Han sido amigos por años.
Por años, Jonghyun lo ayudaría con cualquier clase de problema que ocurriera en su vida amorosa, aceptándolo como una forma de castigo por la inmensa idiotez que había sido enamorarse de su mejor amigo.
Le mintió desde el primer momento en que se conocieron. Y le ha mentido desde entonces, pretendiendo que eran amigos, cuando en realidad, para Jonghyun fue amor a primera vista.
Un amor no correspondido que le profesaba su amigo.
Rio ante su propia estupidez, el sonido muriendo rápidamente, dejando un amargo sabor a su paso. El joven sentado a su lado le dirigió una preocupada mirada pero no dijo nada, dejando el silencio entre ellos durar un poco más.
Tenía todas las razones para sentirse amargado. Había tenido muchas oportunidades para confesársele a Jinki pero nunca hizo uso de ninguna de ellas. Nunca le insinuó nada, asustado por la idea de perder a un amigo si lo hacía. En vez de eso, solo había estado allí para Jinki, siempre tratando de ayudarlo, apoyarlo, asegurarle que tenía alguien en quien confiar. Para ser sinceros, Jonghyun simplemente había estado allí. Y es así como observo el corazón de su amigo romperse muchas veces, una y cada una de las chicas siendo ‘la indicada’. Ha estado con él en sus horas más oscuras, a su lado, siempre ayudándole a pararse con la frente en alto cada vez.
Observó también la forma en que la mirada de Jinki cambió al toparse por primera vez con la propia hermana de Jonghyun .
Porque no pudo ser yo, Jonghyun pregunto entonces, sufriendo con los dolores de un corazón roto que se había ganado por su cuenta, él y solo él. Sabía que Jinki nunca lo había visto como algo más que un amigo. Es por eso que Jonghyun nunca se le había confesado a Jinki, o al menos así le gustaba pensar. Tambien pudo ser culpa de su cobardía. Eso, nunca sabría.
Que clase de destino cruel había hecho que su mejor amigo, también el hombre que amaba, se enamorara de su hermana, eso, tampoco sabía.
Lo que si sabía era que había un límite para su paciencia. Y ese límite fue cruzado cuándo Jinki le dijó que se casaría con su hermana. Pero no fue hasta que algo tan inevitable como conocer a la familia, por ende teniendo a Jinki y a Song Dam en una sola habitación, mandándose miradas de amor verdadero por toda la sala, que se volvió inaguantable y finalmente decidió hacer algo sobre esos sentimientos no deseados habitando en su corazón. Y decidió hacerlo de la misma forma en que hacía todo lo que realmente importaba en su vida. Solo.
Recordó todas esas veces en que Jinki lo rechazó por una cita, o cuando solo se olvidaba que iban supuestamente a salir juntos. Todas esas veces cuando Jonghyun hizo lo imposible para tan solo hacerle un favor a Jinki. Todas esas veces en que Jinki lloraría en su hombro sobre lo injusta que era la vida, pero nunca se preguntó porque Jonghyun se quedaba en silencio al cuestionar la justicia de esta. Y por último, todas las veces en que le hacía preguntarse a Jonghyun si siquiera era merecedor de ser su mejor amigo. Y eso si que le hacía sentir amargo a Jonghyun , porque él era el egoísta entre ellos dos, el cobarde, después de todo.
Cuantas veces trataba de mandarle un mensaje. Cada vez esforzándose tanto en presentar sus sentimientos en palabras, solo para eliminarlo y nunca enviarlo. Cuantas veces se habían esas palabras atascado en su garganta, casi listo para vociferarlas, pero nunca haciéndolo porque estaba demasiado asustado.
Se daría cuenta Jinki siquiera de cuanto coraje le tomó el llamarlo y decirle todo en persona?
Probablemente no, pensó Jinki cuando miró la vacía expresión en el rostro de su amigo al estar en el apartamento de Jonghyun, el aire entre ellos lleno de incomodo silencio. Y aunque Jonghyun no tenia ninguna esperanza (o nunca admitiría que la tenía), sabía que había una brecha entre ellos. Algo entre ellos había cambiado y era irreversible.
“Nunca pude ser suficiente para ti, verdad?” murmuró, y no pudo evitar la forma en que su aliento se atascó en su garganta. Decirlo en voz alta dolía.
“Dios, Jonghyun, que quieres que haga?” el otro hombre pregunto y le dirigió otra mirada, su expresión rígida, carente de su usual cálidez. Moviendo su celular entre sus dedos distraídamente, abriéndolo de golpe y cerrándolo otra vez, proporcionadole a Jonghyun un vistazo de una foto de su hermana que Jinki había puesto de fondo.
Jonghyun pensó sobre eso por unos momentos antes de responder, aunque ya tenía la respuesta desde hace mucho tiempo. “Nada, Jinki. No quiero nada de ti. Solo…solo piensa de esto como mi último adiós,” lo dijo y también le hirió, haciéndolo preguntarse cuando hablar se había convertido en una acción tan dolorosa.
Jinki sacudió la cabeza. “No, no, no, Jonghyun!” dijo, alzando la voz, sorprendiendo al otro, que no esperaba tal reacción de parte de Jinki.
“No puedes andar por ahí confesándotele a tu mejor amigo noches antes de su boda, por Dios!” dijo al levantarse de la silla.
