Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Best christmas ever por sora-sempai

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno hola, quiciera saludad ya que este es mi primer one-shot y a demas que es un original, los personajes son mios y al historia tambien.

agradesco la ayuda de una gran amiga que me ayudo en la redaccion :) espero os guste mucho ya que lo hice con mucho cariño.

un especial saludo a hikari12 se te quiere ya precia muucho :):):)

Notas del capitulo:

Hooola bueno como ya dije este es mi primer original... y al idea me parecio preciosa asi q la aplique para als festividades espero les guste muucho

y sin mas a lleer :)

El fuego en cualquiera que fuera su expresión despertó en mi una fascinación y asombro muy peculiar, sus formas: cómo se pueden ver  figuras  bellas y extrañas; sus colores: como varían desde un amarillo intenso hasta un azul jade, no  solo el simple naranja que toda persona con poca capacidad de detallar ve; en fin el fuego siempre me pareció bello, hermoso y siempre era capaz de hipnotizarme cual ilusionista, y hoy no era la excepción, pues me encontraba embobado viendo como la madera de la fogata encendida por mi familia se consumía lenta y quizás tortuosamente, era un pensamiento sádico, pero el imaginarme como sufría la madera al quemarse me parecía…poético. Y no, no es que yo fuera así todo el tiempo, es mas el dolor ajeno lo siento muy vivido dentro de mí, pero esta situación es especial sacaba a relucir mi lado sádico.

--¡Arthur!—llamó mi madre Olga, sacándome de mi ensoñación por las brazas--¿quieres una copa de vino?—me ofreció. Ella bien sabía que el alcohol a diferencia de muchas personas de mi edad, no me agrada sin embargo lo hizo por el momento en familia que compartíamos esa noche; yo por mi parte accedí, no había probado una gota de alcohol en años y pues una copa de vino de manzana no me caería mal.

--Hijo quieres ayudarme con esto—pregunto mi padre Estuar, aunque su petición fue más una orden, le ayude a mover la parrilla sobre las llamas pues e pretendía azar un poco de pavo, pollo entre otras cosas.

 Si era  lo que podríamos llamar un cursi momento familiar, reunidos para celebrar la víspera  y posterior navidad. Para lo cual nos citábamos todos, encendíamos una fogata y se comía algo de carne esperando que dieran las doce de la noche para finalmente irnos a dormir o bueno intentar hacerlo, ya que nuestros apreciados vecinos les encantaba la fiesta hasta el amanecer; pero bueno, después de tanto años con la misma rutina o tradición como algunos optimistas lo llamaban, ya daba igual si se quedaban festejando hasta la siguiente pascua.

En general todo era bastante normal, bello y calmado, y aunque mis descripciones opinen lo contrario me gustaba esta calma, era bastante relajante.

--Hijo…quieres ir a abrir la puerta –dijo mi madre cuando el timbre de la casa sonó. Yo realmente no me preocupe por preguntar quién era aquel que interrumpía los rituales familiares  a  las once de la noche, pues seguro seria uno de los tantos amigos de mi padre o una de las tantas amigas de mi madre, o quizás uno de los tantos novios de mi hermana, que venían a fastidiar, que en palabras más dulces seria: “a desear un feliz navidad”. Baje las escaleras neutro en mis emociones y no, no es que yo fuera un amargado sin remedio, si no que a mis 18 años de edad era ya un poco insensible a las festividades.

Abrí la puerta para sorprenderme con lo que vi, ya que mis predicciones sobre quien seria erraron y de una manera colosal. Era Nicolás una de las dos personas a las cuales podía llamar amigo, estaba parado en el portal de mi puerta sonriendo de una manera estúpida mientras yo me preguntaba qué diablos hace él aquí.

--¿me vas a dejar pasar o te me vas a quedar haciendo mala cara toda la noche?—dijo sacándome de mis dilaciones. Al notar que yo como respuesta solo le ofrecía un seño fruncido, suspiro resignado y entro cerrando la puerta tras de sí.

