Todavia lo recordaba como si fuera ayer, recordaba todo lo vivido con aquel chico de mirada felina, cada gesto, cada movimiento, el sabor de sus labios, la calidez de su mano, todas y cada una de las cosas que respectaban a Kim Kibum las recordaba a la perfeccion, tanto que le era doloroso.
Doloroso por que ese niño de miradas felinas, de sonrisas traviesas, del elegante movimiento de su cuerpo al caminar, solo habia jugado con el, con sus sentimientos, y lo habia dejado como un total idiota enamorado.
Aquel dia, ¿Cuándo fue? ¿años? ¿dias? ¿semanas?, no lo sabia, solo sabia que aquel chico que de verdad amo, que aun amaba, un buen dia le miro a los ojos, serio, dejandolo helado por el frio de estos. Sentados en el paruqe al cual siempre habian compartido, en el cual se conocieron, y en el cual se le habia declarado al chico amante del rosa; le dijo que su relacion de casi año y medio finalizaba, que no era lo que realmente esperaba de ella, que no se enamoro como esperaba del chico alto y de grandes ojos, y que era lo mejor para los dos, eso que tenian nunca funciono bien, según la opinio del mayor, y que nunca lo haria.
Y asi con pasos altivoz, y una elegancia caracteristica de el, se alejo de aquel banco en el cual estaban sentados, dejando a Choi Minho con el corazon completamente hecho trisas, una gruesas lagrimas bajando por sus mejillas, y un indescriptible dolor y vacio en todo su ser.
Ese dia llovio fuerte, pero el nunca se fue de ese lugar, quizas pensando que era broma, o que esta teniendo una terrible pesadilla, pero no, la realidad era abrumadora, y con pesadez se levanto de aquel banco, sintiendo que dejaba por siempre su alma y su corazon ahí, y con pasos lentos camino bajo la fria lluvia en direccion a su departamento, confundiendo sus lagrimas con las gotas de lluvia que caian por su cara.
Entro con pesadez a su departamento tirando las llaves a cualquier lado, quitandose un poco de ropa, dejandola en el camino, mojando por completo el piso, pero en ese momento no tenia cabeza para nada mas, se forzo a tomarse una ducha rapida, para después meterse bajo las cobijas calientes de su cama, llorando cual niño pequeño cuando pierde su juguete preferido.
Lo cierto es que lo que menos hizo esa noche fue dormir, simplemente llora por la perdida de ser que el amaba, y que sin miramientos, ni compasión le rompio en miles de trozos filosos su corazon, mismo trozos que se encargaban de “cortale” cada vez que su corazon bombeaba.
Y por primera vez en su vida deseeo jamas haberle conocido, haberle amado, si quiera cruzado de vista, pero era imposible volver en el tiempo, deseeo inmesamente quitarse en ese mismo instante la vida, pero ni ganas tenia de eso. Solo se quedo quieto en su cama durante todo el dia y la noche siguiente solto lagrimas que después se convertian en sollozos, para acabar finalmente en gritos de dolor, haciendo que su garganta doliera por la intensidad de los gritos.
Sus amigos fueron a los dos dias después de su rompiemiento, recien enterados de este, pero nadie le abrio la puerta, por lo que algo decepcionados se fueron, pero regrasaron al siguiente dia y al siguiente de este al no saber nada de Minho.
Harto de la situación Jinki, su mejor amigo, decidio irrumpir en el departamento para encontrarlo acostado en la cama, tapado hasta la cabeza con las gruesas cobijas, a pesar del calor que habia, vio su cuerpo temblar bajo estas, y acercandose le bajo lentamente las cobijas, para dejar ver un rostro totalmente palido y si color alguno.
Minho al verlo intento por todos los medios volver a cubrirse, y lo hubiera logrado, antes, pero ahora de lo debil que se encontraba no pudo mas que hacer el vago intento de taparse, el mayor le abrazo fuerte y el menor se acurruco en su pecho calido, llorando incluso mas de todo lo que habia llorado.
