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Clases de apoyo. (Dias de entrenamiento) por Aphrodita

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DIAS DE ENTRENAMIENTO


 


 


 Echo por mi... Je!


¡Volví desde el infierno con la misión de aburrirl@s a tod@s!... ¡JUA-JUA-JUA!


 


Aclaración del titulo:


 


 (El Sr. Garrison siempre se ríe de mis títulos... dice que me inspiro en Diego Torres: “Tratar de estar mejor”, es el titulo de uno de mis fics... ¡Pero ni siquiera me gusta Diego Torres! Los títulos me salen así, mi intención no es el plagio... será por eso que son horribles, no soy buena para poner títulos... En este caso es un claro afano a la película, pero quedo bien con la historia ^_^.).


 


Derechos de autor:


 


Los personajes les pertenecen al omnipotente y omnipresente Dios Kuru-chan... ¡Perdón... que sacrílega!...


Los personajes de este fic le pertenecen a Kurumada-Sama y no tengo intenciones de lucrar con esto... (Aunque quisiera la cabeza no me da)... es por mero entretenimiento... ¡ Perdón Kurumada-Sama por utilizar tu genial obra para realizar estas aberraciones “yaoistas” (Que buena palabra inventada)!... Y que ustedes leerán a continuación.


 


Boludeces mias:


 


Antes que nada pienso aburrirlos con algo sobre mi (Ya que una sola persona me pidió que hablara sobre mi...  por eso, ahora los torturo a todos): ¡Ya me siento como Yoshihiro Togashi o Yuu Watase hablando de mi! :


 


Dedicatorias (...y mas boludeces mias):


 


Dedico este fic a aquell@s que les gusta la pareja, a todas mis amigas del Msn, a Lythos (¿Se escribía así? Me tendría que fijar en Episode G) que nunca lee mis historias así que nunca se enterara que se lo dedico, por su puesto a todos los que me dejaron reviews ya que eso me da pilas para seguir hasta el cansancio, pero por sobre todo a mi gatito Seiya (Que original ¿no?, Me mate pensando... se nota).


  En realidad su nombre original era Chiru... Que si leen Malentendidos sabrán a lo que me refiero (Es una modificación del nombre de Shiryu)... Por cierto dejen reviews en ese fic que con mi amigo queremos saber si nos arriesgamos a publicar Made in Argentina y de esa forma ganarnos el odio de todos... Como les iba contando: Seiya, que originalmente se llamaba Chiru, que dicho sea de paso me lo regalo el Sr. Garrison, mi coequiper (¿Se escribe así?)... No tenia nada de Shiryu, es mas: Era una especie de Shun: Maricon, llorón, sobreprotegido (por mi... yo era su Ikki), por momentos era un Hyoga: ¡Arisco, como el solo! Y en otros, tal vez le salía el Ikki de adentro: Agresivo y malhumorado. Pero al traerlo y con el correr de los días se comportaba como un Seiya: Se la pasaba gritando Saori-San, se chocaba las columnas... ¡Mentira! (Capaz que se lo creyeron)... Aguerrido, luchador, un gato de “medio pelo”, o sea marca “Acme”, re-común (Blanco y negro)... Pero lo que me convenció de ponerle ese nombre, fue el hecho de que en mi casa nadie, absolutamente nadie, a excepción de mi (Por supuesto) lo quería... Como en la mayoría de los foros... nadie quiere a Seiya, solo yo y algún colgado mas de la vida. Igual tendrían que verlo... No se da por vencido, es terco y obstinado, no se cansa y no va a parar hasta conquistar el corazón de todos aquí en mi casa... Ya lo hizo con mi viejo... así que este fic va para el también (Se acaba de despertar, son las 6 de la mañana, y yo sigo escribiendo... Seguro que quiere leche... Je je... como el Seiya de este foro... siempre quiere leche).


 


Ahora escribo mientras tengo a Seiya sobre la falda. (Y me esta mordiendo... y duele *_*)


 


Haaaaa!!!!!!!!! Tengo Yu Yu Hakusho Nº7 para leer y no lo estoy leyendo!!!!!!!!! Si es por eso: también tengo Pandora de Ann Rice para leer y ni lo toque y eso que es prestado, sin contar que encima estoy leyendo por tercera vez el Hobbit de Tolkien... ¡No cambio mas!... también ahí me esta esperando Antología Poética de mi amigo personal (Eso quisiera... Aunque esta muerto) Hermann Hesse.


Algo descolgado: Esta buena la historia de Bt´X... ¿Alguien leyó algo de Ring no Kakeru (¿¡Cómo carajo se escribía!?)... Y Kojiro?... si alguien pudo, coméntenme que tal están.


 


Sobre el fic este que no los dejo leer por que sigo escribiendo pavadas:


 


Vale aclarar que Camus esta vivo... Por que sino no podía hacer esta historia... así que no murió en el Santuario ni en Hades... también perdónenme por hacerlo tan descortés al principio de la historia... Sé que el no es así, ¡Es muy educado!... Pero bué... me salió así el chico... Igual creo, quedo bien. (Si es que algo en mis historias puede quedar bien n_n.).


¡¡No los distraigo mas!! Nos vemos al final del fic que tengo algo muy loco para comentarles, pero por ahora... ¡¡Esta es la historia! :


Perdón por torturarlos de esta manera, tan injusta... (Gracias por leer y comentar) ^_^.


 


 


Aphrodita

 


Ensalada rusa:


 


Hyoga había recibido la noticia... Tendría que ir al Santuario a ver a su Maestro. No es que la idea le desagradara, no...  De echo tenia muchas ganas de verlo, hacia tiempo que no tenia noticias de el, pero... ¿Para qué? Según le habían informado era para que continuara con su entrenamiento pero... Finalmente estaban en paz y bueno... Estaba bien entrenar para no perder el ritmo. Decidió ir, mas allá de ser una orden, por que realmente deseaba saber como se encontraba su Maestro, pero no veía necesario el entrenamiento. Si era para esta en forma, él podía entrenar en Japón junto a sus amigos en el gimnasio de la fundación, igual un par de clases de su Maestro y unas “vacaciones” al Santuario no le vendrían mal.


