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Realidad por natalia clow

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Notas del capitulo:

Bueno, al fin después de casi tres años terminé Realidad.

 

Sé que cuando lean este final me van a querer crucificar y no es para menos (hasta yo me quise romper la cara por el final tan.... $%&). Sin embargo, les comento que esto va a tener una secuela.  (Joder ni yo sé de dónde carajos saco tanta mierda para escribir, es como algo eterno esta historia)

La secuela se va a llamar 10 Años Junto a Ti y pues como su nombre lo indica va a tratar las relaciones de

Matthew x Marurice y Joshua x Elliot a los 25 años. 

La idea con esto es que como ya no tienen más problemas, ni nada de eso, pues ya concreten las relaciones bien bien bien y ya.. ahora sí darle final a esto.

 

Bueno, esta novela en serio que es la más lograda de todas las que he escrito porque estuvie a punto de dejarla muchas veces. Me desanimé, me harté de todo, pero bueno aquí estamos. Al fin, después de casi 3 años vieron el final de esta historia.

 

No digo que esperen la novela de 10 Años Junto a Ti, porque sé que más de uno me mandará a la infinita mierda por mi estilo exageradamente dramatico, psicologico y existencialista, hasta al punto de parecer de autoayuda estas novelas XD, pero si llega a existir alguien que le interese al fin ver una relación amorosa adulta y sin ningún tipo de juegos inmaduros, pues ya pueden prepararse para esperar la secuela.

Como la secuela no va a tener en sí ningún problema, sólo que concreten las relaciones, no creo que me extienda mucho. Sin embargo, siempre me pasa que digo eso y hago novelas de un millón de páginas, así que mejor no prometo nada.

 

Este final salió tan de autoayuda porque me inspiré en la canción

Flower de BACK-ON

 

Espero que me perdonden y les haya gustado así sea una palabra que escribí en esta controversial secuela de Supongamos.

 

Sin nada más que decir

BUENA LECtURA

 

Capítulo 40

«Lluvia de meteoritos»

 

Ya pronto iba a ser Agosto. Las vacaciones de verano iban por la mitad. Desde hacía días que había estado marcando en su calendario el 26 de Julio. Habían anunciado que ese día a las tres de la mañana iba a caer una lluvia de meteoritos que no se volvería a ver hasta dentro de ochenta años. Eso le estaba emocionando, agregándole al caso que quería invitar a Maurice, Elliot y Cedric. No es que no quisiera invitar a  Joshua, pero todavía no se sentía cómodo hablándole y en todo caso, si él llegase a ir no es que lo fuese a excluir.

Ya había preparado un terreno para hacer camping y poderlo ver en el campo. Elliot y Cedric habían aceptado inmediatamente, pero aún no había contactado con Maurice. Si era sincero, era al que más ganas tenía de invitar. Habían estado intimando de forma natural durante esos meses. Incluso lo había acompañado a su terapia con el psicólogo un par de veces. En ese momento estaba convencido que ya estaba muy lejos del Matthew de quince años y al Matthew de Canadá. Ahora era un nuevo Matthew que se permitía disfrutar más de la vida y que no estaba en ese momento luchando contra nada tan sólo disfrutando de estar vivo. Maurice había comprendido esa etapa de su vida y lo había estado apoyando, eso no tenía como agradecérselo.

Ya tenía diez y nueve años. No era ni un niño ni un adulto, estaba en un limbo en dónde tenía responsabilidades de adulto y comodidades de niño. No fue fácil saber que camino debió tomar para que fuera el correcto o quizás no existió un camino equivocado en ningún momento. Tal vez sólo fueron experiencias necesarias.

Ahora podría decir que quizás era un error querer siempre estar en el camino correcto, porque sin equivocarse no hay experiencias, sin heridas no hay cicatrices y sin ello no te haces más fuerte. Si no llegas a ser fuerte, la vida no se va a contener cuando quiera ponerte a prueba.