--aún hoy andas amargado… no sé cómo te aguanto—agrego riendo mientras caminábamos por el pasillo hasta el patio interno en el cual estaba toda la familia.

--deja de decir bobadas y dime qué haces aquí—pregunte. No es que me fastidie su presencia, pero ¿no debería estar él con su propia familia?. Sin embargo el muy idiota me ignoro y se fue corriendo a saludar de manera efusiva a mi familia, los cuales le respondieron de la misma manera; mi madre lo abrazo, mi padre le dio un gentil saludo y mi hermana, como siempre le coqueteo de una manera descarada. No sé porque pero todos  adoraban a Nicolás y siempre decían cosas como: es un buen chico, me agrada que sean amigos, él es una buena influencia para ti. Bueno tenía que admitirlo si que era buena persona, siempre colaborador, voluntario en cuanto proyecto había en el salón  cuando estudiábamos en el colegio, y ahora en la universidad siempre va de voluntario en misiones de caridad, incluso en la cruz roja,  aunque a veces lograba ser fastidioso esa es una de la razones por las que es mi amigo.

--¿Nico y que haces aquí a estas horas, no deberías pasar estas fiestas en familia, o acaso viniste a saludarme?—pregunto, no, coqueteo mi pequeña hermana, Andrea. Nicolás por su parte hizo caso omiso a las intenciones de ligar de mi hermana y respondió la pregunta que incluso yo me hacía.

--Pues… no es nada del otro mundo… mis padres nunca han sido muy fiesteros y pues ya se fueron a dormir y pues yo de buen amigo que soy vine a saludar al amargado este—relato señalándome con su dedo pulgar. Se me hacia raro pero no imposible lo que nos contó; sin embargo pesándolo detalladamente deduje la razón principal de su visita, ¡quería gorrear asado! Lo cual no me importaba es más me alegraba que alguien me hiciera un poco de compañía, ya que como lo dije antes seguro a las once y media llegan todos los amigos de la familia y seguramente me iba a quedar solo; pero a hora con Nicolás tendría con quien hablar, y pues esa era la segunda razón por la que él era mi amigo, siempre y recalco siempre podía contar con él, además también estaba ahí para mi si era necesario, lo  cual daba pie a la tercera razón por la cual era mi amigo. Me gusta, y si me gusta en el sentido de que se gusta románticamente, pues sumado a todas las cualidades en su personalidad, el muy bastardo es lindo o por lo menos para mí. Ya que hace gala de una piel blanca como el papel que resalta su rostro infantil, ocultando a la perfección sus 18 años, sus ojos grandes de un peculiar  color verde y azul cautivaban sin mucho esfuerzo, pues si los miras de frente terminas perdido en el mismo océano, aunque de costado el jade parecería basura en comparación; o bueno, para mí era así, además qué mejor adorno para esos bellos ojos que su cabello corto de color castaño claro. Su cuerpo con un metro setenta era dos centímetros más bajo que yo, delgado y sin mucha musculatura que lucir pero cómo me encanta verlo sin camiseta.

--¿En qué tanto piensas cub?—pregunto llamándome por el apodo cariños q me tenia, sentándose  a mi lado ya con plato lleno de pollo asado.

--Sabes que no me agrada que me llames “Cub” y menos en frente de mi familia—replique. No es que me molestara el apodo y que este venia inglés cachorro pero me asustaba que mi familia lo averiguara y empezara a pensar de mas sobre mí.

--vamos, que sé que te encanta que te llame así...Además estamos solos—se defendió haciendo notar dos grandes verdades, que me encanta que él me llame así y que si, efectivamente estábamos solos.

--es cierto… ¿Dónde están todos?—pregunte aunque la respuesta y me la imaginaba.

--pues tus padres dijeron que se irían a saludar a los vecinos… y la acosadora a la que llamas hermana, creo que le llego un novio o algo así y seguro están dándose su regalo de navidad a escondidas de tus padres—lo sabía, simplemente cada año es igual, pero bueno este año tengo a Nico para que me haga compañía, aunque él no sepa que el fondo desearía de él uno de los regalos que mi hermana suele hacer por esta fechas.

