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Terremoto en el piso 23 por Ruu Ochibisan

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Notas del fanfic:

La serie de Inazuma Eleven no me pertenece a mi, este fic es solo una obra, sin ánimo de lucro, para entretener a los fans ^^ que como yo, amamos el yaoi y a estos personajes. Espero que les guste a todos, y son libres de opinar, tanto felicitaciones como críticas negativas. ¡Muchos saludos! 

Notas del capitulo:

Bueno, este es el primer capítulo de un fic algo largo. Al principio puede que no sea muy emocionante, pero apartir del capítulo 2 se volverá mas interesante, lo prometo ^/////^

 

El autobús ya llegaba a su destino, estaba  apenas a un kilómetro del lujoso hotel Bali, en Benidorm, donde se había decidido pasar unas semanitas tomando el Sol debido a unas merecidas vacaciones de verano. Gracias a todas las victorias de Raimon, y las respectivas ganancias se había hecho posible realizar este viaje de cinco estrellas que nadie había querido perderse.

El capitán del equipo, Endo, miraba emocionado por la ventana de la primera fila del autobús, admirando el resplandor que emitían los rayos del Sol al chocar contra las animadas aguas de

la costa. Goenji, el delantero de fuego miraba tranquilamente las vistas, con una leve sonrisa, y de vez en cuando ojeaba con disimulo a Fubuki, que apoyaba la cabeza en su hombro derecho mientras dormía. Un poco más atrás estaba Kazemaru, que también se había rendido al cansancio, y dormía apoyado en la ventana de su asiento. A su lado estaba Someoka, que al principio del viaje se había sentado detrás de Tachimukai y Tsunami, pero debido a la hiperactividad del segundo, se había cambiado de sitio con Handa para poder descansar, y  ahora se encontraba al lado del peliazul. Detrás de este dúo estaban Kidou y Fudou, ambos miraban el paisaje serenamente entre discusión y discusión. Kidou intentaba ignorar en todo lo posible las provocaciones de su compañero, pero no siempre lo conseguía, no sabía por qué el molesto chico se había sentado con él.

En los asientos opuestos a ellos se encontraban Hiroto y Midorikawa, los cuales comentaban alegremente cada aspecto que les llamaba la atención del paisaje. Cabe decir que los dos se veían muy felices.

En los asientos posteriores a ellos estaban Heigoro, Ichinose, Domon y todo su grupo. Era imposible identificar sus sitios iníciales ya que cada cinco minutos cambiaban sus sitios con algún compañero, intentando que no les pillara ninguno de los adultos que viajaban en el autobús. Detrás de ellos, ya prácticamente al final estaban Tsunami y Tachimukai. El primero iba al lado de la ventana y miraba efusivamente al mar, emocionado con la simple idea de volver a surfear, y a su lado Tachi sonreía ante el carismático comportamiento de su amigo y recordaba viejos tiempos, como cuando jugaron por primera vez contra el moreno.

En la última fila estaban Sakuma y Genda, que habían conseguido hueco en el autobús gracias a Kidou, y a que a nadie le había parecido mala idea, después de todo, eran importantes amigos para Kidou, y si él quería que vinieran, estaban totalmente invitados. Todos los demás iban en un segundo autobús; Las chicas con Kogure, para que no gastara bromas a sus compañeros, Afuro, Toramaru, Tobitaka, Raiden y algún que otro entrenador para vigilar el autobús.

 

-Hey chicos ¡Ya estamos!- Comentó alegremente el conductor del autobús mientras aminoraba la marcha del vehículo.

-¡¡Bien!!- Gritaron la mayoría de los chicos emocionados, despertando a los que dormían.

-¿Ya… hemos llegado?-Preguntó aún adormilado Kazemaru, haciendo un intento por colocarse el pelo, ya que su usual coleta se había descolocado durante el viaje.

-¡Si! ¿No es genial?- Contestó Endo igual de emocionado que cuando contemplaba las vistas por la ventana mientras se quitaba el cinturón de seguridad como todos los chicos del autobús, menos los que estaban despertándose.

