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Un capricho del dios Bodom. por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Ya me piqué con esto de los metaleros gays pero vaya si dan tela de dónde cortar. Sobre todo los de COB.

Y no soy la unica en pensarlo, por ejemplo, mi amiga "theevilthatwarmendo", coautora de este fic, también lo cree. Casi casi es un dogma de fe de la religión Bodom.

Confiamos en que las hordas de fans que nos consideran herejes no nos pillen para quemarnos en la hoguera, pero como dijo otra amiga, Lady Henry, "si no ha ido a prisión Pinochet voy a ir yo!"

Notas del capitulo:

Repito: este fanfic narra un trío entre Alexi, Janne y Henkka de Children of Bodom.

Es coautoria de "theevilthatwarmendo" y yo; lo escribimos al msn una noche de locura, mas tarde yo lo redacté en limpio procurando retomar elementos del estilo de ella.

Ninguna de las dos nos hacemos responsables por daños cerebrales ni ganas incontenibles de asisitir al próximo concierto de COB ni cosa que se le parezca.

Enjoy it!

 

El dios Bodom tenía un capricho, un antojo. No, no era su tecladista; Janne es mucho más que eso para él. De lo que tenía ganas era de nadar en vodka, literalmente. De nada serviría tratar de explicarle que aquello era bizarro, infantil: Alexi no entendería razones. Lo deseaba, era su fantasía y quería verla hecha realidad. ¿Qué más necesita un dios para ver cumplida su voluntad que elegir una opción de la infinita baraja de posibilidades que tiene?

Henkka lo sabía, que su infantil amigo no desistiría en su petición, así que para no gastar tiempo ni saliva de balde, solo vodka, pidió prestada la piscinita inflable de su hija a Heikki, el de Norther y llamó a la distribuidora de vinos y licores donde compraban los de Korpiklaani porque entregaban a domicilio y al caer la tarde de aquel largo día de verano finlandés la voluntad del dios Bodom estaba cumplida.

El sacerdote invocó a su dios:

-Alexi, borracho estúpido, sal de ahí.

Unos momentos después medio cuerpo de Alexi asomó peligrosamente por la ventana de la planta alta.

-¿Por qué molestas idiota? ¡Estaba tocando algo genial con Janne!

Janne asomo detrás suyo, apoyando el rostro sobre el hombro de Alexi. Él si vio la flamante piscinita y se la señaló.

-¡Wow! ¿Es eso lo que parece? - Alexi señalaba la piscina.

Henkka creyó que iba a saltar desde la planta alta a ella, pero Janne lo jaló y a poco salieron corriendo por la puerta trasera. Alexi corrió directo a clavarse en la piscina. Janne se quedó junto a Henkka, riéndose ambos de ver a Alexi chapotear en la piscinita inflable, riéndose tanto que terminaron cayendo al suelo.

Alexi, empapado en vodka, los salpicó con él. Henkka protestó, pero Janne se relamió los labios: el embriagante líquido pegaba la camisa de Alexi a su torso, y aunque no estaba tan bueno como Henkka, resultaba apetitoso.

Alexi bebía allá, y se notaba que Henkka había estado bebiendo mientras llenaba la piscinita: botellas y más botellas yacían amontonadas allá como despojos bélicos. Cerca de ellos había una caja a medias y en esta una botella recién abierta. Janne bebió un largo trago y la pasó a Henkka, observando su nuez de Adán moverse conforme deglutía, su cuello, los mechones de cabello que lo acariciaban.

Mientras bebían en el piso mirando nadar al idiota en alcohol Henkka notaba la cercanía de Janne, su mirada, un tanto turbia, aunque no estaba ebrio. Su mirada, que vagaba de Alexi a él... ¿estaría recordando los tiempos en que aun no andaba con Alexi y él era su paño de lágrimas? Aquella época en que llegó a decirle que cómo no se había enamorado de él...

Esa confesión lo había turbado en su momento. Seguía turbándolo, estúpido regordete tierno. ¿Por qué tenía que mirarlo de esa forma? ¿No se daba cuenta de que lo incitaba?

Janne estaba recostado a su lado; con una mano sostenía la botella y con la otra acariciaba (¿¡acariciaba!?) su abdomen. Sus agiles dedos jalaron la camisa hacia arriba, dejando ver cada vez más de su bien formado abdomen.

La mirada de Janne estaba cargada de intensión, sus labios, húmedos de vodka, se acercaban cada vez más.