  El viaje fue un poco largo y tedioso, pero finalmente llego a destino... ¿Hacia cuanto que no pisaba el suelo sagrado del Santuario?... había ido un par de veces mas luego de aquel enfrentamiento de las Doces Casas... En esa ocasión como enemigo, en las otras como aliado, y ahora estaba ahí de visita, o mejor dicho de aprendiz... El Cisne consideraba que había dejado de ser aprendiz pero... Si su Maestro insistía en entrenarlo, aceptaría gustoso las clases.


  Se presento ante el Patriarca para anunciar su llegada y su estadía, luego saludo cortésmente a cada Guardián, y espero pacientemente en la Casa de Acuario a que su Maestro llegara, pues le habían informado que había salido temprano de su Casa y aun no había regresado. ¡Que descortés, sabiendo que tendría visitas!.


  El Cisne se sentó en uno de los sillones con las maletas a un costado mientras, pensando lo innecesario de tantas maletas y ropas por unos pocos días, escucha como alguien se acercaba. Se incorporo rápidamente para saludar a quien entraba con tanta confianza al recinto. Para sorpresa de Hyoga, el visitante “confianzudo” no era su Maestro:


 


--Milo... que sorpresa, creí que era Camus...


El que se había sorprendido realmente era Escorpio.


--¿Hee?...¿Hyoga?... Hola niño... Camus me contó que vendrías...


--Si... así es... aquí estoy... aunque él...


--Que ¿aun no llegó?.


--No sé siquiera adonde fue...


--Tendría que estar regresando... —Afirmo el Santo Dorado-- Volveré mas tarde... dile, si le ves, que pase por mi Templo a buscar “Eso”...


--Que pase por tu Templo a buscar “eso”—Repitió Hyoga reafirmando la frase—Listo, no te preocupes Milo, se lo diré.


El Cisne se quedo intrigado con “eso”, pero no le parecía correcto indagar mucho en el tema. Milo se retiraba de la Casa justo cuando voltea a preguntarle al joven rubio:


--Heee... Hyoga...


--¿Sí?...


--¿Para que has venido?


La pregunta lo desarmo, ya que creía obvia su visita... ¿Por qué otra cosa mas que por entrenamiento estaría en el Santuario de Athena, en la Casa de Acuario?. Tardo en responder:


--Por entrenamiento... creo.


Ni Hyoga estaba seguro de lo que hacia ahí. A Escorpio la respuesta no lo convenció del todo, por lo que se lo quedo mirando, esperando a escuchar más.


--¿Por entrenamiento?... pero si tu, niño, has dejado de ser aprendiz desde hace mucho tiempo...


--Yo pienso lo mismo, pero... Si mi Maestro solicita mi presencia, gustoso vendré.


Milo hizo un gesto con la cabeza indicando que tenia sentido lo que el rubio acababa de decir.


--¡…ste Camus!—Balbuceó con una mirada picara el Santo Dorado-- ¡Bien, él sabrá por que te hizo venir!... Nos vemos Cisne... que tu estadía sea grata en el Santuario... muy grata...


Hyoga volvió a sentarse en el mismo sillón.


Se estaba comenzando a aburrir a medida que transcurría el tiempo, hasta que de improvisto llegó su Maestro portando una bolsa con comida en su interior.


--Hyoga... es bueno verte muchachito...


--Lo mismo digo Maestro...


Imagínense a un témpano hablando con un iceberg...


--Pero... —Dijo Acuario observando como su pupilo aparentemente permanecía exactamente igual desde que llegara a la Casa--¿No has desempacado tus cosas?


--No, ni siquiera sé donde voy a dormir... Por cierto ¿Me convidaría un vaso con agua?


--Hyoga, sabes que no debes pedirme... sírvete lo que quieras y has lo que desees...


Lo cierto, era que Hyoga no veía correcto hacer del Templo de Acuario su hogar.


--Muchachito, esta es tu casa... Además lo será una vez que yo deje la Orden como Santo Dorado de Acuario... Por lo que veo has permanecido sentado en ese sillón desde que llegaste.


El Cisne dijo rápidamente, recordando la conversación con Milo:


--¡Ha! Por cierto... Milo paso por aquí cuando usted no estaba.


Camus se quedo visiblemente asombrado...


--¿Milo?... ¿Que quería Milo?.


--Dijo que pasara por su Templo a buscar “Eso”.


--¿“Eso?”—Acuario medito el significado de aquella palabra, hasta reaccionar--¡Ha!... ¡”Eso”... Sí claro... ¡Ja!...Tendré que ir—Dijo casi para sí mismo—Bien muchachito ponte cómodo, sírvete lo que quieras y espérame... tardare un poco... bastante... tan solo espérame, si no llego para la noche, empieza tu con la cena...


--Esta bien Maestro, no se preocupe... —No quiso preguntar demasiado al respecto, aunque estaba curioso por saber de “eso”. —Antes de que se vaya... pues, bueno... ¿dónde dormiré?


Camus medito unos instantes la respuesta, y mirando detrás de Hyoga le dijo:


--Bueno, pues... Ahí—Dijo señalando en el sillón


Hyoga observando el no tan cómodo sillón de dos cuerpos.


--No quisiera ser descortés... pero usted cree Maestro que yo podría entrar en ese sillón... digo... no quiero parecer desagradecido...


Era cierto, la estatura de Hyoga por ese entonces, era de considerable tamaño.


--Si lo sé, pero no tengo dos habitaciones en mi Templo como Shaka los tiene en el suyo... a mi no me culpes, en todo caso al arquitecto del Santuario, no hay solución... Salvo que quieras dormir en el suelo o... conmigo... pero no te lo recomiendo... según las quejas, dicen que pateo dormido... además de empujar y de ser sonámbulo... Pero intenta dormir unos días ahí, si te duele mucho la espalda intercambiamos lugares...


