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PERDONAR, OLVIDAR Y VIVIR por libel

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Notas del fanfic:

Este fic esta relacionado con mi otro fic El Verdadero Sabor de la Venganza... Ojala les guste

Notas del capitulo:

Hola primero que nada este fic toca temas como el alcoholismo, pero no lo hace de manera profunda, xq mas bien es como un recuerdo de algo que ya se ha superado ok y no lo trata como un alcoholismo propio que es la desesperacion x beber. Ademas esta relacionado con mi otro fic El Verdadero Sabor de la Venganza, pero puede leerse sin necesidad de leer el otro.

La suave respiración de un joven pelinegro era lo único que rompía el silencio en que se había sumergido la habitación, fuera de ella reinaba la calma y la oscuridad propia de la madrugada. Un castaño se revolvía en su cama harto de tratar de conciliar el sueño. Unas horas antes había visto partir a un buen amigo en busca del amor de su vida, sonrió con tristeza al recordar los eventos que obligaron a ese par a separarse. Eventos en que, pensó con amargura, su hija estuvo involucrada; es mas era artífice casi en su totalidad de las desgracias de su grupo de amigos de la preparatoria, de ese grupo de chicos que un día entraron en la vida de él y de ella, llenándola de experiencias nuevas e irrepetibles, las mismas que tal vez la orillaron a querer pertenecer a ese mundo a costa de lo que fuera, escudándose en un amor enfermizo y destructivo.

 

Una sonrisa amarga cubrió su rostro al recordar cuanto tuvo que luchar para aceptar esa verdad que en un principio negaba. Porque no era fácil, como decía su pareja, aceptar que los que amamos no son como creíamos. El recuerdo de esa discusión vino rápidamente a su memoria.

 

Flash Back

 

-¡Es mentira!, ¿cómo puedes afirmar algo así?, ¡tú no la conocías!- Satoshi intento controlarlo pero en su desesperación era superior a sus fuerzas, Ryoji le estampo un puñetazo, que el otro no devolvió- ¿quién te dio el derecho a opinar?

 

-Creía que tu-su cara de seriedad espanto a Ryoji-pero veo que me equivoque. Lamento esto, pero debes de aceptar las cosas como son, así grites y te niegues a hacerlo, ella misma te confirmo lo que ya sospechabas, sé que es duro aceptar que quien amamos no es lo que creímos.

 

-¡Es mentira!, seguro lo escribió en un acto de desesperación.

 

-Bien si decides creer eso-un suspiro abandono los labios de Satoshi- es tu elección, por mi parte te sugiero que lo aceptes, si lo haces dejaras el pasado donde debe estar y podrás seguir adelante- se acerco a él para abrazarlo y dejar en sus labios un pequeño beso- y cuando eso suceda búscame, te estaré esperando Ryo.

 

Fin Flash Back

 

Fue duro tener que aceptar que su amante tenía la razón, colocar los hechos en la justa dimensión que eran, ver sin el velo de sentimientos que cubría toda esta situación que aun hoy día seguía sin tener fin. Prueba de ello la ultima discusión que había presenciado

 

Flash back

 

- ¡Ya basta deja de esconderte en esa excusa de que quieres su felicidad y hazte responsable por tus errores!, como le dijiste a Tamaki en una ocasión ¡afronta las consecuencias de tus actos! -el siempre tranquilo Mori sacudía por los hombros a Kyouya, que en esos momentos temblaba mezcla de ira y de temor.

 

-Debes tranquilizarte Takashi, ¡suéltalo!-Honey trataba de separarlos-quedamos en que no interferiríamos.

 

-No, tú quedaste en eso, yo dije que iba a hacer reaccionar a este idiota

 

-¡Suéltame no voy a cambiar de opinión!, mi decisión está tomada, además tu lo único que buscas es reparar tus errores en un intento de evadir la culpa

 

-No te confundas el que se está ahogando en culpa es otro, yo solo deseo la felicidad de Tamaki, si eres tú, realmente no lo sé, pero al menos quiero darle la oportunidad de decidirlo conociendo toda la verdad. Además creo que merece que le pida perdón, porque no se me ha olvidado, que en parte, soy responsable por todo lo que paso.

 

Kyouya se quedo callado después de ese arranque de emociones de Mori, incapaz de decidir qué hacer, por un lado se sabía cobarde y por otro amaba a ese rubio con toda su alma y no deseaba seguir haciéndole daño.

 

-Mori no eres el único culpable, Kyouya fue el arquitecto de sus desgracias no lo olvides

 

-¡Kaoru, Hikaru, Ranka!-Honey regreso a ver a la entrada de la sala donde de pie esperaban los gemelos Hitachiin y Ranka-san- ¿tienen mucho tiempo ahí?

 

-Lo suficiente para ver como este sigue en la estupidez de no ir por Tamaki-Kaoru fulmino a Kyouya con la mirada, desde que había empezado esta venganza cinco años atrás su amistad  se había roto, a pesar de los esfuerzos del pelinegro por restablecerla esto aun no era posible, sobre todo porque el gemelo, no le perdonaba los tres años que su hermano tuvo que pasar en la clínica de salud mental.

 

-No tengo por qué darte explicaciones de mis actos Kaoru, a los únicos que les permito me cuestionen es a Honey, Anne y tu hermano. A Honey porque ha estado conmigo de forma incondicional en las buenas y en las malas, a pesar de mis errores a diferencia de ustedes dos que se la viven reprochándomelos, pero que no pueden resolver los suyos. Sé que me culpas por lo del internamiento de Hikaru, pero según recuerdo tú también eres responsable con tus ansias desmedidas por tener la razón. Por demostrar que nos equivocábamos.

 

-¡Cállate idiota si no fuera por tus celos desmedidos esto no hubiera pasado!

