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Claro de Luna por J2Y2C

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Notas del fanfic:

Para Yoleht y ggaabbyy22 ,quienes me pidieron un one-shot YunJaesco y para tod@s los amantes de esta linda pareja. Espero que sea de su agrado y tengan una muy FELIZ NAVIDAD.

-¡Jaejoong levántate, se hace tarde para tus clases!

 

La molesta voz de mi madre resuena por toda mi habitación, no quisiera tener que levantarme, mi vida gira en torno al piano desde que tengo uso de razón, y la única razón que me hace levantarme cada día y obedecer las órdenes de aquella que se dice ser mi madre, es poder admirar un día mas a mi maestro de piano Jung Yunho.

 

-¡Te dije que te levantaras ya son las 5:30 am!, ¡estás perdiendo tiempo!, ¡ya tienes 25 años se mas responsable!- cierra la puerta de un portazo y decido que es mejor hacerle caso y meterme a bañar, porque mis clases empiezan a las 6:00 am en punto y a Yunho no le gusta la impuntualidad, aunque conmigo podría hacer una acepción, pero prefiero estar lo menos posible en casa soportando a esa señora.

 

¿El por qué de que mi madre este obsesionada con que toque el piano?, la única razón es que eso mismo es lo que paga todas las cuentas de la casa, y por supuesto sus litros de alcohol.

 

Me doy un baño rápido, me visto con unos pantalones de mezclilla negros, una camisa roja y mi gabardina gris obscuro, se que de nuevo no podre desayunar hoy así que me ahorro el ir hasta la cocina; salgo sin mas de mi casa emprendiendo las 8 cuadras que separan mi casa de la de Yunho, uno pensaría que con lo que me paga la sinfónica nacional tendría como para comprarme un auto, pero eso no es posible con los vicios de mi madre, y es que ella es capaz de trabajar, para eso estudio la carrera de enfermería, pero simplemente supongo que le gusta más la vida así de fácil.

 

A pesar de tener un abrigo bastante grueso puedo sentir la baja temperatura adueñarse de mi cuerpo. Estas dos semanas el frio de invierno se ha sentido mucho más que en años anteriores; en estos momentos me gustaría estar tomando una gran taza de té caliente sentado en la sala con las llamas ardientes de la chimenea calentándome, ¿y por qué no?, rodeado por los brazos de Yunho, sintiendo su calor corporal haciendo aumentar el mío, eso sería simplemente perfecto. Sigo perdido en mis pensamientos, el camino es algo irrelevante, me lo he aprendido de memoria desde que tenía 15 y un poco más, en aquel tiempo Yunho me esperaba apoyado en la puerta vigilando que no me perdiese. Al principio, cuando comencé mis clases con Yunho, ya había recorrido las clases de casi todos los pianistas del la ciudad, así que cuando mi madre me dejo en casa de Yunho y le vi por primera vez lo primero que me paso por la mente al ver sus pupilas blancas es que alguien como él nunca podría enseñarme mucho más de lo que ya sabía sobre el piano, ni siquiera tenía la certeza de que ese joven de 17 años pudiese reconocer una nota; pero que equivocado estaba, cuando Yunho poso sus largos dedos en las teclas del piano y la melodía comenzó me di cuenta de que nadie nunca podría igualar aquella interpretación de Nocturno op.27 no.1 en do sostenido menor, ni siquiera el mismo Chopin. Tiempo después, cuando Yunho se abrió mas a contarme sobre él supe que Chopin era su compositor favorito, perfecto para Yunho pensé en ese entonces.

 

Salí de mis recuerdos al divisar la casa color crema con bordes cafés y rejas blancas, el techo, gracias a la nieve, ahora era de color blanco, muy diferente al color café que siempre poseía. Abrí la reja y camine con paso tranquilo hasta la puerta principal, rebusque en los bolsillos de mi gabardina hasta dar con la llave de acceso; en el momento en que metí la llave en la cerradura, el sonido del piano llego a mis oídos, reconocí la melodía como “River Flows in You” de Yiruma, y recordé que Yunho estaba tratando de enseñársela a un adorable adolescente de 18 años. Adoraba a ver a Yunho tocar el piano, aunque solo había podido hacerlo dos veces en mi corta vida, la primera fue el día en que nos conocimos y la segunda fue cuando enferme de fiebre y Yunho me obligo a quedarme en su casa por la fuerte tormenta que azotaba la región ese día. Camine por el pasillo sigilosamente, si hacia al menos un pequeño ruido Yunho se daría cuenta ya que sus sentidos eran más sensibles para compensar la falta de uno de ellos. Di vuelta en la esquina al final del corredor y llegue a divisar la estancia principal, Yunho tenía los ojos cerrados y sus largos dedos se movían ágilmente, interpretando la melodía a la perfección, sin equivocarse una sola vez; y de un momento a otro se hizo el silencio con la pieza aun sin terminar, Yunho sonrió pero no abrió los ojos, aunque en realidad daba igual si lo hacía o no.