Después de haber decido que se levantaría y no se quedaría lamentándose sobre sí ni guardándole rencor al mundo entero, la vida y su color cambiaron. Ahora todos habían tenido sus propios problemas, todos se habían levantado a su manera, todos se habían hecho más fuertes. En ese pequeño pensamiento diferente que era no huir de la realidad, se hallaba todo un universo de posibilidades infinitas. Ya no era suponer llegar a ser, sino encargarse de hacer que sucediera. Paso a paso se fue abriendo el camino y paso a paso fueron avanzando a los nuevos horizontes.

Este universo ya no era de un supongamos qué… ni de la realidad es…  sino que se ha transformado en la verdad que quieras ver.

***

— Quisiera invitarte a ver la lluvia de meteoritos el 26 de julio, ya alquilé un espacio para hacer camping.

— Claro, cuenta conmigo.

— Y además… si quieres invitarle… bueno no tengo problema con que venga.

— Deberías tratar de hablar con él, yo sé que Joshua se muere por hacerlo.

— No Maurice, no me siento bien con ello.

— Como quieras.

Maurice era condescendiente con él, no pretendía forzarlo a nada, pero le parecía que debían que arreglar sus diferencias en algún momento. Seguir peleando era imposible. Quizás en esa lluvia de meteoritos pudieran hablar. Le mandó un mensaje a Joshua avisándole sobre el evento venidero y este respondió afirmativamente sin dejar ni un segundo de intervalo.

Ahora era esperar al 26 de Julio

***

Se habían encontrado en la casa de Matthew por la mañana. Para la sorpresa de todos Cedric sabía conducir y fue quien se apoderó del carro de los abuelos de  Matthew. No hubo mucho tiempo para que Joshua y Matthew hablaran, pero el ambiente no era tan hostil como se pensaba.

En el momento que tomaron carretera  Cedric colocó inmediatamente las canciones de su amado Underworld Alliance y se puso a casi gritarlas. Para Elliot y Matthew que ya sabían la raíz de su obsesión, sólo les produjo risa verlo tan apasionado. El viaje fue bastante relajado y no se demoraron demasiado en llegar al terreno que había alquilado  Matthew.

Ya estaba reunido en el sitio bastante gente y sus carpas. A Matthew le costó encontrar el sitio de ellos pero una vez instalados allí comenzaron a armar la carpa. El tiempo se fue pasando de esa forma. No había el contacto más que el necesario.

 

La noche fue llegando y Cedric se fue a resguardar del frío dentro de la carpa junto con Elliot. Joshua se quedó expectante de poder romper el hielo con Matthew. Maurice estaba consciente de ello y quería ayudar. Hacía un poco más de cuatro años, había sido Joshua el que había intercedido en volverlos a juntar, ahora él iba a hacer lo mismo. Sabía que el error del pasado  y el error del presente no tenían comparación, pero no iba a evitar que la reconciliación sucediera.

Tomó a Matthew de la mano y lo llevó a una pequeña colina que estaba detrás de todo el terreno de camping. Lo hizo tan evidente que Joshua comprendió el mensaje y los siguió sigilosamente. El camino hasta ese lugar no fue muy animado. Matthew asumió que estaba buscando un mejor lugar en dónde ver el espectáculo, no pensó nada más.

Cuando ya estaban en la cima, lo hizo sentar y él se sentó a su lado. Poco más tarde llegó Joshua con pasos dubitativos, se sentía un poco fuera de lugar después de tanto tiempo sin hablar con Matthew.

— Ven y siéntate aquí. — Maurice golpeó el espacio a su lado.

Joshua hizo caso y avanzó hasta su puesto. Matthew echaba una que otra mirada hacia el lado recién ocupado. En ese momento sentía una ira añeja, pero de alguna u otra forma no era algo que le dominara. No podía perdonarlo por ello, pero tampoco podía estar enojado con él toda la vida.   