--oye no crees que Andrea es un poco promiscua, a sus ¿Qué 16 años?—pregunto de repente. Me molestaba que él hablara de mi hermana, pero tenía razón últimamente se había vuelto muy….puta.

--y crees que no le he dicho, esa niña simplemente no hace caso… me contesta “y lo dice el fracasado sin novia”…ya aprenderá a las malas cuando este embarazada y no pueda estudiar—dije. Sé que es mi hermana pero no me agrada para nada que sea tan odiosa y más cuando uno intenta ayudarla.

--pues que pena por ella… realmente me parecía buena chica—finalizo. Cómo odiaba que se preocupara por alguien que no fuera yo.

--¿te gusta mi hermana acaso?—pregunte entre preocupado y molesto. Me miro extrañado por la pregunta

--no, que te pasa, que me va gustar tu hermana, solo estaba preocupado por eso, porque es tu hermana… además a mí me gusta otra persona—la última parte de esa oración me dejo helado…. ¿le gustaba alguien? Tenía que saber quien para descuartizarla viva y que Nicolás fuera solo mío.  En eso el inoportuno sonido de mi celular detuvo mis planes sangrientos, era Carolina, la segunda persona a la cual podía atribuírsele el titulo de amiga, me llamaba desde su casa, que por el ruido de fondo se notaba estaban e una gran  fiesta, para desearme una feliz navidad; por supuesto como Nico estaba a mi lado y ya que los tres somos algo así como el trió fantástico la puse en el altavoz con eso él también la escuchaba hablar.

--¡Feliz navidad babosos! espero no que Cub no se esté amargado como siempre y tu Nico, que no le sigas el juego—se  notaba que Caro ya estaba pasada de copas.

--Sii, si, como digas… Te prometo no amargarme mucho y sabes muy bien que no me agrada que me llames Cub—reclame, el único con aquel privilegio era Nico nadie más.

--Si, si amargado, oe y hablando de eso… ¿Nico ya le dijiste lo que le ibas a decir o soy imprudente preguntando por el altavoz? –no sé a qué se refiere; pero parece que esos dos se traen un secreto que aun no me entero.

--pues Caro… si eres un pin impudente aun no se lo he dicho pero casi—respondió. Alto, ese algo debía ser importante si había tanto misterio, además Nico hablaba sobre quien le gustaba… eso significa que.

--ups lo sieeento… ya llamare mañana y espero por tu bien le hayas dicho todo o si no te las veras conmigo—confirmado, mis sospechas eran ciertas; eso dos están saliendo y no saben cómo decírmelo. Y si están saliendo existe un gran inconveniente…no puedo descuartizar a Caro, es mi amiga. Dejando de lado tales estupideces que de llevarse a cabo, no ganaría más que una sentencia en alguna correccional de mala muerte; me doy cuenta que estoy desolado, el chico que me gusta hoy se me escapaba de mis brazos y se iba a los de mi amiga, lo cual trae más repercusiones que solo ser mi amiga, los veré juntos casi a diario, demostrándose cariño mientras yo… yo solo babeo de lejos. Pero pues tendré que aguantar, y no es que yo sea masoquista; lo que ocurre es que si coloco en una balanza mis dos amistades frente a un amor que quizás nunca se cumpla; no hay que ser adivino para saber cuál es la respuesta.

--bueno…voy al baño y luego a dormir—dije cuando Caro colgó el teléfono seguramente para seguir bailando o bebiendo. Nico me miro extrañado, parece que no se da por enterado del porque mi actitud.

--será mejor que te vayas a casa ya es tarde—agregue ante su mirada expectante. El se levando del tronco que usaba como asiento y me miro con ojos suplicantes.