 

-Buenos días Jaejoong- sus dedos abandonaron las blancas teclas para tantear los bordes del banquillo donde se encontraba sentado hasta encontrar el largo bastón blanco de aluminio junto a él.

 

-¿Como supiste que era yo?- me acerque donde él con un andar tranquilo, me sentía en casa, aunque no lo fuera en realidad.

 

-Simplemente lo sé, porque siento tu presencia, tu aroma.

 

-No me puse colonia

 

-No ese aroma, me refiero a tu aroma, el que solo tú puedes poseer- se levanto del banquillo con el bastón en mano y camino hasta la cocina. Le seguí- supongo que de nuevo has salido sin desayunar, así que te prepare algo.

 

-Muchas gracias, no te hubieras molestado.

 

-No me molesta, es en recompensa de la exquisita comida que me preparas- sonrió de nuevo, él no sabe cuánto amo su sonrisa.

 

Esta es una de las simples acciones que hicieron que me enamorara de Yunho. Hizo el ademan de comenzar a servir lo que había preparado pero le detuve, una cosa era el poder cocinar con las placas de vitroceramica de la estufa y otra muy diferente servir la comida sin quemarse con los bordes de la sartén, y es que los mayores accidentes de Yunho eran precisamente las quemaduras por sartenes hirvientes, pero este ser humano era un terco que no me hacía caso en ponerse los guantes especiales para no quemarse.

 

-Ya te he dicho que yo puedo hacerlo solo.

 

-Ya lo sé, pero solo me aseguro de no tener que vendar de nuevo tus manos por alguna quemada.

 

-Eres un exagerado, no siempre me quemo.

 

No siempre, mas si la mayoría de las veces; mejor no le sigo sino empezaremos a discutir por tonterías.

 

-¿Donde están tus guantes?

 

-En la tercera puerta de la alacena a la derecha, en la quinta argolla, pero ya te dije que me incomodan.

 

-Pues ya sabes la respuesta, si no te los pones no te dejo tocar.

 

Termine de servirme y lleve la sartén al lavatrastos, solamente me dio tiempo de asentarla antes de sentir los brazos de Yunho tomándome de los hombros, sus grandes manos y esos prodigiosos dedos comenzaron a subir suavemente rosando mi piel, pasando por mi cuello, mentón, labios hasta llegar a mis mejillas las cuales sentía arder, en casos como estos es cuando me gustaba la ceguera de Yunho más que nada, porque así el no podía ver los sonrojos ni reacciones que despertaban en mi sus inocentes roces sobre mi piel.

 

-Cálido

 

-¿Mande?- supongo que mas sonrojado no puedo estar.

 

-Tu piel, se siente cálida- sonrió- pensé que estabas molesto.

 

Yunho solía tocar suavemente mis facciones faciales porque así podía reconocer mis estados de ánimo sin tuviese la necesidad de escucharme. Esa traicionera sonrisa no se iba de su rostro y eso me invitaba a posar mis labios sobre ella.

 

-Bueno- alejo sus manos de mi cuerpo. Me sentí decepcionado por aquello- desayuna y podremos comenzar, tienes que aprenderte una sonata completa para hoy mismo, y además quiero que escuches el avance de Taemin.

 

Taemin otro de los estudiantes de Yunho, es aquel joven por quien Yunho estaba recordando la melodía de River Flows in You. Aunque según Yunho yo ya no era un estudiante y no tenía por que seguir viniendo, yo mismo me tomaba como uno de sus estudiantes, aunque estuviese aquí más por gusto que porque lo necesitase, según las palabras de Yunho.

 

-¿A qué hora viene el pequeño?

 

-Changmin hablara cuando le este trayendo, dijo que van a ver algo de la boda.

 

-Entonces se tardaran horas, la hermana de Changmin es muy detallista- reí suavemente y Yunho me siguió.

 

En todo el tiempo que estuve degustando mi desayuno, Yunho no emitió ruido alguno, solamente se quedo sentado frente a mí en la mesa de la cocina. Termine mi desayuno, lave los trastos y los acomode en su lugar; todo en la casa de Yunho tenía un lugar en especifico, como por ejemplo los trastos estaban divididos en tipos y tamaños, eso al principio cuando era un adolescente rebelde me molestaba, pero poco a poco entendí el porqué de que todo en el mundo de Yunho fuese diferente.

 

-¡Jaejoongie el piano te espera!- la voz de Yunho sonó lejana, y mi instinto fue buscar su presencia.

 

-¡Voy!- hasta ahora me di cuenta de que Yunho se había ido a la estancia principal.