 

-¡Esto no hubiera pasado si la estúpida de Haruhi no se hubiera fijado en Tamaki!

 

-¡¡Ya basta cállense todos!! -la voz de Ranka interrumpió la discusión que a este punto, casi llegaba a los golpes- es suficiente

 

-Ranka lo siento no debí decir eso- Honey miro con angustia a la peli castaña que quedo sumida en la tristeza, eso ultimo había sido demasiado para ella. Consciente de la culpabilidad de su hija, miraba con pena a ese grupo de chicos que ahora se peleaban echándose culpas unos a otros, lejos de aquella imagen amistosa que tenía en su memoria.

 

-No Honey, aunque me duela reconocerlo todos sabemos que es verdad, ella es culpable por haberse aprovechado de sus debilidades, de su amistad. Eso lo tengo asumido- Ranka o Ryoji miro con pena a todos-pero no todo es su culpa si me permiten decirlo.

 

-Ranka yo…

 

-Ella no es culpable de que no puedan perdonarse, si bien es cierto que Mori no debió callar, creo que en esos momentos no sabía que lo que hizo causaría todos estos daños. El solo quiere tu felicidad y la de Tamaki, Kyouya. Kaoru, Kyouya se equivoco pero ahora me parece que en algún momento deseaste lo mismo que él en contra de tu propio hermano, así que no puedes juzgarlo tan rudamente. Y Hikaru mientras no te perdones no podrás ser perdonado. Honey tal vez tú seas el más sensato de esta loca historia.

 

El silencio reino después de eso, sumergiendo a todos en una reflexión sobre sus actos.

 

-Lo siento, sé que no soy la más indicada o indicado para decirles esto, pero me duele ver que el grupo de amigos que yo recuerdo con tanto cariño se ha destruido y que mi sangre ha sido responsable por ello, yo soy quien daría lo poco que tengo por devolverles esa felicidad que han perdido-las lagrimas resbalaron por el rostro del okama.

 

-No Ranka, yo lo siento se que tienes razón, siento lo que ha pasado, acepto mi parte de culpa y de verdad quisiera pedirles perdón porque todos nos hemos visto arrastrados por mis actos, pero deseo que comprendan que no quiero truncar la vida de Tamaki, deseo que sea feliz y he aceptado que no es a mi lado su felicidad-todos miraron  con tristeza a Kyouya que en esos momentos les hablaba con el corazón-saben que si esta en problemas acudiré no importando que…

 

-Entonces tienes que ir por el-una rubia se dirigió a todos los presentes-Shima llamo, Tamaki está a punto de ser encontrado por su abuela, tomo tus palabras como ciertas y sé que iras a proteger a mi hijo.

 

-¿Es eso cierto?-la rubia asintió, al observar su rostro lo noto lleno de preocupación, tomo su decisión en fracción de segundos-está bien entonces, Anne cumpliré lo que dije voy a nueva Orleans por el

 

-Nosotros también vamos ¿verdad Takashi?-Mori solo asintió.

 

-Por nuestra parte desde aquí les apoyaremos.

 

-Yo no puedo acompañarte pero estoy contigo en espíritu. ¡Lucha Kyouya no te des por vencido! y si Tamaki quiere regresar, no te niegues al amor.

 

Fin flash back

 

Sonrió ante eso último quien diría que se volvería un cursi de lo peor. Pero el amor transforma todo a su paso y él había sido bendecido con esa transformación. Contemplo a su amante dormido a su lado, se veía tan lindo de esa manera, nadie imaginaria la fiera que llevaba adentro ni lo feliz que lo había hecho desde que lo conoció no solo había brindado una nueva ilusión a su vida sino que lo había rescatado de el hondo abismo en que se hundió después de la muerte de su hija.

 

A su memoria volvieron esos momentos tan terribles en que vio como la vida de su hija se escapaba. Aun después de 5 años podía oír el llanto desgarrador de Hikaru, la imagen de este abrazando a su hija cubierta de sangre, le perseguiría por siempre. Sus castaños ojos tan brillantes volviéndose dos pozos vacios, cerrándose a la vida. El fino aliento que escapaba de sus labios al pronunciar el nombre de Tamaki. El gritando que apresaran al asesino de su hija, la figura del rubio dentro de la patrulla.

 

Después imágenes del entierro viajando en su cerebro, el ataúd oscuro conteniendo su cuerpo inerte, el pozo en donde seria enterrado, la tierra a depositar, las flores en sus manos, la loza fría donde un escueto epitafio resumía la vida de su hija, de su Haruhi. Amada hija, amiga y prometida. Simple sin nada más que agregar, se preguntaba si ahora ese epitafio cambiaria a maldita arpía. Con todo lo que había hecho no lo dudaba, aunque para él seguía siendo la misma niña de enormes ojos castaños y sonrisa fría.

 

Flash Back

 

El monje terminaba los últimos rezos para honrar la memoria de la castaña, las personas alrededor miraban con profunda tristeza como los trabajadores del cementerio bajaban el féretro, dentro del pozo ya excavado, para empezar a cubrirlo de tierra. Un castaño enfundado en un traje negro, al que reconocieron como padre de la fallecida, se acerco a lanzar un ramo de rosas rojas antes de derrumbarse justo al lado del que fuera el prometido de su hija, el cual parecía ausente.

 

Los sollozos se escaparon de su boca, tratando de este modo de mitigar en algo el dolor que en este momento golpeaba su alma. Dentro de sí un sinfín de sentimientos lo abrumaba, desde tristeza hasta ira. No podía dejar de pensar en Tamaki, preguntándose mil veces que había llevado al rubio a actuar de esa manera. Lo que menos espero fue verlo ahí llevando también un ramo pero de rosas blancas. No le dio tiempo a entender bien que estaba sucediendo, tan confundido estaba por todos los acontecimientos, que en realidad no creía que Tamaki se hubiera atrevido a presentarse en este lugar. Tuvo que aceptar que no era una jugada de su mente cuando Hikaru se lanzo sobre él.

