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Más cerca de mí por Paz

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"Más cerca de mí"


 


Título: Más cerca de mi


Resumen: Un rechazo le lleva hasta la única persona que le ha amado


Autor: Paz


Pareja: Sakuragi Hanamichi y Rukawa Kaede


Disclaimer: Este fic está basado en Slam Dunk, los personajes pertenecen a Inoue Takehiko, no saco ningún beneficio utilizando sus nombres, solo me distraigo colocándolos en situaciones inverosímiles.


Aviso: Ninguno, excepto que se trata de una relación chico/chico. Shonen ai.


"Más cerca de mí"


 


Estoy destrozado, solo he sido un entretenimiento, duele, duele saber que no he significado nada para él, que me hizo amarle con locura para luego de tres semanas arrojarme de su lado, creí haber encontrado el amor verdadero, solo fuí un instrumento para él, me utilizó, usó mi cuerpo para darle celos, manipuló mis sentimientos, se trataba una pelea de enamorados y yo en medio sin saberlo, ignorando que todo aquel fuego, aquel ardor, aquella pasión no me estaba destinada, nunca más sentiré aquella calidez como lava hirviente dentro de mí. Solo fui una revancha, un desquite, ahora se han reconciliado y me ha echado de su vida como un trapo viejo.


Secó mis lágrimas de un manotazo. Como he podido estar tan ciego? Como no me dí cuenta que el pelirrojo nunca podría amarme? He jugado siempre con los sentimientos ajenos, ahora me siento igual que aquellos a los que yo abandone en circunstancias parecidas, no me importaba el sexo, chica o chico me daba lo mismo, no me importaba romper parejas estables si me encaprichaba con alguno de ellos. Ahora comprendo su dolor. La angustia de sentirse abandonado, y una vez más mis pasos se dirigen al mismo lugar, una casa de ladrillos rojos, donde estoy seguro que encontraré consuelo, él siempre esta ahí. Muchas veces he llorado de rabia en sus brazos, y aunque no siempre me da la razón su compañía me ayuda a olvidar el dolor. Hoy me ha tocado llorar a mí.


Cruzo la calle y me acerco al pequeño jardín, traspaso la verja y camino por la estrecha vereda hacia la puerta.


Llamo. Se que esta porque me dijo que iba a estudiar aprovechando que sus padres no están.


Me extraña que tarde en contestar.


Insisto.  


-Koshino, ábreme. Soy yo, Akira. –Digo golpeando la puerta con el puño cerrado- Contéstame, se que estas ahí.  


Silencio.


Me asusta ese silencio, mi corazón se acelera pensando que ha podido pasarle algo.  


-¡¡¡Hiroaki!!!! –estoy gritando su nombre desesperado.  


Solo la idea de que algo malo le suceda abre mi corazón, él es mi verdadero amor, le amo, estaba tan cerca de mí y yo ciego y tonto no fui capaz de verlo. El miedo como una serpiente estruja mi corazón y se apodera de todo mí ser.


Angustiado, golpeo una y otra vez la puerta con toda la fuerza de mi cuerpo, hasta que siento astillarse la madera y la cerradura salta. Me precipito por la casa hasta ese dormitorio que conozco muy bien, donde tantas tardes Koshino ha calmado mi angustia, le encuentro, esta acostado en su cama, tiene una expresión angelical y duerme tan profundamente que no me ha escuchado, y entonces lo veo, su mano empuña un pequeño frasco.


Mi angustia se renueva, me precipito a su lado. Lo tomo y lo veo vacío. Cuántas habrá tomado?  


-¡¡¡Hiroaki!!! –Le sacudo por los hombros intentando reanimarle- Háblame por favor. –Le dejo, voy hacia el teléfono y marco el número de urgencias avisando de lo que ocurre- Es deportista. Es joven, no lo sé, tiene un frasco de pastillas, no estoy seguro, creo que es Diazepam. No, no se que cantidad, ni cuando lo ingirió. Vengan rápido, por favor. La dirección es… –colgó tras escucharle unos minutos.  


Vuelve junto a él y le tomo en mis brazos, lloró por él y por mi.  


-No me dejes…, no ahora que se que te amo…, no te mueras -le digo, aún sabiendo que no me escucha, rogando para que no sea demasiado tarde, acaricio sus mejillas pálidas, y le estrecho contra mi pecho, suavemente, beso sus labios- Vuelve a mi –le pido humedeciendo su rostro con mis lágrimas y llevándole en brazos hasta el cuarto de baño- Provocarle la nausea y el vomito como primera medida. Como hacerlo? Te necesito. Tú eres mi único amor. –Le digo acunándolo en mis brazos, le pongo de espaldas a mí y rodeo su cintura con mi brazo y dejo que su cabeza caiga hacia delante, le meto los dedos en la boca hasta la garganta, siento los espasmos de su cuerpo, le sujeto con firmeza, apoyo mi mano en su frente, para que no se golpee la cabeza. Apenas si ha echado espumarajos. –vuelvo a intentarlo cuando escucho pasos.