 

Hasta ahora, mientras me posicionaba en el banquillo frente a las teclas del piano me di cuenta de que ya no sentía frio y es entonces que repare en el fuego resplandeciente en la chimenea; pero aun así sabia que sentiría de nuevo frio si me quitaba mi gabardina.

 

-¿Dónde está la partitura Yunho?- me di cuenta de que no había nada en el atril del piano.

 

-No la necesitas- sonó tan seguro, generalmente Yunho no suena tan seguro si se trata de algo referente a aprender o perfeccionar alguna melodía.

 

Yunho a pesar de no poder ver es el mejor maestro de piano del país, él dice que lo único para lo que sirve es para enseña, ¿la razón?, solo yo la sé, Yunho tiene mucho temor a equivocar alguna partitura, aunque yo no creo eso posible pues él conoce cada parte del piano a la perfección.

 

-¿Cómo que no la necesito? ¿Es alguna de las que me sé?

 

-Exacto, la conoces a la perfección- rió quedito.

 

-¿Cuál?

 

-Cuales- no respondí a eso, dejaría que él me lo dijese- la primera es Claro de Luna de Beethoven.

 

-¡Tú dijiste que solo era una!

 

El solo sonrió por mi respuesta, esa sonrisa traviesa que solo yo tenía el privilegio de ver, mis labios hicieron un puchero involuntario al sentirme timado y le saque la lengua, aunque él no lo pudiese ver no importaba.

 

-Bueno Jaejoongie que esperas, toca Claro de Luna para mí… ¡oh! Otra cosa- sonrió, maldito- si te equivocas en el tercer movimiento te llevas un castigo y no te doy tu regalo de navidad.

 

¡Navidad!, es verdad, hoy es víspera de Navidad y yo ni en cuenta de eso, tal vez la falta de costumbre me haya orillado a eso; tendré que hacer o comprar algo para Yunho, y por cómo está el tiempo creo que me decidiré por hacerle algo, tal vez su postre favorito, y claro, también deberé recordar a Taemin y Changmin.

 

-Jaejoong te estoy esperando.

 

Yunho se ha sentado en su sillón individual justo al costado del piano, su cabeza ligeramente inclinada hacia mí, sus manos cruzadas una sobre la otra apoyadas en sus largas piernas enfundadas en un pantalón negro, sus ojos cerrados; está concentrado observando con sus demás sentidos, sintiendo la melodía que se ha empezado a crear bajo la tutela de mis dedos, analizándola, como si estuviese en cámara lenta, y yo me he dejado llevar por la sensación del mármol bajo mis dedos, de los pedales bajo mis pies, del ritmo, de la harmonía, siento como si mis dedos se moviesen solos, como si la melodía fuese parte de mi cuerpo, he llegado al tercer movimiento de claro de luna y ahora me he perdido en las aguas invisibles, la luna blanquecina y los arboles danzantes de mi imaginación, hasta que la ultima tecla es pulsada y vuelvo a mi realidad, a la estancia principal con muebles negros de cuero, la alfombra rojo vino, las mesas cristalinas, el piso de madera, frente al piano de cola negro pulcramente pulido con teclas de marfil.

 

Observo a Yunho, con los labios levemente curvados en una pequeña sonrisa, eso hace morderme levemente el labio inferior porque sé que significa esa sonrisa.

 

-Jaejoongie, es mi menor, no mi bemol menor.

 

Ni siquiera tengo ganas de preguntarle en que parte fue que me equivoque porque la verdad es que no puse atención a mi interpretación, simplemente toque como siempre lo hago desconectándome del mundo natural.

 

Yunho se levanto de su sillón y camino lentamente hacia mi abriendo los ojos dejándome apreciar aquellas pupilas opacadas por el color blanco, me hizo un ademan para que me arrimase un poco en la banca, así lo hice y él se sentó a mi lado, viro su rostro como si quisiese verme y solo sonrió.

 

-Solo porque fue un pequeño error te daré tu regalo- me dio un pequeño beso, un beso de mariposa, suave y efímero, deslizo sus manos por mis brazos hasta llegar a mis manos, las tomo entre las suyas y las poso en el piano- hagamos una interpretación doble… a mi señal.

 

Estaba asombrado por su proposición, en todo el tiempo que llevaba de conocer a Yunho él nunca había tocado para mí y mucho menos había tocado con él. Pose mis dedos sobre las teclas y justo cuando el dio la señal nuestras manos formaron una hermosa melodía. No podía mirar el piano, la sonrisa de Yunho me tenia atrapado, porque sonreía para mi, sus blancos ojos estaban posados en mi al igual que mis ojos cafés estaban perdidos en él; y nuestros dedos siguieron pulsando las teclas en el momento preciso, la harmonía era maravillosa, la melodía era algo sublime, el sentimiento era expulsado a través de las cuerdas, movimientos rápidos y certeros, toques suaves, pulsaciones brillantes, todo entremezclado en una sola melodía, y de pronto todo acabo, la última nota fue tocada y no fui capaz de hacer más que juntar mis labios con los de Yunho, cerrando mis ojos al contacto con sus dulces labios. ¿La melodía?, absolutamente ningún error.

