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Reclamos por SHINee Doll

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Notas del capitulo:

Mi primer OnKey. Supongo que Luna me matará por dejarlo así, pero igual disfrutará de él. Es su sueño vuelto realidad (?). Espero ustedes también lo disfruten ~

 

Reclamos

Siete días habían pasado desde aquella estúpida discusión. Siete largos días en que Kibum no se había dignado a dirigirle siquiera una palabra, solo miradas frías cargadas de resentimiento y una pizca de un sentimiento indescifrable. Jinki negó con la cabeza, alejando todo pensamiento acerca de su compañero de departamento y tratando de concentrarse nuevamente en su proyecto de Física. Debía presentar un importante trabajo el lunes por la tarde, lo que le dejaba solamente dos días para tener todo listo.

Sin embargo, una risa estridente lo distrajo, una que conocía extremadamente bien. Si algo caracterizaba a Kibum, además de su actitud caprichosa y su interés exagerado por la moda, era esa risa tan peculiar que poseía, misma que se contagiaba inmediatamente. Pero esta vez él no tenía motivo alguno para reír, estaba sumamente estresado y el comportamiento infantil del que podía llamarse su amigo no ayudaba en nada. Escuchó otra carcajada, más fuerte que la anterior, y su paciencia se agotó.

Se puso de pie torpemente, de un salto, alterado por la aparente alegría de Kibum. Y a mí que me parta un rayo, ¿no?, se atrevió a pensar, mientras caminaba decididamente a la habitación del chico. Pero una risa, aún más conocida que la anteriormente escuchada, lo obligó a detener su mano a escasos centímetros de la puerta. ¿Qué demonios hacía Taemin ahí?

Tocó con fuerza, completamente molesto; entrando antes de recibir respuesta. Kibum se encontraba sobre Taemin, con sus manos dentro de la camiseta del pequeño y le hablaba al oído, recibiendo risas por parte del chiquillo. Onew chasqueó la lengua, completamente fastidiado ante la escena.

-Taemin.- llamó, sobresaltándolos a ambos. –Debes irte a casa ahora.- el menor se levantó de un salto, depositando un sonoro beso en la mejilla de Kibum, quien le guiñó un ojo cómplicemente.

-Nos vemos otro día, baby.- murmuró Kibum, lanzándole un beso al pequeño, que reía alegre.

-Adiós, Key.- agitó su mano y salió del cuarto, golpeando juguetonamente a Jinki antes de salir. –Le enviaré a mamá tus saludos, Onew.- un par de minutos después, se escuchó la puerta principal cerrarse.

-¿Qué demonios crees que haces?- preguntó Jinki totalmente furioso. Kibum pasó de él, ignorándolo olímpicamente para abrir la puerta de la habitación y pararse junto a ella.

-Ya puedes irte, Jinki.- repuso sarcástico, rodando los ojos. Sin embargo, el mayor no se movió. -¿Qué estás esperando?-

Jinki caminó hacia él y cerró la puerta de golpe, echando el seguro. Los ojos felinos de su compañero destellaron por la ira, pero poco le importó. Lo tomó del brazo, dispuesto a encararlo. –Escúchame bien, Key.- el menor abrió la boca, pero aquellos ojos fríos le impidieron emitir sonido alguno. Así no era Jinki normalmente. Él nunca le llamaba así. –Estoy harto de tu comportamiento, de tus caprichos, tus juegos, tus insultos… Estoy cansado de tu actitud de Diva…-

-Me lastimas, Jinki.- se quejó, tratando de liberarse del agarre. –Jinki.- lloriqueó dramáticamente, como el actor que era.

-Dime una cosa, Key.- aquella sonrisa traviesa dejó embobado al menor, cuyas mejillas comenzaban a sentirse tibias. -¿Acaso no te basta con Jonghyun y Minho? ¿No son ellos lo suficientemente buenos para ti? ¿No logran satisfacerte?- la cara del castaño era un verdadero poema, la confusión evidente en cada uno de sus gestos. –Así que ahora vas por Taemin.- y la razón volvió al de ojos felinos, quien por fin creyó entender lo que ocurría. -¿También quieres tirarte a mi hermanito, Key?-

-¡Cállate!- chilló de repente, con los ojos inundados en lágrimas. –No me hables como si fuera… No puedo siquiera decirlo.- el mayor sonrió, visiblemente divertido. –No hables de mí de esa manera.- un par de lágrimas bajaron por sus mejillas, tomando por sorpresa a Jinki. –Pensé que me conocías mejor… Yo…- sus sollozos aumentaron y el corazón del mayor se contrajo ante esa imagen.

Los brazos de Jinki se envolvieron alrededor de su frágil cuerpo, mientras trataba de calmarlo entre disculpas. –Yo jamás me acostaría con mi primo.- susurró, tratando inútilmente de secar sus lágrimas. –Mucho menos con su novio.- por primera vez en su vida, Onew reparó en el error tan grande que había cometido, juzgando a Kibum tan duramente, culpándolo de cosas sin sentido. –Taemin es un niño, es como mi hermano también.-

-Lo siento, Kibum. De verdad, lo lamento. No quería decir todo eso.- se excusaba el mayor, sujetando su rostro y besándole las mejillas en un intento por secar las lágrimas que no dejaban de caer. –Estaba molesto, Kibum. No has hablado conmigo en toda la semana, has dicho que me odias. Ellos han venido cada día, he escuchado tu risa. Estoy celoso.-

-¿Celoso?- preguntó en un murmullo, totalmente sorprendido. -¿Por qué habrías de estarlo?-

-Dime, Kibum.- suplicó. -¿Realmente me odias?- el menor negó, mordiéndose el labio. –Entonces, ¿por qué lo dijiste?-

-Estaba molesto contigo.- su voz era apenas audible para Jinki, quien aún sostenía su rostro y le miraba directo a los ojos. –Siempre estás ocupado, ya no tienes tiempo para mí. Y sé que la escuela es importante, pero antes pasabas al menos unas horas conmigo. Odio estar solo, odio el silencio de este lugar…-

-Kibum, ¿alguna vez he dicho que te quiero?- soltó de repente, avergonzado.