 

-¿Qué diablos haces aquí? ¡Maldito asesino!

 

-Hikaru yo…-el rubio trato de defenderse pero Hikaru fue más rápido asestándole un puñetazo, con lo cual Tamaki tiro el ramo, las rosas cayeron desperdigadas por todos lados. Kaoru que se encontraba cerca no hallaba como separarlos.

 

-¿Vienes a contemplar tu obra, imbécil? -la desesperación del gemelo era tanta que no le daba tregua al otrora King, impidiéndole explicar el motivo de su presencia en ese lugar

 

-Hikaru por favor, ¡cálmate!-Tamaki trataba de soltarse pero Hikaru lo tenía sujeto por el cuello en espera de golpearle nuevamente, alrededor las personas miraban con desaprobación la escena, alegando falta de respeto para la muerta. Ryoji solo les miraba aturdido, aun no procesaba que estaba ocurriendo, dividiéndose en saltarle al rubio a la yugular o pedir respeto para su hija.

 

-Me pides calma, no me hagas reír mejor pídeme clemencia ¡porque voy a matarte, vas a arrepentirte por esto!

 

-Hermano por favor cálmate, respeta a Haruhi-entre el forcejeo por seguir golpeando al rubio, el llanto de Ryoji que se había hecho más pronunciado y los intentos de Tamaki por hablar, solo las palabras de Kaoru llegaron a su cerebro.

 

-Tienes razón, lárgate Suou, no vale la pena que me ensucie las manos contigo, voy a refundirte en la cárcel, te aseguro que ese lugar se encargara de un pobre perdedor como tú.

 

Tamaki intento nuevamente explicarse pero fue detenido por un encolerizado Ryoji

 

-¿Que no oíste?, ¡lárgate!-grito con todas sus fuerzas- ¡me has quitado a mi hija largo, largo de aquí!

 

-Ranka yo…

 

-¿Que vas a decir Rubio?-el llanto casi histérico detuvo los intentos de Tamaki por acortar la distancia hacia Ryoji que cayó por fin ante la desesperante situación- ¿me vas a devolver a mi Haruhi?, siempre supe que tú te la llevarías pero no de este modo, ¡no así!

 

-Tamaki será mejor que te vayas, por favor- Kaoru poso sus manos en la espalda del ojivioleta en un intento de infundirle animo-después puedes aclarar las cosas, ahora no es el momento. Te lo ruego

 

-Está bien, contrario a lo que crean yo jamás le haría daño a Haruhi-cabizbajo abandono el cementerio fuera una limusina le esperaba para llevarlo a la mansión Suou

 

Ryoji solo pudo caer de rodillas junto a la tumba donde los trabajadores se dieron prisa en terminar, después de presenciar dicha escena todos querían salir lo más rápido del lugar. Solo el llanto de Ryoji y el de Hikaru ahogo el sonido de las palas. Cuando por fin la lapida estuvo puesta, Ryoji supo que nada quedaba por hacer en ese lugar, es mas estaba seguro que ya no había nada en este mundo que le faltara por realizar, después de todo su razón de vivir yacía debajo de esa lapida recién colocada; con eso en mente  y de riguroso luto se perdió en el primer bar que encontró abierto.

 

Al día siguiente no recordaría ni siquiera donde estaba y porque alguien dormía a su lado en ese callejón donde al parecer esos viejos periódicos le habían servido de cama.

 

Fin Flash Back

 

El sabor de la bilis subió a su garganta, como siempre que esos recuerdos acudían a su mente. Era en noches como esta cuando tendía a rememorarlos. Satoshi decía que era porque aun no olvidaba la vergüenza que fue enfrentarse a lo que se había convertido. Aun podía verse frente al espejo del baño después de una increíble noche de alcohol, aun podía percibir el olor del cigarro impregnado en su piel y en ella las marcas producidas por mordiscos o besos recuerdo de sus amantes fortuitos.

 

El peor recuerdo de esos tiempos aun lo hacía llorar de vergüenza, de pena, de asco; porque a pesar de que el tiempo pasara y la vida corriera no podría olvidarlo y no porque no quisiera sino porque no debía, quien ha conocido el fango una vez, no debe olvidar nunca la sensación de estar en él,  a fin de nunca repetirla.

 

Flash Back

 

-¿Que tal un trago preciosa?-un hombre obeso se sentó al lado de ella, iba enfundado en un traje café, la tela era de lo más corriente que pudiera utilizarse para elaborar dicha prenda, unos zapatos desgastados completaban el atuendo del tipo, que a simple vista lucia desaliñado y hasta sucio; pero que se podía esperar de un lugar de mala muerte como ese.- linda te estoy hablando

 

Una gran manaza le sujeto el hombro zarandeándole un poquito, Ranka regreso a verle más por incomodidad que por verdadero interés. Sonrió con burla al detectar el filtreo descarado del tipo, no debía ser muy listo porque si lo fuera, primero, hubiera descubierto que no era una chica aunque su vestido rojo indicara lo contrario y segundo que deseaba su compañía tanto como desearía la de un tigre hambriento.

 

-No me apetece gracias- ignorándolo se dedico a perderse en el contenido de su vaso, claro que su respuesta no dejo conforme al hombrezote que despechado aporreo la barra con su puño.

 

-Jodido Idiota, ¿qué crees que haces?-el bartender se apresuro a correrle al ver que el tipo empezaba a cabrearse aun mas y la mujer no daba muestras de que eso le importara.-esta es mi barra ¡lárgate!, la dama ya te dijo que no.