 

Mis brazos rodearon su cuello y los suyos mi cintura acercándome más a él, su lengua delineo mis labios, como si pidiese permiso para entrar en ella, permiso que por supuesto le fue concedido; ahora nuestras lengua formaban una batalla mientras al mismo tiempo sentía el sabor de los labios de Yunho, las manos de Yunho viajaron de mi cintura hasta los botones de mi gabardina pero solo se mantuvieron ahí, aun indeciso de avanzar más. El beso poco a poco se robo el oxigeno de nuestro cuerpo así que sin más remedio tuvimos que separarnos, solo un poco, para coger aire.

 

-¿Por qué no continuas?

 

-¿Qué es lo que ves en mi Jaejoong?

 

-Lo mismo que veo desde hace diez años y lo mismo que empecé a ver desde que me soy tu novio- sonreí, y el sonrió conmigo- veo todo y a la vez nada, porque siento todo y no siento nada…

 

-Ya entendí- beso mi mejilla- te amo.

 

-Te amo.

 

Recuesto mi cabeza en su hombro izquierdo; siento sus caricias sobre mi cabello, es tan relajante. Hace dos años que soy novio de Jung Yunho, me enamore de él a los tres años de ser su alumno y en verdad era algo muy traumante para mi, en primer lugar porque ambos somos hombres y en segundo porque es mi maestro, aunque él no lo crea; al principio trataba de evitar que se me acercara pues creía que podría escuchar los acelerados latidos de mi corazón aunque luego entendí que eso no era posible, a menos que Yunho se recostara contra mi pecho, los demás años fueron de llantos y sonrisas, por la simple razón de la “patas de araña” que Yunho tenía por novia y por los gestos tan lindo que Yunho empezó a tener para conmigo, esos fueron los 3 años y medio más insufribles de mi existencia, un día antes de la navidad, ambos ya con 23 años, Yunho se me declaro, así sin más, cuando estaba puliendo aun la sinfonía de Claro de Luna, y ahora que me daba cuenta falle en la misma nota que había fallado aquella vez que Yunho me pidió que la tocara para él, tal vez fue algo inconsciente, en primer instancia no hice caso a las palabras de Yunho porque para mí él aun seguía con aquella “patas de araña”, pero luego de que Yunho me aferrara en sus fuertes brazos para evitar que escapara de su explicación, entendí, por palabra de él mismo, que había terminado con la “patas de araña” gracias a que se dio cuenta de que todo ese tiempo solo estuvo tratando de engañarse a si mismo porque me amaba casi desde el primer momento en que me vio, así que lo único que hacía con aquella chica era tratar de depositar el amor que me profesaba en ella porque no quería hacerme daño ni apartarme de su lado, esa noche fue muy dramática para mi gusto, recuerdo que terminamos dormidos en su cama luego de llorar y llorar por horas, y al día siguiente yo mismo le pedí que seamos novios a lo que él acepto gustoso. Sonrío contra la piel de mi novio al recordar aquella noche.

 

-¿Que provoca tu sonrisa mi amor?

 

Sabía que Yunho sentiría mis labios estirándose sobre su piel, esa es una de las formas de ver de mi Yunho, porque él puede ver con su piel, con sus oídos, con su olfato y con su boca.

 

-Recordé cuando me dijiste que me amabas.

 

-Al parecer pensamos igual, yo mismo acabo de recordar aquello también.

 

Me separe de su cuello aun con la sonrisa adornando mi rostro y bese suavemente sus labios, su nariz, sus mejillas y sus ojos, ganándome una preciosa sonrisa de esa boca a la que era adicto.

 

-¿Y cómo nos salió nuestra interpretación profesor?

 

El frunció levemente el seño por el sobrenombre y yo solo pude tratar de no reírme, aunque al final deje escapar una pequeña carcajada, el me saco la lengua y rodeo de nuevo mi cintura con sus brazos.

 

-Perfecta, sublime, por primera vez me sentí libre de tocar cualquier melodía sin miedo a equivocarme.

 

-Eres un exagerado, por ti mismo eres sublime.

 

El negó y abrió la boca para decir algo pero lo silencia posando mis labios sobre los suyos.

 

-¿No dijiste que ibas a castigarme si me confundía en el tercer movimiento?

 

-Claro, tendrás que escribir la partitura mínimo cinco veces y tocar Claro de Luna hasta que te salga perfecto… y enseñarle River Flows in You a Taemin.