Hyoga se dispuso a levantar sus maletas.


--Deja que te ayude muchacho.


--Gracias Maestro, pero no hace falta, puedo solo.


Camus observando las maletas pregunta.


--¿Tienes pensado quedarte a vivir?


--¿He?... Lo-lo siento Maestro... Yo...


Dándose cuenta de la dureza en sus palabras Acuario acotó :


--No me malinterpretes, no me molesta que te quedes... todo lo contrario, seria un gusto para mí que te quedaras... tan solo me sorprende... pareces una mujer con tantas ropas...


--Es que... pensé que tal vez necesitaría bastante ropa... es preferible ser precavido en eso...


--Lo entiendo... pero en tal caso, no vas a precisar de la ropa...


El Cisne frente al asombro que le causaron las palabras de Camus se le quedo mirando extrañado.


--Digo, muchacho, que si vienes a entrenar, mas que la ropa de entrenamiento y una muda no vas a necesitar.


--¡Ha!... pues, si... es verdad... Por cierto Maestro, no quiero ser descortés, pero—Hyoga no sabia como encarar la pregunta sin que pareciera arrogante ni descortés-- ¿Qué tipo de entrenamiento será?


--Me imagino muchacho, tus inquietudes... sé que ya no eras un aprendiz, pero considerando que serás el próximo Santo de Acuario... Bueno, no te vendría nada mal un poco de preparación.


Camus tenia toda la razón, y eso conformo al Cisne por el momento.


--Bueno Maestro, vaya tranquilo...


--No debes decirme Maestro, llámame Camus, como lo hacen todos...


--Disculpe, pero aun, y hasta el ultimo día de mi vida lo considerare mi maestro y mentor... Para mí, usted, es mucho mas que “Camus”.


Hyoga dejo entrever un montón de sentimientos, por que además de ser su Maestro, Camus era como un padre para el. Acuario, al escuchar salir de esa boca semejantes palabras no supo que decir, sabia lo mucho o poco que le había costado a su discípulo dejar ver esos sentimientos.


--Te lo agradezco Hyoga... llámame como tu quieras.


 


Al correr de la tarde, Hyoga todavía no podía acostumbrarse, no se sentía con la libertad absoluta de hacer lo que le plazca, pero al ver que su Maestro aun no llegaba, decidió comenzar a preparar la cena... Hizo todo lentamente, con el fuego en mínimo, así su Maestro tendría una cena caliente, aun así la comida se termino de cocinar y Camus no llegaba... “¿Qué estará haciendo, que tarda tanto en llegar?”, El Cisne se preguntaba esto y mucho mas con el correr de la noche. La comida se enfriaba, por lo que decidió empezar a comer... “¿No será descortés empezar a comer sin esperarlo?, Pensaba Hyoga. Luego de lavar los platos, Acuario seguía sin aparecer, por lo que al Cisne no le quedo mas opción que prepararse la cama en el sillón, estaba cansado, el viaje había sido muy largo... “¿Le habrá sucedido algo grave?... ¡Naaa!, Es el Santo Dorado de Acuario... ¿Qué podría sucederle?”, Hyoga se quedo dormido pensando en esto, aun preocupado.


  Al llegar a su Casa, Camus pudo ver como dormía placidamente su pupilo, con la boca entreabierta y cruzado de brazos, se detuvo a su lado observándolo detenidamente, hasta percatarse de su extraño comportamiento, decidió ir a acostarse, pues había tenido una noche muy agitada...


 


Al otro día, Camus despierta a su discípulo:


--¡Hyoga, Hyoga!... Despierta muchacho, ya es hora de levantarse.


Aun dormido Hyoga pregunta.


--¿Qué hora es?


--Las 5:00 A.M... Vamos despierta, el desayuno esta servido.


--Nooo—Dijo lamentándose—Cinco minutos mas, por favor...


--Vamos dormilón... tienes que entrenar... tenemos que entrenar.


Sin siquiera abrir los ojos, el Cisne suplico:


--¿Hoy?... ¿No puede ser mañana?... ¿U otro día?.


Camus rió ante la pregunta de su pupilo:


--Dale Hyoga... Si quieres ser Santo de Acuario debes entrenar duramente para ser digno de la armadura.


--Hoy no quiero ser digno Maestro... quizás mañana... ¿Si?


Acuario presentía la dura tarea que seria tratar de despertarlo, por lo que opto por sacudirle el cabello, de una manera tierna y dulce. Esa actitud a Hyoga, lo reconforto, como si de un padre se tratase... Mas ganas tenia ahora de quedarse acostado.


  Camus, viendo que el Cisne no tenia intención de levantarse, se dirigió a la cocina y trajo de vuelta consigo una bandeja conteniendo una infusión caliente y un par de tostadas. Hyoga abriendo los ojos por primera vez, pudo apreciar ese gesto... se incorporo en la cama y con una sonrisa, aun adormecido tomo entre sus manos la taza caliente.


--Gracias...


Acuario esbozo una pequeña sonrisa, aunque Hyoga no pudo apreciarla, ya que las sonrisas de Camus eran muy, pero muy internas.


--Come, y luego lávate la cara...


--Si Maestro.


--Y no olvides cepillar tus dientes muchacho.


Sin duda Acuario era lo mas parecido a un padre que tenia el Cisne.


--¿Usted no va a desayunar?


--Si... pero en la cocina... como corresponde.


A Hyoga no le parecía justo que su Maestro desayunara solo, y ante la respuesta de el, atino a levantarse.


--¿Qué haces Hyoga?... Desayuna tranquilo en tu “cama”.


--Quiero desayunar con usted... Si no le molesta... es injusto que desayune solo.


--He desayunado solo la mayor parte de mi vida...


--Pero ahora es distinto... por que yo estoy de visita... ahora no desayunara solo... no, mientras yo este aquí.


