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Like Romeo And Juliet por hana midori

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Notas del fanfic:

KUROSHITSUJI NO ES DE MI PROPIEDAD, ES DE LA INCREIBLE YANA TOBOSO, SOLO HAGO ESTO POR DIVERSION.

Notas del capitulo:

ya se, ya se, no necesitan decirme nada >____<

se que se supone que debia hacer actua de un juego peligroso, pero no pude evitar hacer este fic *W* se me vino la idea hace unos dias y no me la pude sacar de la cabeza hasta que la escribi... asi perdonenme por no continuarle al otro fic.

Pero...¡¡ya estoy de vacaciones!! asi que la proxima semana subire muchos caps (?) o al menos el que debia subir hoy xDDDD

Les voy a advertir, que esta historia no sera muy romanticona, podria decirse que hasta cierto punto sera algo cruel porque trata un tema algo delicado. No se si sabian que durante un tiempo (y aun ahora), la gente creia que la homosexualidad era tratable, y que podian volver heterosexuales a las personas. Asi que hacian estos lugares para corregirlos....pero la verdad eran bien inhumanos....electrochoques, golpes, terapias.....

No estoy segura de si pondre lemon, pero como quiera lo pondre en las advertencias:

ADVERTENCIAS: Lemon, Tortura, Muerte de Personaje.

 

Ahora si, disfrutenlo ^^

El día había amanecido sombrío, y tal parecía que no mejoraría con el transcurso de las horas. Parecía como si sintiera lo mismo que él, como si supiera lo que le esperaba.

La primera gota de lluvia golpeo el cristal, casi pudo sentir el impacto que esto provoco, pues estaba recargado contra la puerta del auto. Tenía la esperanza de que esta se abriera, y saliera volando de ahí, justo como su madre le decía cuando era un niño de 5 años. Pero ahora nadie hablaba, nadie se miraba. Su padre se concentraba en la carretera, y su mamá fingía leer una revista.

Suspiro suavemente.

--¿Cuánto falta?—pregunto sin mucha emoción.

--poco. —respondio su papá, sin siquiera dignarse a dirigirle una mirada. El menor torció la boca, eso mismo le habían dicho hacia más de una hora. Sus ojos nuevamente se concentraron en el paisaje, notando que la lluvia rápidamente había tomado mucha fuerza. Deseaba detenerse a observar con mas detenimientos los arboles, oler el pasto mojado, ver las flores luchando por no perder sus pétalos frente al agua…

Cerró los ojos, tratando de no deprimirse más, pues sabía que pasaría un largo tiempo antes de que pudiera hacerlo de nuevo.

¿Por qué estaba tan triste? Sencillo, por primera vez en su vida había sido honesto con sus padres, y estos, sin pensar en él, lo condenaron de pecador.

¿Qué tenia de malo ser homosexual? No lo sabía, pero sus protectores creían que su hijo estaba confundido, y que tenían que actuar antes de que “su alma” fuera imposible de salvar.

Así que después de pedir consejo a un viejo pastor de la iglesia a donde era obligado a asistir, decidieron llevarlo a un lugar donde lo enderezarían y lo convertirían en alguien normal. Obvio que se había negado, mas al final no tuvo otra opción.

Sintió que el vehículo se detuvo, por lo que abrió de nueva cuenta sus parpados. Lo que vio, no hizo más que desear morirse ahí mismo. Era un edificio totalmente blanco, como los manicomios de las películas de horror, con barrotes en las ventanas, y solo una salida que era al mismo tiempo la entrada. Jamás pensó que esos lugares realmente existieran. En un letrero, justo frente a las escaleras para subir a la puerta, decía con letras grandes algo que lo hizo querer pegarle un tiro a quien lo escribió:

 

Retiro de Ayuda “Nueva Vida”

 

Sintió un vacio en el estomago, y unas ganas tremendas de salir corriendo. Hacía mucho que no tenía esa sensación de terror.

Su padre bajo del carro, seguido de su madre. Su mente le decía que se quedara, pero al final, la mirada asesina que recibió de ambos, lo hizo desistir de quedarse. La lluvia lo azoto con fuerza, mas no le importo, porque en esos momentos, la sintió cálida en su piel, como si quisiera regresarle la tranquilidad que le estaban robando.

Una mujer, vestida totalmente de blanco, se apresuro a ir con ellos. Tenía en sus manos dos paraguas, y luego de entregarle uno a los adultos, se quedo a lado del niño, para que no se mojara más de lo necesario.

--aléjate de mi—dijo bruscamente, rechazando por completo la “ayuda” que se le ofrecía. La enfermera, algo sorprendida, solo negó con la cabeza, para luego acatar la orden he irse a un lado de sus tutores.  Con paso lento, siguió el mismo camino, que para su desgracia era demasiado corto, pues no paso ni dos minutos y ya se encontraba frente a la entrada de esa prisión.

Una vez dentro de “la boca del lobo” un hombre que no pasaba de los 40 años los recibió, sonriendo.

--bienvenidos, ustedes deben ser la familia Phantomhive.

--sí, yo soy Vincent, ella es mi esposa Rachel—señalo a la mujer, la cual inclino un poco la cabeza—y él…--miro detrás de su persona, encontrándose por primera vez en todo el viaje con la mirada del peliazul—es mi hijo, Ciel.—el doctor también dirigió su atención al pequeño, el cual desvió la mirada hacia otro lado.

