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El corazón de un vampiro por Bell Birthday

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Notas del capitulo:

Ok estoy de nuevo con otra historia, quiza no como las otras pero bueno me gusto escribirla.

Aqui, Light y Elle son hermanos y nietos de Watari.

La luna era la única testigo de aquel encuentro, a lo lejos se escuchaban gritos y el sonido metálico de las espadas al chocar… más al fin se encontraban frente a frente. Desde niños que le odiaba a muerte y competía con él y ahora aquella vieja rivalidad se acabaría.


- Nos volvemos a encontrar, lástima que esta vez sea la última ya que hoy morirás… querido hermano – se burló un castaño de ojos cafés.


- Eso crees… vamos Light ríndete sabes que no quiero matarte.


- ¿Y porque no quieres hacerlo?


- Porque eres mi hermano mayor y aunque no me creas siento respeto y cariño por ti… por eso, a pesar de todas las oportunidades que he tenido para matarte no lo he hecho – respondió un chico de ojos y cabellos negros.


- Ja, a mí no me engañas Elle, quizás a los que te rodean y a ti mismo, pero a mí no. Si en verdad me apreciaras y respetaras como dices no me hubieras quitado a mi prometido – con increíble velocidad se colocó detrás de su hermano sosteniendo una espada sobre su cuello – y no conforme con eso me lo restregabas en la cara.


El de ojos negros no se quedó quieto, rápidamente se alejó un poco y desenvaino su espada colocándola sobre el abdomen del mayor.


- Ya te he dicho Mihael no te amaba a ti sino a mí, por lo tanto no te lo quite.


Eso fue el detonante que inicio la pelea, ambos se atacaban sin piedad con las espadas, como si fueran los peores enemigos. ¿Qué podría hacer que dos hermanos actuaran así?


La respuesta… un hombre… pero no cualquier hombre, un doncel, un príncipe vampiro que ambos amaban.


¿Pero cómo inicio esto? Así:


Era una noche oscura en Berlín, el castillo Keehl había una gran fiesta en honor al cumpleaños del heredero al trono vampírico alemán Mihael Keehl.


Las demás familias reales vampíricas de los distintos países del mundo habían sido invitadas ya que el joven estaba en edad casamentera y sus padres querían encontrar al mejor prospecto para su hijo.


Pero él no quería eso, el esperaba al hombre de sus sueños y no estaba seguro de que ahí lo encontraría, cansado de aquel evento se dirigió a uno de los balcones a observar la luna.


El viento jugaba con sus cabellos dorados mientras admiraba el firmamento, quería que así como las hojas se las llevaba el viento también se llevara sus penas. “Si yo no fuera la hijo único… podría hacer lo que me viniera en gana”, pensó antes de beber el vital líquido rojo que había en su copa. Su madre se acercó a él por detrás, sabía que su hijo no quería un simple príncipe o noble, él quería al hombre (vampiro) perfecto.


- Mihael, ¿ya has visto a algún chico que te guste? – pregunto con suavidad.


- No madre, él no está aquí- puso la copa en el barandal.


- ¿Quién?


- El ser perfecto para mí, el hombre de mis sueños.


- Querido, el hombre de tus sueños no existe, solo está en tus sueños. Vamos ahí dentro se encuentran más de cincuenta chicos dispuestos a casarse contigo, elige a quien quieras, cualquiera te hará muy feliz.


- Pero es que yo no quiero a cualquiera, yo lo quiero a el – se recargo en la baranda – y sé que existe porque lo he visto en mis sueños y he hablado con él.


- Y bien como es ese chico.


- Sus ojos y cabello son tan negros como la noche, su piel tan blanca como la luna, en su mirada se nota su ternura, caballerosidad e inteligencia, bajo sus ojos se expanden unas finas ojeras dándole un aire misterioso y cautivador – término dando un suspiro.


- Hablas como si le conocieras de toda la vida.


- Así es madre toda la vida he soñado con él.


El padre de Mihael se acercó hacia ellos preocupado de que algo le sucediera a su hijo.


- ¿Se podría saber por qué estas bellezas se encuentran aquí?


- No es nada padre, solo quería algo de aire fresco y mamá me acompañaba – respondió con una sonrisa.


- Ven hijo quiero presentarte a alguien – el señor se dirigió al baile esperando que su hijo lo siguiera.