-Cuando teníamos ocho años.- una pequeña sonrisa se adueñó de los labios de Key. –Y fue bastante traumático. Muchas gracias.- se burló, logrando sonrojar al mayor.

-Te quiero, Kibum.- el castaño estaba por comenzar a reír, pero unos labios sobre los suyos le impidieron moverse. – Más que eso.- susurró contra éstos apenas se separaron de aquel pequeño contacto. –Estoy enamorado de ti desde…- esta vez fue su compañero el que lo interrumpió, atrapándolo en un beso mucho más largo, húmedo y pasional que el primero.

-Eres un tonto.- murmuró el más joven, con sus pequeños ojos brillando por la emoción. –Te amo, Jinki. Te amo demasiado.- volvió a besarle, siendo recibido gustosamente por el muchacho de las sonrisas alegres.

Al sentirlo de ese modo, tan cercano, tan dulce, tan suyo; Jinki no dejaba de repetirse lo estúpido que había sido por creer que el chico de la mirada desafiante tenía algo con Jonghyun, Minho o su propio hermano menor, el pequeño Taemin. Pero, ¿qué más podía pensar al verlos entrar a su recámara como si nada? ¿Al escuchar sus risas y ver los constantes coqueteos? ¿Cómo podría el saber que Jjong era su primo y que éste salía con Minho? ¿Y desde cuando su hermanito y su compañero de apartamento se llevaban tan bien?

-Jinki…- susurró, acariciándole la mejilla. –Te quiero.-

El corazón de Onew latió con fuerza, cada vez más seguro de lo que escuchaba, lo que sentía. Volvió a adueñarse de aquellos labios delgados, empujándolo con dirección a la cama y recostándolo bajo su cuerpo. Sus manos acariciaban los costados de Kibum con cariño, con amor, robándole varios suspiros, provocándole algunas cosquillas, obligándolo a sonreír entre besos. Sus labios se deslizaron por aquel cuello níveo, apenas tocándolo, para luego dirigirse a los hombros y finalmente le sacó la playera, pasando sus dedos por la piel expuesta.

-J-Jin…Jinki-ah. - gimió sonoramente Kibum, sujetando con ambas manos el rostro de su hyung para besarlo con ganas, con hambre, con deseo. El mayor le mordía los labios, provocándole escalofríos por todo el cuerpo, al tiempo que simulaba embestirlo deliciosamente. –O-Onew~- Jinki sonrió contra sus labios, le encantaba escucharle llamarlo de aquella forma, por aquel apodo estúpido e infantil. –O-Onew~- repitió, sintiendo la humedad en su cuello y la presión de aquellos perfectos y blancos dientes contra su piel. Seguro tendría una bonita marca morada al otro día. Pero, ¿qué importaba eso? Acaso, ¿no era esto lo que siempre quiso? ¿Lo que llevaba meses esperando?

-Bummie~.- ¡Dios mío! La voz de Jinki sonaba demasiado sensual, demasiado excitante. Volvió a sus labios, besándolo con una lentitud que desesperaba a Kibum. Sentía las caderas del menor moverse contra las suyas, buscando mayor fricción, deseando sentirlo. Se rió suavemente, aprovechando el intento de reproche de Key para subir el beso de nivel.

La puerta se abrió sin previo aviso, mostrando a tres chicos completamente sorprendidos. Taemin tenía la boca abierta y sus ojos contemplaban la escena que su hermano y su amigo protagonizaban. Jonghyun había soltado una carcajada demasiado estridente, burlándose de su primo. Mientras que Minho sólo sonreía, curioso. Jinki no dejaba de cuestionarse qué hacían los tres juntos… Ahora todo el mundo se conocía, ¿no?

-¿Qué hacen aquí?- cuestionó Kibum, frunciendo el ceño, poco le avergonzaba aquello.

-Olvidé algo.- se excuso Taemin. –Así que regresé y ellos estaban en la puerta.- los otros asintieron.

Jinki estaba paralizado, incapaz de reaccionar. ¿Debía levantarse y huir? ¿Por qué los otros no salían de la habitación? –Onew.- le llamó Key, tocando su rostro. -¿No tienes un trabajo que acabar?- el mayor se movió veloz, tropezando con sus propios pies para dirigirse a su alcoba. Al cerrar la puerta escuchó las risas de los otros, lo que lo avergonzó más. Ya después terminaría lo que dejó empezado con Kibum, de eso estaba seguro. 

 

Notas finales:

Y eso es todo por hoy. Parece que casi termino aquel reto de septiembre. Que vergüenza, pero tiempo me hace falta. Eso y creatividad (?). Besos ~


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