Maurice fue el primero en acostarse en el prado. Joshua le siguió juntando sus cabezas en diagonal y Matthew finalizó juntándola también en el espacio faltante. De esta forma hicieron un triángulo con sus cuerpos.  El cielo tan lleno de estrellas que parecía dibujado, les encantó,  esto ayudó calmando los ánimos y los sentimientos adversos.  

— Ya han sido algo más de cuatro años ¿No? Hemos pasado por mucho. — Rompió el ambiente tranquilo Matthew.

— No pareciera que en verdad tanto tiempo hubiese pasado. Pareciera que fuera ayer que estábamos en la secundaria.

— Tienes razón Joshua. El tiempo no se detiene por nada.

El aliento se iba fundiendo con la noche y los tres sentían la presencia de los otros por medio del calor.

— Gracias por todo. — Maurice estiró su cabeza para hacerla chocar delicadamente con el resto. — No sabría que habría sido de mí sin ustedes.

— Digo lo mismo. — Matthew hizo la misma acción de chocar sus cabezas. — Lamento todos los problemas que les causé en este año. Gracias por aguantarme.

— Eso debería decirlo yo. — Joshua sintió que se le humedecían los ojos. — Nunca he sido una buena persona, pero aún así los dos han estado conmigo.

— Ni siquiera sé qué carajos ha hecho la pubertad con nosotros. Nos hemos estado comportando peor que mujeres días antes del periodo.

Matthew y Joshua sonrieron ante esa analogía que había hecho Maurice. Guardaron silencio para seguir viendo el cielo. No había nada más que decir. Ellos sabían que incluso si los días avanzaban, si las cosas cambiaban, si había cosas que se destruían y parecían desaparecer, también existían cosas que nunca cambiarían. Si había días en los que no era fácil ser sincero y por ello, todo se hacía más difícil,  cuando se superaba, el panorama siempre mejoraba.

En algún momento ellos tres tuvieron miedo de decir las cosas, escondieron sus respectivos secretos y sabían que no habían sido totalmente honestos con el otro, pero no había problema, habían superado todo ello para llegar a ese día.

La hora de la lluvia de meteoritos se adelantó un poco y antes de darse cuenta, ellos allí acostados comenzaron a ver los primeros surcar el cielo.

— ¿Saben que deseo en estos momentos? — Joshua les tomó las manos.

— ¿Qué? — respondieron al unísono.

— Que sin importar que siga adelante,  yo pueda estar con ustedes.

No hubo respuesta a ello. En la cabeza de todos resonó el mismo deseo. No eran los amigos perfectos, pero lo que importaba no era ser perfecto para el otro,  sino ser lo necesario para los demás. Todos habían cumplido una función en esta elaborada obra. Si no existiera Joshua, si él no hubiese cometido esos errores, no habría presionado a Matthew y a Maurice a que se confrontaran. Si Maurice no hubiese estado tan insistente con sus sentimientos, Matthew no hubiese podido centrarse en sí mismo. De igual forma si Matthew no hubiese llegado tormentosamente a la vida de ellos dos Joshua no habría estado en esa relación con Elliot y Maurice de igual forma no se habría centrado.

La lluvia seguía cayendo intensamente sobre sus cabezas. De esa misma forma parecía que fueran chispas que encendían sus corazones. En ese momento lo entendieron mejor que nunca «hemos madurado» fue el pensamiento que ellos acapararon en su ser. Ya no eran los mismos niños, pero tampoco eran adultos, sólo habían avanzado un tanto.

A una decenas de minutos, Cedric y Elliot se acercaron a ellos y se integraron formando una estrella de cinco puntas. Todos venían de caminos separados, unos se unieron un tanto antes que otros, sin embargo en ese momento eran cinco existencias que habían aportado algo a los demás. 

Nada fue inútil en este tiempo. Tan sólo, sucedió lo que debía suceder.

 

Fin

Notas finales:

Cualquier comentario que quieran darme se los agradezco.

 

Y nos vemos en la secuela

10 Años Junto a Ti


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