-Vamos Mihael, hazlo por tu padre y por mi conoce a los chicos y si ninguno te convence…


- Está bien – camino detrás de su padre, a pesar de querer escoger el a su prometido por amarlo no quería decepcionar a sus padres.


Llego junto a su padre que estaba conversando con un señor de ya avanzada edad y un joven de cabellos castaños.


- Mihael él es Watari Lawliet el actual rey vampiro de Inglaterra y él es uno de sus nietos, Light Lawliet.


- Buenas noches joven Mihael, es un placer conocerlo– saludo el anciano.


- Igualmente señor.


- ¿Qué no tenía dos nietos señor Lawliet? – pregunto el señor Keehl.


- Si, solo que Elle no pudo venir porque tenía asuntos pendientes.


- Por cierto quería hablar con usted de un par de cosas – los señores se retiraron y ambos jóvenes se quedaron a solas.


- Felicidades por su cumpleaños joven Mihael – dijo para quebrar el silencio el otro joven – le ofrezco una disculpa en nombre de hermano menor Elle, tuvo que viajar a Japón por unos problemas que tuvo en aquel país.


- Gracias joven Lawliet, y no se preocupe su hermano tenía cosas más importantes que hacer que venir a una aburrida fiesta aristocrática.


Y así estuvieron un largo rato platicando ellos dos sobre cosas triviales, sus gustos, familia, etc. Claro que a varias personas no les pasó desapercibida aquella escena, los padres de Mihael notaron que ese chico le había caído muy bien a su hijo, así que decidieron comprometerlo con él. Suerte que el tutor de él estaba presente y había aprobado aquella decisión.


 


Después de esa noche los padres de Mihael le dieron la noticia, ya que no escogió a nadie y que al parecer se había llevado muy bien con Light Lawliet habían decidido comprometerlo con él. Al principio se negó rotundamente, pero jamás había desobedecido una orden de sus padres, así que para que se conocieran mejor él y sus padres fueron a casa de su prometido.


Por su parte, Light al saber que se casaría con aquel joven se alegró bastante ya que se había quedado prendado de su belleza e inteligencia, no era como los demás que solo hablaban sobre ellos mismos todo el tiempo.


 


Los Keehl llegaron al castillo de los Lawliet e inmediatamente fueron recibidos. Una de las mucamas los dirigió al despacho de Watari donde los esperaban.


El castillo era muy antiguo y grande con enormes jardines. Mihael miraba admirado los jardines poblados con rosas de diferentes colores, y diversas flores.


- Que hermosos jardines – susurro.


- Son hermosos porque  el amo Elle trabaja mucho en ellos, el cuida de todos los jardines de este lugar – contesto la mucama. Caminaron un poco más y llegaron a su destino – Aquí es, el amo Watari los espera, con permiso.


Entraron al salón elegantemente adornado, las cortinas cerradas no permitían el paso de la luz exterior, pero las velas iluminaban débilmente el recinto dándole un aspectico tétrico. Sentado frente al escritorio se encontraba el patriarca del clan Lawliet, parada su lado derecho su esposa Yuko y a su izquierda el prometido de Naomi.


 


Si, lo admitía, Light era apuesto e inteligente, pero no era a quien él quería, él quería a ese chico que soñaba. Salió de aquel lugar para recorrer los jardines que tanto le habían maravillado.


Llego a uno que se encontraba atrás del castillo, ese era especial, las rosas negras y rojas predominaban el lugar y hacían contraste la unas con las otras. Se sentó bajo un gran roble a lamentar su mala suerte, no soporto el sentimiento y comenzó a llorar.


- ¿Doshte, doshte kami-sama? ¿Porque mi vida se ha condenado?, mis padres están por destruir mi existencia – inclino la cabeza tratando de ocultar su llanto, ¿de quién? Quizás de él mismo.


Tan absorto estaba en sus pensamientos y llantos que no noto una presencia más en aquel lugar hasta que esa persona tomo su mentón con el dedo índice levantando levemente su rostro.


- ¿Por qué lloras? – Pregunto suavemente – eres muy lindo como para llorar tan desesperadamente, apuesto a que te ves más tierno sonriendo.


El pobre Mihael no supo que decir, ese era el chico de sus sueños, al que veía desde niño, con el que veía su futuro, por fin lo había encontrado.


- ¿Cómo te llamas? – pregunto el joven.


- Mihael Keehl.


- Que bonito nombre – sonrió – yo soy Elle Lawliet, y si tú eres Mihael Keehl debes ser el prometido de mi nii-san.