 

Me levante del banquillo y jale a Yunho del brazo guiándolo hasta hacerlo sentar en medio del sillón más grande de la estancia, me subí encima de sus piernas dejando las mías una a cada lado de las de él.

 

-A mí se me ocurre un mejor castigo.

 

Bese su cuello con hambre de sentir mucho mas de su piel, pero Yunho me separo suavemente.

 

-¿Estás seguro de esto? Si lo que no quieres es cumplir tu castigo no tienes porque hacerlo, solamente toca Claro de Luna tan perfectamente cómo se que sabes tocarla y listo.

 

-No es por eso…

 

-¿Entonces?

 

-Es porque quiero sentirte mucho mas, quiero que me sientas, quiero ser completamente tuyo, que me marques como tuyo- de nuevo sentía mis mejillas arder, y las de Yunho habían adquirido ese característico tono rojizo, por mis palabras- quiero entregarte mi primera vez, quiero darte mi virginidad…

 

-Está bien amor, ya entendí, no digas más.

 

-¿Entonces me dejaras hacerlo?

 

-Que mas remedio tengo, no puedo negarte nada, además… - sus mejillas adquirieron, aun, un tono más rojo- yo también quiero sentirte.

 

Sonreí por su respuesta, mi boca de nuevo ataco el cuello de Yunho y él inclino un poco su cabeza para darme espacio, las manos de Yunho, antes quietas a sus costados, ahora se encontraban husmeando debajo de mi gabardina.

 

-Quítamela-susurre en su oído, mordiendo levemente el lóbulo de su oreja.

 

No tuve que decir ni hacer más para que comenzase a soltar los botones de mi gabardina de su respectivo ojal, despacio, uno a uno, rozando mi pecho por encima de mi camisa, gemí quedito por el solo pensamiento de sus manos acariciando todo mi cuerpo. La gabardina callo a la suave alfombra y Yunho continuo con la camisa, esta vez separándome un poco de su cuerpo para nuevamente pegarme a él, solo que esta vez era su boca quien hacia contacto con mi pecho, besando y lamiendo la piel que quedaba expuesta; mi camisa fue retirada de mi cuerpo y olvidada en el suelo junto a mi gabardina, Yunho no perdió tiempo y comenzó a atacar mis tetillas lamiéndolas y retorciéndolas entre sus dedos, y yo solo era capaz de gemir y agarrarme de sus hombros para no caer hacia atrás.

 

-¿Te gusta lo que hago Jaejoongie?

 

-Si… mmm… me gusta mucho… no pares Yunnie…

 

Siguió bajando por mi pecho empujándome suavemente hacia atrás para llegar más abajo, de poco a poco quede recostado en sus piernas con mi cabeza hacia atrás, sentí una succión particularmente fuerte en mi piel una y otra vez, al parecer mañana estaría lleno de pequeños moretones dejados por la boca de Yunho.

 

Mi cuerpo fue impulsado de nuevo hacia arriba y la boca de Yunho se estampo contra la mía, mis manos abandonaron sus hombros para bajar a su pecho desabrochando lo más rápido que podía los botones de su camisa, queriendo admirar esa piel algunos tonos más morena que la mía; me separe de Yunho para deshacerme de su camisa y bajar lentamente por su cuerpo sin dejar de acariciarle hasta topar mi vista con su pene erecto aprisionado entre la tela de su pantalón y bóxers; empecé a juguetear con sus tetillas, poniéndolas duras, mi boca viajo hasta aquel bulto y mordió suave por sobre la tela, deje en paz las tetillas de Yunho para dirigir mis manos al zíper del pantalón, lo baje despacio para posteriormente desabotonar, dejando un poco más libre el pene de mi novio. Escuchaba los gemidos de Yunho llegar a mis oídos, algunos audibles pero la mayoría siendo reprimidos, sus ojos estaban cerrados fuertemente y sus manos acariciaban mis cabellos y hombros; desabroche mi pantalón pues mi miembro comenzaba a doler y devolví mis manos al pantalón de Yunho, lo tome de los bordes superiores y jale hacia abajo, Yunho copero alzando las caderas dejándome quitárselo, proseguí a quitarle los bóxers negros mientras lamia despacio su vientre, las manos de Yunho se quedaron quietas a su costados apretando los almohadones a un lado de él.

 

-Yunnie puedo probarte- al fin me deshice de sus bóxers y los avente por ahí.

 

-Puedes hacer conmigo lo que desees.