Kazemaru solo sonrió levemente ante su comportamiento y se apresuró a salir del autobús para recoger el equipaje y reunirse con los demás.

 

Afuera todos se reunían alrededor del maletero para sacar sus maletas y esperar a que todos sus compañeros del otro autobús se reunieran con ellos en la puerta del hotel dentro de cinco minutos. Al cabo de un rato todos los chicos tenían en sus manos sus pertenencias y admiraban totalmente embobados el paisaje de la cuidad y el amplio mar.

-¡Wa tío!¡Que pasada!- Comentaba embriagado por la emoción Tsunami mirando la brillante y abarrotada costa que estaba a escasos metros del lugar, ya que el hotel estaba en primera fila de playa.

 

-Sí, es increíble – Le respondió al comentario Tachimukai mientras le sonreía alegremente. El pelirrosa le devolvió la sonrisa y le revolvió cariñosamente el cabello. A su lado Hiroto miraba de un lado a otro, a ver si conseguía encontrar al peliverde, que apenas había dejado solo un segundo y ya no estaba.

-Esto… Tsunami, Tachi ¿Habéis visto  a Midorikawa?- Los aludidos negaron con la cabeza.

-Yo le he visto hace nada recogiendo sus cosas del maletero –Contestó Someoka, que había escuchado la conversación involuntariamente.

-Err… vale, gracias Someoka, ¡cuidarme un segundo las maletas! –Dijo sin darle tiempo a los chicos para que contestaran, y salió apresuradamente hacia el maletero otra vez.

Tsunami, Tachi y Someoka se miraron apenados y se resignaron a coger las maletas del pelirojo.

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

-¡Uno grande de pistacho y chocolate por favor! –Pedía amablemente un chico de cabellos verdosos con los ojitos brillantes de felicidad.

-Ahora mismo –Contestó la dependiente con gracia por la actitud del muchacho. Le sirvió dos bolas grandes de helado en un cucurucho y una cucharita clavada en la bola superior.- Aquí tienes chico-.

Midorikawa le extendió el dinero en una mano y con la otra cogió el helado y se quedó mirándolo unos segundos.

-E… esto…  perdone…  ¿Me podría dar otra cucharita de estas? –Preguntó algo avergonzado mientras señalaba la cucharita que ya tenía.

-Claro pequeño-. La mujer hizo una pausa y le extendió otra cucharita.- Espero que el helado sea del gusto de los dos- Sonrió amablemente la mujer, que interpretaba que el chico iba a compartir el helado con la chica que le gustaba o algo parecido.

-Gra-gracias…- cogió la cucharita con un pequeño toque magenta en las mejillas y la clavó en el helado junto con la otra, acomodó sus maletas y se despidió de la amable dependiente. Después cogió sus maletas y empezó el camino de vuelta al hotel lo más rápido que podía.

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

-¡Aquí no está! ¡Maldita sea! –El pelirrojo estaba desesperado -No me puedo creer que no llevemos ni dos minutos aquí y ya se haya perdido…- Lloriqueaba el pobre Hiroto.

-¡Hey! ¡Hiroto!- El pelirrojo alzó la vista cuando escuchó una voz tan familiar llamarlo.

-¿Mido? –Buscó con la mirada al chico y lo divisó acercándose hacia él con prisa y con un helado en la mano.

-¿¿Se puede saber dónde estabas?? –Preguntó algo enojado el chico de ojos jade mientras se acercaba al recientemente desaparecido.

-¡Quería comprarme un helado! –Respondió con una sonrisa tonta pero irresistible.

El chico de piel pálida solo se limitó a suspirar y seguidamente sonrió con gracia –Nunca cambiaras…  bueno, vámonos, seguro que todos han entrado ya al hotel- Terminó por reaccionar Hiroto pasando una mano por la espalda del peliverde para que comenzara a caminar, y así se encaminaron al hotel, ellos, las maletas y el helado.

 

 

XxXxXxXxXxXxXxXxX

 

-¡Oooh!-Exclamaron todos los chicos mirando asombrados el inmenso lujo del hotel.

