Allí estaba yo, sentado como siempre lo suelo hacer, fingiendo que la escuela me interesa, hasta aquel momento. Durante la clase de matemáticas. Un pequeño niño pelirrojo se asomo por la puerta, en un principio no capturo la atención de nadie aparte de la del profesor en turno (aclaremos que es un completo idiota), entro para hablar con él. En mano llevaba una nota y enseguida el idiota frente a nosotros pidió nuestra atención.
-su nombre es Matsumoto Takanori, y a partir de ahora será su compañero de clases - le pidió al pequeño que tomara asiento. El único libre era junto a un plumero viviente. - Ishihara-san, has me el favor de explicarle a tu compañero la tarea una vez que me allá ido - el plumero acepto
El chibi camino hacia el que sería su asiento por un tiempo. Miraba a los demás como su fueran mierda y unos audífonos de diadema color verde fosforescente le colgaban al cuello. Detuvo su mirada unos segundos en mí, lo suficiente para darme cuenta que sus ojos eran azules, se giro al darse cuenta que lo miraba y se paso la mano derecha por la cabeza arreglándose al cabello, una venda le cubría desde el pulgar hasta medio brazo. Baje mi mirada en busca de su otra mano, tenía una muñequera color negro y muchos pulsos de colores. Tomo asiento y siguió con su labor de ignorar al mundo.
-algo aterrador - dijo Uruha. Alto, cabello castaño claro, ojos del mismo color, piernas, que según él, eran su adoración a la hora de la "acción". Takashima Kouyou, mejor conocido como Uruha, llevábamos siendo amigos desde la primaria, tiene fama del más deseado de la escuela y ya ha salido con más de la mitad del cuerpo estudiantil, sin importar si son chicas o chicos, inclusive una vez lo vi con un perro (hacia labor social, dijo él, lo acompañe todo el recorrido para verificar que no pasara nada), ya dejo de preocuparme si es hetero, homo, bi, tri, o lo que sea. - ¿no crees que tiene una linda cara? - Necesitaba a alguien con quien salir y acababa de apuntar a alguien en su lista - ¿cuanto a que sale conmigo en esta semana? - negué con la cabeza, este niño es demasiado descerebrado para su edad
-te va a batear a la primera - le dije algo serio. Estaba cansado.
-a ti te batearía, a mi no - comenzó a mirarme sensualmente - ¿acaso no sabes quién soy? - acerco su rostro al mío mientras humedecía sus labios con su lengua
-la comida de una semana a que no - tome un lápiz y comencé a escribir
- ¡va! - se paro y se dirigió a donde el plumero y su compañero pelirrojo estaban.
Aquella era una hora libre, no había nadie dando clases, algunos compañeros no estaban. Kouyou aprovecho y recargo su trasero sobre el respaldo de la silla frente a Ishihara. Movió los labios diciendo algo, no pude escuchar lo la ubicación de ambas bancas. El plumero dejo su tarea de explicarle el chibi y subió la vista, de repente Kouyou quedo petrificado y el diminuto punto rojo sonrió.
El más deseado de toda la escuela regreso con la cara hecha añicos, emocionalmente claro. Retorno frenético, la cara la tenia roja como manzana en temporada alta, jalo la silla como si estuviera pegada a la mesa, se sentó y hundió su cara en el bulto sobre ella.
No tenía idea de lo que había pasado pero comencé a burlarme de él.
-¿Cuándo es la cita? - pregunte mientras azotaba repetidamente la goma del lápiz contra la libreta
-¡no te burles! - asomo la cara. Aun la tenía algo roja - ¡tú no estuviste ahí! - la sumergió de nuevo
-he... no pero estuve a 6 metros así que casi - por fin algo interesante
-¿quieres saber que paso? - la asomo otra vez. Tenía marcas en el rostro por presionar el bulto contra sí. Asentí. - ¡maldito Ishihara! - golpeo la mesa
-respira - dije tratando de tranquilizarlo. Si no se calmaba y me contaba que había pasado sería capaz de dormirme en las próximas horas por el aburrimiento
-ok, ya estoy mejor - puso un mano sobre su pecho - mucho mejor. Veras, querido amigo Reita... - Si, así me dicen, aunque me llamo Suzuki Akira - yo llegue tan campante como siempre lo hago antes de salir con alguien - asentí, siempre comenzaba por lo mismo - y le dije:
>> - no sabía que fueses tan bueno - pero no lo dije por Ishihara, bueno si, pero no por lo que piensas, si no que le estaba explicando unas ecuaciones el rojito ese y hasta yo le entendí. Entonces él dejo a un lado su lápiz, y recorrió su vista desde abajo.
>> - pues tú tampoco estas tan mal que digamos - dijo en ese maldito tono arrogante que siempre tiene. Luego me sonrió y mordió su lápiz.