- Si – susurro bajando la mirada, era cierto estaba comprometido con el hermano de aquel ser de apariencia angelical.


- Pero tú no quieres eso cierto… puedo leer la mente – menciono al ver que se sorprendía por haber acertado- lo siento no debí hacerlo.


En todo el rato Elle no había soltado el rostro de Mihael y al darse cuenta de eso el chico se sonrojo levemente.


De pronto el joven lo soltó lentamente, como si no quisiera hacerlo. Noto como su acompañante no quería que ese ligero contacto terminara y como las lágrimas se agolpaban en sus ojos. Él no quería verlo llorar, ya lo había visto hacerlo y aunque tuviera que admitir que sus ojos se veían lindos así le dolía eso, así que corto la rosa roja más bella que se encontraba en ese jardín, se arrodillo frente a él y se la extendió.


- Una flor para otra flor – Mihael se sonrojo más y le sonrió – lo sabía eres más lindo cuando sonríes.


A lo lejos unas campanadas se empezaron a escuchar, seguidas de ladridos de perros y gritos aterrorizados de personas. Elle se levantó lentamente con una mirada fría y desafiante, como si supiera que era lo que pasaba.


- ¿Sucede algo? – pregunto intrigado al chico.


- Sera mejor que entre joven, por su propio bien.


- ¿Qué?


- Créame será mejor que no esté solo – lo tomo de la mano- vamos adentro para que este seguro.


 


Caminaron hacia dentro, los corredores eran enormes con pinturas de los integrantes de esa familia. Keehl preguntaba por las personas de los cuadros y al escuchar las historias que Elle le narraba quedaba maravillado, al parecer en la familia Lawliet habían nacido guerreros incomparables y grandes estrategas, pero también algunos condenados a grandes amores imposibles… como la madre de Elle.


- Mis padres no podían estar juntos porque mi madre ya estaba comprometida con un noble romano, pero ella amaba a un sirviente.


- ¿Y qué paso?


- Pues, ella se casó con quien le impusieron y tuvo a nii-san Light, pero seguía amando a aquel sirviente… lo recordaba diariamente hasta que por azares del destino lo volvió a ver… y de aquel encuentro nací yo – sonrió con algo de tristeza.


- Entonces, Light es su medio hermano.


- Si, al saber que mi madre estaba embarazada de alguien más Soichiro-san, el padre de Light intento matarla – noto un sobresalto en el joven y sonrió un poco – pero mi padre no lo permitió y al defenderla lo mato…


- ¿Y luego que paso? – pregunto curioso.


- Después le contare el resto de la historia, por ahora – abrió la puerta del despacho de Watari – debe quedarse aquí para que nada le suceda.


- Elle ¿porque no has ido al pueblo a ver qué pasa? Las campanas llevan mucho sonando – pregunto un tanto molesto el mayor de los Lawliet.


- A eso iba pero encontré a esta joven en uno de los jardines y no me pareció correcto dejarlo ahí con esta amenaza, ¿no crees?


- …-  no contesto, sabía que su hermano tenía razón, siempre la tenía.


Elle lo miro compresivamente antes de agregar – bien iré a ver qué es lo que sucede – salió del lugar y se dirigió al pueblo, estaba seguro de que otra vez vampiros nivel E estaban atacando pero él solo podía pensar en el bello joven que acababa de conocer.


Cuando llego inmediatamente ocho nivel E lo rodearon e intentaron atacarle, pero el saco una espada que llevaba con él y partió en dos a tres de ellos. Otros dos tomaron de las muñecas y acercaron sus bocas para morderlo, pero unos relámpagos salieron de las manos del pelinegro. Elle se liberó y tomando de nuevo su espada se dispuso a rebanar a los restantes. Pronto solo miembros cercenados y sangre quedaron de esos vampiros nivel E.


Los cazadores, vampiros y humanos entrenados en las artes mágicas y de la guerra. Encargados de proteger a los indefensos humanos de los vampiros nivel E.


Nivel E… el más bajo y deplorable en la jerarquía vampírica. Vampiros que solo pensaban en la sangre, no importaba de quien fuera, así podía ser de un animal o de un indefenso bebé… un peligro para los humanos y por herencia de su padre un caza vampiros, y su madre una sangre pura guardiana y por ende cazadora él y su hermano debían cazar a esos monstruos y proteger a los humanos, pero Light no lo hacía solo el por ser un hibrido.  Odiaba eso, ¿porque solo él debía enfrentarse a aquellos seres?