Durante un tiempo indefinido estuvieron en esa poscion, Jinki recargado en el respaldo de la cama, y Minho recargado en su pecho, en la habitación completamente obscura, excepto por unos finos rayos que se colaban por un resquicio en el cierre de las gruesas cortinas.
El temblor en el cuerpo de Minho dismunuyo dando señal de que al fin su llando habia sesado.
- Ven, necesitas bañarte – le dijo con voz tranquila, el menor no puso resistencia alguna, su mente, su mirada, su ser entero estaban fuera de ese lugar, perdidos en el universo
Jinki le ayudo a ponerse de pie, le condujo hasta el baño, lo sento en la orilla de la bañera, mientras abria la llave para llenarla, le quito la ropa para después meterlo en la tina una vez llena, le dio un poco de espacio y se fue a la cocina para preparar algo desente para que comiera.
Cuando regreso lo encontro con las piernas enconginas y con la mira fija en algun punto de la pareded frente a el. Lo tallo y lo enjuago, posteriormente lo seco y le ayudo a vestirse. Le tomo de la mano y le condujo hasta uno de los sofas sentandolo frente al gran plato de fideos insitandole a comer.
Pero Minho estaba perdido en los recuerdos que encerraba ese departamento, cada uno de los momentos mas felices de su vida los paso ahí, junto a Key como el solia llamarlo, todo el lugar decarado por el, cada cuadro en la pared, el plato, la cuchara, los palillos, la mesilla de sentro, el sofa en el que estaba sento, la caliente alfombra debajo de sus pies, las lámparas, las cortinas, el color de las paredes, todo, absolutamente todo habia sido escogido por el y ahora se le antojaba dolorosamente reconfortante, y de nuevo las lagrimas bajaron por sus mejillas.
A como pudo Jinki le dio un poco de comida, le encendió la TV, mientras el iba a cambiar las sabanas sucias de su cama, esa noche y los días siguientes se quedo con el menor, cuidándolo y consolándolo, en las noches, cuando su dolor se volvía insoportable y rompía en llanto, durmiéndose por el cansancio que este representaba, siempre entre los brazos calidos del mayor.
Un tiempo ya había pasado, poco a poco y con ayuda de Jinki, Jonghyun y Taemin, había ido superando su dolor, su tristeza, y aunque aun no lo había olvidado, jamás lo haría, trataba de sonreír a las tontas ocurrencias de Jonghyun, ante los lindos pucheros de Taemin y ante la deslumbrante sonrisa del mayor de ellos.
Se había mudado de apartamento, lo vendió tal cual estaba, dejando ahí todos y cada uno de sus recuerdos, y se compro un apartamento cerca de la casa de su mejor amigo, al cual le estaba inmensamente agradecido por todo su apoyo.
Ahora tenia una nueva razón para volver a vivir feliz, sus amigos, aquellos que lo apoyaron incondicionalmente, y por ellos estaba dispuesto a ser feliz, a vivir de nuevo una vida tranquila, sin dolor alguno, sin lagrimas.
Pero el nunca, jamás, dejaría de amarle, pues aunque la forma en que terminaron fue cruel, el siempre sintió sincero amor por Kibum y nunca se arrepentiría de ello.
Volvió a saber poco después de el, alguien le contó que tenia nuevo novio, que se le veía demasiado feliz, y Minho rezo por que así fuera, no le deseaba, nunca le desearía el mal, de verdad esperaba que fuera feliz junto a esa persona, tal vez, como nunca lo fue con el, también esperaba que Key no le hiciera lo mismo a aquel sujeto que había caído en sus redes.
Y por primera vez en mucho tiempo sonrió, por la ironía, quizás, de su pensamiento. Diciendo al cielo, en lo alto de un edificio, disfrutando de la brisa, que realmente fuera feliz, tanto o mas, de lo que un día el fue feliz junto a el.