--Como sigas tan dormilón... No solo desayunare solo... creo que también, almorzare solo...


--¡Perdoooon!


Nuevamente Camus esbozo una secreta sonrisa.


--Pero creo, puede perdonarte el día de hoy... has llegado recién ayer, debes estar cansado del viaje...


--Es cierto, pero si seré el próximo Santo de Acuario debo dar mi mayor esfuerzo para ser digno de la Armadura.


--Jaja... ahora lo dices...


Acuario volvió a tener ese gesto paternal, sacudió los cabellos del joven rubio, quien se estaba malcriando con esas actitudes... A pesar de que su Maestro siempre se comportara de una manera fría, últimamente eso estaba cambiando.


 Habituado a estar rodeado de hombres, Hyoga tuvo un gesto muy normal para el: corrió sus sabanas para levantarse. Solo estaba vestido con un Slip negro que contrarrestaba su blanca piel. Camus no podía dejar de admirar lo mucho que su discípulo había cambiado, ya era todo un hombre, con facciones y actitudes de un adulto, poseía una gracia única al realizar sus movimientos al vestirse. Por su lado, el Cisne, se percato del silencio que se había producido en el ambiente, afuera aun era de noche, y solo se escuchaba el viento característico del otoño.


--¿Qué sucede Maestro?


Saliendo de sus cavilaciones responde:


--¿¡He??... ¡Na-nada!... te estaré esperando en la cocina.


 


Una vez en la cocina, Hyoga seguía adormecido, Camus revolvía insistentemente su taza.


--Disculpa Hyoga, no sabia si el café era de tu agrado... hace tanto que no te veo que desconozco tus gustos.


--No se preocupe Maestro... el café me gusta, gracias.—El Cisne, que ya había entrado en suficiente confianza le pregunta –Maestro... ¿Por qué llego tan tarde anoche?


--¿He?... No es algo que te incumba muchachito—Respondió Acuario con un tono a reproche.


-- Perdón, no quise...—Dijo muy apenado—Lo siento... yo, solo...


Camus, notando lo duro que había sido le dice:


--Discúlpame tu, Hyoga... Es que anoche tuve cosas que hacer.


--Solo quería saber... pensé que tal vez habría problemas... si son cosas personales no quiero meterme, tan solo eso... creí que tenia que ver con el Santuario.


-- No hay nada de que preocuparse...


Acuario trataba de decir que esos asuntos eran “cosas” personales... Pero Hyoga, relacionando el mensaje de Milo, pregunta sin darse cuenta de lo osado que estaba siendo.


--¿Tiene que ver con eso que tenia que buscar al Templo de Escorpio?


Camus no pudo evitar atragantarse, a lo que el Cisne, dándose cuenta de lo atrevido que había sido dice nervioso:


--¡Heee!... No hace falta que responda— quería cambiar el rumbo de la conversación--¿Comenzamos con el entrenamiento... le parece bien?


Acuario no respondió y decidió entrenar con su discípulo, mano a mano, pues ya casi se podían considerar compañeros de batallas, mas que “maestro y discípulo”, ambos vestidos con ropas comunes, pues las armaduras no eran necesarias en esa ocasion. Aunque el nivel de Camus era notablemente superior, a pesar de ello Hyoga demostró todo su potencial y lo mucho que había mejorado, su Maestro estaba orgulloso del avance de su muchacho. Sin buscarlo, Acuario lastimo gravemente al rubio, con un golpe sorpresivo y con tanta mala suerte que le dio de lleno en el abdomen. El Santo Dorado corrió velozmente a levantar a su discípulo y llevarlo adentro para atenderlo, una vez depositado en su cama, pues consideraba mas cómoda la cama que el sillón, el Cisne trato de hablar a pesar del dolor y del frío que el golpe helado de Camus le había causado:


 


--Maestro...


--No hables Hyoga, quédate así... no te levantes.


--Maestro... No se preocupe... he recibido golpes mas fuertes... De verdad se lo digo, no se preocupe, estoy bien.


Era cierto, no le había pegado con todas sus fuerzas, pero a Acuario no le preocupaba la gravedad del golpe, sino que había sido él, el causante. 


Se acostó a su lado unos minutos y ambos se quedaron en completo silencio... Camus solo quería quedarse tendido allí para cuidarlo. Hyoga recién se percataba de donde estaba.


--Quédate aquí Hyoga, no te levantes por nada del mundo... Te haré algo caliente, tal vez una sopa... Te hará bien...


--Estoy bien—Dijo tratando de incorporarse.


--No Hyoga—Dijo autoritariamente—Te quedaras en esa cama y no se habla mas del tema... Ahora te traeré algo caliente... Necesitas algo caliente...


Luego de esperar un tiempo prudencial, le trajo a Hyoga un platón con sopa, aunque no era un frío común el que había recibido, había pasado suficiente tiempo como para que el calor no contrarreste demasiado el frío. (N/A: Expónganse a un frío excesivo y luego tomen algo caliente y viceversa... Sabrán lo que es un dolor de estomago... o mejor dicho un espasmo... o calambre).


 


Luego de tomar la sopa Camus le propone que se quede a dormir ahí en su cuarto, excusando que seria lo mejor, sin embargo a Hyoga no le parecía correcto:


--Estoy bien Maestro, no se preocupe... Dormiré en el sillón.


Luego de decir eso, se levanto y se dirigió a la sala seguido por un Camus preocupado aunque su rostro no mostraba eso, mas si su gesto... casi le pisaba los talones a su muchacho, a lo que Hyoga, algo divertido de ver eso le dijo:


--¡De verdad Maestro!... Estoy bien...


--¿Enserio no necesitas nada?...


--Solo descansar... Por que a pesar de haber suspendido el entrenamiento, lo que practicamos me canso bastante...


Luego de la charla Acuario dejo solo al rubio, y se fue a su cuarto. El Cisne que lentamente iba quedándose dormido, ve por la rendija de la puerta que la luz del cuarto seguía prendida... “¿Qué?... ¿No duerme nunca?”, Y pensando esto se quedo final y placidamente dormido.