-Es por aquí, síganme por favor- Les indicó una bella joven vestida con el uniforme correspondiente del hotel.

Todos los jugadores la siguieron sin quitar sus caras de asombro, hasta llegar a un espacioso pasillo donde se encontraban las habitaciones.

-Es aquí- La empleada se detuvo y estiró una lista que había llevado todo el rato en la mano- Veamos…  -Se apartó hacia un lado para que todos pudieran a la perfección el pasillo.- Todas las habitaciones de aquí en adelante son para ustedes, así que si fueran tan amables de decirme sus nombre y la habitación en la que desean hospedarse para que llevemos su equipaje… -Habló amablemente la joven

-¡Ahora mismo! –Contestó rápidamente Tsunami, que salió embalado por el pasillo, pasó unas puertas y paró en seco delante de una situada a la izquierda aparentemente al azahar. Todos lo miraban con curiosidad. El joven de cabellos rosados abrió la puerta, asomó la cabeza y a continuación entró. No pasaron ni dos segundos cuando salió, cerró la puerta y miró el número de la habitación, que estaba inscrito en la puerta.

-Yo quiero esta habitación, la 273.-habló alto y claro el moreno mostrando una sonrisa.

-Por supuesto- la empleada saco un bolígrafo del bolsillo de su chaqueta y se dispuso a apuntar- La 273 es una habitación doble ¿Desea compartirla con alguien?- La muchacha alzó la vista hacía el moreno, que se acercaba a paso lento.

-¿Eh?- Miró a sus compañeros y al divisar a Tachimukai, se le iluminó la mirada-¡Tachi! ¿Compartes habitación conmigo?-Preguntó con una enorme sonrisa el surfista.

A Tachi le sobresaltó la pregunta, pero enseguida asintió feliz -¡claro! ¡Será genial!-Comentó entusiasmado el pequeño.

-Bien, díganme sus nombres por favor -Habló la mujer con el singular dúo mientras ellos le daban sus nombres.

-Chicos, si queréis, pueden ojear las habitaciones, la mayoría son de dos y algunas de tres plazas, y si no desean  compartir habitación sólo tiene que decírmelo y haremos todo lo posible por satisfacerlos.-Habló de reformas dulce la chica y se volvió a colocar en una esquina después de anotar el nombre completo de los chicos que ya habían escogido habitación.

 

Después de que la empleada hablara, se produjeron unos segundos de silencio y tensión, hasta que Genda cogió del antebrazo a Sakuma por sorpresa y salió corriendo por el pasillo -¡Vamos Sakuma ¡Hay que coger las mejores vistas!-Comentó alegre el portero mientras sujetaba el brazo del delantero al correr.

Con este acto se desató una batalla por las habitaciones con las mejores vistas y en algunos casos por las que tenían tres plazas. Gritos y algún que otro insulto era lo único que se oía en aquel lugar, junto con el sonido de las enérgicas pisadas de los jugadores.

-¡Hey! ¡Kidou!-Llamó la atención del aludido el ex delantero de la Royal Academy -Esta habitación tiene tres plazas ¿te apetece compartir con Genda y conmigo?-Preguntó amablemente el chico de cabellos azul claro. El chico de las peculiares gafas, no tardó mucho en responder.

-¡Claro Sakuma!-Contestó mientras se acercaba a la habitación, la 277.

En el pasillo opuesto, Kazemaru, que había salido disparado a todo correr, consiguió alcanzar antes que nadie la habitación paralela a la de Sakuma, Genda y Kidou. Se asomó y observó que al igual que la de los anteriormente nombrados también era de tres plazas.

-¡Endo! Me gusta esta habitación ¿a ti qué te parece? –el nombrados divisó al ex atleta enfrente de una habitación, se acercó y la observó por dentro -¡Genial! Pero… Hay tres camas…  ¿con quién más compartimos?-.

