Wake me up when september ends por hinahime

-¡Camus! ¡Camus!-gritaba un lindo niño de cabellos rubios mientras corría- ¡Camus! ¿Dónde estás?-

Por entre las sombras de los arboles salió un pelirrojo de su misma edad que le tomo de las manos.

-¿Milo? ¿Qué te pasa?- pregunto preocupado mientras secaba las lagrimas de su amigo-Tu…-

-¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿No confiabas en mi?-pregunto en un susurro-Te irás mañana del Santuario…¿Por qué no me lo dijiste?-

-…-

Durante un instante que pareció eterno, no dijeron nada, mientras el viento soplaba entre los árboles.

-Milo, debemos volvernos más fuertes, es nuestro destino ser Santos ¿no?-

-Pero te irás a Siberia, ¿no hay forma de que sigas entrenando aquí? ¿De qué… no tengamos que separarnos?-

-Si así fuera la hubiera encontrado… yo… quiero que nos volvamos a encontrar… una vez que hayamos cumplido nuestro destino… ¿me esperaras?-

Milo se quedo viéndolo, las palabras que el de ojos aguamarinas le habían sorprendido, sin duda lo que más había temido era que su amigo lo olvidara mientras estaba lejos, mientras que el mismo lo recordaría cada día que le quedara de vida.

-¿Milo?- se quedo congelado al no obtener respuesta de su amigo-entiendo que no quieras…

-Camus, te esperare- dijo devolviendo el brillo a la mirada de su amigo- creo que… también tengo que …-una sonrisa cruzo su cara-darte un regalo de despedida ¿no?-

Puso sus pies en puntillas, mientras el tiempo se detenía cuando sentía cada vez más cerca el aroma de Camus, su mirada sobre si, el calor de sus labios…

Cuando termino la reunión en la sala del Patriarca, tácitamente ambos caballeros se demoraron  hasta que todos los demás ya habían entrado a sus casas. Se encaminaron entonces a la del acuariano, que era la que quedaba más cerca.

En ningún momento sus manos se separaron, habían sido no más de 2 o tres veces que se habían encontrado después de su promesa, y siempre las misiones les apartaban de inmediato. Una sombra se alojaba en sus corazones, pero habían decidido que aprovecharían desde ese momento todo el tiempo  que tuvieran. Aquel amor de niños había evolucionado en una pasión culposa, quizá superior a la devoción hacia su diosa. Pero , en esos momentos, en que sus cuerpos se fundían en uno solo y no sabían mas que del placer que daban y recibían a su compañero, realmente les importaba poco; tal vez ignorándolo, temerosos de la sacrílega respuesta.

Al día siguiente, llenos del sentimiento que compartían, acudieron al llamado de su deber, de su destino;  siempre bajo la promesa de volver a verse.

En ese momento, Milo solo deseaba no haber echado esa promesa que le sabía ahora a maldición. ¿Acaso había llamado a Camus a aceptar deshonrarse eternamente con aquella determinación de volver a verlo? ¿Acaso había obligado al ser que amaba a sacrificar su alma por su egoísmo? Pero en el fondo de su alma se sentía más culpable aun, porque en realidad en todo momento había seguido esperándolo.

Wake me up when september ends ----Green Day