Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No importa qué por Koroshi_Death

[Reviews - 99]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Resumen: Prisilla, una mujer viuda emprende un negocio de comercio sexual se sorprende al encontrar a un pequeño niño que ha perdido la memoria. Sin alternativa y decidido a ayudar, trabaja como auxiliar de aseo, mesero y finalmente toma parte del show como bailarín, pero no es cualquier bailarín, él es el "intocable".

Muchas cosas pasan en esos cortos 5 años... ¿Qué pasará cuando Gareth decida volver a la escena del crimen y su hijo, Sebastián Michaelis se enamore del misterioso muchacho de cabellos grisaseos? 

 

 

Notas del capitulo:

Bueno, aquí me tienen de vuelta, como siempre, después de haberme ausentado una larga temporada, he vuelto con una de mis historias que, en su mayoría son fecundadas en sueños - Sí sé, ustedes se preguntarán "¡¿Qué clase de sueños tiene esta niñita loca?!" Y bueno, realmente yo me pregunto lo mismo xDDDD, pero, si al menos los sueños me sirven para crear historias ¡bienvenidos sean!


Gracias por haber entrado y espero no decepcionarlos :)

Entre destellos y luces florece un sentimiento I

Si pudiese relatar sus sentimientos, estaría casi seguro de que moriría en el intento, colapsaría, sin lugar a dudas, imagino que su alma ha de sentir tanto, tanto dolor, que ante la sola idea de intentar acercarme a lo que siente, siento miedo de mis propias reacciones…

Comenzaba a caer la noche, todas las chicas cubiertas por sus batas corrían por los pasillos, desesperadas, claro, eso era lo que pasaba cada fin de mes en el pequeño pueblito ubicado a las afueras de Londres; fin de mes, y además, noche de viernes no era más que sinónimo de una gran cantidad de clientes, fecha en la cual, lógicamente, se preparaba un show completamente novedoso, un show especial para deleitar a la masa de hombres que asisten cada fin de semana a “La casa de niñas” huyendo de sus familias y de sus viejas y arrugadas esposas, buscando juventud, belleza, liberación y un placer que sólo se podía conseguir ante el dinero, que no era mínima cantidad la que aquellas chicas cobraban, su trabajo se solía definir como “perfecto” y de una elevada calidad.

-          ¡Vamos chicas! – Gritaba Prisilla, la dueña, jefa y coordinadora del cabaret, corriendo por los pasillos mientras aplaudía con fuerzas - ¡Ya casi es la hora de la apertura!

Las plumas y los brillantes inundaban las paredes, colgados mientras las hermosas damas accedían a terminar con los últimos toques de maquillaje… Fin de mes… La noche de viernes después de que la mayoría de los trabajadores de Londres y de sus cercanías recibían su salario mensual. “Buen lugar para ir a gastarlo” opinaban sarcásticamente las demás mujeres, pero la prostitución y el show sexual ya era una realidad innegable, aunque siempre se intentara censurar, estaba ahí, como un secreto tabú, la cantidad de hermosas y jóvenes mujeres eran odiadas por el resto de las damas de la ciudad, les quitaban a sus hombres e invertían el dinero que podrían invertir en ellas, pero en otras chicas.

En uno de los rústicos camarines, frente a un espejo se hallaba él, era Ciel.

-          ¡Hey! ¡Hey! – Exclamaba Prisilla al verlo tan decaído frente al espejo - ¡Es fin de mes! ¡Tú no eres la excepción! ¿Estás listo? – Ciel asintió, vendado entre aquellos frondosos trajes - ¡No estés deprimido! Esta semana reforcé la seguridad para que ningún hombre te toque – Dijo ahora bajando un poco la voz y posando su mano derecha sobre el hombro izquierdo del muchacho – ¡Aunque debo reconocer que si no te tuviera aquí como el “intocable” este cabaret tendría muchos más ingresos, eh! – Dijo ya, queriéndose pasar a la broma, Ciel sonrió forzosamente.

-          ¡Eh que sí! ¡Sí dejases a Ciel también disponible para los clientes, hasta capaz nos deja sin  trabajo a nosotras! – Agrego Christina, una amiga y colega de Ciel, a lo que Prisilla también comenzó a reír.

-          ¡Hey! – Entró irrumpiendo la conversación, llenando el ambiente de una sensación cruda y tensa, era Sophie o más bien conocida como “fiera asesina”. Se quedó un momento viéndoles a los tres con aquella mirada tan seria y, tal cual a su apodo, asesina – Afuera hay gran cantidad de hombres, están todas las chicas listas y ustedes chachareando aquí – Informó de manera molesta y lanzando una última mirada cargada en odio a Ciel, salió del cuartucho, dejando todo en silencio.

-          …Ella me odia ¿no? – Musitó bajito, Christina le dio unas palmadas.

-          ¡Bah! ¡A quién la importa! – Y salió del lugar junto a Prisilla, dejando nuevamente al muchacho solo.