El peliazul rodó la mirada por todo el recorrido de habitaciones, observando que más de uno ya se había adjudicado una. - ¡Goenji! –el peliazul corrió hacía él al divisarlo- ¡Goenji! ¿Tienes ya habitación?-. El delantero simplemente negó con la cabeza -¿te apetece en venir con Endo y conmigo? –en defensa de la camiseta número dos del regaló una de sus mejores sonrisas, si Goenji no aceptaba quizá no podrían conseguir esa habitación. -Me parece bien -Habló tranquilamente el chico de ojos afilados. Kazemaru amplió su sonrisa. - es la 276 -.

Y así, poco a poco se fueron organizando y dando sus nombres a la amable chica de la lista.

Ya casi todos tenían su habitación, y Endo decidió enterarse de quienes serían sus vecinos, a la derecha estaban Handa, Matsuno y Ayumu. Les saludó amistosamente y charlaron un poco, luego salió de esa sala palabras de vecinos de la izquierda, pero para su sorpresa la habitación 274 estaba vacía. Endo se asomó para verificar que no había nadie dentro, lo cual era bastante inusual, ya que las habitaciones estaban prácticamente justas. Estaba dándole vueltas al tema cuando cierto velocista lo interrumpió.  -Capitán… ¿no habrás visto a Midorikawa por casualidad? Es que no lo encuentro… -habló algo apenado el defensa. -Supongo que estará con Hiroto –contestó tranquilamente el portero. -A Hiroto tampoco lo encuentro -contestó pesadamente Kazemaru, y luego suspiró.

-La verdad…  Es que hace ya rato que no les veo. -Hizo memoria Endo -Bueno, podemos mirar que habitación han escogido -Se le ocurrió al castaño y puso rumbo hacia la chica de la lista.

-Perdone ¿Me puede decir en que habitación está alojado Midorikawa  Ryuuji?-La chica asintió amablemente y revisó su lista. -aquí no figura, todavía no tiene asignada una habitación -. Endo se llevó una sorpresa- ¿Hiroto tampoco figura?-La amable chica volvió a consultar el papel y contestó negando con la cabeza. -Pues asigne a ambos a la habitación 274 por favor-. Endo sabía que era un poco precipitado tomar esa decisión sin consultarlo antes con Mido y con Hiroto, pero tenía la corazonada de que estaba haciendo lo correcto.

-Muy bien señorito -La joven accedió a la petición gentilmente y empezó a escribir sus nombres sobre el papel.

 

XxXxXxXxXxXxXxX

 

-¡Mierda! Mido nos hemos perdido –habló de mala gana el pelirrojo.

-Creo que en deberíamos preguntar… -comentó el peliverde algo preocupado.

-Será lo mejor - contestó el chico de piel pálida mientras se acercaba a la recepción,  pero interrumpió su paso de golpe y encaró al peliverde.

-¡No te muevas de ahí! ¿Me oyes? ¡Espérame ahí! -Señalo con el dedo índice la actual posición de Midorikawa, que respondió asintiendo con miedo.

Mientras el pelirrojo buscaba ayuda, el pequeño Mido hacía grandes esfuerzos para no comerse el helado que mantenía en su mano derecha, ya que tenía que compartirlo con Hiroto, pero como no se diera prisa acabaría derritiéndose por completo. El chico de piel bronceada aprovechaba para lamer las gotas de helado derretido que se deslizaban por el cucurucho. Estaba totalmente entregado a su labor cuando unas voces demasiado conocidas para él, llamaron su atención.

Siguiendo el sonido de las voces, el chico de cabellos verdosos enfocó su vista en una máquina expendedora que estaba en una esquina del vestíbulo y enfrente de ella dos adolescentes muy peculiares.

-No… No puede ser –Midorikawa pestañeó fuertemente y volvió a mirar al mismo punto, y efectivamente allí estaban, eran inconfundibles.

Mientras el cerebro del peliverde procesaba de información, Hiroto apareció de nuevo en escena, notablemente más calmado.

-Ya sé a donde tenemos que ir, es en el piso veinti… -se cayó cuando vio el rostro de Midorikawa que tenía una expresión de incredulidad y sorpresa -¿ocurre algo? –al instante el chico peliverde señaló con el dedo índice un lugar de la sala -¡mira ahí! -.