-¿ahí fue cuando el "rojito" rio? - levante una ceja
-¡sí! - se altero - Ishihara comenzó a verme con cara de pervertido, no lo soporte y fue cuando regrese
-¿Cómo si fuera la primera vez que pasas por eso? - seguí escribiendo
-¡si es la primera vez que me pasa! - azotó las manos contra la mesa y se puso de pie
-ok, ok, respira - tome la libreta y lo abanique
-gracias - volvió a sentarse
-entonces... ¿pagaras mi almuerzo esta semana? - le mostré mi mejor sonrisa
-ni de coña - se enojo - ni siquiera pude hablar con el "rojito" y ¿ya quieres cobrarme? - abrió sus ojos lo mas que pudo, no iba a rendirse tan fácil.
-bien, una oportunidad mas y ya...
-¡hey! - grito Uruha desde donde estábamos - ¿quieres salir conmigo? - comencé a reír, solo a ese estúpido se le hubiera ocurrido tal hazaña, como para no mencionar a quien
Todos los de la fila junto a la ventana voltearon, en total como 10. Todos respondieron si, o por lo menos eso escuche.
-lo siento, pero es para el chibi pelirrojo - aclaro - entonces, etto... Matsumoto-san... ¿quieres salir conmigo? - los dos teñidos mantenían su conversación.
Matsumoto giro la cabeza y lo miro como si, con tal solo pensarlo, pudiera matarlo, me sentí extraño.
-¿entonces? - insistió
-primero muerto - contesto como si se tratase de un simple "no".
Mi castaño amigo cayó ante su primer rechazo en la vida ¡el primero! Antes de esta fecha, nadie, absolutamente nadie en sus 18 años de vida se había negado a salir con él, a acepción de mí, pero solo me lo había propuesto como un juego.
-¿Por qué? - levanto la cara
-no es de tu incumbencia - su tono era tan frio que sentí de nuevo aquella sensación extraña de momentos antes cuando había escuchado su voz por primera vez. Se dio la vuelta y fijo su vista por la ventana.
Después de eso, al chibi rojito le comenzaron a llover propuestas, pero a todos y cada uno de sus pretendientes los mando a volar de la misma forma o peor que al "galán" de mi amigo. Yo, me pasaba las horas mirándolo y preguntándome ¿Qué le habían hecho para que fuera así? Nadie me contestaba, ni mi mente cochambrosa.
Pasaron los días, me seguía impresionando su actitud, pasaba horas completas observándolo, no me importaba si se daba cuenta o no, no le quitaba la vista de encima, inclusive me di cuenta que se llevaba mejor con el plumero, ahora platicaban tan abiertamente que parecían conocerse de toda la vida.
Matsumoto masticaba su lápiz mientras tomaba apuntes, ya no tenia los audífonos verdes, los de hoy son amarrillo, por instantes se acercaba a Ishihara y le murmuraba algo, luego de reían y seguían como si nada. Su mano derecha aun conservaba aquella venda puesta.
-¡carajo Akira! ¡¿No me oyes?! - la voz de mi compañero de banca me hizo salir de mis pensamientos
-hmm... - voltee
-¡¿Por qué coño me ignoras?! - continuo gritando
-etto...
-Takashima-san, Suzuki-san, salgan del salón por favor - la maestra de japonés azotó el borrador contra el escritorio - ahora - dijo en un tono amenazante
-pe-pero yo no hice nada - en cerio no sabía nada
-¡dije ahora! - Kouyou se paro y me jalo de la manga hasta la puerta - quédense ahí, en un momento salgo
-¿tanto ya te traumaste con "ese puntito rojo" que ya ni caso me haces? - parecía enfadado
-tú eras el que quería salir con él - le restregué en la cara
-eso está en el pasado - hizo una mueca
-eso paso hace 4 días - trate de volverlo a la realidad
-por eso... - camino a mi alrededor - ¿solo 4 días? - se detuvo a un lado - ¿no fue hace meses? - se veía confundido
-No, hoy es viernes y eso paso el lunes - puse mis manos en sus hombros - Kouyou... deja de tomar que te va a matar...
-¡yo no tomo! - se defendió - no mucho...
-¡ves! - lo sacudí un poco - ya ni sabes en que día vives... no me sorprendería que en este momento me dijeras que ya sales con alguien...
-etto... pues... - la puerta se abrió
-hola iguana - salió Ishihara hablando tan arrogante como siempre. No he de negar que ese plumero arrogante tenia lo suyo, siempre o andaba con ropa ajustada o casi transparente, caminaba algo gracioso, tenia "ritmo", su forma de ver las cosas, la mayor parte del tiempo eras tan colorido como su cabello, ¿Qué decir de su cara? Unos ojos con una mirada tan "estúpida" como la de mi pato amigo, unos labios del cual colgaba un piercing que a cualquiera de hubieran dado ganas de arrancárselo con la boca (no se entienda mal, él no es mi tipo, pero hay que reconocerle algunas cosas), en fin, varias personas, presumían de haberle visto los tatuajes que llenaban su pecho y otras partes de él que solo con verlo no se apreciaban. - Hola patito - voltee a ver a Uruha... ¿lo acababa de llamar "patito"?
-Hola Miya - y este otro "miya" ¿no me digan que...?