ONE-SHOT: ¿ME DESABROCHAS EL ÚLTIMO BOTÓN?
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Sono-san, tengo que terminar este trabajo para mañana...¡deja de tentarme así!- gritó con sufrimiento Seiji-kun al ver a su amante en la puerta de su estudio desabotonándose la camisa botón por botón muy lentamente, dejándolo ver de a poco su blanco y hermoso torso.
¡Lo estaba torturando visualmente!
- Seiji-kun, he estado trabajando fuera de la ciudad por las últimas tres semanas y durante ese tiempo solo has estado concentrado en tu trabajo. ¿No crees que me has tenido muy abandonado?- dijo con un cierto tono de reproche.-
- No puedo esperar más... ahora estoy en mi limite- añadió con voz suave e insinuadora, acercándose despacio hacia donde estaba su amante con la camisa desabotonada excepto por el último botón.
Se encontraban en un pequeño estudio que ocupaba Seiji-kun para su trabajo. Al lado derecho de la puerta de entrada se encontraba un amplio estante que ocupaba toda la pared con los trabajos finalizados y publicados. Y enfrente de la puerta, al fondo de la habitación, se encontraba el escritorio de madera con la silla que utilizaba y en la que en ese momento su ocupante se encontraba sentado mirando cómo se acercaba a su lado el hombre que hacía enloquecer su corazón.
Sono-san camino lentamente hacia su objetivo, dio la vuelta al escritorio, giró la silla donde estaba sentado su amante y se montó en su regazo quedando frente a él.
Seiji-kun quedó sonrojado por aquél acto tan seductor y tan sorprendido que por un momento quedó mudo.
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¿Me desabrochas el último botón?- dijo Sono-san en su oído y de la forma más tentadora que le fue posible.
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Pero tengo que terminar...
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Yo te ayudaré a terminar el proyecto más tarde- dijo colocando su dedo índice en los labios del joven impidiendo que finalizara la frase.- Ahora necesitas relajarte... Y yo necesito tenerte- finalizó lamiéndose los labios
Seiji-kun no pudo más de excitación. Rompió el último botón que le quedaba por desabrochar de la camisa de su amante y lo besó apasionadamente mientras sus dedos de deslizaban por los rosados pezones de Sono-san, sacándole gemidos de placer que no había tenido el honor de escuchar por tres largas semanas.
Sono-san correspondía el beso de su joven pareja con la mayor satisfacción del mundo al no haber tenido contacto con él por causa del trabajo.
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Ah! Seiji-kun- gimió al ser mordido en uno de sus pezones y que le gustaba tanto.
Pero Sono-san no se quedó tranquilo. Empezó a desabrochar el cinturón de Seiji-kun que se encontraba sentado y comenzó a masturbar su gran y dura erección mientras sus pezones eran lamidos y mordidos. Pero eso no fue suficiente para él, por lo que se bajo del regazo de su amante y se colocó de rodillas frente a él. Acarició un poco más el erecto miembro de su pareja con su mano antes de llevarlo completamente a su boca.
Seiji-kun se sonrojo por el precipitado acto de su amante. Pero disfrutaba increíblemente de la sensación que le brindaba sus expertos labios.
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Sono-san....ah...es suficiente. Quiero que ambos nos sintamos bien. Dejame prepararte- dijo con la respiración entrecortada y la voz profunda.
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Está bien- dijo Sono-san parándose. Pero justo cuando iba a sentarse nuevamente en el regazo de su amante Seiji-kun lo detuvo.
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Dejame hacer lo mismo por ti- dijo Seiji-kun mientras desabrochaba el cinturón, despojaba del pantalón a su pareja y comenzaba a lamer su miembro de manera suave y placentera, deteniéndose antes de que llegara a la culminación.
Seiji-kun mojo sus dedos con el pre-semen que había salido del miembro de Sono-san y solo entonces dejó que volviera a sentarse en su regazo.
Cuando volvió a sentarse con las piernas abiertas, Seiji-kun separó un poco las nalgas del mayor y comenzó a introducir sus dedos de a poco para preparar a su amante que, al igual que él, ya no daba más.
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Seiji-kun...entra...no soporto más- dijo con desesperación en su voz.
Seiji-kun al escuchar la súplica de su amante no pudo resistir más tiempo y penetró a su amante de una sola vez.
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Mmmm... Seiji-kun... ¡más fuerte!- gemía Sono-san al tener a su amante en su interior penetrándolo como hace tiempo no lo hacía.
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Sono-san... ¡Ahh!.... me excitas tanto que no puedo...controlarme- dijo con la respiración entrecortada y a medida que hacía más enérgicas y rápidas las embestidas.
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Seiji-kun...ya no puedo...¡correte dentro! -dijo entre suspiros desesperados de querer llegar.
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Sono-san...¡juntos!- dijo el joven.
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¡AHHHHHHHH!- gritaron al unisono cuando alcanzaron juntos el mayor placer junto a la persona que amaban.
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Seiji-kun. ¿Ves que te hacia falta tomar un respiro?- dijo Sono-san posando un suave beso en los labios de su amante.
Se levantó del regazo de Seiji-kun extendió su mano y añadió:
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Vamos a ducharnos juntos... Y así ayudarte a terminar pronto tu trabajo.
Seiji-kun se sonrojo ante la imagen que tenía:
“Sono-san estaba vistiendo como única prenda la camisa desabrochada, con el último botón rasgado. De su entrepierna escurría el blanco líquido dejado por él. Y por último, le sonreía de una forma tan dulce que lo hacía ver más atractivo”
Muy en el fondo Seiji-kun supo que cuando entraran a la ducha.... No dejaría que Sono-san saliera de él...
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