Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cerezas por FubukiHell

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En fin, un nuevo one-shot para mis queridas lectoras ^^

Este no es trágico, ni hay muertes ni nada que no quiero traumatizaros más XD

Esta historia nace de un reto que me pudo mi querida mejor amiga (cuantas la he nombrado ya?) con la palabra "cerezas". Pues nada, espero que os guste! Chu~

Taemin duerme plácidamente apoyado en mi pecho. Pobre, está rendido... Acaricio suavemente su cabello pelirrojo, aún recuerdo con total claridad el momento en que sus sonrisas comenzaron a dejarme embobado, sus pucheros de niño pequeño me empezaron a parecer adorables y cuando el contacto con él hacía que mis sentimientos se encendiesen, poniéndose a flor de piel...

 

¿Cuántos años hace ya? Tres desde que el momento en que me enamoré y apenas uno como pareja, pero un año maravilloso.

 

El día que todo comenzó fue dos meses después de nuestro debut, cuando ya llevábamos un tiempo viviendo juntos y nos conocíamos bien. Hasta entonces, Taemin había sido un chico muy tímido y reservado pero, poco a poco, se estaba acostumbrando a nuestra presencia y nos estaba aceptando como parte de su familia. Aquel día precisamente, se abrió por completo mostrándonos al verdadero Lee Taemin y lo hizo de la forma más infantil posible...

 

“Acabábamos de salir de la SM tras un ensayo agotador para nuestro próximo single: Love like oxygen. Por aquel entonces, todavía éramos morenos y no teníamos cortes de pelo raros, solo los nuestros, los que nos habían acompañado durante toda nuestra vida...

 

La cuestión era que estábamos volviendo a casa cuando pasamos por un puesto de frutas que tenía expuesta una caja enorme de cerezas rojas escarlata. Éstas llamaron mucho la atención del maknae, quien se paró a observarlas, algo de lo que solo me di cuenta yo.

 

-Minnie, ¿qué haces?

 

-¡Onew hyung! ¡Quiero cerezas! -dijo señalando la caja.

 

-Ya tenemos en casa, ¿para qué vamos a comprar más?

 

-¡Las de casa están pochas! ¡Yo quiero estas! -Tae infló los mofletes “enfadado” mientras yo reía divertido.

 

-No digas tonterías...

 

-¡No son tonterías! -él se cruzó de brazos y se dio media vuelta.- Te odio, hyung. -refunfuñó.

 

Con un suspiro cansado me puse delante de él. Lo miré a los ojos durante unos segundos, en su frente estaba escrito con letras enormes: “NO ME MOVERÉ HASTA QUE ME COMPRES CEREZAS”. Suspiré nuevamente y puse los ojos en blanco.

 

-Está bieeeeeeeeeenn... Te compraré cereeeeeeeezass...

 

-¡BIEEEN! -sus ojos se iluminaron y se abalanzó a mi cuello.- ¡Gracias, hyung! ¡Te quiero! -y ahí empezaron las dudas...

 

Después de decir eso, me quedé durante unos segundos paralizado viendo como Taemin se alejaba de mí nervioso y algo ruborizado. Él carraspeó tímidamente apartando la mirada al suelo.

 

-Entonces... ¿me vas a comprar algunas cerezas?

 

-Sí... claro... -dije saliendo de mi estupefacción.

 

Tras comprar, volvimos a casa en un completo e incomodísimo silencio. Taemin degustaba con una sonrisa en los labios las rojas frutas. Mientras, yo intentaba averiguar por qué mi corazón se había acelerado tanto cuando dijo aquello... ya sabéis... lo de... el “te....”. ¡NO LO PIENSO REPETIR, ¿VALE?!

 

En fin... pues eso... que, desde ese preciso instante y debido a aquellas inocentes palabras, yo comencé a ver a Taeminnie de otra manera digamos... poco amistosa... ¡Pero no en el mal sentido! Que conste... Solo... dejémoslo en que, aunque entonces no me diera cuenta, me estaba enamorando loca e inconscientemente de aquel loco e infantil bailarín...

 

Al llegar a casa, el maknae salió corriendo al jardín interior donde enterró, justo en el centro, algo que no pude distinguir.

 

-Minnie, ¿qué has hecho fuera? -le preguntó Key quien, al igual que yo, había visto salir a Tae.

 

-¡He enterrado los huesos de las cerezas que me compró Onew hyung antes!

 

-¿Para qué haces eso? -indagó de nuevo.