-No Janne... - protestó débilmente Henkka - No Janne... - volvió a protestar cuando tuvo la boca libre.

Janne, ignorándolo, rozaba su mandíbula con sus labios. Su camisa estaba enrollada a la altura de su pecho y la mano de Janne recorría los músculos bien definidos de su torso.

Alexi se dio cuenta de lo que pasaba y salió de la piscina vociferando:

-¡Oye Henkka, maldito bastardo! ¿¡Como te atreves a decirle que no a Janne!?

Trastabillaba mientras avanzaba y cayó a medio camino. Pero se levantó y llegó hasta donde estaban: Henkka sacado de onda y Janne con carita de chico bueno.

-Párate idiota. - casi cayó sobre el al intentar levantarlo.

Janne pudo notar que los pantalones de Alexi se habían bajado hasta media nalga. El resultado de la ayuda de Alexi era que más bien Henkka lo sostenía a él. Como si fueran araña de cuatro patas anduvieron hasta la amplia silla de playa que el bajista instalara cerca de la piscina para darle un ambiente más tropical al patio trasero de su casa. Al soltarlo ahí Alexi le quitó la camisa, se sentó a su lado, recargado, sosteniéndole los brazos detrás de la espalda.

-Sírvete mi cielo. - invitó a Janne.

Este, que observaba lánguido desde el piso avanzó a gatas. Se subió a la silla instalándose entre las piernas de Henkka, inclinado sobre él para besar su pecho, descendiendo por aquellos músculos perfectos, lamiendo los abdominales hasta llegar bien abajo, donde el pantalón del bajista cubría. Janne bajó el cierre con los dientes, sus largos dedos desabotonaron y buscaron el miembro de Henkka a través de la abertura de la bragueta.

Henkka, quien quería creer que era solo un juego, protestó:

-Ya basta idiotas, como broma ya estuvo bueno...

Pero iba muy en serio. Tanto, que Alexi lo calló con su boca, y apenas hizo bien pues un grito de sorpresa quiso escapar de Henkka cuando Janne liberó su miembro, frotándolo para terminar de endurecerlo. Tiró de sus ropas para poder maniobrar con facilidad. Rápido, tal vez demasiado rápido, el miembro del bajista estuvo duro como la roca. Janne lo capturó con su boquita sensual, succionándolo y llenándolo de saliva.

Saliva también recibía Henkka en la boca, saliva de Alexi que sabía a puro vodka. El contacto de su camisa mojada y fría le hacía sentir un escalofrío en contraste con la cálida humedad que rodeaba su pene. La lengua de Alexi lo excitaba, así como la de Janne. Jamás imaginó estar en una situación así con sus dos amigos, con sus compañeros de banda que eran pareja entre ellos... Lo que si imaginaba era que Alexi era un experto en besos franceses, y Janne, ni se diga: el placer que le prodigaba ahí abajo superaba cualquiera de sus fantasías.

Aquello apenas comenzaba. Habiendo consumido más o menos el mismo alcohol que durante un concierto, Alexi estaba en su mejor momento: desinhibido, excitado, perfectamente capaz de tocar una de sus obras maestras o a su bajista. Y como no tenía una guitarra a la mano...

Dejó de besar a Henkka y contempló unos instantes lo que Janne hacia, sabiendo por experiencia propia lo que Henkka estaría gozando. Pero como quería gozar el jaló al ojigris para pararlo y bajarle los pantalones, que Janne se apresuró a quitar. Entonces se le repegó con la intensión de hacerle sentir su dureza, provocando que un escalofrío lo recorriera de la cabeza a los pies. Le jaló el pelo para agacharlo y poder preguntarle al oído:

-¿Quieres el mío o el de Janne?

La propuesta era diabólica, el tono en que la decía. Tenía que ser una broma, una trampa... Alexi no podía estar ofreciéndole a Janne, a su amado Janne...

Alexi se le restregaba como un gato en celo y Janne acariciaba su bajo vientre: parecía fascinado por él. Con voz apenas audible Henkka respondió:

-Quiero follarme a Janne.

¡No podía creer haber dicho eso! Él, que había sido consejero de Janne cuando este juntaba agallas para declarársele a Alexi... ¡Pobre Henkka! La vergüenza bullía en él pero era subyugada por la lujuria.

