su nueva novela ya habría salido? Sip este hombre era un verdadero adicto a la literatura… erótica, buen hobbie ¿No? Mientras evitara llevar alguno de sus libros a la escuela, no tendría problemas; por lo que había escuchado los padres de familia tendían a ser algo susceptibles a lo que respecta de la "educación sexual". Mojigatos empedernidos, quizás si ellos les explicaron a la respectiva edad las causas de la vida a sus pequeños, estos no terminarían con regalito a los quince años.

— Muy bien, ahora que ya nos conocemos ¿Alguna duda? —dijo cuándo se percató de que habían terminado con las presentaciones.

— ¿Por qué lleva cubre bocas, está enfermo? —preguntó un chiquillo de cabello castaño y la cara pintada de rojo, con los dientes caninos más grandes que el promedio.

— Se me deformó parte de la cara, por eso la gente no quiere verla y me la cubro —comentó sarcástico, no le tenía que rendir cuentas a un grupo de enanos.

Lo bueno de la edad, es que las indirectas de cuando no quieres hablar de un tema, se aprecian de inmediato, y no tienes que soportar la "admiración" de un grupo de niños que te atosigan con preguntas ¿De verdad les gustaban las cicatrices?

— ¿Tiene otras marcas?

— ¿Por qué su cabello es blanco, es muy viejo?

— Fue a la guerra.

— ¡Dejen de rodearme! —exigió molesto, dios las criaturitas eran exasperantes—. No, es gris no blanco, no y no. La hora de las preguntas se ha terminado, así que a sus asientos ahora.

La ligera idea de que quizás esa apuesta, sería algo difícil de cumplir le llegó a la mente, pero tan pronto vino se fue. Él era un sensei por excelencia y lo demostraría.

— Ya dejen de atosigarlo —dijo un pequeño niño rubio conteniendo al resto de sus compañeros—. Si gusta sensei, yo lo puedo ayudar con la clase-ttebayo —le ofreció con la mirada esperanzada y un adorable sonrojo cubriendo sus mejillas extrañamente marcadas.

¿Ese niño le estaba coqueteando?

Tal vez los nervios del principio se debían un mal augurio. Sólo tal vez.

 

Notas finales:

Sí, me encanta llenarme de trabajo. Es uno de esos placeres masoquistas.

La verdad es que hace tiempo que quería incluir con desesperación a Kakashi como protagonista en alguna historia, y por azares del destino me llegó hoy la inspiración, espero que esto no retrase mis demás trabajos.

La línea de escritura que pienso seguir es similar a la de "Complejos de padre" pero con capítulos más largos -espero-. Además esto es sólo la introducción.

Una aclaración; estoy investigando acerca de la escolarización japonesa, para darle realismo a la historia. Por lo que me estoy situando en abril, que es la época donde comienzas los cursos en Japón.

Cuídense mucho y gracias por leer.

¡Feliz año nuevo!


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