 


Un ruido en medio de la noche despierta al Santo de Bronce... cuando trata de agudizar sus sentidos escucha una risa proveniente del cuarto de su Maestro. Acercándose a la puerta se quedo parado tratando de escuchar mas... sus sospechas eran ciertas: su Maestro no estaba solo... Y aparentemente la estaba pasando muy bien... Trato de identificar el Cosmo de quien estaba en ese cuarto pero no consiguió nada... Aunque le parecía incorrecto, se agacho para observar a través de la rendija de la puerta, pero estaba completamente obstruida, cansado de no saber con quien estaba su Maestro, vuelve al sillón para tratar de quedarse dormido, pero no podía... las risas y gemidos de ese cuarto no solo despertaban a Hyoga, si no a “algo mas” en el. Se quedo dormido tratando de adivinar aquella misteriosa persona... pero ni siquiera podía identificar si era una mujer... o un hombre. Definitivamente, Camus, no descansaba nunca.


 


A la mañana siguiente Hyoga despierta, asombrado de que su Maestro no haya sido el causante... Mira hacia todos lados y nada... ningún indicio de el. Se levanta asombrado y comienza a buscar a su Maestro, primero en la cocina, luego en el baño, hasta llegar a la puerta de su habitación. Golpea dudando, pero no recibe respuesta, por lo que golpeo aun mas fuerte... aparentemente Camus no estaba. Decidió abrir la puerta llevándose una grata sorpresa... su Maestro si estaba allí, desnudo y destapado, durmiendo profundamente boca abajo, a su lado no había nadie. A pesar de que estaba acostumbrado a estar rodeado de hombres, la situación lo hizo dudar un instante, pues no sabría como tomaría Acuario semejante atrevimiento de entrar al cuarto, sin embargo lo sacudió suavemente del hombro. El Santo Dorado se movió, despertándose al contacto de su discípulo, lentamente abrió los ojos hasta focalizar bien la imagen:


--¿Hy-Hyoga?... ¿Qué?... ¿¡¡¡HYOGA!!!?—Rápidamente busco algo con que taparse.


Hyoga no pudo evitar sonrojarse de una manera tal que contrastaba fuertemente con el color de su piel.


--¡Dis-dis-disculpe Ma-maestro!... ¡No quise incomodarlo!—El Cisne no veía la necesidad de preocuparse tanto, ya que ambos eran hombres.—Disculpe mi atrevimiento... es que yo... bueno yo... estaba sorprendido de que...


--Esta bien Hyoga, no te preocupes, tan solo me sorprendiste...


--Perdón... No tiene de que apenarse—Soltó Hyoga.


--¿He?


--Digo... Ambos somos hombres... y si es por mi... en la Mansión vivimos casi todos hombres.


Camus, un poco apenado por parecer un adolescente vergonzoso dijo:


--No, no es por eso... como te dije antes... me sorprendiste.


--Bueno, me iré... así se levanta... preparare el desayuno.


 


Hyoga se retiro de la habitación y se dirigió muy avergonzado y nervioso a la cocina, una vez ahí preparo un te con, nuevamente, algunas tostadas. Tan torpe estaba, que el te le salió frío, pues se habia apresurado con el agua; En vez de echar azúcar, le echo sal; y se le quemaron absolutamente todas las tostadas... Tardo mucho mas de lo que se imaginaba en preparar un simple te y un par de tostadas.


  Al rato, después de bañarse llega un Camus muy dormido, ahora era el Maestro el que no queria entrenar... el que quería “cinco minutos mas”.


--Maestro...—El Cisne no recibía respuesta—¡Maestro!... ¡MAESTRO!


--¡¿HE?!...¡¿QUE?!... ¿¡Que sucede!?... Disculpa Hyoga, es que aun estoy dormido.


--Si... ya veo... Dígame Maestro...—El rubio quería tratar de sonar casual--¿Por qué tiene tanto sueño?... ¿Es que no durmió bien anoche?...


--Pues... si y no.


Contesto eso, luego sobrevino un silencio.


--Mire usted... Yo juraría que anoche escuche voces, risas y...—Dijo haciéndose el inocente--... Gemidos.


Camus por poco se atragante de nuevo.


--Pero de seguro estaba soñando—Siguió hablando el Santo de Bronce.


--¿Adónde quieres llegar con todo esto, Hyoga?—Acuario había sabido interpretar muy bien las intenciones en el tono de voz.


El Cisne, dándose cuenta que había sido descubierto pregunta:


--¿Quién era la mujer con la que estaba?


Ahora si, Camus se había atragantado... “¿Mujer?”


--Una chica del pueblo—Contesto casi susurrando.


--Haaa... ¿Y la conozco?...


--Nnnno creo... tal vez...No—El Santo Dorado no se decidía.


--Como se llama...


--No se...


Hyoga se sorprendió:


--¿¡Cómo que no sabe su nombre?!


--¡Pues si, lo se!... en efecto... pero si igual no la conoces... ¿para que quieres saber su nombre?.


El Cisne noto que su Maestro le mentía, pero ya bastante osado había sido al preguntar todo aquello por lo que se quedo conforme.


--¿Vamos muchacho?... Debemos entrenar.


El Santo de Bronce termino su té de un sorbo y siguió a su Maestro al lugar destinado para entrenar.


“Deberé ser mas precavido”, Analizaba Camus mientras entrenaban, “Aun es un niño para comprender ciertas cosas... Cosas de ese estilo... Aunque parezca un hombre, aun es inmaduro para entender... entenderme a mi”. Acuario quería evitar un daño moral o sentimental en su muchacho, no quería herirlo, por lo que decidió ser mas precavido de ahora en adelante, por lo menos mientras Hyoga estuviese viviendo con el.