Que ahí dominaba a todos, porque con su típica risita de patán Alexi dejó caer en la silla a Henkka, cogió a Janne y comenzó a toquetearlo, quitándole la ropa lenta y provocativamente para él, desenvolviéndolo como si fuera un regalo. Henkka no sabía si Janne había escuchado su petición o no, así que no sabía si atribuirle o no el rubor que encendía el rostro de su amigo, ese rostro usualmente adornado con un gesto sumiso. ¿Janne querría... o tendrían que obligarlo?

¿Su rubor era verdadero, o una táctica de seducción? Una vez que dejó su hermoso cuerpo desnudo Alexi fue por la botella de vodka, aplicó la boca de esta al pecho de Janne y caminitos del frío líquido se dibujaron por su torso.

-¿Acaso no quieres beber más? - invitó, seguro de que quería.

Henkka le llegó a Janne, lamiendo el licor que desde la piel del tecladista resultaba más embriagador. Notó que sus pezones se irguieron antes de que los lamiera.

Alexi, que veía con cara de depravado placer lo animó:

-Vamos Henkka, déjate de vergüenzas... no hay problema, - le guiñó el ojo - pruébale bien.

Con su cara de cachorro confiable Henkka miró a Janne pidiéndole permiso: sus ojos lánguidos se lo dieron para todo. Mordisqueó su pezón y de sus labios entreabiertos escaparon pequeños gemidos de placer. Excitado por ellos, queriendo aumentarlos, Henkka agarró su erección y la frotó. Los gemidos de Janne se convirtieron en una pequeña melodía.

Alexi sintió el impulso de besarlo y no se contuvo: guardó para sí la música de Janne, la de ese tipo, era sólo suya. Restregó su entrepierna contra el muslo de Janne, tratando de llegarle al trasero, pero era muy alto. El cuerpo de Janne se movió, provocativo, provocado por los besos de Henkka y de Alexi, tan sensuales unos como los otros, pero más excitantes los primeros por estar prohibidos. Sentía a Alexi duro como pocas veces, debía estar bien caliente el cabrón... al menos tanto como él.

Janne parecía querer escurrírsele de los brazos, por lo que Henkka tuvo que sujetarlo más fuerte, agarrándolo bien por las nalgas, sobándolas, perdiéndose en el momento... "No Janne, no vas a escapar, no esta vez..." se decía mentalmente mientras le comía el cuello. "Tú me provocaste y te atendrás a las consecuencias"

Lo levantó por los muslos y lo penetró. Janne ahogó un gemido en la boca de Alexi. Succionó su lengua para mitigar el dolor que le producía el considerable miembro de su amigo abriéndolo, llenándolo. Se retorció aún más, buscando empalarse más en él, pero Henkka lo malinterpretó como que no quería: lo sujetó con más fuerza y lo penetró con más fuerza. Esta vez, el también iba a comportarse como un chico malo.

Si hubiera sabido que no era necesario... Janne lo deseaba tanto como él. Una vez adaptado a su presencia en su lugar más íntimo lo estrechó con brazos y piernas, dejando la boca de Alexi para buscar la suya, hallándola y entrelazando las lenguas así como ellos mismos estaban entrelazados. Entregados el uno al otro. Alexi los veía, momentáneamente olvidado por ambos, pero sin resentirlo: así de excitante le parecía el espectáculo que presenciaba.

La intensidad de su mirada, tan fuerte, hizo que Henkka dejara de besar a Janne y levantara la cabeza para mirarlo. Su mirada lo decía todo: estaba alucinado con las sensaciones que obtenía de Janne. Su amigo era delicioso, tan suave, tan caliente...

-Wow! ¿Y esto es tuyo? - preguntó a Alexi.

-Siéntete afortunado de que te deje.

-Tú sí eres amigo. - respondió enternecido.

Fastidiado de que nuevamente no lo tuvieran en cuenta, Janne pegó un zape a ambos y exclamó:

-¡Ja! ¡Si el que manda aquí soy yo!

Alexi le mordió el cuello, luego le dijo:

-Tienes razón. Tú eres mi reina.

Casi se ganó otro golpe por lo bobo de ese comentario. Con todo, lo hizo sonrojarse. A su modo, Alexi era muy tierno con él.

