Kim Kibum se adentró en su nuevo hogar. Él, al igual que otros seis chicos, había sido ubicado en este lugar puesto que TODOS estaban interesados en lo mismo – Crear una banda. No conocía nada de los demás, pero le habían dicho que las edades contaban desde los veintiuno hasta los quince años, y eso que en edad americana. Kibum suspiró al darse cuenta que podría estar en la mitad de aquel rango de edad. No importaba. Estos chicos probablemente eran unos wannabes sin talento. No importaba ahora; Él ya había decidido continuar hasta el final.
No le tomó mucho tiempo a Kibum conseguí una habitación, con dos camas, cerca al baño, para poder acomodar sus cosas en ella. Rápidamente desempacó, estuvo seguro de que todo luciera decente y se sentó en la cama más cercana a la puerta. En el momento en que se acostó, escuchó el ruido de la puerta principal abrirse. Sabía que debía ser uno de aquellos chicos, así que esperó. Quizá este iría a ser con el cual compartiría la habitación. Los minutos pasaron pero nadie entró.
Lentamente Kibum fue levantándose, la puerta no estaba cerrada así que decidió salir fuera. Como caminaba por el pasillo, fue revisando las demás habitaciones, no encontrando nada ni a nadie. Cuando al fin llegó al living, pudo observar a un muchacho acostado en el sofá. Era casi medio día, así que o ese chico no había dormido lo suficiente o simplemente era perezoso, de igual manera, Kibum no supo que decir o hacer.
No tuvo qué.
Eli Kim sintió como si estuviera siendo observado. Lentamente, se sentó derecho y dio la vuelta a su cuerpo para mirar detrás suyo, haciendo contacto visual con el otro hombre. No era muy delgado, pero Eli sabía que podía demostrar más músculos que él. Tenía un cabello negro y le recordaba a un cantante que hace poco había visto en la televisión.
Eli se levantó, sintiéndose un poco rudo por haber irrumpido en la casa sin haberse presentado primero. Observó al muchacho de cerca. Quizá fue una mala idea, porque este dio un paso hacia atrás al momento en que lo hizo. ¿Era realmente así de intimidante? Dio un suspiro y se paró en frente del sillón.
“¿Qué hay? Soy Eli Kim.” Ni siquiera se molestó de extender su mano para que el otro la estrechara, podría asustarlo y hacer que huyera.
No. En vez de asustarse, fue el turno del contrario en hacer lo propio. “Yo soy Kim Kibum.”
Eso desconcertó a Eli por un segundo. ¿Kim? Es cierto, habían muchos jóvenes con el apellido Kim como suyo, ¿Pero el chico que se le hizo familiar no tenía ese apellido también? Sin ponerse a pensar demasiado en aquello, caminó alrededor del sofá para así sacudir la mano que el chico mantenía extendida. Aunque Kibum había parecido asustado minutos antes, Eli pudo notar lo fuerte que en serio era con tan solo volver a hacer contacto visual con él.
Después de una breve estrechada de manos, Kibum se sentó en el sofá.
El silencio que se mantenía entre ambos muchachos se hacía más incómodo conforme el tiempo seguía transcurriendo. Pero no demoró mucho antes de que la puerta se abriera otra vez. Esta vez, alguien al fin dijo algo.
“¡Hola! ¡¿Hay alguien más aquí además de mi?!” La voz de aquel muchacho era definitivamente fuerte. Kibum y Eli casi saltaron del sofá arremetiéndose contra el otro mientras se dirigían hacia la entrada. Estaba claro, no solo su voz sonaba fuerte sino que su apariencia también era la de un chico con fuerza. Sin intimidar realmente, ya que la sonrisa que mantenía de oreja a oreja le hacían ver bastante amigable, especialmente al ver los otros dos jóvenes.
“¡Hola! Yo soy Shin Soohyun. Supongo que ustedes dos hacen parte de los demás seis.” Soohyun no extendió su mano en saludo, ya que sostenía con ambos brazos sus maletas. Eran demasiadas y realmente lucían muy pesadas.
Eli, quien había estado silencio por un tiempo, decidió hablar. “¿Qué tal? Soy Eli Kim.”
“Y yo Kim Kibum.” Dijo al segundo después de Eli. El silencio casi se volvió incómodo, por suerte Eli habló de nuevo.
“¿Necesitas ayuda con, uh… Tus maletas?” Estaba mirando la cantidad de bolsas que estaba cargando, alrededor de dos o tres por brazo, aparte de una en su espalda. ¿Hacía ejercicio o qué?