 


  Ese día entrenaron hasta que el sol se oculto, rendidos los dos, se dirigieron a la Casa de Acuario para bañarse, comer y descansar. Hyoga estaba realmente cansado, prácticamente se “desmayo” en la cama, justo cuando se estaba quedando dormido, observa como su Maestro se retira del Templo, asombrado lo sigue para saber a donde se iba, o con quien se iba.


  Lo siguió varias casa abajo, en la penumbra de la noche, hasta perderlo de vista. Se estaba cansando de buscar hasta que por fin lo ve charlando con alguien en el Templo de Escorpio, efectivamente era Milo. Observa como ambos tenían una discusión bastante acalorada, parecían discutir, debido a la lejanía no tenia idea del motivo de la discusión. El Cisne no tenia pensado meterse ni hacer acto de aparición; Por un lado por que seria hombre muerto si su Maestro lo descubre espiándolo, y segundo por que su Maestro sabia defenderse muy bien el solo... en eso ve como Milo lo empuja, obligando a Camus a retroceder. Escorpio entra a su Templo dejando a Acuario hablando solo, quien viendo que no saldría decide volverse...¡Y el rubio espiando todo!... Salió corriendo a la velocidad de la luz y se acostó rápidamente disimulando dormir... El Santo Dorado regresa refunfuñando un montón de cosas in entendibles para los oídos del Ruso, se encierra en su cuarto y ambos terminan quedándose dormidos... Uno intrigado, y el otro enojado.


 


Al otro día habría una fiesta a la noche en el pueblo, Camus había dejado dormir a Hyoga para que descansara bien y así pudiera asistir, mas las intenciones del Santo de Acuario eran otras. El Cisne despierta alrededor del mediodía, sorprendido de haber dormido tanto y tan cómodo sin que nadie lo despertase.


--Era hora muchacho... Has dormido hasta el cansancio.


Escucha la voz de su querido Maestro.


--¿Qué hora es?


--Pronto estará el almuerzo... así que date una idea... las 12:20 del mediodía... ¿Piensas levantarte o seguirás acostado?


--Enseguida voy... ¿Por qué no me despertó para entrenar?


--Hoy a la noche hay una fiesta en el pueblo y pensé que seria bueno que asistieras a ella, para despejarte un poco y descansar.


En realidad, al ruso, las fiestas mucho no le agradaban había que socializar en ellas, y eso no era para el... Además no tendría con quien ir.


--Usted no ira ¿Verdad Maestro?


--No, aunque me considero joven... esas fiestas ya no son para mi.


El Santo de Bronce no tenia muchas ganas de ir.


--Pero Maestro... ¿Descansar de que?... Si apenas he llegado hace dos días... Con no entrenar hoy es mas que suficiente para descansar...


--Igual seria prudente que vayas... No te vendría mal.


La insistencia de del Santo Dorado hizo sospechar al Cisne... “¿Talvez quiera quedarse solo?”.


--Esta bien, iré...


De todos modos el joven rubio tenia pensado ir por un rato, hacer acto de presencia y luego volverse, tan solo para cumplir.


 


Durante el transcurso del día Camus estaba raro, muy raro, extremadamente raro y tal vez, se podría decir... triste... Si, sus ojos destellaban tristeza, imperceptible para cualquier ojo humano pero notorio para Hyoga quien conocía a su Maestro.


  A la noche, luego de cenar bajó al pueblo y se mezclo entre la gente, no se sentía cómodo, por lo que busco un lugar apartado y se sentó en la tranquilidad de la noche a meditar sobre su Maestro, su infancia, su entrenamiento... todo lo relacionado con el y con su mentor... todos aquellos buenos recuerdos que tenia con el. Sin pensarlo había estado mas de tres horas dando vueltas por el pueblo, caminando de un lado a otro, mientras veía a la juventud del pueblo pasar por su lado, una que otra muchacha le llamo la atención, pero su timidez, muchas veces confundida con su frialdad, lograban evitar cualquier acercamiento. Cansado ya de una buena vez, decide emprender el camino de vuelta al Templo de Acuario.


 


  Al llegar al Templo de Acuario se detuvo frente a la puerta, no le parecía prudente avisar su llegado, pues tal vez su Maestro ya estaría dormido, entro silenciosamente; la obscuridad de la sala invadía el lugar, sin embargo pudo ver como una luz proveniente del cuarto de Camus le avisaba que este estaba despierto. Se acerco allí, mas por el hecho de que no veía nada y buscaba guiarse con la luz para no llevarse nada por delante. Se sorprendió de encontrar a su Maestro aun levantado, fue hasta su cuarto cuando escucha ciertos gemidos característicos del gozo. Dudo un instante, pero ya estaba allí... ¿Con quien estaría?... para sorpresa de el... era Milo... Acuario al ver a su discípulo parado en la puerta con ojos de asombro empuja a su amante quien estaba completamente desnudo, y se cubrió con una sabana...


--¡¡¡HYOGA!!!


--Lo-lo siento Ma-maestro... Yo... —Hyoga recién despertaba de su asombro.


--Hola niño—Saludo Milo con naturalidad—¿Estaba aburrida la fiesta del pueblo?... ¿Y vienes a divertirte con nosotros?


--¡¡¡Milo!!!—Censuro Camus a su amante.


--¿¡Que?!... ¡Hay Camus!... ¡No te hagas el buenito con él!... si sabemos las ganas que le tienes... ¡No es para menos!... ¡Mira!—Exclamo Escorpio con una mirada libidinosa --Ya es todo un hombrecito... inclusive allí abajo ¿No Hyoga?.


--Me iré a dormir... los dejare solos... lo siento.—Fue lo único que pudo pronunciar el Cisne.


--Milo vete... necesito hablar con Hyoga—Dijo un muy decidido Camus.


--Si claro... hablar... jeje.—Balbuceó Milo mientras se levantaba y dejaba ver toda su hombría. Se vistió y se retiro no sin antes estamparle un beso en la boca a Acuario


--¡¡Milo no!!—Dijo Camus avergonzado de tal actitud frente a su muchacho.