Se volvió a mirar al espejo, suspirando, realmente Prisilla había sido una excelente persona, sin lugar a dudas tenía un enorme corazón de oro, algún día le iba a pagar todos los favores concebidos.

Hace 5 años atrás, Prisilla le había encontrado en las cercanías del cabaret, el cabaret se encontraba geográficamente ubicado en un lugar lejano a la ciudad, rodeado de pastizales y sitios eriazos, perfectos para tirar un cadáver. El pequeño de tan sólo 7 años no recordaba siquiera de dónde era, lo único que recordaba era su nombre “Ciel”, mas nada.

La señora Prisilla, luego de que su marido murió, su única elección era formar una vida como cualquier viuda: Sola, cansada, aburrida y acorde a las exigencias sociales, pero no, ella quiso variar, y bajo aquellas tan malas experiencias e infidelidades que le había dado su marido, analizó el mercado y se dio cuenta de que el comercio sexual era realmente rentable. Con mucho esfuerzo, de a poco, juntó dinero para comprar en un sitio muy apartado a la ciudad, donde – pensando con la lógica masculina – los hombres se sintieran cómodos y tranquilos para sus infidelidades, buscó mujeres desamparadas y dispuestas a todo, jóvenes, hermosas y con sólo una riqueza: Un juvenil cuerpo.

En aquella época, la mujer solía vagar y caminar sin rumbo mientras andaba en busca de mujeres solitarias y despojadas de su familia, fue entonces cuando encontró a Ciel, un pequeño niño sin memoria y sin pasado, un niño que sin lugar a dudas prometía una escandalosa belleza vista por todos pero digna de unos cuantos; le enterneció sin lugar a dudas la posición del muchacho, tan vulnerable, siendo víctima del destino cruel, momento en el que decidió llevarlo consigo, no para prostituirlo, sino que para cuidarlo como a un pequeño y valioso tesoro, que en unos años más podría servirle un poco en su negocio. Y así fue: el pequeño Ciel trabajaba al principio sirviendo los tragos y atendiendo a las mesas, un lugar poco decoroso para un niño de su edad, pero a él no le molestaba con tal de ayudar y serle útil, ya que a ella debía el hecho de tener un hogar. Años después, Prisilla tenía claro que la belleza de Ciel exigiría otras cosas, y así fue, a la edad de 11 años lo puso a trabajar de bailarín, noticia que a los hombres del lugar les agradó mucho, ahora ya, sin su trabajo de camarero, sino que de bailarín y formando, finalmente, parte del espectáculo, ello podía significar sólo una cosa: estaba disponible. Así pasaron los años, con el tiempo, el pequeño se ganó el cariño tanto como la envidia de algunas colegas, tal y como Sophie, quien no soportaba que en ocasiones, hombres la ignoran mientras veían a Ciel bailar, ella ¡la estrella de Luna llena era ignorada por culpa de un chiquillo!

Pocos meses transcurrieron para que ocurriera lo peor: Gareth, un hombre imponente y millonario que frecuentaba el cabaret “Luna llena” se quedó rato después del show y aprovechando que las mujeres se encontraban “ocupadas” tomó a Ciel a la cruda edad de 11 años.

Prisilla no tardó en sospechar y finalmente enterarse, la actitud del chiquillo había cambiado y ahora era víctima de sus atributos. Sentía una enorme lástima por él y le dio una tregua, tregua que duraba tan sólo hasta esta noche, Ciel volvía a los escenarios, pero esta vez como el “intocable”, nadie, nadie se propasaría con su pequeño niño al cual ya había adoptado como hijo, que ahora con 13 años volvería a tomar un rol activo en su hogar, dulce hogar.

Las puertas eran abiertas para que los hombres bien vestidos, con sombreros de copa y bien peinados entraran, para salir, como todo fin de semana, despeinados, con el sombrero chueco y mal vestidos; Prisilla reía ante aquel acto tan absurdo de querer entrar como un galán y salir como un hombre cualquiera, exponiendo su naturaleza. Desde el escenario, los focos con luces de diversos colores se movían mecánicamente por todo el recinto, la música, como si se tratara de un carnaval, sonaba con fuerza intentando animar a los hombres en aquella ajetreada noche típica de fin de mes.

Dentro del cuarto con espejos se escuchaba la música, los gritos y todo el fervor de los hombres que afuera se hallaban esperando ser compensados por la espera y como cada noche de viernes, el lugar era inundado por el aroma a perfumes masculinos que tanto detestaba, recordando uno en especial: el olor a rosas que disfrazaba de elegancia a un horrible hombre tan alto como un gran árbol, tan feroz como un tigre en caza y tan, tan caliente como un perro que corre tras una perra en celo.

Flash back

Se encontraba limpiando luego de una de esas atareadísimas noches en fin de mes, con la escoba entre sus manos barría lo que había sido el bar de un montón de hombres locos, oyendo de pronto unos pasos.