Riéndose de lo que decían esos idiotas, Henkka continuaba en lo suyo. Las palabras fueron sustituidas por los gemidos y el cuello enrojecido a besos de Janne volvió a hipnotizarlo. Lo recorrió de nuevo con sus labios, con sus dientes, dando suaves mordiditas a todo lo largo, abrazando mas y mas estrechamente a Janne, sin darse cuenta de que Alexi hacia lo mismo por detrás hasta tocarlo.

Tocarlo, desnudos y excitados como estaban. Jamás, jamás había pensado en Alexi en ese plan... ¡Qué diablos! ¿Qué más daba romper otro tabú? Alexi era sensual y estaba bien dotado.  Apretó más y más a Janne entre él y Alexi, tomando a este de la cintura para hacer fuerza, aguardando a que acercara el rostro a donde él lo tenía para besarlo.

Alexi, quien no podía imaginar las intensiones de Henkka, recorría con su boca lo alto de la espalda de Janne, sus hombros. Cuando sus labios fueron tomados por los de Henkka se sorprendió. Agradablemente. Después de que sus bocas se separaran Alexi le advirtió:

-Henkka, idiota perverso, no sigas provocándome o veras de lo que soy capaz.

-Pues ven y enséñame. - lo retó.

Janne, deliciosamente comprimido entre ambos, sonrió. ¿Cómo se le ocurrió a Henkka retar al dios Bodom? Sabía lo que Alexi le propondría incluso antes de que sus labios susurraran tan cerca de su oído que más bien se sentía como un beso. Una risa picarona escapó de él al terminar de oír el plan. Le confirmó a Alexi que accedía con un movimiento de cabeza. Dejó que se siguiera estimulando contra sus muslos.

Luego se concentró en Henkka, quien próximo al orgasmo lo arremetía con más violencia. Rápido, duro, fuerte, como al tocar el bajo... ¿Cuántas veces había imaginado que lo que ocurría ocurría mientras tocaban? Innumerables veces había fantaseado con que las caras orgásmicas de Henkka eran producidas por él y no por la música. Y ahora en realidad estaba pasando: la expresión de placer de Henkka era debida a él, a los rítmicos apretones con los que buscaba exprimirlo dentro suyo. Hasta que lo logró. Chorros calientes de semen inundaron su orificio. Su propio clímax lo sacudió.

Apenas pasado el máximo placer Henkka tuvo la delicadeza de bajarle las piernas con cuidado. En cuanto se sostuvo en pie Alexi lo empujó para llevar a cabo su plan.

Aprovechándose de que estaba aturdido por el placer Alexi tumbó a Henkka sobre la silla de playa, diciéndole:

-Henkka, tú lo pediste y yo solo cumplo con mi promesa.

Sin darle tiempo a reaccionar Janne, sentado en lo alto de la silla, le sujetó los brazos, juntos y en alto. Con una mirada predativa, intensamente animal, Alexi acarició las piernas de Henkka, hasta arriba, separándolas mientras decía con voz solemne:

-Tus piernas son las columnas de mi nuevo templo.

¿Qué tontería era esa? Janne respingó, molesto. Esto no le pasó desapercibido al dios. Mirándolo con una ternura intensa, repentina, le dijo:

-Habrá muchas basílicas, pero tú eres como mi vaticano.

Nuevamente Henkka quedó sacado de onda por la dinámica de su relación. Pero esta vez no se rió, se quedó viendo como Alexi acercaba sus dedos a la boca de Janne y éste los chupaba sensualmente, con tanta saliva que unas gotas cayeron sobre su pecho. Pero aquello no duro mucho, la mano desapareció de su campo visual e ingresó a su campo sensitivo: pujó al sentir los dos lubricados dedos ingresar en su cuerpo.

-Estúpido Henkka, eres más agradable de tocar que mi guitarra.

El bajista se sonrojó al oír esas palabras, se retorció cuando los dedos de Alexi se movieron en su interior, ¡maldito bastardo! ¿no se daba cuenta de que aquello se sentía entre horrible y delicioso? Aunque... ¡que manera de mover los dedos! Admitía que él nunca podría moverlos así.

Janne trató de calmarlo besando sus labios, pero no pudo evitar que siguiera temblando un poco. Sabía muy bien qué tipo de sensación provocaba esos temblores rápidos y ligeros: el placer-dolor de la primera vez. El mismo hombre se los había enseñado. ¡Oh sí! Los guitarristas te dedean mejor, y el mejor de ellos es el que mejor te dedea.

Con esa idea en mente Janne dejó sus labios para recorrer con su lengua sus pectorales de infarto, su cuello saladito...

