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Mirame por Adid

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Notas del fanfic:

Kukuku

Valla! Hasta que puedo terminar algo.

Estoy atorada con un par de encarguillos y quisiera terminarlos antes de seguir mis otros pendientes XD

Y bueno, los que me conocen (si es que alguien lo hace) Sabra que con fics largos nomas no doy una XD Mientras tanto uno que otro one-shot pequeño no hará daño. En especial para seguir alimentando la hermosa pareja GaaLee =D

Notas del capitulo:

Ya saben que ni Gaara ni Lee me pertenecen, solo los tomo para divertirme un rato y no gano dinero con ello =D

Nota: El verso de al principio es parte de la letra de La niña que llora en tus fiestas, de La oreja de van gogh. Hermosa canción, la recomiendo *-*

 

 

Mírame, con la estrella polar a mis pies

Vuelvo a casa perdido otra vez

Porque no se dejar de adorarte.

**~~~**

POV's Lee

 

Es increíble las vueltas que pude dar la vida. Hoy estas tomando de una taza  humeante en una cafetería casi desierta abierta a altas de la noche. Mañana, mañana tal vez no ya no estés en ninguna parte. Las personas llegan y se van o sencillamente pasan por tu lado sin mirarte. 

Suspiro, es difícil no dejarse llevar por la melancolía en momentos como este.  Y rememorar aquellas de esas personas que lograron dejar su huella en ti. Algunas de las cuales son demasiado profundas.

Cómo no recordar a aquel pelirrojo cuando fue sencillamente lo mejor que me ha pasado.  Me doy cuenta ahora, aunque en el fondo creo que siempre lo supe. Cómo no haber amado esos ojos tan azules y gélidos cual más hermoso  y fino tempano de hielo. 

Tomo una calada a mi cigarrillo mientras mi mente vuelve a jugarme sucio al evocarlo de nuevo.  La verdad es que desde que se fue comencé una ligera adicción al cigarro. Supongo que su olor me recuerda  a él.  Y eso me es suficiente para no importarme quemar mis pulmones con ese humo venenoso.

Y pensar que todo inicio de una manera tan sencilla, toda nuestra historia luce tan irreal que hay veces que me pregunto si no habría sido sino un fugaz sueño. 

Nos conocimos una noche en un bar. Una noche de copas entre tantas otras, y una noche de sexo que no debería haber sido más que un encuentro fugaz. Hasta entonces jamás lo había visto, pero bastó una sola mirada hacia él para darme cuenta que era uno de los seres más hermosos sobre la faz de la tierra.  Su  cabello me cautivo al mismo tiempo que tus ojos me abrumaron.

Comenzó con un beso  atrevido, y término con nuestros cuerpos perdidos entre las sabanas frías de algún motel. Lo único que conocí de él esa noche, aparte de la sensualidad inigualable de su  entera belleza, fue su nombre.

Gaara.  En ese momento supe que no lo olvidaría jamás.

La mañana me recibió desnudo, satisfecho, … y sólo.  Me ataco la decepción más no la sorpresa. Cómo dije, solo era otro de tantos, pero sin duda uno inigualable.  Tan solo tome mi ropa y regrese a Konoha para seguir con mi tranquila vida.

Mas cuán grande sería mi sorpresa al volverlo a ver un tiempo después.  De nuevo frente a mi su cuerpo, y el hermoso contraste de lo fogoso de su pelo con lo gélido de su mirada. Pero es que así es exactamente como era él mismo.  Una obra maestra de matices y contrastes.

No sé si se sorprendió  al verme tanto como yo lo hice, o si se alegro tanto como yo.  Su cara siempre era una máscara difícil de descifrar, en el tiempo que estuvimos juntos jamás fui capaz de leerla por completo. 

No me dio ninguna clase de explicación sobre aquella mañana y yo tampoco se la pedí. Pasamos la tarde juntos, hablando de nada en específico y, de nuevo, terminamos en la cama.   Esta vez sin el efecto del alcohol fue una experiencia incluso mejor, si eso era posible, que la anterior.

De nuevo desperté yo sólo la mañana siguiente, pero esta vez con la agradable sorpresa de un número telefónico escrito en una servilleta sobre la mesita de noche junto a la cama.

Esa misma tarde lo llamé y fue un alivio escuchar su voz contestarme, de alguna manera estuve feliz de que no se tratara solo de una broma cruel.  Quedamos en volver a vernos esa misma semana.  Yo estaba más que feliz.