 


Hyoga estaba preparándose un café en la cocina, mientras escucha como Milo abandona el Templo de Acuario, a los pocos minutos, siente una presencia a sus espaldas, y no pudo evitar sonrojarse de pies a cabeza.


 


--Hy-Hyo...ga... ¿Hyoga?—Camus estaba muy apenado y no sabia siquiera que decirle a su discípulo.


El Cisne no contesta debido a los nervios no por descortés.


--¿Hyoga?... ¿Puedo hablar contigo?


El rubio seguía revolviendo su taza, aun seguía sin poder mover otros músculos, sin embargo volteo sin mirarle a los ojos.


--¿Estas enojado con migo muchacho?... Si es así... lo entiendo—Se podía apreciar un tinte distinto en el tono de su voz, tal vez tristeza, miedo, vergüenza o enojo por la situación.


El ruso no quería que su Maestro se quedara con esa idea, por lo que hablo, balbuceando:


--Nnn-no Maestro... Yo... ¿Cómo podría estar enojado con usted?—Le dijo ahora mirándole a los ojos.


--Lamento mucho tener que hacerte pasar por esto Hyoga... Has venido de visita y yo... Te hago pasar un mal momento.


El Santo de Bronce trató de naturalizar la situación...


--¡Maestro!... No sea tan fatalista... No tengo cinco años... Se lo que hace en una cama además de dormir...


--No lo digo por eso... Lamento tener que “molestarte” de esta forma... hacerte ver esa escena...—En realidad Acuario tenia miedo de que su discípulo lo rechace por sus gustos, pero por supuesto eso no lo demostró, aunque Hyoga ya sospechaba de sus miedos.


--Hacer el amor... tener sexo... es lo mas natural del mundo... y lo mas gratificante.


--Si... Pero esto no entra dentro de los parámetros de normalidad... Lo se...


--¿Por qué no?... Son dos seres gozando de un mismo placer sin molestar ni lastimar a nadie.


Ahora era el discípulo enseñando al Maestro... Camus se quedo sin palabras, no sabia hasta donde, su muchachito conocía los placeres carnales, aunque la curiosidad lo invadió no creyó conveniente indagar en el tema, y al quedarse sin palabras dijo al aire, mas reflexionando consigo mismo que dirigiéndose a su pupilo:


--Aun eres un niño...


--No... No lo soy—Se defendió el Cisne sin argumentos.


--Si quieres irte... lo entiendo...


--El que no entiende es usted Maestro...—Dijo adivinando de una vez los temores de Camus --No entiende que no estoy ofendido... Ni mucho menos avergonzado de usted...


Esas palabras reconfortaron el corazón temeroso de Acuario, no quería perder a su muchachito, quien siguió hablando...


--Es un orgullo... es un orgullo para mi ser el discípulo de Camus de Acuario...


Eso fue mas que suficiente... Y ahora si, Acuario sonrió... Una sonrisa nítida y no tan secreta, completamente perceptible a los ojos del Santo de Bronce.


  A decir verdad, el ruso no se esperaba eso de su Maestro, pero tampoco lo juzgo.


--Maestro... ¿Le puedo hacer una pregunta muy entrometida?


El Santo Dorado era todo oídos, sentía que lo mínimo que podía hacer era responderle la pregunta, asintió con un gesto, ambos seguían parados, el rubio lindo contra la mesada de la cocina.


--¿Usted?... ¿Que?... ¿Por que?—No sabia como encarar la preguntar, en realidad por temor a que su Maestro se enterase que estuvo siendo espiado-- ¿Por qué discutió con Milo ayer...?


Camus lo asesino con la mirada y con su voz mas fría le pregunto.


--¿Has salido del Templo a esas horas de la noche?... ¿Y para espiarme?.


Ese tono de voz que empleaba su Maestro siempre hacia temblar a Hyoga, hubiese preferido el grito antes que ese tono... Daba la sensación que pronto se vendría lo peor del reproche, enojo o castigo.


--¡No fu mi intención espiarle!... Es que... Es que estaba preocupado por usted...


--¿Preocupado por mi?—Pregunto Acuario con el mismo tono de voz, aun mas tranquilo.


--Si lo se... No debo preocuparme por usted... Bueno... Pero... ¿¡No va a contestar mi pregunta!?—Dijo, esquivando la pregunta.


--Si prometes no volver a hacer algo así... Por que te congelo el alma—El tono había variado un poco, pero aun seguía siendo tranquilo...


¿Era posible eso?... ¿Congelar el alma?... El Cisne no quería averiguarlo.


--Sss-si Maestro... No volverá  a suceder, lo prometo...


El Santo Dorado le contó que la discusión había sido por que no quería que Milo vaya mas  al Templo de Acuario.


--No creía conveniente retozar en mi Casa mientras tenia visitas, no quería que sucediera lo que paso.—Acuario aun estaba avergonzado de la escena que le hizo presenciar a su muchacho.


--Pero Maestro... esta es su Casa... Puede hacer lo que quiera en ella.


--Pero mi Escorpio se ofendió... Malinterpreto todo... Primero creyó que era por que quería quedarme a solas contigo... pero luego de entenderlo, de hacerle entender... Se sintió dolido, despechado, rechazado... “¿Tienes vergüenza de mi?” Fueran las palabras de Milo... ¡¿Yo, vergüenza de el?!... Pero como no se me dan las palabras y menos en esos momentos tensos, no le dije nada... me quede callado... eso fue peor...—Camus se quedo un instante callado, y susurro para si mismo --¡¿Por que te estoy contando todo esto a ti?!...-- Era lo mínimo que podía hacer.


--Pero aparentemente Milo ya no esta enojado con usted...—Trato de tranquilizarlo Hyoga.


--No... después vino lo que se llama...—Y se quedo pensando --...¿Sexo reconciliatorio?...


--Sip... he oído de eso... yo nunca tuve pero me han dicho que...—Pero fue interrumpido por su Maestro.


