Swordfish miraba atentamente a esa jovencita, no tendría más de 14 años, hasta 15 le podría poner. Cabello negro de puntas risadas, ojos rasgados que no le habían dirigido la mirada desde que ingresó a la estancia y tomó asiento delante de ella, y su piel era de un color acaramelado que contrastaba con sus facciones asiáticas, aunque su piel no era tan oscura como la de el.
Su vestimenta era elegante, se notaban las marcas de la ropa que llevaba.
-Eres el reo conocido como Swordfish.
Dijo la chica en un perfecto ingles.
-Sí. -Fue todo lo que pudo responder mientras sonreía de forma pedante- ¿tú eres…?
La chica levantó la mirada para enfocarla en la azul de ese hombre.
Este acto sorprendió mucho a Sword, el no se esperaba nunca ver a una asiática con ojos celestes.
- He venido de muy lejos solo para conocerte. -completó esta - Y no valen tus preguntas, así que deberás escucharme muy bien (…). Te contaré una historia.
Sword quedó asombrado por la dureza y entereza de sus palabras, esa chica sí que tenía carácter.
Pasó un tiempo antes de que comenzara a desesperarse, él la miraba atentamente y ella al parecer pensaba profundamente lo que iba a decir, siempre había tenido poca paciencia, eso era lo que había contrastado con Sen, tenía toda la paciencia del mundo para las cosas mientras que el se impacientaba enormemente el tener que esperar un tiempo para algo.
-Oye, ¿Cuándo piensas…?
-Hace 15 años Owari Sen fue inculpado por un crimen que no cometió y debió pasar 5 años en prisión antes de que se demostrara su inocencia.
Estaba hablando de Sen, lo que había dicho ya lo sabía, hace casi 20 años había conocido a un muchacho de 22 años que había ingresado a prisión, a los 24 años fue liberado cuando se conoció que era inocente del asesinato en que se lo estaba inculpando.
-Sí, se la historia, ¿Qué tiene que ver eso?
-Mucho. -fue la respuesta que obtuvo- Owari Sen no se fue solo al salir de UGH, salió, es cierto, pero se fue con un recuerdo que nunca lo dejaría olvidar su estancia en el lugar. Un 24 de Septiembre se encontró libre y la última vez que te vio fue en Noviembre, no se con exactitud la fecha.
-18 de Noviembre, fue un Jueves. -completó Sword.
-Veo que recuerdas bien.
-No podría olvidar nunca la última vez que lo vi.
- ¿Cómo era? -la pregunta llamó la atención de Sword - Digo, ¿Cómo era Owari Sen?
-Sen, pues… era un enano enojón, no sabía protegerse y siempre se metía en problemas, me encantaba hacerlo rabiar. -rió.
Una sonrisa apacible se formó en el rostro de la chica, para Sword, verla sonreír era como ver a Sen.
-Justo lo que pensaba. Owari Sen… espera, mejor desde otro punto. -se acomodó mejor en el asiento-Owari Sen, era en mucho, un buen muchacho, algo torpe por lo que escuché, y que gustaba sacrificarse por los demás, eso lo llevó a vivir el destierro departe de sus padres. Cuando Owari Sen tenía 24 años fue liberado tras comprobar que era inocente del asesinato que se le inculpaba, no obstante, no pudo regresar a Japón ni contactarse con su familia, a pesar de que esta había mandado una carta a la prisión.
>>Owari Sen moría 10 meses después de ser liberado, la causa de su muerte es desconocida. Al mismo tiempo dejaba a alguien solo, esa persona fue recogida por Asistencia Social del Gobierno y entregada a los familiares, siendo esta persona la única testigo del acto, claro, sin poder declarar o atestiguar.
La noticia lo había dejado sorprendido. Había pasado 15 miserables años pensando que Sen lo había olvidado dejándolo en el pasado cuando en realidad había fallecido hacia años.
Por esa noticia no pudo evitar llorar.
La chica frente a él se sorprendió ante esta reacción para luego sonreír amablemente y agregar:
>>Yo ya estoy curada de eso, aunque me da tristeza no puedo llorar por algo que sucedió hace años.
-Entonces ¿Por qué estás aquí?, ¿para atormentarme con tal noticia?
-Supe que por ‘buena conducta’ podrías apelar y salir libre, ¿Por qué no lo has hecho?
A Sword esa pregunta no lo sorprendió así que rió mientras se limpiaba las lagrimas.
-Por estúpido, al menos ahora me siento como un estúpido. Al principio creía que Sen me había olvidado y abandonado, por lo que como venganza nunca apelé a libertad condicional, luego, me entraban ganas de salir solo para buscar y ver a Sen de nuevo, pero de ahí me detenía y me preguntaba “ ¿y si tiene familia? Y ¿si ya hizo su vida lejos de mí? ¿Qué tal si ya me olvidó?” entonces me frenaba y decidía continuar mi vida aquí… pero ahora…
-Sí, es estúpido.
La chica simplemente se levantó de su lugar al momento en que el guardia abría la puerta para escoltarla a la salida.
-Viniste solo a atormentarme, ¿verdad?, ¿te he hecho algo?, ¿alguna venganza?
Ella suspiro y le sonrió.
-No, solo quería conocerlo en persona, no de un viejo relato, así que por eso vine. Fue un gusto Swordfish. -Extendió su mano en forma de despedida.
Sword no pudo evitar notar las uñas bien cuidadas y la hermosa manicura que cargaba. Unas manos totalmente delicadas.
-No podría decir lo mismo. -respondió mientras tomaba su mano solo por el simple hecho de querer sentir esa suavidad.
La joven giró y dándole la espalda se acercó a la puerta, Sword, por su parte se disponía a levantarse al sentir que de su lado la puerta también se abría.
- Por cierto. -la voz de la chica sonó en la habitación- Mi nombre es Felicia y mi apellido Owari, fui la único testigo de la muerte de Owari Sen…-lo miró sobre su hombro- También… soy aquel recuerdo que nunca lo dejaría olvidar su sentencia en este lugar y aquello que siempre le conectaría a ti. -traspasó la puerta de salidar-Un gusto conocerte Padre.
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