Fue así como comenzó nuestra “relación”.   Aunque nunca estuve seguro de qué era esta precisamente. No creo que hayamos llegado a ser novios en algún momento, a veces creo que ni siquiera pudiéramos avernos considerado amigos. Pero en definitiva éramos mucho más que simples amantes ocasionales.

Nos veíamos siempre que podíamos. Al menos una vez a la semana. Cuando lográbamos un espacio para vernos por la tardes solíamos ir a tomar algún café o por una buena copa, jamás he sido de beber mucho, pero en su compañía todo era diferente. Íbamos al cine o simplemente a pasear por el parque, disfrutando de nuestra mutua compañía. Solía regañarlo por su mala costumbre de fumar todo el tiempo.  El solo gruñía pero después de un rato dejaba de lado su cigarrillo aunque fuera solo para besarme.

No hablaba mucho, en especial sobre  él mismo. Aun así logre conocer un poco de él. Trabajaba como contador en una importante empresa y ganaba bastante bien. Algunas veces mencionaba un hermano y una hermana que vivían en el extranjero y en una sola ocasión nombro  a su padre. Lo hizo con una amargura tremenda pero fue solo una pequeña mención y de inmediato cambio el tema no queriendo ahondar en él. Nunca me hablo de su madre ni de ningún otro familiar o amigo. 

Yo en cambio pasaba horas enteras hablando sobre mi vida. No conoció muy a fondo a mis amigos físicamente pero a puesto a que llegó a saber el nombre y la historia de cada uno de ellos. Le hablaba de querido maestro, de mi trabajo, de mis sueños. Todo el tiempo con el entusiasmo que tanto me caracterizo en mi juventud. Mientras el escuchaba  con una expresión entre divertida y fastidiada. Siempre he pensado que lo segundo era para disfrazar lo primero.

Por las noches era otra cosa. Nos veíamos en su departamento, o en él mío. O en algún hotel que estuviera cerca y ahí descargábamos toda la pasión que sentíamos el uno por el otro. Su natural personalidad estoica se transformaba para convertirse en un  amante de lo más vigoroso y apasionado.  Nos amábamos toda la noche para al otro día volver a convertirnos en simples amigos. Sin cursilerías ni estupideces, como él las llamaba. Y sin derecho a celos, aunque en ningún momento alguno de los dos dio motivo para ello.

“Dime que me quieres” Le llegué a pedir.

“Yo no quiero a nadie” Me contestó.

Pero yo sabía que sí. Que me quería. Jamás lo dijeron sus labios pero yo podía sentirlo. En sus ojos que de pronto ya no eran tan fríos como al principio. En su cara. En sus manos cuando me recorrían el cuerpo con esa sensualidad que solo él poseía, tocándome los hombros, la espalda, mi sexo. En sus labios siempre tan ardientes que se adueñaban sin piedad de mi boca y marcaban a su gusto mi cuello. En sus tobillos sobre mis hombros, en su calidez que me apretaba. En su forma tan fogosa de tomarme. Cuando abría mis piernas sin delicadeza pero con cierta ternura y se adentraba en mi mí con fuerza haciéndome tocar los más altos cielos y alcanzar los más deliciosos orgasmos. En la forma en que siempre me escuchaba y nunca ponía pretextos  o peros para vernos.

Pero en esta vida todo acaba, por más maravillosa que pueda ser una aventura, está irremediablemente llegará a su final.  Un día simplemente no apareció más. Ni tampoco volvió a contestar ninguna de mis llamadas. Cuando fui a buscarlo a su departamento sus vecinos me confirmaron que se había mudado al parecer a otra ciudad por motivos del trabajo.  Extrañados de que yo no lo supiera, pues seguramente nos habían visto juntos en más de una ocasión, me miraban con algo que asquerosamente parecía lastima.

Se fue sin siquiera un adiós. Lo he buscado. Claro que lo he buscado. Pero siempre ha sido en vano. Después de un tiempo deje de hacerlo con tanto ahincó y me decidí a seguir con mi vida. Sin embargo, claramente y a pesar de los años, no eh logrado olvidarlo. Quizás, aun en el fondo, mi corazón guarda alguna esperanza de volverlo a ver y volver a sentir sobre  mis labios los suyos. 

 

OWARI

**~~~**

 

Notas finales:

Espero les haya gustado ^-^


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