Jonghyun mordíó su labio. Estaba preparado para lo peor pero esto no tenia cabida en sus planes. Aunque de nuevo, no había planeado enamorarse de él. Pero tomo una decisión y le tomo tanto hacerla, que realmente no debería ir en contra de ella, ahora que podía finalmente irse, verdad?
“Lo siento Jinki. No puedo seguir así,” dijo y sintió como su corazón se rompía un poco más, deseando que esta conversación terminara de una vez. Deseando que esto finalmente terminara.
“Pero como podía saberlo!? Nunca me dijiste!” Jinki protestó pero volvió a tomar asiento. Se veía casi como un pequeño niño en ese momento, tan perdido, tan confundido.
Jonghyun suspiró. “Como podría habértelo dicho? Conocí a cada una de las chicas que te gustaron desde el primer grado. Asi que dime, Jinki, como podía yo decirte?” declaró y se levantó de la mesa, apenas conteniendo las lágrimas. No quería llorar todavía, no en frente de Jinki.
Para su gran sorpresa, Jinki tomo agarre de su codo, deteniéndolo de alejarse.
“No puedes irte así,” el mayor susurró, y le hizo temblar, porque en serio, su mirada era demasiado fría.
Jonghyun sacudió la cabeza y tomo un paso atrás. No tenía nada de esto planeado, y de alguna manera el irse parecía la única manera de enmendar lo que quedaba de su roto corazón. Eso fue al menos lo que pensaba y se aferró a esta determinación como si fuera el último hilo que lo manteniera de su inminente ahogo.
“Este es mi adiós,” susurró de vuelta, atreviéndose a mirarlo a los ojos. Se sentía pequeño, tan pequeño, en ese momento, pero al mismo tiempo no lo suficiente. Nunca deseó desaparecer tanto en su vida.
“Y este es el mío,” Jinki vociferó su respuesta y para el horror de Jonghyun lo envolvió en sus brazos.
Lo había tomado por sorpresa porque no podía encontrar la fuerza para zafársele. Aunque muy dentro de él sabía que no lo haría, aunque no fuera tan débil ante la fría mirada, tan extraña proviniendo de Lee Jinki.
Obviamente carecía de experiencia con hombres, esperando que Jonghyun fuera valiente, que fuera duro. Pero el más joven no lo era y el sexo con Jinki le hería en tantos niveles y en formas que nunca hubiera esperado.
Sin importar cuantas veces había soñado sobre esto, sobre Jinki haciéndole el amor, no era nada de lo que se suponía que debía ser. Jinki debió haber sido de él y solo de él, pensó, el distante recuerdo de su hermana aflorando lágrimas en sus ojos. O tal vez era el dolor, partiéndolo en dos cuando Jinki finalmente se encontraba dentro de él, sin compasión suficiente, sin preparación suficiente. No es que nada pudo haberlo preparado lo suficientemente bien para el sentimiento de tener a Jinki dentro de él.
“Asi que, esto es lo que querías,” preguntó y pudo muy bien también haberle pegado una bofetada ya que sonaba exactamente a lo que se refería. Tan solo era Jinki, preguntándose si era este el contento de las fantasias de Jonghyun, cuando en realidad, significaba mucho más para el más pequeño.
Sacudió su cabeza, dando bocados de aire cuando trataba de aliviar la tensión amarrando sus entrañas, haciéndole difícil para que Jinki siquiera se moviera.
No, esto no era lo que quería. No debía sentirse tan vulnerable bajo el. No se suponía que debía hacerlos trizas. Pero aun asi no podia evitar sentir como se alejaba cada vez más de él cada vez que Jinki se impulsaba dentro de él.
No muchas palabras fueron dichas cuando Jonghyun estaba tomando con fuerza los brazos del mayor, agarrándose de él como quisiera salvarse del mismo Jinki, y del daño que este le estaba causando. Y Dios, no quería perderlo, no así. Pero las cosas estaban dichas y las cosas estaban hechas y no podían seguir así, como es aparente que no había espacio para ambos, en la vida del otro.
Tal vez Jinki fue un poco, muy insistente, determinado en decir su adiós de la mejor forma, sus labios trazando el pecho de Jonghyun con besos que quemaban como el ácido, dejando aún mas heridas en la piel del otro. Su fría mirada de antes derritiéndose cada vez que Jonghyun jadeaba y gemía bajo él, y tal vez le hizo algo a su corazón. Bueno, al menos se sintió bien. Mucho mejor de lo que pensó que tener sexo con un hombre sería. Y parecía casi triste cuando se alejó de él, nostálgicamente tocando los cabellos de Jonghyun en una forma de disculparse, aunque Jonghyun no quería sus disculpas.
Se sentía humillado, y a pesar apenas haber estado llenado por Jinki, se sentía vacío. Perdió su corazón y su amigo, todos al mismo tiempo. Probablemente haya perdido su valor como hombre ante los ojos de Jinki. Ahora no era nada para él y tal vez el otro hombre estaba enojado con él o tal vez no le importaba en absoluto. Pero Jonghyun sospecha la última ya solo el sabe lo atento que era Jinki. Su hermana realmente no pudo haber encontrado un hombre mejor en este mundo. Lástima que no pudo haber sido él.
No fue culpa de Jinki, no. Fue Jonghyun, que simplemente era demasiado bueno lastimándose a sí mismo, y probablemente hiriendo a Jinki en el camino, como también se daría cuenta en unos pocos años. Y tal vez fue una decisión egoísta. Pero a veces hay que ser egoísta para sobrevivir.