-          ¿No eres tú, de casualidad, Diamante? – Una voz masculina e imponente de halló tras él, volteando sorprendido, le miró con pereza.

-          Usted no puede estar aquí, señor, el bar ya se cerró.

-          Tan descortés… yo pregunté por ti… - Musitó galante y, desplazándose de manera gatuna llegó hasta él – mira nada mas – Tomó su barbilla, alzándole el rostro, a lo que Ciel se cohibió – aun sin esos atuendos de tus bailes y aquí, frente a mí, eres aún más hermosa – los ojos de su receptor se abrieron desmesuradamente.

Fin flash back

-          Gareth… - Masculló, pálido y fuera de sí, como un zombie, se zarandeó- ¡No, Ciel! tú no recordarás, no ahora – El pequeño niño apretó los puños, cerrando sus ojos suspiró, una noche como esta, hace un año… había sido despojado de todo.

“La justicia no existe, al menos no para nosotros” aprendió, y desde ese entonces se capacitó para ser fuerte, para ser indomable y de esa manera, cogió la máscara que desde hoy le acompañaría en sus bailes y la posó sobre su piel de porcelana.

-o-o-o-o-o-o-o-o-

-          ¿Y, hijo mío, ya escogiste a tu favorita? – Preguntaba Gareth, sentado junto a su hijo Sebastián Michaelis, un exitoso empresario que permanecía inmutable en su asiento, tomando la fina copa hasta llevársela a los labios y luego mirar a su entusiasmado padre.

-          No puedo creerlo, viajo más de 3 años haciendo la campaña de nuestra empresa y mi bienvenida es esta, un cabaret lleno de prostitutas… mamá tenía razón cuando dijo que te habías hecho adicto a esto de la prostitución y la pornografía – Volvió a beber.

-          ¡Hijo, reacciona! ¡Este lugar es impresionante! – tomó su vaso y bebió también, hasta acabarlo – Las mujeres son preciosas – Se quedó un segundo en silencio, recordando aquel pequeño cuerpo al que había poseído tiempo atrás – y también hay algunos chicos bastante tentadores.

-          ¡Hay no, lo que me faltaba! Ahora gay, mamá morirá con esto – Tomó su cabeza en simulación de frustración.

-          Okey, Sebastián, te traje aquí para celebrar que volvías como dos hombres grandes y maduros y tú no pareces siquiera disfrutar del show, y menos emocionarte con alguna de las chicas ¡pásalo bien! ¡eres guapo, estás soltero, tienes dinero, cuántos hombres a tu edad de 27 años quisieran decir lo mismo! – Sebastián se quedó callado, desviando su vista con concentración al escenario, Gareth bebió un poco más – Estas noches en Luna llena son impresionantes, todos los viernes y sábados hay show, pero ninguno como el de final de mes – Suspiró, fijando también su mirada a la bailarina – Ella es guapísima, se llama Stephanie, pero la apodan “Capullo”, si te gustan las chicas que aparentemente son virginales, pero que en la cama se desatan, escógela a ella – Sebastián le vio y rió por lo bajo, su padre sin lugar a dudas estaba pasado de años, el baile y el cuerpo de aquella tal “capullo” no lo estimulaba para nada, suspiró con fastidio y miró su reloj, era temprano pero acompañaría a Gareth de todos modos, aunque el aburrimiento lo terminara por matar.

El baile de Stephanie terminaba entre halagos, gritos y aplausos, las luces bajaban al igual que los brillantes cortinajes y aparecía entonces la anfitriona, siendo recibida también con aplausos.

-          Esta es una noche muy especial – mencionó como introducción, los hombres gritaban, tardó un par de segundos en hacerlos callar con señas – No sólo porque es el último viernes del mes, sino también porque esta noche se reincorpora al equipo una muchacha muy querida y seguramente recordada por ustedes, la muchacha de los hermosos ojos azules – Gareth se frotaba la barba, tratando de recordar a alguna muchacha con alguna de esas características – ¡dejo aquí con ustedes a Diamante, la intocable!

La música comenzaba lentamente entremedio de gritos y aplausos mientras era subida nuevamente la brillante cortina. Sebastián permanecía atento a la misteriosa chica “intocable”, sin notar el rostro pálido y sorprendido de su padre.

-          Finalmente has vuelto… - pensó Gareth, sonriendo.

Notas finales:

¿Y? Reitero: Espero no haberlos decepcionado, por otro lado, si gustan, por favor comenten y estén atentos al próximo episodio!

 

PD: Una petición personal, por favor deséenme suerte!!! Este lunes y martes rindo la PSU!! Necesito ponderar un puntaje igual y/o superior a los 640 para quedar en la carrera y la universidad que yo quiero!! este es un paso súper importante para mí y para mi familia. Finalmente espero no haberlos molestado y...


MUCHÍSIMAS GRACIAS!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).