-Ahora probarás lo que me ayudaste a conquistar con tus consejos.

De algún modo Henkka sabía lo que vendría... Alexi no iba a conformarse con solo meterle los dedos.

Satisfecho de probarlo de ese modo el guitarrista acercó su miembro, goteante ya por tanto rato a la expectativa, con mano firme lo guió rumbo al orificio de Henkka, frotó la punta alrededor de su entrada, contra ella, torturándolo antes de penetrarlo por completo. Henkka gimió dolorido.

-¿Eras virgen por atrás? - preguntó Janne, mirándolo con sus hermosos ojos llenos de curiosidad.

Con algunas lagrimas escapando de los propios Henkka le respondió que sí. Alexi se relamió los labios en un gesto completamente satisfecho y le dijo:

-Con razón esta tan apretadito.

Enternecido por la carita compungida de Henkka Janne buscó mitigar su dolor tocándolo como si fuera su teclado, paseando sus manos por todo su cuerpo, dando suaves besitos a su rostro, creando un contraste con la intensidad con que Alexi lo penetraba.

-Relájate... - le susurró a su amigo, despejándole el rostro de los mechones que lo cubrían parcialmente - Y tú maldito estúpido - se dirigía a Alexi - no seas tan bruto, no le des tan duro. Es su primera vez, dale suavecito como me diste a mí.

Alexi lo ignoró y siguió follándoselo con ganas, total, era solo un amigo, no su amado, para tratarlo bonito.

Henkka siguió el consejo de Janne y se relajó lo más que pudo, aunque era bien difícil con semejante cosota metida. Alzó sus manos para acariciar a Janne, buscó su boca para enredar las lenguas... y un rato después se encontró con que la presencia de la gran polla de Alexi en su culo no se sentía nada mal.

Henkka conoció el placer anal a manos de un experto... de dos, porque aunque Janne no lo estuviera penetrando contribuía bastante a hacerlo sentir bien con sus besos, sus caricias, su cuerpo delicioso que tocaba como quería. Se retorcía de placer en sus brazos, tanto que Janne dejó de besarlo para mirarlo: lucia tan sensual, sonrojado, despeinado, con un hilillo de saliva escurriendo por la comisura de sus labios.

Esos labios eran demasiada tentación para que el dios Bodom pudiera resistirla. No se perdería la oportunidad de probar esos labios, y menos cuando tenían esa expresión... saboreaba los labios de Henkka... saboreaba el interior de Henkka... saboreaba completamente a Henkka sin hacer caso de Janne.

Una punzadita de celos recorrió a Janne... o quizá fuera de excitación: ver a Henkka sucumbir al placer lo había vuelto a poner duro, y caliente. Aprovecharía la situación para demostrar que Alexi era solo suyo. Se movió sigilosamente hasta colocarse detrás de su maniático novio, agarrándolo por los cabellos, tirando de ellos hasta obligarlo a romper el beso y volver el rostro para besarlo él, salvaje, posesivamente, repagándole su erección.

Alexi se sorprendió un poco por lo inesperado de la situación, Janne prefería recibir que dar, y estando con Henkka no imaginó que quisiera darle... pero ya que quería, que lo hiciera: no lo confesaría ni bajo tortura pero le encantaba cuando su regordete tomaba el control.

-¿Creías que ibas a poder ignorarme? Tú eres mío maldito idiota. - jaló más su cabello -  Recuerda nuestro trato: tengo ganas ahora mismo, ¡y ahora mismo te voy a poseer!

-Adelante Janne - respondió provocativo - enséñame que eres tú quien está a cargo.

Se empinó para ofrecer su blanco trasero. Un dios que se ofrece en sacrificio no es común. Hay que actuar rápido, antes de que el dios se arrepienta. Janne escupió en su palma, se frotó rápidamente la erección, penetró a Alexi sin prepararlo, castigándolo por ser un dios malo.

Alexi pujó, un dolorcillo placentero hacia vibrar su ser desde lo más profundo. La expresión de perversa satisfacción fue la que hizo que Henkka se percatara de que le estaban dando a quien le daba. Abrió muchísimo los ojos: no podía creer que de verdad su amigo de boquita sexy le estuviera dando lo suyo a su amigo el que se veía tan macho. La expresión de perversa satisfacción de Alexi no hacía sino aumentar. El maldito estaba gozándolo por todos lados: fuertes los embates de Janne en él, fuertes sus embates en Henkka...

