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Cuando el amor se aleja por Paz

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Notas del fanfic:

Es un one shot, espero que os guste.

Notas del capitulo:

Lo tenía a medias escrito y hoy aprovechando un ratito que estaba sola decidí terminarlo. Hanamichi mantiene un sentimiento bastante atipico, teniendo en cuenta que esta solo.

Cuando el amor se aleja


Por Paz


Este fic está basado en los personajes del manga Slam Dunk creados por Inoue Takehiko

 

 

 

Aquella noche fue la última de su vida junto a Kaede, él acababa de salir del piso que habían compartido durante los últimos años.

 

El amor que había creído eterno, acababa de hacerse añicos, cuando le escuchó decirle que ya no le amaba, su corazón se estrujó en su pecho como si una mano férrea se cerrara en torno a él, cortándole la respiración por el dolor que sus palabras le producían.

 

Aún recordaba con emoción la tarde que se habían casado rodeados de todos sus amigos, y como él le sostenía cuando felices se disponían a partir en un descapotable rojo.

 

Kaede para esa memorable ocasión se vestido con un traje oscuro, con cuello blanco, y corbata de pajarita sobre una camisa gris perla con volantes en la pechera.

 

Él iba vestido con un traje de un blanco inmaculado, la prueba irrefutable que esa noche iba a entregarle su virginidad, que él iba a ser el primer y único hombre que iba a poseerle.

 

Durante años pasearon su felicidad por todas las ciudades por las que pasaban, fueron unos viajeros infatigables, se amaron en todo tipo de hoteles y lugares, finalmente decidieron a había llegado el momento de crear un hogar estable, de ir en busca de la familia que siempre desearon tener, eligieron la ciudad donde se habían conocido y donde continuaban viviendo muchos de sus amigos, inevitablemente, todos los intentos por tener un hijo se malograron.

 

Ahora, en la soledad de su casa, sabe que fue su esterilidad la que consiguió que Kaede dejara de amarle, bien sabía hasta que punto se habían esforzaba, los especialistas que visitaron, las pruebas que se realizaron hasta que confirmaron que Kaede era fértil, el problema provenía de él. Su cuerpo no respondía y sus ilusiones de tener una familia fueron desapareciendo un poquito más, cada vez que un nuevo médico confirmaba lo que ya sabían.

 

Llevaba algunas semanas notando que Kaede se ensimismaba en sus pensamientos, que se cerraba por completo a él, creía que debía tratarse de problemas en su empresa y para no incordiarle no le atosigó con sus preguntas, ahora lamentaba no haberlo hecho, interesarse por sus problemas, saber que le ocurría, empezaba a creer que fue su falta de interés lo que pudo hacerle pensar a Kaede que había dejado de amarle y empezó a cuestionarse si él también había dejado de quererle.

 

Pasa mucho tiempo debatiéndose en conjeturas que no le conduce a nada, porque Kaede se ha marchado pidiéndole que no haga nada por buscarle, por querer hacerle cambiar de idea, porque el amor que sintió por él no volverá.

 

Sabe que no hará nada, que respetará su deseo, sobre todo cuando una tarde consiguió verle del brazo de otro hombre que ha conseguido darle lo que tanto deseaba: un hijo.

 

Sus miradas se cruzaron apenas unos segundos, y tuvo la certeza que el amor de Kaede seguía siendo suyo, solo que las circunstancias les habían separado.

 

Ese bebé les había separado, aunque quisiera no podía odiarlo, porque tenía la esperanza que algún día Kaede volvería a su lado y con ese sentimiento espero pacientemente.

 

No fue aquella la única vez que coincidieron, se veían desde la distancia, sus miradas se buscaban, pero ninguno de acercaba al otro como si pensaran que de hacerlo no se resignarían tan fácilmente a la separación.

 

No contaba los años que pasó solo, de vez en cuando se enteraba de algo nuevo referente a Kaede, el triunfo de su hijo en la preparatoria, era tan buen basquetbolista como su padre, la muerte de su pareja, la entrega total hacia su hijo adolescente, su amor de padre era elogioso, la graduación en la universidad y finalmente la boda de su hijo.

 

A través de sus compañeros iba conociendo como transcurría la vida de Kaede, se consolaba pensando que algún día volvería con él.

 

Esa noche, le imaginaba feliz, dando la bienvenida a la esposa de su hijo, deseándoles prosperidad y felicidad, seguro que le darían nietos y entonces se consagraría a ellos, Kaede había conseguido la familia que deseaba.

 

Escuchó la llamada a la puerta y se sorprendió pues era muy tarde para hacer visitas.

 

Se levantó del sillón posando el vaso medio vacío sobre la mesilla, durante esos últimos años necesitaba beber algo fuerte para conseguir dormir sin que los recuerdos atosigaran su mente.

 

No tenía nada de valor en la casa por lo que abrió la puerta confiado, su mirada se posó en el hombre que estaba frente a él, convencido que había bebido en exceso y estaba teniendo una alucinación.

 

-Perdóname, Hanamichi… -su voz contrita fue suficiente para hacerle comprender que era real, que Kaede estaba allí.

 

Le tomó del brazo animándole a entrar, cerró la puerta tras él y sin palabras le condujo hasta su dormitorio, aquel que veinticuatro años atrás habían compartido.

 

Esa noche Kaede lloró en sus brazos y él supo cuanto había de cierto en aquella frase que una vez leyó, cuando el amor es verdadero siempre vuelve a uno.

 

Abrazado a él sabía que les quedaban muchos años aún para compartir y esta vez nada ni nadie le apartaría de su lado. Ésta vez no permitiría que nadie le arrebatara la felicidad a la que tenían derecho.

 

Fin

 

Paz

 

4 de octubre de 2011


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