 

-Jaja no me hagas reír esta dama tiene un trozo de sobra te lo aseguro-la cara del bartender paso a molestia-además seguramente está ejerciendo su oficio ¿o no lindura?

 

-Este no es un lugar de esos así que ¡lárgate!, hey Kouseke ¡sácalo!-un guardia de seguridad se acerco para conducirlo fuera del bar-y tu también vete no eres bien recibido. Aquí no es para que trabajes

 

-Calma amigo yo solo vine por una copa-el bartender lo miro incrédulo-¡me importa una mierda que me creas pero bueno ahí esta!-le lanzo un billete y se alejo rumbo a la salida. Los clientes del lugar, que se habían enterado de su condición por los gritos del bartender, se apartaron de ella viéndolo unos con curiosidad mórbida y otros con asco. Ella los ignoro a todos, que podían importarle esas personas que eran solo desconocidos en su mundo, si había perdido su motivo de vida. Al salir lo recibió el bullicio de los bares aledaños, la calle estaba llena de borrachos que no se sostenían ni en pie y de mujeres de la vida alegre riéndose junto a ellos. Echo a andar en busca de otro lugar donde ahogar sus penas.

 

No avanzo mucho cuando la mano del tipo obeso le detuvo, con fuerza la jalo hacia un coche aparcado muy cerca de ahí, una vez junto al vehículo lo empujo al interior. Unos cuatro tipos iban dentro, a cual más perdido de alcohol y droga. Pronto sentado en medio de ellos, fue obligado a beber, al principio, aunque después al considerar que los tragos eran gratis ya no opuso demasiada resistencia, de repente se encontró siendo sobado por varias pares de manos, manos que se colaban entre su ropa acariciando sus pezones y sus piernas.

 

Mientras el alcohol hacia su efecto y le nublaba el poco juicio que le quedaba, el auto se estaciono frente a un viejo y maltrecho edificio. Los ocupantes del vehículo se dieron prisa en bajar e internarse dentro de la seguridad del primer departamento que encontraron. Pues al parecer vivían en ese lugar. Una vez dentro no solo probo grandes cantidades de alcohol, como pudo darse cuenta al despertar, también grandes cantidades de semen habían dejado un sabor amargo y patoso en su boca.

 

-Pero ¿qué diablos?-el sonido de su voz le parecía lejano y extraño, no sabía dónde estaba, de hecho no recordaba ni tan siquiera porque estaba ahí. Un flash de imágenes vinieron a su mente, el tipo gordo diciéndole que se lo chupara, otro dándole nalgadas, otro obligándole a utilizar sus manos en los miembros de esos 5 tíos que se habían dado el viaje de su vida con ella. Con pesadez se levanto del piso donde desnuda pudo comprobar que el semen le escurría por las piernas.

 

Con pasos vacilantes recorrió el lugar en busca de su ropa, encontrándola tirada por todas partes; los tipos con los que había compartido más que unos tragos, yacían desparramados con unas sonrisas satisfechas adornándoles las caras y ella los odio por eso. Comenzó a vestirse frenéticamente procurando salir lo más rápido posible de ese lugar, aunque en el camino a la salida encontró algo que llamo su atención un montonal de fotos instantáneas desparramadas en un viejo sillón, raudo las tomo en sus manos horrorizándose al descubrirse en ellas, una a una las fotos le mostraron el horror y vejación a las que se había sometido.

 

Nervioso y asqueado, sintiendo el sabor del vomito en los labios busco con desenfreno la cámara de video que había apreciado en las fotos, rogando para encontrarla antes de que los tipos esos se despertaran y quisieran hacerle algo más. Alguna divinidad se apiado de ella porque la cámara estaba abandonada en la entrada, lista para que le quitara la tarjeta de memoria. Lo cual hizo con nerviosismo pendiente siempre del despertar de los tipos que seguían echados por toda la sala, la cocina y la recamara donde ella se había despertado.

 

El frio de la mañana lo golpeo al salir, aun era muy temprano, pocas personas se dejaban ver por la calle. Su mente nublada aun por el exceso de alcohol y quién sabe si por otras sustancias también,  no le permitía saber en qué calle se encontraba, deseosa de llegar a casa se subió al primer bus que se le hizo conocido, de mas esta decir que los pocos pasajeros se le quedaban viendo con algo parecido a la lastima y al asco. Por fin después de una eternidad se bajo en una calle que se le hizo familiar, aun tenía que caminar un trecho para llegar al edificio de departamentos donde vivía, aunque no sabía para que llegaba sino había nadie que la recibiera. Aturdida se dejo caer al lado de una puerta, rendida por fin al cansancio de la desagradable experiencia.

 

Fin flash Back

 

Ese recuerdo seguía siendo uno de los más dolorosos de esa vida de degradación en la que se sumergiera y a pesar de lo cruel de la realidad en la que había caído por el alcohol, ese día también conoció a quien cambiaria su vida.

 

Flash Back

 

-Oye despierta, despierta no es bueno que estés aquí-medio aturdido Ranka despertó, se había quedado dormida en la puerta de un lugar que se le hacía muy familiar, pero por lo adormecida no atinaba cual era.- Oye ¿estás bien?- sus ojos medio desenfocados poco a poco distinguieron a un joven a lo sumo de 28 años de cabello negro, ojos verdes muy guapo que le miraba con preocupación.

 

-Sí, estoy bien tengo que irme-intento levantarse pero las piernas le fallaron, llevaba 2 días bebiendo y no había comido nada, el desconocido solicito se apresuro a sostenerlo en sus brazos-no déjame estoy bien, debo regresar a mi casa, solo que no sé donde estoy- mirando a todos lados y sin separarse del joven, que no parecía contrariado por estarlo abrazando.