--déjame quedar esta noche, es tarde mis padres duermen y no quiero despertarlos, además no se supone que te quedas hasta media noche despierto… aun quedan 20 minutos… vamos no sé como mas pedírtelo… no seas malito—su suplicas infantiles sumado a su mirada de gatico, me dejaron realmente aturdido ¿Cómo es posible que use sus encantos de esa forma? Es odioso que lo haga.

--está bien quédate… pero tendrás que preguntarle a mi madre—dije rindiéndome a sus ruegos.

--ya lo hice hace horas, y me dijo que sí, solo me falta  tú autorización—oh Diablos cómo es posible que teniendo novia aun me parezca tan encantador  este chico.

Sin decir nada más, me dirigí al baño. No tenía ningún tipo de necesidad, la verdad sólo quería estar solo un rato, refrescarme y pensar cómo lidiar con todo esto el resto de mi vida.

--vamos, aguanta ya mañana tendrás… fuerzas para soportar esto—me auto animaba. Sin mucho éxito, salí en dirección a mi habitación, quería recostarme y descasar un rato, seguro cuando dieran las doce mi familia vendría a buscarme, y luego podría dormir.

--sé puede saber ¿qué te pasa? Estas más raro de lo normal—pregunto cuando entre en mi habitación, estaba acostado en mi cama como si nada.

--se puede saber ¿Qué haces en mi cama?—contraataqué. Por su parte me miro en reproche quería respuesta y no descansaría hasta obtenerla. Aun no comprendía del todo como es que este idiota conseguía siempre lo que quería.

--pues que ya sé eso que me querías “contar”—dije haciendo comillas con mis manos ante la palabra contar.

-- ¿yaaa sabes?—pregunto asustado, yo solo asentí con mi cabeza mientras lo miraba con el seño fruncido—bueno y supongo que no te agrada la idea, por favor no me mires como un bicho raro de ahora en adelante odiaría que me ignoraras—dijo con mucha desilusión en sus ojos, pero si he de ser sincero no entendía el por que de sus palabras.

--no sé por qué piensas que yo haría eso, o sea no es que sea raro que estés saliendo con Caro, es más, hacen linda pareja sólo me molesta que no me hayan contado antes o sea son mi amigos debieron confiar más en mi—dije mintiendo en la última parte. Nicolás me miro extrañado dándome a entender que lo que él pensaba no era lo mismo que yo estaba pensando.

--¿Yo con esa loca? No, no, no y mas no jamás me cae muy bien pero realmente no es mi tipo—dijo aun nervioso

--entonces si no era eso lo que querían decirme, ¿Qué era lo que tanto se secreteaban entre los dos?—reproche enojado, ahora si estaba molesto que me guardaran cosas y más si estas se podían confundir con algo tan serio como perder a Nico.

--pues... es que realmente aun no me siento preparado para… decírtelo—dijo abajando su rostro. Yo estaba muy irritado como para ver con certeza sus expresiones pero de seguro estaba avergonzado.

--muy bien si tu no me dices, llamare a Carolina… estoy seguro que ella con lo borracha que esta me suelta toda la sopa—amenace tomando mi celular  y empecé a marcar el numero de mi amiga. No tenía intención real de llamarla, solo quería presionar a Nico; pero si era necesario la llamaría ¡de esta noche no pasa ese secreto!

--muy bien, muy bien… cálmate yo te diré sólo dame un respiro—dijo levantando su rostro estaba un poco sonrojado y con los ojos aguados. Lo cual siempre le pasaba cuando estaba muy nervioso

--bien pero que sea rápido—ordene serio aunque era divertido verlo nervioso. Él titubeo unos segundos sin hacer nada solo mirándome de reojo; en eso cuando parpadeé y volví a abrir los ojos el estaba justo enfrente de mi rostro; demasiado cerca para mi gusto.

--me gustas amargado—dijo para luego darme un leve beso en la mejilla. En ese justo momento mi mente quedó en blanco; sentí como la maquinaria de mi cerebro se paró en seco,  no sabía qué pensar y mucho menos qué decir, seguramente balbuce en un intento por articular palabra, finalmente de mis labios salió la más estúpida de las preguntas.