 

-Pues para que, dentro de unos años, ¡tengamos un alto y fuerte cerezo en el jardín! -explicó sonriente.

 

Para ser sinceros, en aquel preciso instante, pensé que era una completa tontería. Y así se lo dije a Minho... Unos dos años más tarde, mientras observaba perplejo la altura que había alcanzado el árbol, el propio Min se acercó a mí por detrás y me susurró un muy merecido: “Bazinga...”. ¡En mi defensa diré...! Vale... no tengo nada que decir... Triste, ¿eh?

 

La cuestión era que, tras dos años y muchísimos cambios de pelo, un alto cerezo proporcionaba una fresca sombra en el centro de nuestro jardín. Algo que nos venía muy bien en ese momento que entraba el verano.

 

Taemin se lo pasaba en grande comprobando cómo crecía o, simplemente, leyendo un libro recostado en el tronco del árbol. Se le veía muy contento cuando, al volver de alguna promoción de Lucifer, iba corriendo al jardín con su libro favorito bajo el brazo. Recuerdo perfectamente cómo se recogía su entonces larga melena con una expresión de fastidio. Odiaba aquel estilismo...

 

A veces, salía a llevarle un vaso de leche fresquita para que llevase mejor el calor y le hacía compañía. Jugábamos alrededor del árbol, charlábamos y, al final del día, cuando estaba anocheciendo, se sentaba a mi lado y apoyaba su cabeza en mi hombro para ver juntos cómo aparecía la luna en el cada vez más oscuro cielo de Seúl con su plateado brillo bañándonos el cuerpo.

 

Para ser honestos, durante aquellos últimos momentos, mi corazón se aceleraba, mi respiración se agitaba y, a veces, hasta comenzaba a perder la cordura. Me costaba horrores no abrazar a Taemin con todas mis fuerzas y susurrarle un suave “Te quiero”, pero el razonamiento siempre se imponía a todo impulso mío. Realmente, sabía que quería decir eso, pero no estaba seguro de que se correspondiese con totalidad a lo que sentía. Tenía claro que lo adoraba y que me encantaba estar con él, pero... ¿eso era amor de verdad? ¿Cómo podía estar seguro? ¿Y que pasaría si no era así? ¿O si Taemin no me correspondiera? ¡NO ESTABA PREPARADO PARA TODO ESO! ¡Ni siquiera me entendía yo mismo!

 

 * * *

 

Una tarde de julio decidí aprovechar que teníamos libre para avanzar un poco en mi trabajo de Biología, pero el destino me tenía preparado otra cosa bastante más... ¿interesante? No sé definirlo, aunque sí sé que me gustó más que investigar acerca de las células madre.

 

Aquella tarde, Minnie entró a la habitación que habíamos habilitado para estudiar buscándome.

 

-Onew hyung... -me llamó suavemente.- ¿vas a jugar hoy conmigo?

 

-Hoy no puedo, Tae... Tengo que terminar esto...

 

-Jooo.... -hizo un adorable puchero.- Yo quería aprovechar nuestro día libre para jugar todo lo posible contigo...

 

-¿Por qué no se lo pides a Minho?

 

-Aunque me lo pase bien con Minho hyung, él no es como tú...

 

Lo miré a los ojos intentando descifrar el por qué de su insistencia. Él nunca me pedía que lo acompañase, iba yo por gusto....

 

-Taemin... -comencé tratando de sobreponerme a su dulce mirada suplicante.

 

¡¿A quién iba a engañar? ¡Siempre puede conmigo!

 

-Está bien. -asentí.- Ve bajando tú, en seguida te alcanzo.

 

-Te espero en el cerezo, hyung. -dijo contento con una adorable sonrisa y un vivo brillo en sus oscuros ojos.

 

Cuando el maknae salió de la habitación, dirigí mi vista penosamente a los libros que tenía delante.

 

-Otro día será... -murmuré para mí. Nunca hice ese trabajo...

 

Guardé mis cosas y me encaminé hacia el jardín sintiendo un agradable cosquilleo en el estómago. No podía evitar alegrarme y emocionarme por el simple hecho de que Tae quería pasar la tarde conmigo, que incluso me prefería antes que a Minho o a cualquiera de los otros...

 

Cuando llegué a nuestro lugar de encuentro, busqué con la mirada al chico, pero no conseguía dar con él. De pronto, sentí sus delgados brazos abrazándome por detrás en un cálido y maravilloso contacto. Antes de que me diera cuenta, ambos estábamos tirados sobre el verde césped jugando. Yo le hacía cosquillas, él se abalanzaba sobre mi espalda tirándome, corríamos por todo el jardín riendo divertidos. Puedo decir que la risa de Taemin es la melodía más hermosa que he oído nunca...