 

-Estas en la iglesia, no sé dónde vives así que no puedo llevarte, pero yo vivo cerca, me sentiría mejor si te invitara un café lo necesitas, así como una buena ducha y una abundante comida, que dices ¿aceptas, preciosa?- Ranka no supo como tomarse eso ¿acaso era un insulto? consciente estaba de que no debía oler a rosas, pero que se lo dijeran tan abiertamente lo insultaba y que le dijera preciosa era el colmo, seguramente estaba todo barbudo y feo. Irritado decidió mandar a la fregada al tipo e irse a su casa.

 

-No gracias, tengo que irme, solo dime en que calle estoy, no necesito nada mas- el desconocido la miro suspicaz.

 

-Av. Loto no. 12

 

-Bien gracias-y empezó a caminar lo más aprisa que su estado se lo permitió- y para que lo sepas me baño todos los días lo necesite o no y si soy muy linda, tonto- segundos después cuando oyó las risas del desconocido se sintió morir por lo dicho, ¿qué le había pasado para decir tanta tontería?

 

-Soy Kyo Satoshi y de nada- y se siguió riendo viéndolo alejarse, no había mentido si le había parecido preciosa.

 

Fin de Flash Back

 

Esa fue la primera vez que nos vimos, le había dicho a Tamaki; también, después comencé a rondar ese lugar y era ahí donde acababan mis días grises. Sus mejillas se colorearon de vergüenza porque a pesar de la mala experiencia vivida, no dejo inmediatamente de beber; tal vez porque no había procesado correctamente la dimensión de lo que le había sucedido esa noche o tal vez porque había guardado las fotos y el video lejos de su alcance evitando enterarse realmente de todo lo que había hecho. Aun hoy día no tenía valor para verlas, aunque sabía que era necesario para poder sanar esa herida y dejarla atrás como todo lo que le había hecho daño. Lo único bueno de su necedad por seguir bebiendo fue que Satoshi se acerco a él para sacarlo del terrible bache en el que cayera.

 

Flash Back

 

-Oye preciosa, despierta-el pelinegro sacudió con cuidado el hombro del okama tratando de despertarlo, desde hacía unos días la atractiva castaña o castaño como se viera, se quedaba a dormir en la puerta de la iglesia. Al parecer después de estar toda la noche de juerga, no sabía explicar porque pero no le gustaba verle así de mal. Volvía a estar sucia y desarreglada, el vestido azul tenía manchas blancas, posiblemente de vomito, aunque no se engañaba seguramente era otro fluido corporal.-preciosa despierta es hora de irse, la iglesia abrirá pronto, oye por favor despiértate, rayos.

 

Vencido porque al parecer la castaña no se iba a despertar decidió cargarla y llevarla a su departamento, le daría de comer y le daría un buen baño para después dejarla reposar en su cama, se veía que buena falta le hacía. Aunque tal vez no empleara precisamente ese orden, creyó que era mejor empezar por el baño. Llego a su departamento en tiempo record agradeciendo a la providencia que no se cruzara a nadie en el camino, después de todo como iba a explicar el estado de la castaña.

 

El departamento del pelinegro era pequeño pero confortable, no estaba muy lejos de la iglesia. Satoshi, como se llamaba el joven, deposito a Ranka en un sofá para poder quitarle los zapatos y el resto de la ropa, de mas esta decir que el cuerpo de la castaña lo excito, pero como en estos momentos lo que más necesitaba su huésped era alguien que velara por su bienestar en vez de un enamorado caliente tuvo que controlarse.

 

Ranka o Ryoji se despertó varias horas después a causa del delicioso aroma que se desprendía desde la cocina, al parecer el pelinegro estaba cocinando algo suculento. Levemente mareado y confuso por no saber qué lugar era este, el castaño se levanto con cautela.

 

-Buenos días o debería decir buenas noches- sonrió cuando se percato de la presencia del castaño, debía reconocer que como hombre no se veía nada mal, se podría decir que hasta mejor- ¿dormiste bien?

 

-Sí, ¿mi ropa donde esta?, ¿cómo llegue aquí?, te conozco pero –confuso disparo todas las preguntas que se le vinieron a la mente, de pronto algo le asusto estaba desnudo solo con una camisa, que le quedaba grande por cierto, en un departamento que no conocía, a caso se había vuelto a repetir la experiencia que paso con esos 5 tipos del auto- ¿a caso me acosté contigo?- no pudo evitar preguntarle horrorizado ante la idea de estarse convirtiendo en algo parecido a una prostituta.

 

-¡Que!- el asombro del joven fue un alivio para su corazón, aunque no supo exactamente porque, no quería que ese joven que era muy atractivo ante sus ojos, tuviera una mala impresión de el- ¡no!,  no pienses mal, yo trate de despertarte pero por más que intente no me respondiste, así que decidí traerte a mi casa porque no sé donde está la tuya y la verdad no podía dejarte ahí a riesgo de que algo malo te sucediera.

 

-Siento haber pensado mal y te agradezco la ayuda aunque no era necesario el baño-se ruborizo al imaginarse que lo vio desnudo- al despertar podría haberlo hecho yo

 

-Lo sé, pensé que el baño te ayudaría a despertar, pero no sucedió. Lo siento no debí hacerlo perdóname, siéntate comeremos en un momento.

 

-Gracias, no quiero ser una molestia

 

-No lo eres te lo aseguro, aunque si no te importa me gustaría saber ¿por qué acabaste así?-el silencio fue su respuesta-sumimasen soy un bobo, no me contestes si no quieres, eso es algo personal yo solo pensé que te serviría hablar- le dio la espalda para comenzar a servir mientras Ryoji en la barra se quedaba mirando a la nada, pasaron un buen rato en silencio hasta que ya sentados en la mesa y con la comida servida se decidió hablar.

