Era una hermosa mañana en la milicia, Roy Mustang se encontraba en su oficina, por mandato de Riza quien le había apuntado en la cabeza para que terminara su trabajo, así que ay estaba Roy en un hermoso sábado firmando unas montañas de documentos.
El sonido de que alguien pedía permiso para entrar se dejo escuchar, y Roy sin despegar la vista de los papeles dijo –Adelante-
-¿Estas ocupado?-pregunto una voz familiar para el sexy coronel
-Ha, eres tu Ed, lo siento no te vi- se disculpo Roy mientras observaba a Ed
-dices que soy tan pequeño que una hormiga me hace sombra –hacia berrinche el chiquitín
-Si como sea-ignoro Roy – ¿Que te trae por aquí? –pregunto volviendo la vista a los papeles restándole importancia a la presencia del alquimista de acero
-Yo, solo quería verte-susurro Ed con un lindo sonrojo en las mejillas, y es que ellos llevaban más de 1 año saliendo juntos claro que en secreto puesto que la milicia no lo permitiría.
-¿Y Al, sabe que estas aquí?-pregunto sin levantar la vista del documento
Esa pregunta hizo enojar a Ed –Te dije ayer que mi hermano iba a salir hoy a Resembol, con Winry -le contesto confirmando sus sospechas, Ed sentía que Roy no lo quería, que solo buscaba un acostó, como con todas las chicas que habían pasado por su cama, lo sabia pero quiso creer lo contrario, y ahora eso dolía, la verdad le caía como un balde de agua fría, esas noches en las que se miraban a escondidas, siempre eran iguales, un hola y después se encontraba desnudo en los brazos de Roy.
Pero ese día iba a ser diferente, estaba arto de que lo tratará como un objeto sexual sin importarle lo que sentía así que se atrevió a preguntar.
-¿Roy me quieres?-pregunto dudoso
-No –fue la sencilla respuesta del morocho la cual causo que el pequeño corazoncito del alquimista se partiera en dos
-¿Si…me voy llorarías?-volvió a preguntar titubeando
-No-volvió a responder fríamente sin siquiera despegar la vista del documento que firmaba
Ed no espero mas y al momento de dar la vuelta las lagrimas salieron de sus hermosos ojos, no lo soportaba el dolor en su corazon era fuerte, asi que lentamente camino hacia la puerta, tomo la perilla y antes de salir sintió unos brazos que le rodeaban y en su oído como si fuera el viento quien lo dijera escucho.
-No te quiero…Te amo-soltó Roy mientras lo volteaba para abrazarlo fuertemente y volver a decir –Si te vas no lloraría…Simplemente moriría –le susurro
-Roy yo…
-Ed te amo –soltó Roy mientras callaba sus palabras en un tierno beso
-Roy, yo también te amo-dijo Ed aun con lagrimas en sus ojos las cuales Roy limpio con tiernos besitos –lo se Ed, lo se -
LO VUELVO A REPETIR PUESTO QUE NO LLEGA A LAS QUINIETAS PALABRAS
Era una hermosa mañana en la milicia, Roy Mustang se encontraba en su oficina, por mandato de Riza quien le había apuntado en la cabeza para que terminara su trabajo, así que ay estaba Roy en un hermoso sábado firmando unas montañas de documentos.
El sonido de que alguien pedía permiso para entrar se dejo escuchar, y Roy sin despegar la vista de los papeles dijo –Adelante-
-¿Estas ocupado?-pregunto una voz familiar para el sexy coronel
-Ha, eres tu Ed, lo siento no te vi- se disculpo Roy mientras observaba a Ed
-dices que soy tan pequeño que una hormiga me hace sombra –hacia berrinche el chiquitín
-Si como sea-ignoro Roy – ¿Que te trae por aquí? –pregunto volviendo la vista a los papeles restándole importancia a la presencia del alquimista de acero
-Yo, solo quería verte-susurro Ed con un lindo sonrojo en las mejillas, y es que ellos llevaban más de 1 año saliendo juntos claro que en secreto puesto que la milicia no lo permitiría.
-¿Y Al, sabe que estas aquí?-pregunto sin levantar la vista del documento
Esa pregunta hizo enojar a Ed –Te dije ayer que mi hermano iba a salir hoy a Resembol, con Winry -le contesto confirmando sus sospechas, Ed sentía que Roy no lo quería, que solo buscaba un acostó, como con todas las chicas que habían pasado por su cama, lo sabia pero quiso creer lo contrario, y ahora eso dolía, la verdad le caía como un balde de agua fría, esas noches en las que se miraban a escondidas, siempre eran iguales, un hola y después se encontraba desnudo en los brazos de Roy.
Pero ese día iba a ser diferente, estaba arto de que lo tratará como un objeto sexual sin importarle lo que sentía así que se atrevió a preguntar.
-¿Roy me quieres?-pregunto dudoso
-No –fue la sencilla respuesta del morocho la cual causo que el pequeño corazoncito del alquimista se partiera en dos
-¿Si…me voy llorarías?-volvió a preguntar titubeando
-No-volvió a responder fríamente sin siquiera despegar la vista del documento que firmaba
Ed no espero mas y al momento de dar la vuelta las lagrimas salieron de sus hermosos ojos, no lo soportaba el dolor en su corazon era fuerte, asi que lentamente camino hacia la puerta, tomo la perilla y antes de salir sintió unos brazos que le rodeaban y en su oído como si fuera el viento quien lo dijera escucho.
-No te quiero…Te amo-soltó Roy mientras lo volteaba para abrazarlo fuertemente y volver a decir –Si te vas no lloraría…Simplemente moriría –le susurro
-Roy yo…
-Ed te amo –soltó Roy mientras callaba sus palabras en un tierno beso
-Roy, yo también te amo-dijo Ed aun con lagrimas en sus ojos las cuales Roy limpio con tiernos besitos –lo se Ed, lo se -