 

Sonreí pícaro por sus palabras, lamí mis labios y sin pensármelo demasiado aprisione con ellos aquel trozo de carne erecto entre las piernas de mi novio, de inmediato sentí los dedos de Yunho posarse entre mis cabellos, mi lengua saboreo a todo lo largo y luego se enredo lo más posible en el, lleve una mano a mi pene igual de erecto que el de Yunho y comencé a masturbarme lentamente, mientras mi boca y garganta se hacían espacio para recibir el pene de Yunho. Comencé un suave movimiento de ascenso y descenso sobre el pene de Yunho que poco a poco iba en aumento por los movimientos de cadera de mi novio y sus manos jalando suavemente las hebras de mi cabello; pase la punta de mi lengua por el prepucio y luego a lo largo de toda la extensión, a lo que Yunho respondió con graves gemidos, seguí con lo mismo hasta sentir el leve tironeo de mis cabellos hacia arriba, saque aquel miembro de mi boca y le mire, con las mejillas arreboladas y la respiración entrecortada.

 

-Ya… basta Jae… si no… me vendré…

 

-Eso es lo que quiero, pero no en mi boca- sin verlo, podía sentir el deseo y amor que le profesaba a Yunho filtrándose hacia el exterior a través de mi mirada y quise ver, aunque fuese, una vez aquella mirada de deseo y amor en él, dirigida hacia mí.

 

-Estás seguro de eso, si quieres podemos parar

 

-Estoy completamente seguro- me subí a horcajadas sobre él-Yunnie hazme tuyo- susurre sobre sus labios, y al instante sentí como se estremecía, tal vez por mis palabras o por mi aliento chocando contra ellos.

 

-Pero…

 

-No quieres- no trate de reprimir el sentimiento de tristeza y desilusión que se impregno en mis palabras.

 

-No es eso… es que, tengo miedo de hacerte daño.

 

Sonreí, sabía que me diría aquello, yo también sentía miedo de sentir dolor cuando el entrase en mí pero estaba decidido a correr el riesgo con tal de poder ser uno con Yunho.

 

-No tengas miedo, se que nunca me arias daño…- estaba a punto de decir algo pero no le deje- no te voy a mentir, tampoco me gustaría sentir dolor pero no me importa porque eres tú y sé que harás todo lo posible porque no me duela, pero el dolor es inevitable Yunnie, después de todo es mi primera vez.

 

El solo respondió afirmativamente con un movimiento de cabeza pero su semblante era pensativo, así que antes de que se arrepintiera tenía que actuar; comencé a moverme sobre su pene erecto, rozando la tela que cubría mis nalgas con su miembro, al instante dejo escapar un leve gemido y yo sonreí por su reacción, calentar a Yunho sería algo muy fácil; seguí moviendo mis caderas al compas de la melodía que hace momentos resonaba bajo nuestros dedos en el piano, mis manos subieron a su pecho acariciando cada rincón, mi boca volvió a su cuello para succionar con fuerza tratando de dejar una duradera mancha morada solo por el gusto de marcarlo y saberlo completamente mío. De un momento a otro Yunho me asió firme de los brazos y me acostó a lo largo del sillón posicionándose el sobre mí, sus piernas se hicieron espacio entre las mías, me beso fuerte con hambre, tomo los bordes de mi pantalón y bóxer y los bajo de un tirón sacándomelos con una maestría impresionante, sonreí porque había logrado mi cometido y Yunho ya no tenía escapatoria.

 

-Siento tu sonrisa diabólica Jaejoongie… no te preocupes has ganado…

 

No respondí a aquello pues mi boca fue llenada por dos de sus dedos los cuales empecé a lamer enseguida; sentí su aliento sobre mi miembro y un segundo después aquella bendita lengua recorría todo la extensión de mi pene, de la base hasta la punta y viceversa, aun con los, ahora, tres dedos en mi boca no podía parar de gemir, mis manos se agarraron al cabello de Yunho tirando de ellos lo más suave que mis impulsos me daban, un momento después un cuarto dedo se unió a los otros tres y la boca de Yunho atrapo mi miembro por completo, no pude reprimir el gran gemido que salió de mi garganta, los dedos de Yunho abandonaron mi boca y su mano bajo hasta mis testículos estimulándolos con caricias, la boca de Yunho dejo mi pene y beso mi vientre mi pecho y mis labios, sentí uno de sus dedos acariciar mi entrada y luego pasar por mi pene para finalmente volver a mi entrada y presionar levemente haciéndose espacio en mi interior lentamente, fruncí el seño y deje escapar un gemido de dolor que murió en los labios de Yunho, la mano desocupada de Yunho viajo hasta mis pezones y empezó a juguetear con ellos tratando de distraerme del dolor que ahora dos de los dedos de Yunho me estaban produciendo, sentía la presión que hacia mi recto contra sus dedos, leve pero molesta, los dedos de Yunho empezaron a hacer un movimiento extraño dentro de mí y de pronto el placer llego de golpe haciendo que arquease la espalda y un fuerte gemido escapase de mi garganta, Yunho sonrió y volvió a hacer el mismo movimiento.