 

-Mi hija murió hace dos meses, bueno más bien fue asesinada por un viejo amigo suyo, el día de su boda. Mi hija iba a casarse con un hombre muy rico y el que la asesino también lo es. Hace un mes empezó el juicio y pensé que tendría posibilidades de ganarlo, pero hace dos días dieron la sentencia y exoneraron al culpable. Me sentí tan mal que decidí ir por unos tragos, creo que perdí la noción de las cosas.

 

-Entiendo, debe ser difícil vivir algo así y mas ver que el asesino se sale con la suya, discúlpame por traerte malos recuerdos, no volveré a preguntar.

 

-No gracias creo que me hizo bien compartirlo, comamos, esto se ve muy rico.

 

Pasaron toda la tarde juntos conociéndose, Ryoji se sintió muy a gusto con el pelinegro mas porque su soledad recibió cura momentánea, en la tarde cuando abandono el lugar la tristeza se apodero de él, cuando llego a su departamento lloro una vez más la ausencia de Haruhi, pero por primera vez desde el funeral de su hija no salió a beber, causando una gran preocupación a Satoshi que esperaba encontrárselo en el mismo lugar de siempre.

 

Fin Flash Back

 

El suave movimiento del cuerpo de Satoshi lo distrajo, era increíblemente guapo, con ese pelo negro y esos ojos increíblemente verdes, aunque no un verde total, más bien tirando a amarillo. Desde que lo conociera lo que más había llamado su atención eran sus ojos tan transparentes, tanto que cuando se dio cuenta que le gustaba, tuvo miedo. Miedo de que las circunstancias en que se conocieran lo hicieran indigno a sus ojos, bueno más de lo que ya lo hacían; además la edad era otro problema, pues se llevaban más de 10 años, algo que quisiera o no pesaba. La condición social también importaba, que podía ofrecerle un simple okama, que tenía un humilde trabajo como mesera en un bar, a un exitoso relacionista público.

 

Pero contra todo pronóstico Satoshi lo acepto, aun con sus pros y sus contras, a su lado había renacido en la persona que ahora era, a su lado había vivido decepciones tan profundas como la que supuso enterarse por la misma Haruhi, a través de esa carta que le había entregado a Kyouya, del plan maquiavélico que había efectuado en contra de Tamaki.

 

Flash Back

 

Tenía días sin tomar, la verdad era muy difícil no hacerlo, tenía     que emplear toda su fuerza de voluntad para evitarlo. Desde que conociera a Satoshi había sentido la necesidad de cambiar, aun no se explicaba porque, pero no quería que el pelinegro se avergonzara de él. Además en esa oscuridad había sido la flamita que se atrevió a iluminarlo un poco. En estos días había vuelto a verle un par de veces, con la excusa de agradecerle la ayuda que le prestara. Se habían dado los teléfonos y hasta lo había invitado a su departamento. Claro que primero había tenido que realizar una limpieza exhaustiva de su hogar porque sinceramente su casa estaba muy lejos de la palabra limpieza.

 

Fue en esa limpieza que encontró un sobre dirigido a él, era de parte de Haruhi y estaba fechado un día antes de la boda. A su memoria volvió aquella noche en la que con la excusa de pasar un momento en la que era su antigua casa antes de la boda, la castaña llego un tanto exaltada y se había encerrado en su habitación para no salir hasta una hora después. Al principio no se le hizo extraño tal vez le había entrado la nostalgia, aunque era raro, pues desde hacía años se había mudado a la mansión Hitachiin. Pero bueno quien era él para negarle un momento a si a su nena.

 

Saliendo de sus recuerdos, tomo en sus manos el sobre y procedió a abrirlo, no negaba que tenía miedo de que la tristeza lo ahogara nuevamente, pero aun así quería ver una vez más su escritura, porque hacer eso era tenerla junto a él, aunque sea por un momento. Las manos le temblaron al sostener el papel por la emoción, aunque después un agudo dolor atravesó su alma.

 

Otosan:

 

Si estás leyendo esto es que he muerto, pues si no fuera así te aseguro que esto jamás lo sabrías, ya que seguramente esta carta podría condenarme, salvando al estúpido de Tamaki. Mi amado sempai hoy firmo su sentencia, aunque aún tengo esperanzas que recapacite y venga a mí, la única que puede hacerlo feliz. No estoy segura de que lo haga y si no es para mí, no será para nadie más. Tamaki no puede ser feliz, así como yo nunca lo he sido. Por eso no permitiré que él se quede a su lado. No puedo permitir que sean felices, mientras yo me hundo en la miseria. Ni siquiera mi matrimonio con Hikaru podría lograr que yo desistiera. Pero te preguntaras ¿qué voy a hacer? y ¿porque lo hago?

 

Lo que voy a hacer es sencillo, voy a buscar la muerte, la forma aun no la decido, pero si se que culparan a Tamaki por ello y ese es el principio del calvario que lo separara para siempre de aquel que ha amado. Ese es mi motivo Otosan, Tamaki no me amo aun y cuando yo hice tanto por él, aun y cuando arruine mi vida y la de otros con tal de estar a su lado, pero él nunca correspondió a mis sentimientos…

 

Correspondió al estúpido de Ootori Kyouya, a él otosan, a él que no lo amaba como yo, a él que creyó cada una de mis mentiras, porque fui yo quien los separo… si otosan los separe, fingí que Tamaki me correspondía, para que Kyouya lo terminara y como eso no funcionaba invente que estaba embarazada de él. Debo decir que el tonto se lo creyó y me dejo libre el camino, pero el estúpido de sempai se largo de Japón, obligándome a seguir con Hikaru.