- Por ser un bastardo -  susurro sacando la espada del cuerpo del último oponente eliminado – solo por eso.


Comenzó a juntar los cadáveres (o más bien las partes de los cuerpos) cuando los habitantes salieron de sus escondites y se acercaron a agradecerle por haberlos ayudado. Elle era héroe para ellos.


- ¿Nadie fue mordido?


- No, por suerte llego usted Elle-sama.


- Bien, entonces…. – se acercó a los cadáveres.


- Nosotros lo haremos, usted ya tuvo suficiente enfrentándolos Elle-sama.


- Nos desharemos de ellos usted descanse.


- Como quieran, entonces me retiro.


Dio media vuelta y con velocidad vampírica emprendió el camino hacia el castillo de sus abuelos. Cuando llego Yuko lo estaba esperando.


- ¿Cómo te fue querido?


- Bien abuela.


- Pues no lo parece, estas herido – señalo el rasguño que tenía en la mejilla – ven vamos a curarte. – lo tomo de la mano llegaron a la habitación de la anciana. – No es algo profundo, pero pudo ser peligroso ya que te enfrentaste a niveles E y su sangre es como un veneno que pudo matarte silenciosa y lentamente.


- Lo sé, pero estoy bien.


- Light debería ayudarte con eso, tu solo no puedes con…


Tocaron a la puerta, era una de las sirvientas que traía algo de sangre para que su señor restableciera su energía.


- ¿Dudas de mi capacidad? No necesito que nadie me ayude… - se levantó por la copa de sangre que la mucama acababa de traer - solo son unos cuantos bodrios que deben ser destruidos antes de que dañen a alguien.


- Por supuesto que  no dudo de ti – acaricio su mejilla lastimada– pero me parece injusto que Light no haga nada para ayudarte y solo te esté dando órdenes mientras él se queda en la seguridad del castillo mientras tu expones tu vida.


- Pero él y yo somos diferentes, tiene privilegios sobre mí por tener sangre noble… - bebió un sorbo - y yo soy hijo de un sirviente, por ende debo hacerme cargo de cosas como esas.


- Elle… si es cierto que tienes sangre humilde, - lo abrazo - pero eres hijo de una vampiresa sangre pura que cazaba vampiros nivel E y tanto tu como tu hermano deben de seguir con el legado de tu madre enfrentado a esos seres… hablare con tu abuelo para que arregle las cosas.


Elle se quedó ahí siendo abrazado por su compresiva abuela, si había alguien que lo entendiera era ella. Era la única que desde niño no lo trataba diferente por no ser un sangre pura completo.


 


Mientras, Mihael se encontraba en una habitación asignada para el mirando la luna, hacía rato que sintió de nuevo la presencia de Elle y quería verlo, pues según lo que le habían dicho se estaría enfrentando a vampiros enloquecidos y estaría herido pues sintió el olor de su sangre. Pero decidió que mejor no lo haría.


- ¿Sucede algo Mihael? – pregunto su madre a sus espaldas.


- suspiro- si, por fin lo conozco, sabía que no era solo mi imaginación y que en realidad si existe, hoy lo encontré aquí.


- ¿De quién hablas hijo?


- Del chico con el que he soñado desde niño – se volteo a verla – es el joven Elle… con el quiero casarme.


- Mmm… ahora que lo pienso la descripción que me diste hace días coincide perfectamente con la de él, ¿pero estas seguro? – Mihael asintió con la cabeza – muy bien hablare con tu padre para arreglar eso.


A pesar de que Taylor (el padre de Mihael) nunca se había negado a cualquier cosa que su hijo le pidiera él creía que era una tontería eso de que ella soñaba a Elle desde niño y no quería acceder, pero Mercy lo convenció de que por lo menos dejara que tratara a ambos jóvenes por un mes y que el después eligiera.


La rubio acepto el trato de su padre, trataría a los dos Lawliet pero estaba seguro que a quien escogería seria al de ojos negros, después de todo era el único que había logrado que se sonrojara, algo que logro en unos minutos y que su hermano mayor no logro en horas.


También los Lawliet aceptaron ese trato, aunque al menor no se le hacía correcto “pelear” por el corazón de una persona. En cambio a su hermano le pareció una oportunidad excelente para demostrar que era mejor que el impuro de su hermano.

Notas finales:

Ojala les guste y si tienen alguna duda mandenme un rewier y con gusto aclarare sus dudas.


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