 

Perdí la cuenta de cuantos dedos estaban dentro de mí y Yunho los sacó precipitadamente haciéndome soltar un gemido desesperado,

 

-Tranquilo mi ángel, no tenemos prisa.

 

Y la verdad no sé de donde salía la convicción de sus palabras porque yo si tenia demasiada prisa de sentirlo dentro de mí, y además seguramente el miembro de Yunho dolía tanto como el mío, pero lo dejaría hacer por esta vez.

 

Beso mis labios, su lengua se adentro en mi boca y se enredo con la mía, sus manos pasearon por mi pecho y pude sentir los fluidos que soltaban mi interior y pene; Yunho siguió besándome y acariciándome hasta que mordí levemente su lengua para hacerle saber que aunque el aguantase yo no podía hacerlo, no ahora y luego de probar sus dedos dentro de mí.

 

-Eres un desesperado mi amor.

 

-No seas malo Yunnie, ya no aguanto más.

 

Me dio un beso de mariposa y poso sus manos en mis tobillos alzando mis piernas hasta posarlas sobre sus hombros, tomo su miembro con una de sus manos guiándolo hasta mi entrada, recordé el dolor y mi cuerpo se tenso.

 

-Tranquilo mi ángel, no te are daño.

 

Suspire por sus palabras y trate de relajarme de nuevo cuando su cuerpo se inclino hacia delante y sentí como su pene erecto se abría paso por mi recto, contuve un grito de dolor y cerré los ojos fuertemente apretando el borde del sillón, definitivamente el miembro de Yunho no se comparaba con sus dedos; sentí como llegaba hasta el fondo y solté el aire que no sabía estaba conteniendo, Yunho llevo su mano derecha hacia mi miembro comenzando a masturbarme, haciendo que el dolor se disipase, unos segundos después abrí los ojos y pude ver su cuerpo sudoroso, sus ojos cerrados y el ritmo irregular de su respiración; sabia que a Yunho también le dolía la presión sobre su miembro pero aun así se aguantaba hasta que yo le dijese que podía continuar; algunos minutos después el dolor era casi nulo y las caricias sobre mi miembro exquisitas, lo que me hizo mover levemente mi cadera para profundizar el contacto, Yunho entendió la señal y comenzó con un vaivén lento, podia sentir su pene entrar muy profundo en mi interior y volver a salir casi por completo para volver a adentrarse por completo, el ritmo y la velocidad de las embestidas fue aumentando gradualmente, mis gemidos resonaban por toda la estancia, mis brazos subieron hasta envolverse en el cuello de Yunho, atrayéndolo hacia mí y nuestros labios se encontraron de nuevo, Yunho asía fuertemente mi cadera, las embestidas eran fuertes y certeras, cambio el rumbo de penetración varias veces hasta dar con aquel lugar que me había hecho gritar cuando sus dedos aun estaban dentro de mí.

 

-¡¡AH!!... ¡¡MAS!! ¡¡YUNHO MÁS!!... ¡¡MAS RAPIDO!!

 

-Tus… tus deseos… son ordenes… mi amor

 

Las embestidas de Yunho aumentaron en velocidad, su miembro tocaba una y otra vez aquel lugar haciendo que no pudiese contener ningún gemido, mis uñas se clavaban en la espalda de Yunho, mis piernas lo atraían hacia mi haciendo presión en su amplia espalda, sentía que el orgasmo llegaría en cualquier momento, y mas con las carias que Yunho seguía  en mi miembro.

 

-Voy… ¡¡AH!! ¡¡YUNHO!!... ¡¡VOY!!… ¡¡AH!!- Sentir el miembro de Yunho dentro de mí, marcándome, dándome tanto placer que nunca sería capaz de describir, no me permitía hablar ni pensar con racionalidad.

 

-Juntos…- la voz de Yunho sonaba ronca de placer.

 

Y así como él lo pidió, terminamos juntos, con una última embestida de su parte que toco exactamente ese punto delirante dentro de mi; mis labios atraparon en un beso hambriento y necesitado que no duro mucho y fue en ese momento que todo exploto, mi semen se esparció sobre nuestros pechos y parte de mi rostro, y el semen de Yunho lleno mi interior, lo sentía tan cálido dentro de mí, por fin era completamente suyo. Esperamos un tiempo mientras recuperábamos nuestra respiración, sentí a Yunho salir despacio de mi interior y su semen se escurrió lento fuera de mí hacia mis muslos, bajo mis piernas de sus hombros y me atrajo por la cintura hasta su pecho, me recosté en él, el ejercicio previo se había llevado la mayoría de mis energías.

 

-Gracias…

 

-No agradezcas, yo siempre te ha pertenecido- comencé a trazar figuras tontas en su pecho, con mi dedo pulgar.