El pelirrojo sigue la dirección del dedo, hasta distinguir la causa de la sorpresa de su amigo.

-¿pero qué c-…?- Pestañeó y se frotó los ojos -¿¿Haruya??

-Y Suzuno-añadió el peliverde con asombro.

-¿Pero qué coño hacen aquí?-Habló Hiroto sin apartar la mirada -¿estarán de vacaciones?-Habló un bajito para sí el pelirrojo y después se hizo el silencio entre ellos.

 

-Hey Suzuno ¿cuántas horas más necesitas para sacar el refresco? –habló con su típico tono de arrogancia Haruya llamando la atención de Hiroto y Mido, mientras se apoyaba en la pared que estaba al lado de la máquina de refrescos.

-Te recuerdo que eras tú el que quería un refresco -Contestó con la seriedad que caracterizaba al chico de cabellos blanquecinos.

-¿Y eso que tiene que ver? Igualmente eres un torpe -Dijo de forma secante el pelirrojo de ojos ambarinos mientras se cruzaba de brazos.

-Que me lo digas tú, Haruya -El chico de ojos azules y fríos hizo una pausa al hablar, dio un golpe seco a la máquina con el puño y una lata salió de su interior. El albino la acogió con tranquilidad -me resulta irónico… -le extendió la lata al pelirrojo con serenidad. Nagumo la observó  y luego al muchacho que la sostenía, haciendo que Suzuno apartara rápidamente la mirada. En su rostro apareció una de sus típicas sonrisas de prepotencia -Bah… Por mucho que te empeñes en negarlo, en el fondo me quieres -Dijo el pelirrojo mientras cogía la lata de entre los fríos dedos de Gazelle. El chico de hielo lo miró por un instante y apartó la mano de mala gana cuando el chico de fuego cogió la lata, con la intención de irse, pero no pudo ni terminar el acto ya que el pelirrojo rápidamente lo sujeto de la muñeca con la mano libre y lo aproximó a su cuerpo.

-Mira que te gusta hacerte el difícil -mientras hablaba acercaba su rostro al del otro joven, de forma lenta.

Gazelle no dijo nada, sólo mantenía el entrecejo levemente fruncido y las mejillas salpicadas de un tenue color rojizo, pero tan poco apreciable, que sólo Haruya era capaz de distinguirlo.

El pelirrojo volvió a sonreír prepotentemente, y besó la comisura de los labios del moreno en un visto y no visto, bajo la mirada absorta de Hiroto y Midorikawa.

El chico de fuego seguía observando al albino con cara pícara, esperando su reacción. A Gazelle se le iluminaron más las mejillas pero no cambió su expresión.  Apartó de un empujón suave al pelirrojo, se cruzó de brazos y le dio la espalda notoriamente avergonzado. Haruya no pudo evitar soltar una leve carcajada.

-Siempre con lo mismo ¿Eh Gazelle? -Se próximo al chico de nuevo y le rodeó la cintura con su brazo derecho.

-Estamos de vacaciones ¡No seas así! –Sostiene con más fuerza la cintura del moreno y le habla con enfado fingido.

Suzuno se dignó a mirar a la cara a Haruya y suspiró. -Qué remedio… -contesta sonriendo levemente intentando parece igual de serio que siempre.

El pelirrojo suelta nuevamente una risa y le da una palmadita en el trasero al ojiazul de forma descarada.

-¡Ha-Haruya! -tartamudeó el moreno -¡No hagas eso! –susurró enfadado la víctima del acoso del ambarino, ya que no quería montar un numerito en medio del vestíbulo.

-¿Hacer qué? ¿Esto? –el pelirrojo acarició más bien formados glúteos del albino sin el más mínimo intento de disimular sus acciones, ocultándose bajo una faceta de inocencia claramente falsa.

-¡Qué pares te digo! -Dijo algo más fuerte el moreno claramente enfadado, haciendo fuerza contra los brazos del pelirrojo para que dejara de tocar lo que no tenía que ser tocado, o al menos no en público.

-Pero sí sé que te gusta… -susurró lascivamente el pelirrojo mientras iba ganando terreno.