Henkka, quien fue sacudido por las fuertes embestidas de ambos. Henkka, quien vio cómo Janne se apoderó del torso de Alexi, cómo lo recorrió con sus hermosas manos de tecladista, cómo le pellizcó los pezones quizá no tan suavemente, pues Alexi gritó:

-¡Janne, eres un maldito perverso!

No queriéndose quedar atrás Henkka hizo un exfuerzo para incorporarse, se abrazó al torso sudado de Alexi  y lamió la zona que Janne estimulaba, rozando con su lengua tanto las erectas protuberancias del pecho de Alexi como los dedos de Janne, chupando unos y otros indistintamente, sintiendo cada vez mas recio el mete y saca y en su culo. Alexi terminó por agarrarlo de las nalgas, no llegaba a abarcárselas pero se las separaba para llegarle más hondo. Sus bolas topaban con el interior de las nalgas del rubio; Janne rozaba una y otra vez ese punto mágico en su interior: no iba a soportarlo mucho más.

Era demasiado placer para que pudiera resistirlo, a pesar de todo su autocontrol. Cuando Henkka gritó, sacudido por el primer orgasmo anal de su vida, Alexi se corrió. Ese estímulo era lo único que le faltaba. Lo dejo todo mojado de semen, justo como él había dejado a Janne.

Janne, quien sentía pegajoso al interior de sus nalgas al apretarlas para hacer fuerza y follarse más duro a Alexi. Estaba muy consciente de aquella sensación, la conocía bien: así solía dejarlo Alexi todas las noches. Pero esta vez sería diferente. Seria él quien dejara a Alexi abierto, empapado de semen que escurriría lentamente desde su altar profanado, haciéndolo sentir... extraño.

Tumbó a su novio sobre su amigo para follarselo más fácilmente. Quedando cara a cara, Alexi y Henkka se besaron; el rubio se comía los gemidos de Alexi, su lengua, su boca entera en un beso largo y erótico, o quizá fueran muchos, igualmente eróticos. Sea como fuere, Alexi lo disfrutaba, dejaba a Henkka besarlo a su antojo así como dejaba a Janne poseerlo a su antojo, dejándose prodigar placer por ese par de tíos buenos. Duraron así un rato hasta que Janne alcanzó el límite. Dejó a Alexi tal como se lo propusiera y se desplomó sobre ellos, agotado.

Los acarició a ambos, jadeando en la nuca de Alexi. El escalofrío que lo recorrió se debió más a lo sensual del sonido que a lo frío que sentía el aliento sobre su piel caliente.

-Pinche dúo de pervertidos, nunca me imaginé que fuéramos a terminar así.  - declaró Alexi, mirando a uno y luego al otro.

-¡No mames Alexi! - exclamó Henkka - ¿Tú diciéndonos pervertidos? - Notó que Janne se sonreía, muy satisfecho.

-Sí, bien que lo son. - respondió el desvergonzado - Es verdad eso que dicen que hay que tener cuidado con los mas seriecitos... - sonreía satisfecho como el otro - Mira que terminar en un trío pidiéndome que te dejara cogerte a Janne. - cabeceó para señalarlo, todavía encima de él.

Henkka esperó que Janne volviera a pegarle un zape y a decirle que quien había permitido que lo penetraran había sido él, pero esperó en balde.

El tecladista se sonrojó: de un extraño modo se sentía halagado, ya que aquello significaba que Alexi se consideraba y era reconocido como su dueño. Pertenecerle a Alexi se sentía súper lindo. Al sentir que Henkka lo miraba como entendiendo sus pensamientos se levantó.

-Cállate idiota. - jaló a su novio - Y deja al pobre Henkka en paz.

 

 

Fin.

 

Notas finales:

*¬*

Las referencias que se hacen sobre que Henkka ayudó a Janne a ligarse a Alexi están en el fic "Sinfonía de una noche extraña", de "theevilthatwarmendo", con su permiso pongo el enlace aqui:

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=69898

y ojala se animara a subir la segunda parte de ese fic que le quedó *¬* (vayan y acosenla en su cuenta hasta que lo haga ;)

Y estos son los enlaces a un par de fics yaoi metaleros que he escrito yo, de Petri y Kristian de Norther:

"Beer&vodka"

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=69621

y "Estrellas muertas" (este es mas trágico >.<)

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=64751

Kiitos!


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