--soy el doctor Albert, uno de los fundadores de este centro de ayuda—apenas escucho eso, y Ciel rápidamente le puso los ojos encima. Al menos ya sabía a quién debía dar las gracias por estar ahí. —supongo que solo vienen a dejar al jovencito ¿no?

--si, ya todo está listo.

--muy bien, les daré unos minutos para que se despidan…

--de acuerdo—Rachel se giro, y quiso abrazar a su niño, pero este la rechazo, con una mirada de abandono.

--¿Ciel?—le dolía a la mujer que le mirara así. —es por tu bien.

--¿y tu como lo sabes?—cuestiono, con algo de miedo en la voz.

--porque Dios odia a los homosexuales—respondió Vincent, poniéndose a un lado de la rubia—entiende que solo lo hacemos para salvarte…

Se mordió su labio inferior, hasta casi hacerlo sangrar. Secretamente, había guardado la esperanza de que tal vez sus padres se arrepintieran, que al final no lo internarían ahí y aceptarían la realidad… pero se dio cuenta de que está completamente solo, abandonado a su suerte.

--Here I stand, helpless and left for dead.—susurro, con los ojos llenos de odio y resentimiento. Ellos ya no eran su papá y su mamá, eran extraños que quieran destruirlo.

--lo siento, pero debo llevarme al joven Ciel con sus compañeros—interrumpió Albert, poniéndose a un lado del chico. Rachel quería decir algo, pero su esposo la obligo a guardar silencio.

--entendido, vamos cariño—paso un brazo por los hombros de ella—adiós hijo. —no dijo nada, ya no deseaba hablar con ellos, nunca más. Los observo hasta que la lluvia los trago por completo, pues esta había empeorado considerablemente desde que entro.

--tus padres solo quieren que seas feliz—dijo el médico, luego de que se quedaran solos. Como respuesta, recibió una fulminante mirada por parte del niño. —Te llevare a tu dormitorio, ¿de acuerdo?—Ciel bajo la vista, dejándose guiar por esos pasillos largos e interminables, que parecían querer atraparlo y no dejarlo ir nunca.

Mientras avanzaban, el ambiente cambio bruscamente, pues los pasillos desaparecieron para dar paso a un par de puertas hechas con maya de acero, custodiadas por un enfermero cada una. Eso de cierta forma lo asusto, pues comenzaba a creer que ese lugar era más un genuino manicomio que un centro de ayuda. Pasaron a una gran sala, la cual tenía mesas, juegos y un par de televisiones colgadas de las esquinas. Estaba iluminada más que nada por la luz que se colaba por las ventanas con barrotes y olía un poco a grasa.

--aquí es donde podrás jugar con tus compañeros, pero solo si te portas bien—advirtió—solo están los de buena conducta—el menor observo detenidamente a la gente que estaba ahí, notando que la gran mayoría se veían apagados, como si les hubieran chupado toda la energía.

--¿y los de mala conducta?—pregunto. Albert lo miro con rostro serio, y se acerco hasta quedar a su altura.

--créeme, mejor ignora donde están—Ciel le miro algo asustado. —como sea, ven te llevare a tu cuarto.

Siguieron avanzando hasta que llegaron a otro pasillo, en el cual había muchas puertas con números. Rápidamente dedujo que esos eran los dormitorios. Se detuvieron frente a una puerta que tenía el numero 65, el anciano saco unas llaves y lo abrió. No era nada grande, solo estaba su cama, un baúl a los pies de esta, un pequeño escritorio y un estante con unos 8 libros en él. El peliazul entro con paso vacilante, y el olor a humedad inundo su nariz.

--tus cosas están en el baúl, a las 3 se les dará de comer, no llegues tarde porque si lo haces no comerás hasta la cena. —despues de decir eso cerró la puerta, y el sonido que hacia el cerrojo cuando este era corrido llego a sus oídos.  Luego de eso… solo el silencio lo acompaño, solo un maldito e insoportable silencio.

Sintió una presión en su pecho, y ni aun respirando hondamente esta se iba. Fue hasta la cama, y se sentó en el borde del colchón. Puso sus codos sobre sus piernas y hundió la cara en sus manos.

Quería llorar, pero no lo hizo, porque en ese momento necesitaba ser fuerte, necesitaba sentirse dueño de sí mismo…

Fue entonces cuando se dio cuenta de algo. La verdadera prueba no sería salir de ese lugar, no, porque tarde o temprano eso ocurriría.

Mantener su cordura, esa sería la prueba de fuego.

 

Say goodbye,

As we dance with the devil tonight

Don't you dare look at him in the eye

As we dance with the devil tonight

 

Hold on

Hold on

 

Goodbye...

Notas finales:

el primer cap es corto, lo se, pero los siguientes ya no lo seran ;)

la cancion la puse por lo siguiente: en esta historia "el diablo" seria la locura, ciel sabe que tendra que convivir con ella un rato, y tiene que tener cuidado con ella, porque si la mira a los ojos, lo atrapara... en cuando al "espera", es que tendra que ser fuerte, y pues esperar a salir de ahi. El "goodbye" tiene dos significados, los cuales se sabran al final de la historia ^^

Este fic no tendra mas de 4 capitulos...5 serian mucho.

Espero les haya gustado, y por favor ¡¡comenten!! 


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