Suzuno se vio obligado a atacar en donde más le puede doler a un hombre, arremetiendo una patada en sus zonas íntimas con demasiada fuerza.

El pelirrojo al instante dejó de forcejear, es más, se quedó inmóvil y se limitó a intentar no gritar alguna maldición para el moreno de ojos azulados, apretando los dientes con fuerza.

-Te espero afuera -Habló rápidamente Suzuno, al darse cuenta de que quizá se había pasado con la potencia de ese golpe. Estaba demasiado acostumbrado a chutar el balón. Salió del hotel a paso rápido, dejando Haruya solo y con una expresión un tanto peculiar.

 

Por otro lado, Midorikawa y Hiroto, que habían visto todo, hacían un esfuerzo por creerse lo que sus ojos acababan de mostrarles.

-Hiroto… -llamo el peliverde al chico de ojos jardín, con expresión atónita.

¿Qué? -Respondió con una expresión parecida a la de Mido, con la vista fija en el infinito.

-Creo… Que estoy alucinando, el calor me ha afectado al cerebro… -afirmó el pequeña Mido, incapaz de creerse la evidente muestra de afecto que acababan de darse sus ex-compañeros.

-Vamos con los demás – dijo el chico de ojos jade al salir shock que le había causado la escena, recordando a su vez que sus compañeros podrían estar preocupados.

-Err… s-si…- reaccionó finalmente Midorikawa, sosteniendo con fuerza sus maletas y lo que quedaba de helado.

Se pusieron en marcha y así, en diez minutos llegaron al pasillo donde algunos de sus compañeros estaban charlando, esperando a que llegaran todas sus maletas o simplemente esperando el momento de salir a ver la ciudad.

-¡Midorikawa! ¡Hiroto! –gritaron todos al divisar al dúo que había estado desaparecido hasta ese instante.

Los aludidos suspiraron con alivio al oír sus nombres y ver a sus compañeros.

-¿Dónde estabais? Ya empezábamos a pensar que os había pasado algo…- Dijo es ex-atleta regañándolos como si fueran niños pequeños.

-Es que…- El peliverde puso un infantil puchero- Yo quería un helado, porque hacía mucho calor… y cuando volví ¡Ya no estabais! Luego me encontré con Hiroto que también estaba solo y… -El peliverde recordó el inédito momento de amor que se habían mostrado sus ex-compañeros y sin poder evitarlo enrojeció. La reacción de Hiroto fue la misma. –Y… luego… err…- El chico de piel morena no sabía por dónde sacar adelante la conversación, y su amigo pelirrojo no le ayudaba demasiado que digamos.

-¿Y luego…?- Le animó Tsunami a continuar la frase.

-Je je je…- Rió nervioso el peliverde -Es que es… un poco violento, jejeje…- Intentaba evadir el tema Midorikawa- Preferiría no hablar de ello –Terminó diciendo el pequeño Mido, mirando al suelo abochornado.

Los demás allí presentes se miraron entre sí sin entender nada, a excepción de Tsunami, que al ser más mayor, era el más espabilado y pudo notar cierta tensión entre los recién llegados.

-Eso suena muy sospechoso~ -Canturreó en alto el pelirrosa mirando pícaramente a Hiroto y a Midorikawa. Los dos se miraron dudosos, y al poco tiempo Hiroto captó la indirecta del surfista.

-¿Q-q-que? ¡N-no! –Contestó como pudo el pelirrojo -¡No malinterpretes las cosas! –Un tono casi tan rojo como el de su propio pelo se apoderó de su rostro.

-¿Yo? Pero si no he dicho nada, eres tu el que malinterpreta las cosas… -Tsunami se hizo el loco mientras se alejaba a paso lento con las manos apoyadas en su nuca. Tachi lo siguió para que el moreno le explicara lo que acababa de suceder con Hiroto.

-Estúpido Tsunami… -Maldijo el pelirrojo al surfista mientras lo veía alejarse junto con el portero.

-Creo que me he perdido… -Comentó el pequeño Mido mientras le daba vueltas a las palabras dichas por el mayor.