-Nosotros nos ocuparemos -unas manos me lo quitan de los brazos- Puedes venir con nosotros.  


Sacudo la cabeza haciéndoles ver que he comprendido, les veo borrosos a través de mis lágrimas.


No pude ir a su lado, me hicieron sentarme delante con el conductor de la ambulancia. El trayecto se me hace interminable. Por fin hemos llegado. Le bajan en la camilla y pasan corriendo por todos los pasillos hasta llegar al quirófano.


Me mandan a la sala de espera.


 


ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ


 


Durante dos horas permanecí esperando, asustado y nervioso, no pude ponerme en contacto con los padres de Koshino por ignorar donde estaban, solo me quedaba esperar.


Al cabo de ese tiempo, se asomó en la puerta un médico.  


-Eres tú quien llamó para avisar de la sobredosis de pastillas?


-Si. Cómo está? –me apresuré a ir a su lado.


-Le hemos hecho un lavado gástrico, afortunadamente le tomamos con tiempo, gracias a ti el paciente se recuperará sin sufrir secuelas. Supiste mantener la calma.


-Gracias a usted, doctor -musite.


-Le están llevando a su cuarto, te avisaran cuando puedas ir. –se va dejándome solo.  


Seco mis lágrimas, no quiero que me vea llorar, siempre es él quien tiene que consolarme. 


Diez minutos después una enfermera me conduce hasta la puerta de su habitación, tras agradecérselo, la empujó y pasó dentro. El cuarto esta en penumbras, me acercó a la cama. Le veo muy pálido, tiene los ojos cerrados. No tiene ningún tubo puesto y parece que esta durmiendo.


Me siento en el borde de la cama, llevó mi mano a su rostro, apartando los cabellos de su frente, le acaricio despacio.


Aunque se que no me escucha le hablo despacio.  


-No vuelvas a hacer algo así, si tu mueres, muero yo, si me faltas no sé que haría. Te amo…, he sido un idiota al no darme cuenta antes. Has sido mi amigo durante tanto tiempo, que ignore lo que mi corazón me decía, solo a tu lado me sentía bien, tú sabías calmar el desasosiego de mi corazón, solo tú eras capaz de tranquilizar mi espíritu. Cuantas veces he acudido a tu lado? Muchas, verdad? Y nunca me faltaban tus palabras de aliento, eres el único en decirme lo tonto que soy, tú sabias que buscaba el verdadero amor, siento haber roto tantos corazones, pero sobre todo lamento haberte lastimado a ti, estuve tan ciego que no me dí cuenta que necesitabas mi ayuda, que tú también tenías tus problemas. Te ayudaré a resolverlos, estaré a tu lado siempre que me necesites, no te pediré nada a cambio, solo que sigas siendo mi amigo.


-¡¡¡Cállate, Akira. Bésame, tonto!! –murmuró roncamente Koshino, tomándome del brazo y atrayéndome a su lado.  


Sorprendido le miró, y poco a poco la comprensión entra en mi mente, me inclinó hacia su rostro y unimos nuestros labios en un tierno y dulce beso.  


-Te amo, Akira.


-Te amo, Hiro.  


Apartó su rostro unos centímetros del mío para decirme.  


-Creí que estabas con Sakuragi.


-Me boto… -dije sin pena.


-Puedo decirte que me alegro? –una tierna sonrisa asomó en su rostro.


-Puedes…, yo también me alegro –sino hubiera sido por eso nunca hubiera llegado a tiempo. Esa idea me producía escalofríos. Acaricie sus mejillas y nuevamente uní mis labios a los suyos. …l dejo escapar un suspiro y aproveche para invadir su boca. No me importo sentir el sabor ácido de las medicinas en su boca, solo deseaba sentirle siempre a mi lado, sentir sus manos en mi espalda y el jadeo entrecortado de su respiración junto a la mía.


-Nunca más hagas algo así –suplique.


Se incorporó abrazándome. Siento sus brazos rodeándome el cuello y su mejilla en mi hombro, sentí el calor de su cuerpo junto al mío. Estuve tan cerca de perderlo, no quiero ni pensarlo. Acaricie su espalda, su pecho se ensanchó con un suspiro y de sus labios escaparan tres palabras que eran una promesa.


-Te lo prometo.


Fin


Empecé y terminé el  8-10-03


Autora: Un fic cortito dedicado a Isis que me pidió un SenKosh, deseando que sea de su agrado, si no es así lo siento, esto es lo que mi mente calenturienta por la gripe ha sido capaz de sacar.


Paz 


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