 

Mi amado hika-chan me ha servido bien durante estos años, gracias a mi inteligencia y a su dinero he logrado ser una de las mejores abogadas de Japón, mucho mejor que okasan. Pero debo decir que he tenido que soportar sus sentimientos, los cuales aborrezco, porque quisiera que fuera sempai el que los sintiera por mi; además de soportar al pesado de Kaoru, único al que no pude engañar y que sabe mis verdaderos sentimientos, aunque claro como Hikaru me ama nunca le creerá. Si supiera que yo sé sobre ese amor que desde niños se profesaran. Me empeñe en atar a Hikaru a mí, tanto que se que aun después de muerta me seguirá amando y nunca, nunca podrá ser feliz con Kaoru. Tal como yo no lo soy.

 

Otosan esa es la única verdad, no soy feliz y no es culpa más que de Tamaki, su amor me ha maldecido, se metió en mi sangre contaminando mis sentidos, mi alma, destruyendo mi corazón… es justo que yo le cobre mi desgracia ¿no crees? Es justo que lo haga.

 

Perdona otosan, sé que no lo entenderás nunca, pero la verdad no me importa. Entre más infeliz sean esos dos, más descanso tendrá mi alma, espero que cuando te enteres de la verdad no sufras, porque créeme si estoy muerta, es una decisión que he tomado con gusto. Solo quiero pedirte un pequeño favor, hay una pequeña caja de madera, en ella hay algo muy valioso, si realmente quieres saber la verdad de mi vida, ábrela y lo entenderás, pero sobre todo nunca le cuentes esto a Kyouya, déjalo sufrir, hazlo por mí, cuídate, te quiero…

 

Haruhi

 

 

 

Cuando termino de leer la incredulidad invadía su ser, eso no podía ser, Haruhi era la víctima no el victimario, Haruhi era quien había sufrido, no Tamaki y los otros. Haruhi era una buena persona… no ese monstruo que estaba lleno de deseos de venganza y odio, de rencor y oscuridad. Esa no podía ser su hija. La carta resbaló de sus manos, era mentira, se negaba a creer, no podía ser cierto…

 

Dolido, busco por la casa una botella, necesitaba desesperadamente un trago de alcohol, algo que le aturdiera la mente y le hiciera olvidar que tal vez solo tal vez Tamaki Suou era inocente de la muerte de su hija.

 

Fin Flash Back

 

Silenciosas lágrimas resbalaron por sus mejillas, no quería despertar a Satoshi, no quería que se preocupara, que le viera así una vez más, suficiente había soportado después de que descubriera la carta de Haruhi. Decir que volvió a la bebida fue poco, prácticamente se la vivía ebrio, preguntándose una y otra vez si era cierto todo lo que decía la carta. La letra era inconfundible, era de su hija, la reconoció nada más verla, nadie podía negar que la carta era auténtica y aun si se negó a aceptarlo. Porque al hacerlo estaba aceptando que era igual de culpable que ella, una por acusar a un inocente de un asesinato que en realidad era un suicidio, otra por no saber guiar a su hija por el buen camino y por ultimo por no tener el valor de ir con Kyouya a confesarle la verdad.

 

Recordar el odio que nublaba sus sentidos los primeros meses después del fallecimiento de la castaña, era recordar las veces en que deseo que Tamaki muriera presa de un terrible dolor como el que él tenia, deseaba que experimentara la pérdida de un ser querido como él lo había hecho, que la felicidad jamás le llegara y se sumiera en una terrible desesperación, que poco a poco lo ahogara y lo sumiera en el mismo infierno que el padecía. Después de leer esa carta, se sintió patético y sin sentido. Estaba perdiendo todo, en el trabajo le habían dado un ultimátum, había pasado de ser una persona decente a un despojo de la vida, que se embriagaba en cualquier lugar a cualquier hora, que era usado y tirado tantas veces como querían los amantes en turno que conseguía. Había alejado de su vida a la única persona que parecía sincera. Pues por esas fechas Satoshi y el habían tenido esa pelea que había dolido más que ninguna otra en su vida pues él le había enfrentado a la realidad.

 

Fue cuestión de días el tocar fondo, el sentir que había llegado a la miseria más baja conocida, sentía odio, enojo, tristeza y sobre todo rencor, pero lo que lo provocaba ya no era el rubio era ese bebe castaño que un día viera en brazos de Kotoko y del que él se había hecho cargo aun y cuando sabía que no era nada suyo. Sonrió triste ante eso, el sabía que no había sido más que una tabla a la que su difunta esposa se agarro para no ser señalada por sus padres. Pero aun así la había amado y no solo eso había tenido la familia que por años busco y deseo. Incluso aunque sabia del desamor de Kotoko no se rindió y obtuvo su recompensa.

 

Flash Back

 

-Kotoko no te mueras, Haruhi te necesita-sostenía su mano con fuerza tratando de transmitirle ánimos para seguir adelante. Rogándole que no se fuera y los dejara solos. Sabía que ella no lo amaba, pero la niña no merecía sufrir la ausencia de su madre- Hazlo por ella lucha

 

-Ryoji yo…-su mano cada vez más fría apretó los dedos del castaño, sentía que la vida se le escapaba, esa enfermedad la estaba consumiendo de a poco, podía sentir que el final no estaba lejos y no sabía si alegrarse o entristecerse por ello. Por un lado dejaría de sufrir y por otro dejaba atrás a su hija y a ese hombre que aun sabiéndose utilizado estaba sosteniendo su mano con fuerza tratando de infundirle esperanzas. Toda su vida se había dedicado a perseguir el dinero y el poder hasta que este le había rebotado, dejándola conocer la crueldad de la gente con poder. Pero cuando se sintió abandonada, la persona menos pensada y a quien siempre rechazo, la había ayudado convirtiéndose en un esposo dedicado y en un padre maravilloso.