-Olvídalo… ahora solo preocúpate por encontrar habitación –Dijo Hiroto con su tono de voz de siempre mientras cogía la maleta más pesada de su amigo Ryuuji para empezar a andar por el pasillo, sin rumbo fijo.

-Por eso no te preocupes –Interrumpió su camino Kazemaru -Endo reservó una habitación a vuestro nombre, y tus maletas están dentro Hiroto –Sonrió dulcemente el ex-atleta.

-Valla… g-gracias Endo… te lo agradezco mucho –Se acercó al portero y le sonrió con amabilidad.

-¡No ha sido nada! –Le contestó el castaño con una amplia sonrisa. Midorikawa, que veía con cierto recelo la escena, decidió empujar al pelirrojo por la espalda para que siguiera su camino  a la habitación. -¡Venga vamos!-Insistió mientras conseguía que el pelirrojo echara a andar.

-¿Cuál es la habitación?- Preguntó algo sobresaltado el chico de ojos jade por el repentino y extraño comportamiento de Mido.

-Ahmmm… la 274 -Dijo algo dubitativo el muchacho llevándose una mano al mentón.

-¡Nuevamente muchas gracias Endo-kun! –Agradeció por tercera vez mientras era empujado por un peliverde cada vez más incómodo por el buen trato que su amigo le dedicaba al portero.

 

XxXxXxXxXxXxXxX

 

-Suzuno… esta me la pagarás… -Hablaba haciendo un esfuerzo Haruya mientras caminaba con dificultad unos pasos por detrás de su chico.

-Te lo mereces por imprudente –Contestó secamente Gazelle a sabiendas de que se había pasado un poco con el castigo.

-Pues… ¡Bien que por las noches no te quejas! –Dijo algo más fuerte Haruya. El comentario hizo que el albino recordara cierto momentos impuros del pasado, vividos en todo tipo de sitios y situaciones (N/A: Resulta que aquí nuestros amigos, aprovechan la mínima para mancillar el vestuario, o la cocina, o el baño, o el suelo, o la ducha, o el sofá, o el recibidor, o el pasillo, o la encimera del salón de la casa de Midorikawa O.o [más tarde contaré esa anécdota]) e inevitablemente enrojeció. Para su fortuna, Nagumo no alcanzaba a verle el rostro.

Gazelle aceleró el paso haciendo un amago de ignorar el comentario del chico de fuego, dejándolo aún más atrás.

Burn hizo un esfuerzo por alcanzar al su novio, a pesar de su dolorida anatomía, y logró acercarse lo suficiente como para conseguir que redujera su velocidad, tirando de su camiseta.

-Vamos Gazelle… no te enfades, que aún es muy temprano…- refunfuñó Haruya de forma infantil, sin soltar la camiseta del moreno.

-No lo estaría si no fueras tan irresponsable –Gazelle se detuvo finalmente y se puso a la altura de Burn –Sabes muy bien que no podemos hacer ese tipo de cosas en público, que está mal visto, que es… incorrecto. –Dijo con un deje de tristeza el moreno, que no solo se refería al obsceno comportamiento de su novio, si no a cosas tan simples como cogerse de la mano o un inocente beso. Y Haruya lo sabía.

-¡Pero eso no es así! Al menos ahora no. –Le corrigió rápidamente Nagumo. –Si hemos venido hasta aquí, ¡Es porque aquí si podemos! –Hizo una pausa y sujeto con delicadeza las frías manos de Gazelle. –Aquí nadie nos conoce, podemos hacer lo que queramos, como una pareja normal -Dijo efusivamente el pelirrojo –Además… aquí la homosexualidad no está tan mal vista, incluso hay gente que lo considera algo normal… -Apretó levemente las manos del Gazelle, acariciándolas. –Así que…  Vamos a disfrutar al máximo de estas vacaciones, los dos juntos ¿vale? –Haruya cambió su expresión a una que mostraba ternura y afecto, mientras acariciaba con el pulgar las manos de su chico, rogando con la mirada que entrara en razón.

Suzuno por un momento se quedo embobado, mirando la amable y poco habitual expresión que Nagumo le regalaba exclusivamente a él. Tenía toda la razón.