Soohyun caminó en medio de aquellos dos muchachos. “Nah, las llevaré a mi…” Miró de reojo por encima de su hombro. “¿Qué habitación es la mía?” Soltó una risa nerviosa. Eli no dijo nada, puesto que ni él mismo había encontrado un cuarto tampoco. Así que todos los ojos fueron a parar a Kibum.
Kibum miró tras suyo, luego devolvió la mirada a Soohyun. “Yo elegí la mía. Así que supongo también puedes hacer lo mismo. Hay cuatro…” Fue minimizando el volumen de su voz al tiempo en que Soohyun asintió y se encaminó hasta el pasillo. Revisó cada habitación. Eran bastante grandes cómo para que dos personas vivieran allí, por consiguiente habían dos camas, pero él no quería compartir habitación con nadie.
Él suspiró. Quizá sí debía compartir el lugar. Hasta el momento no se había encontrado con ningún cuarto que no tuviera dos camas. Casi se da por vencido, cuando yendo al final del corredor, encontró una habitación, más pequeña que las otras claro, pero solo teniendo una cama. Con una gran sonrisa, se adentró en ella y dejó en el piso sus maletas soltando un audible “Uff” al hacerlo. ¡Ciertamente, aquellas bolsas le habían estado matando! ¡Eran tan pesadas! ¿Por qué había traído tanta cosa?
Después de haber puesto todas sus cosas en su ahora habitación, y después de haberlas organizado en perfecto orden, salió del cuarto. Caminando por el corredor, pudo ver cómo — ¿Era Eli? — desempacaba sus cosas. No dijo nada ni esperó a que aquel muchacho se diera cuenta de su presencia. Caminó por el pasillo y se adentró nuevamente en el living. La televisión estaba encendida y pudo ver al otro muchacho sentado en el sofá — Derecho y apropiadamente.
Kibum quitó su vista de la pantalla para poder a ver a Soohyun de pie entre aquel corredor y el salón, estaba a punto de hablar pero de nuevo el sonido de la puerta al abrirse los interrumpió. Kibum y Soohyun se miraron mutuamente antes de que ambos dirigieran sus miradas a la pequeña entrada que dirigía a la puerta principal. Nadie dijo nada, pero pudieron observar a otro hombre entrar en el edificio. Era pequeño. Tenía una hermosa, pero quizá demasiada bella, cara. Dos maletas y era todo.
“¿Carga ligera?” Soohyun fue el primero en hablar. Supuso que sorprendió al nuevo integrante, porque le miró con ojos muy abiertos.
“Uh…” El chico observó el par de maletas, luego sonrió levemente. “Sí. No le vi sentido traer demasiadas cosas cuando al final, quizá lo demás que tenga, sea porque lo he comprado.”
Soohyun pudo notar cómo Kibum se reía disimuladamente atrás suyo. Simplemente rodó sus ojos, ignorando a Kibum. “Claro… No tiene sentido.” Se aclaró la garganta. “En fin, yo soy Shin Soohyun. Y este es…” Hizo una ligera pausa recordando el nombre de aquel joven que estaba sentado en el sofá. “Kim Kibum.” Eso sonó más a una pregunta que a una afirmación, pero Soohyun no tuvo mucho tiempo para en serio preguntar puesto que el recién llegado sonrió y asintió.
“Un gusto en conocerlos a ambos, yo soy Lee Kiseop.” Dejó con cuidado una maleta en el piso para después estrechar la mano de Soohyun y saludar a Kibum desde lejos, este último seguía concentrado mirando la televisión. Agarró de nuevo su bolsa, y empezó a mirar a su alrededor. “Y mi habitación será…” Dejó la frase en el aire.
“¡Claro! Solo camina hasta aquel corredor. Elige la que quieras, excepto la última, esa es mía.” Soohyun sonrió y se sentó en el sillón contrario a Kibum. Hasta ahora, se encontraban cuatro de los siete en la casa. ¿Cuándo se dignarían los otros a aparecer?
Kiseop continuó caminando por el pasillo que se le había indicado. La primera parecía muy aterradora, tenía dos camas y estaba muy lejos del baño. La segunda habitación estaba cerrada. Sin golpear antes, abrió la puerta lo mejor que pudo con sus manos cargando sus maletas. La puerta movió dejándole ver el interior del cuarto, al igual que un hombre medio desnudo dentro.
Las maletas que se hallaban en las manos de Kiseop cayeron al piso, al igual que su mandíbula.