 

Al final, acabamos los dos tirados sobre la hierba exhaustos, uno al lado del otro. Yo mantenía una pequeña sonrisa en los labios mientras trataba de normalizar mi respiración. Cuando llevábamos un rato así, pude ver como Tae se giraba para mirarme por el rabillo del ojo. Él alargó una tímida mano hasta la manga de mi camiseta, la cual agarró. Y, como si se tratase de un bebé, me dio unos suaves tirones indicándome que quería que me acercase a él. Extrañado, yo también me di la vuelta y me acerqué un poco a él. Minnie volvió a tirar de mi camiseta y, aunque más nervioso por nuestra cercanía, obedecí su muda petición poniéndome a apenas unos centímetros de él. Tenía sus ojos posados en la mano que aún me agarraba así que no podía mirarlo directamente. Aún así, las vistas también me deleitaron: sus largas pestañas, aquel adorable rubos en sus suaves mejillas y sus rojos labios entreabiertos.

 

-T-Taeminnie... ¿q-quieres algo? -sí, estaba nerviosísimo.

 

-Hyung... -calló y se mordió el interior de las mejillas, inseguro.

 

Una vez más, su mano tiró de mi camiseta consiguiendo que mi corazón se acelerase. ¡No me podía acercar más! ¡Si lo hacía, lo besaría! Y eso no estaba bien... Otra vez esos tirones, algo más impacientes esa vez.

 

-Mi-Minnie, yo... no puedo acercarme más a ti... p-porque, si lo hago, yo... es decir, nosotros...

 

-No me importa, hyung. -sus ojos color chocolate se fijaron por fin en los míos.- Solo quiero que te acerques una vez más a mí...

 

Ahí fue donde mandé a cualquier pensamiento racional a la mierda. Ya no me importaba lo que estaba “bien” o lo que estaba “mal”, solo existía mi corazón y lo que éste me pedía.

 

Tímidamente y con algo de miedo, todo hay que reconocerlo, fui acortando la distancia que había entre Taemin y yo. Vi como cerraba los ojos y alzaba ligeramente su cara con los labios entreabiertos. Tragué saliva y, por fin, me atreví a unirme con él, lo besé... Lo besé tratando de transmitirle todo lo que sentía, en ese momento lo tenía más claro que nunca... Lo quería, lo quiero... No... lo amo. ¡Lo amo con locura!

 

Tras separarnos, él me dedicó una preciosa sonrisa y me abrazó apoyando su barbilla en mi hombro. Y, así, en esa postura, me susurró su declaración:

 

-Onew hyung, yo te quiero... Te quiero desde el primer momento y yo... no podía ocultarlo más porque tú haces que me ponga nervioso con tan solo dedicarme una de tus sonrisas... porque solo tú eres capaz de hacerme sentir bien cuando lo estoy pasando mal, porque eres Lee Jinki y estoy enamorado de ti...”

 

 * * *

 

Taemin comienza a despertarse lentamente. Lo primero que hace al abrir los ojos es posarlos en mí.

 

-Buenos días, Onew hyung.

 

Sonrío y lo beso con dulzura. Después, alargo la mano hasta mi mesilla de noche y cojo una cajita azul.

 

-Feliz aniversario, Minnie. -le susurro.

 

Él me mira con sus orbes rebosantes de ilusión.

 

-¿Esto es para mí? -yo solo asiento.

 

Tae coge la cajita y la abre con cuidado. Su cara de emoción al ver el contenido lo dice todo: le gusta mi regalo. Estaba seguro de que le encantaría: un pequeño anillo de plata con un dibujo de unas cerezas grabado. No por nada “gracias” a ellas acabamos juntos.

 

-¿Te gusta? -pregunto sonriente.

 

-¡Me encanta! -sentencia mientras se lo coloca en el dedo anular de su mano izquierda.- Pero hyung... quedamos en que no nos regalaríamos nada... ¿Ahora qué hago yo? ¡No tengo nada para ti!

 

-No necesito nada. Tú ya me hiciste el mayor regalo del mundo hace un año...

 

-¿De veras? ¿El qué?

 

-Tu amor...

 

 

 

 

 

PKA♠

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Os ha parecido bonito? No olvidéis decirme qué os ha parecido con vuestros preciosos reviews!!! >.< Ya estoy impaciente por saber lo que opináis!

Nos leemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).