-E-etto… -Suzuno estaba nervioso, no estaba acostumbrado a esa faceta tan amable por parte del pelirrojo.- Creo que, visto así… -Evitó la mirada de Nagumo. Estaba un poco inseguro y no le gustaba verse vulnerable delante de él. Finalmente asintió levemente sin levantar la mirada del suelo.

Burn le soltó las manos, y con su brazo derecho rodeó la cadera del moreno, con una gran sonrisa adornando su faz.

-Eres realmente adorable cuando te pones nervioso Suzu-chan~ -Acercó su rostro al del ojiazul y deposito un beso en su mejilla. Suzuno no lo apartó como era costumbre, y comenzó a andar seguido de un radiante Nagumo que lo sostenía firmemente de la cintura. Al albino le seguía pareciendo extraño tratarse de forma tan familiar con su chico en medio de la vía pública.

-Hoy es día impar, te toca a ti –Habló el albino intentando evadir con la conversación las posibles miradas ajenas. Estaba demasiado avergonzado por esa situación como para dignarse a mirar a la cara a las personas que, según él, los miraban. Sentía como si le atravesaran con la mirada.

-¡Es verdad! Quiero ir a comer tortitas –Canturreó el pelirrojo andando como si nada.

(N/A: Suzuno y Nagumo se turnan para decidir lo que van a hacer cada día, en donde van a comer, que lugares van a visitar y ese tipo de cosas. Como es 3 de Julio, día impar, le corresponde a Nagumo elegir. De ahí lo de ` Hoy es día impar, te toca a ti´)

 

XxXxXxXxXxXxXxX

 

Todos los jugadores se encontraban en el umbral de sus habitaciones. Ya habían colocado el equipaje y peleado por las camas y los armarios, y ahora esperaban a que alguno de los adultos que los acompañaban les diera permiso para poder salir a ver la ciudad.

-Quiero surfear~ -Murmuraba para sí Tsunami con un tono psicópata mientras hacía circulitos en el suelo con el dedo, asustando un poco a Tachi y a sus compañeros.

-Esto… Tsunami tranquilízate, dentro de muy poco podrás surfear… ¿A que si chicos? –El pequeño Tachi buscó el apoyo de sus amigos para calmar al mayor.

Los demás asintieron, pero no estaban nada seguros, no tenían ni la más remota idea de cuánto tiempo más tendrían que esperar.

Algunos de sus compañeros miraban la situación con gracia, otros como Fudou maldecían el tener que esperar tanto para salir del hotel y otros como Sakuma se daban toda la prisa que podían en cambiarse de ropa. No se sabe muy bien por qué.

-¿Por qué cojones tardan tanto?- Gruñía Fudou para sí mismo, pero lo suficientemente algo para que sus compañeros lo escucharan.

-Relájate, no eres el único que quiere salir de aquí –Habló calmadamente el chico estratega de peculiares gafas.

-¡Nadie ha pedido tu opinión cuatro ojos! –Contestó rápidamente con rabia.

Kidou decidió ignorar la disputa que se ofrecía, y se encaminó a su habitación, a esperar allí tranquilamente.

-¡CHICOS! ¡Rápido bajar, nos vamos a la playa! –Se escuchó la voz de Haruna y todas la demás chicas gritar emocionadas ante la noticia.

Los jugadores no tardaron ni dos segundos en salir corriendo hacia la salida, menos Tsunami, que tuvo que recoger su inseparable tabla de surf, pero aún así, rápidamente alcanzó a los demás.

-¡Venga! ¡Vamos a montar una buena!- Gritó como era ya costumbre el alocado surfista mientras arrastraba con una mano a Tachi y con la otra sostenía su tabla.

-Dios… ¿Por qué a mí? –Lloriqueaba al pequeño portero viéndose arrastrado como si se lo tragaran las olas. Sin duda sería un día muuuuuy largo.

 

Notas finales:

Espero que os guste el primer capítulo, que como ya os he dicho no es muy interesante -.- ¡Muchas gracias por leer!~~


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