 

-No digas nada, no te esfuerces todo estará bien ya veras

 

-Eso no es cierto y lo sabes, voy a morir

 

-Sé que es mi culpa, si tuviera un mejor trabajo y más dinero, tu estarías bien-desconsolado se echo a llorar sobre el regazo de la mujer, que empezó a acariciarle el cabello en un intento por calmarlo, afuera de la habitación una pequeña castaña escuchaba esas palabras que la marcarían de por vida-solo los que tienen dinero parecen ser felices, si tuviéramos dinero alcanzarías la felicidad Kotoko, te hubieras curado-la niña castaña que escuchaba tras la puerta empezó a llorar jurándose que un día ella seria inmensamente rica y poderosa y entonces alcanzaría la felicidad.

 

-Eso no es cierto-hablo despacio pues se le dificultaba alzar la voz, con lo que la castañita se perdió las últimas palabras de su madre- sabes que mi mal no tiene cura, aunque tuviéramos todo el oro del mundo, aun así no me salvaría-cof cof empezó a toser sabiéndose a punto de morir-pero quería decirte que comprendí que mi mayor tesoro, fue haberte encontrado…

 

El castaño la miro sorprendido, pues Kotoko jamás le había dedicado más que palabras vacías.

 

-No me mires así, se que sabes que nunca te pude amar como tú a mí, pero hoy se que tu amor es lo único real que tuve. Busque siempre dinero y mira hoy ni siquiera tenerlo me devolvería la salud, nunca fui feliz, nunca disfrute nada de lo que logre, porque siempre ambicione mas y mas, hasta que perdí de vista lo poco que tenia. Tú sin embargo has sido feliz aun a pesar de mí. Te admiro, gracias por querernos. Te encargo a Haruhi… gracias Ryoji-acerco su rostro al castaño que estupefacto recibió un beso lleno del cariño que tanto anhelara.

 

Fin Flash Back

 

Después de eso Kotoko falleció y se encontró solo tratando de criar a una niña que en todo se parecía a su madre, pero que esperaba llenar de felicidad. Tarde se dio cuenta que no solo lo físico se hereda, a veces también los sentimientos traspasan a nuestros hijos destinándolos a sufrir nuestros mismos errores. Aun hoy que habían pasado ya cinco años de la muerte de su niña, se seguía responsabilizando por no haber sabido enseñarle a ser feliz, con la felicidad de los que amamos. Claro que Satoshi lo regañaba cuando se ponía así, recordándole sabiamente que no todo era su culpa, pues Haruhi recibió tanto amor que fue su culpa no contagiarse de ese sentimiento tan bello.

 

-¿Estas despierto amor?-un pelinegro se removió a su lado buscando su calor, al ver sus lagrimas se acerco a besarle-otra vez triste, ¿Por qué?-besó sus mejillas algo saladas por las lagrimas derramadas.

 

-Lo siento, es sólo que con lo de esta tarde, me vinieron a la mente tantos recuerdos, que no pude evitar sentirme triste

 

-Lo comprendo Ryo, sé que no es fácil todo lo que ha pasado, lo que has pasado-pasó sus brazos tras la espalda del castaño, abrazándolo con todo el amor que podía, diciéndole silenciosamente estoy aquí, te amo, cuenta conmigo-pero debes tener fe en que todo se solucionara.

 

-Lo sé, sabes que ahora creo en los milagros

 

-Sí, sobre todo si son de amor-sonrió tomando sus manos para ponerlas en su vientre, el castaño sintió derretirse ante la imagen.

 

-Satoshi, ¿me amas? es decir, se que lo haces, pero ¿de verdad confías en mi para esto?, no lo hice bien antes, no sé si pueda

 

-Claro que si amor, te amo porque se lo maravilloso que eres y no sabes lo orgulloso que estoy de que poco a poco dejes el pasado atrás. Me alegra ver que has reconstruido la relación con Kyouya y los demás.

 

-Tenía que hacerlo, de algún modo se volvieron parte de mí. Además sabes que aun me siento un poco responsable por todo lo que Haru…

 

-Shh amor Ya te he dicho que eso no es verdad-puso sus dedos sobre los labios del castaño impidiéndole terminar lo que iba a decir- deja de culparte por lo que hizo. Me alegro que pudieras perdonar a Tamaki…

 

-En realidad no tenía nada que perdonarle, esa vez en la estación, viéndolo en esa situación me di cuenta que no podía seguir guardándole rencor, cuando sabía que no era responsable por la decisión de Haruhi. Creo que el amor de padre me cegó.

 

-Lo sé amor-abrazo aun mas a su pareja tratando de infundirle todos los sentimientos que por el sentía- te comprendo. Me da gusto que hayas dado ese paso. Aunque me gustaría más que no solo perdonaras a Tamaki- Ryo lo miro desconcertado- Se de alguien que también necesita ese perdón

 

-¿Quién? ¿Mori?, ¿Kyouya?- Sus rostros estaban muy cerca al estar abrazados en la cama, por lo que no fue difícil para Satoshi robarle un beso apasionado que lo dejo aun mas desconcertado…

 

-No amor, ninguno de ellos…

 

-¿Entonces?-otro beso fue robado-no entiendo.

 

-Tú, amor…

 

-¿Yo?...

 

-Sí tú, debes perdonarte a ti mismo, para poder continuar con el siguiente paso…-las manos del pelinegro atrajeron las del castaño a su vientre.

 

-¿Y cuál sería ese?…

 

-Olvidar amor, olvidar y después vivir.

 

 

Notas finales:

Bien espero que les haya gustado, espero su opinion un abrazo...


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