 

-Yo también siempre te he pertenecido aunque no lo supiera- beso mis cabellos y se removió debajo de mi tratando de apartarme de su cuerpo, pero no le deje envolviendo su cintura con mis brazos- tranquilo mi amor, solo quiero darte tu regalo de navidad.

 

-Está bien pero vuelve pronto junto a mi- hice un puchero contra su pecho y el sonrió aunque no pudiese verlo, le solté y el separo nuestros cuerpos suavemente.

 

Yunho estuvo a punto de chocar con el árbol de navidad pero se dio cuenta a tiempo y se detuvo,  rebusco debajo del árbol entre todos los regalos hasta dar con una pequeña caja envuelta desordenadamente, eso quería decir que fue obra del mismo Yunho, regreso con paso tranquilo junto a mí, dejándome apreciar su cuerpo desnudo, y yo desvié la mirada con las mejillas ardiendo. Se sentó junto a mí con el pequeño paquete entre sus manos y me lo extendió, la bella sonrisa no abandonaba su rostro; abrí el paquete, y me sorprendí del contenido, porque no entendía la razón de aquel presente.

 

-¿Para que quiero un collar de perro?

 

Yunho solo rio quedito y se dio la media vuelta dejándome apreciar sus casi inexistentes atributos traseros, aunque por adelante era otra cosa, sacudí mi cabeza y mire de nuevo el collar, luego a Yunho que había comenzado a avanzar hacia las escaleras.

 

-Espera aquí, no te muevas Jaejoongie.

 

Acate la orden, mis ojos de nuevo se pusieron a observar el collar entre mis manos, demasiado pequeño para un perro de gran tamaño, ¿sería que Yunho tenía un perro a parte de “Taepung”?, el perro guía raza husky siberiano que acompañaba a Yunho a todos lados de la ciudad si es que yo no iba con él. Escuche ruidos fuertes en la planta alta y me levante de un salto, pero un grito de Yunho me dijo que no pasaba nada y que no me moviera de donde estaba, así que volví a sentarme en el sillón, el frio de nuevo empezaba a calar así que tome la gabardina olvidada en el suelo y me abrigue con ella. Unos minutos después escuche a Yunho bajar, lo vi aparecer con una caja, mucho más grande que la que contenía el collar, entre sus brazos y una gran frazada cubriendo parte de su cuerpo.

 

-Esta es la otra parte de tu regalo mi ángel- me tendió la caja, la tome, y sentí el movimiento dentro de ella, sonreí.

 

Yunho se sentó junto de mí y posó la frazada en ambos cuerpos, bese sus labios y la caja se movió de nuevo, así que me dispuse a abrirla quitándole el gran moño rojo que la adornaba y sostenía la tapa del resto de la caja, al levantar la tapa mis ojos se posaran en un hermoso gatito color gris que trato de saltar fuera pero no lo logro, así que le cargué entre mis brazos.

 

-Gracias Yunnie, es hermoso.

 

-Qué bueno que te gustó, la verdad Taemin me ayudo a escogerlo y Changmin escogió el collar.

 

-Entonces también deberé agradecer a Taemin y Changmin- bese sus labios y frote la cara del gatito con la de Yunho.

 

-¿Cómo le pondrás?

 

Yunho tanteo en el aire buscando al pequeño animalillo, se lo entregue y él lo pego a su pecho acariciándole debajo las orejas, cosa que pareció agradar al pequeño felino.

 

-Jiji

 

-De acuerdo, es un buen nombre.

 

-Bienvenido a la familia Jiji, él es papá Yunnie y yo soy…

 

-Mamá Jaejoongie- Yunho sonrió por sus ocurrencias y se gano un buen golpe de mi parte pero aun así no dejo de sonreír.

 

-Tonto.

 

-Pero soy tu tonto y así me amas.

 

-Cierto, ¿Vamos a dormir un rato?- rogaba porque dijese que sí.

 

-Tocaras claro de luna para mí.

 

-Por supuesto, pero tu tendrás que hacerlo conmigo.

 

-Encantado.

 

Nos levantamos del sillón y subimos con nuestro pequeño Jiji en brazos de su “madre”, como me había autonombrado Yunho. Todo el día estuvimos en la cama y a las 7 de la noche nos metimos a la ducha para estar listos a las 9 e ir a casa de Changmin. La luna se coló por el gran ventanal del baño de Yunho y se reflejo en las aguas que reposaban alrededor de nuestros cuerpos mientras nuestras bocas se unían en una silenciosa promesa de que nuestros corazones no se separarían nunca, justo como el reflejo de la luna. Y ahora entiendo a Yunho, y su nulo temor a tocar en compañía mía, porque  solos somos perfectos intérpretes de piano pero juntos Yunho y yo somos él sublime interprete de piano de todo el mundo.

 

FIN

Notas finales:

Muchas gracias por leer.


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