--¿qué?—fue lo único coherente que salió de mí, aunque debo admitirlo no lo más inteligente.

--que me gustas Arthur, tú me gustas… no sé cómo hacerlo más claro—estaba nervioso, eso se notaba, pero por lo menos él aun pensaba, mi cerebro había entrado en paro.

--¡Joder Arthur! respóndeme que me dejas con los pelos de punta… no me importa si me mandas a la mierda pero dame una respuesta que la intriga y este sentimiento me ha torturado por años—su voz sollozante me saco de mi letargo.

--dijiste ¿años?—él solo asintió—Nico—lo llame cariñosamente para que se calmara un poco—luego me cuentas con detalle eso de “años” por ahora solo quiero hacer una cosa—lo empuje sobre mi cama, un tanto brusco debo admitir, y acerque mi rostro hasta ver directamente esos bellos ojos que ahora tintaban azul, luego de varios segundos admirando tal belleza lo bese esta vez en los labios, nada grave, un simple pico.

--eso quiere decir ¿que también te gusto?—me pregunto aun inseguro. Yo solo lo volví a besar esta vez moviendo mis labios en torno a los suyos los cuales correspondieron de inmediato incluso abrió la boca para que nuestras lenguas jugaran, muchos lo describen como una batalla, pero yo no, lo nuestro era más un juego infantil, en el cual los dos buscábamos palpar todo cuanto fuera posible de la boca del contrario y así darnos el mayor placer posible. Y pues era lógico después de tanto tiempo deseando a otra persona, cuando se da la oportunidad con lo primero que piensas es con la cabeza que está entre los pantalones; pero no, tenia que controlarme, las cosas no podían ir muy rápido tenía que disfrutar cada momento después de todo era nuestro primer beso.

--aff besas genial…--dijo cuando nos separamos. Él estaba muy rojo y se notaba en su piel blanca, simplemente encantador.

--te ves tan lindo—dije antes de atacar a besos y mordiscos ese cuello tan hermoso. Nico, que hasta ahora había estando debajo de mí me volteo quedando encima, al parecer él quería llevar la batuta un rato, no lo detuve, me agradaba la idea.

Se levanto un poco sin separar su cuello de mi boca, al parecer le encantaba lo que yo hacía en aquella zona, el espacio que se hizo entre nuestros cuerpos fue aprovechado para colar su manos, las cuales juguetonas levitaron mi camiseta y desabrocharon el botón de mi pantalón, y así mientras su mano izquierda acariciaba mi abdomen y subía hasta mi pecho su mano derecha sobaba suavemente mi pene sobre la tela del bóxer; sabia que quería y yo también lo deseaba.

--¡Arthur! ven hijo, son las 12—grito mi madre desde el patio, interrumpiendo todo, bueno, mejor ya que mi casa a media noche no era el mejor lugar para acostarte con un chico.

--Cub—me llama acostado al lado mío, ambos intentando calmar nuestras respiraciones. Yo volteo para mirarlo fijamente a ese bello rostro—y ahora ¿somos novios o amigos con derecho a roce?—la pregunta me parecía entre dulce y un tanto ofensiva; pero como estaba feliz decidí tomarla  por el lado amable.

--pues mi querido Nico… yo te diría que somos novios, claro a menos que tú quieras lo contrario—dije dedicándole la más sincera de mis sonrisas.

--no, no,  novios… me encanta la idea—dijo, para luego darme un ligero beso—a por cierto, Feliz navidad cachorrito—y me dio otro casto beso.

--también para ti, feliz navidad—y le devolví el gesto. Realmente me alegraba que la primera persona a la cual le deseaba una feliz navidad fuera él, podría ser cursi pero también era muy romántico.

   

Notas finales:

bueno  para aclarar, por si no entendieron, por mis tierras (?)

Pin: traduce como un poco...;) (estuve obligado a dar esa aclaracion xD)

bye bye y espero sus comentarios :):)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).