--Es el mejor sexo... luego de una discusión o pelea no hay como el sexo... por eso...—Pero la frase la completo su discípulo.


--Sexo reconciliatorio.


 


Ambos se quedaron en silencio, esa distancia que tenían, o eso roles que ocupaban de padre e hijo, había sido quebrada, y ahora se estaban comportando, simplemente, como dos buenos amigos. Sin embargo Hyoga se sentía incomodo, prefería tenerlo a su Maestro como un padre, y la situación era de por sí bastante extraña... Camus contándole todo aquello... Cuando era su discípulo poco y nada sabia de el, con el tiempo fue conociéndolo... Y ahora, no iba ni una semana y ya estaba al tanto de casi todo. Por su lado Camus no se sentía avergonzado de sus gustos ni de Milo, mas bien tenia miedo, por que el sabia lo que representaba para el Cisne, que esa figura, que esa imagen fuera borrada de su muchachito... No quería perderlo... pero... ¿Por qué ese miedo?... ¿Era miedo?... el Santo Dorado de Acuario con... ¿¡Miedo?!... En fin, si... había cambiado mucho... Simplemente no quería perderlo.


El Santo de Bronce pudo vislumbrar a través del tono frío y pausado de Camus un profundo amor hacia Escorpio, y eso lo hizo feliz... saber que su Maestro conocía el amor de esa forma... A pesar de la postura fría de Acuario, el rubio pudo ver los sentimientos sinceros y cálidos que su Maestro guardaba en su interior... Y hasta cierto temor de perder aquello.


El ruso quería decir todo lo que pensaba y sentía, quería ser sincero, pero no le saldría natural, por lo que opto por decirle.


--Maestro... ¿Por qué no va a ver como esta Milo?—En esa pregunta dejaba en claro su postura y opinión: No estaba ofendido por lo ocurrido ni siquiera avergonzado.


Camus comprendió la intención de aquella pregunta y se lo agradeció interiormente.


 


Camus fue al templo de Escorpio mas que nada para hacerle notar que las cosas estaban bien. Por su lado Milo estaba mas que contento con la presencia de Hyoga en el Santuario, a lo que Acuario lo amenazo si intentaba tener algún acercamiento del tipo... libidinoso.


 


--¡Camus!... ¡Por favor!... Le tienes tantas ganas como yo...


--Aun es un niño... Si te le acercas... ya sabes...


--Si... me congelaras mi hombría... pero...


--¡Pero nada!...


--Camus, no te hagas el inocente... Además ya no es un niño... ¿o acaso te crees que el aun es virgen?...


--No lo sé ni me interesa averiguarlo...


--¿Seguro que no te interesa averiguarlo?...—Dijo Milo con cierta lascivia --Para mí ese rubio ha tenido unas cuantas alegrías...


--No hables así de Hyoga... no te lo voy a permitir...


--¡Hu!...—Dijo Escorpio con sarcasmo --Habló el “padre” del ruso... ¡vamos Camus!... podremos hacer una ensalada rusa con Hyoga...


Eso a Camus, no le hizo ninguna gracia.


--He visto con que ojos lo miras... Y déjame decirte algo Camus... Esas miradas no son propias de un padre... Además lo has hecho venir al Santuario ¿Para qué?... ¡¿Para entrenar?!... ¡Por favor Camus!... ¡Je!... ¡Entrenar!


Acuario se quedo sorprendido de aquellas palabras por lo que guardo silencio. A parte era cierto... lo había hecho venir... simplemente para estar con él, eran las ganas que tenia de verlo, disfrazado con la excusa del entrenamiento.


--No seas hipócrita contigo mismo, ni falso ni ingenuo... El ya no es un niño... Y a mí estas cosas no se me escapan... Le tienes unas ganas impresionantes a aquel niño, te comprendo... no es para menos, con ese físico...


Camus lo miro inquisidoramente.


--¡¿Qué?!... Soy sincero... cosa que tu no... y he podido observar también... que el muchacho no es ningún tonto... de seguro se masturba todas las noches en ese sillón... en tu sillón.


--Milo... te voy a congelar el alma además de tu hombría si sigues habando así de el.


 


Milo siguió hablando dando su opinión en el tema, él creía que Camus estaba sido muy falso con respecto a sus sentimientos... Por supuesto que quería a Hyoga... pero lo quería en una cama. Acuario hacia de cuenta que las palabras de Escorpio no le habían causado efecto, lo cierto era que si... le habían causado cierto efecto y con ello, remordimiento... No podía ser sincero consigo mismo y si lo era eso significaba traicionar la imagen de padre que tenia... No quería herir a su muchacho, pero el deseo podía mas y las palabras de Milo habían causado ese efecto en el... Deseo, deseo hacia su muchacho.


 


Un día mas en el Santuario, un día mas de entrenamiento. Camus se comportaba de una manera distinta con su discípulo, aprovechando cada oportunidad que tenia para estar cerca de su cuerpo y sentir su aroma, sin embargo todavía no se animaba a nada; Por su lado Hyoga presentía que algo había cambiado pero no podía precisar que, creía que tal vez la relación había variado un poco, haciéndose más sólida, tal vez a causa de aquel dialogo.


  Acuario no se animaba demasiado, quería respetar a su muchachito, no le parecía conveniente disfrutar mas allá del simple contacto... pero el deseo siempre podía mas... Y eso lo estaba volviendo loco al Santo Dorado, ya quería que su rubio se vaya cuanto antes, pero por otro lado quería tenerlo ahí... ¡Sus sentimientos era tan contradictorios!...


 


--Es suficiente por hoy, Hyoga... —Dijo Camus con la altura de siempre.


--Si Maestro... —Respondió el chico ruso aun jadeando a causa del ejercicio.


Camus estaba muy cerca de el, tan cerca que podía oler el aroma que su cuerpo desprendía, y aunque ese aroma se le presentase como algo desagradable, proviniendo de Hyoga era como perfume...


--Será mejor que nos bañemos antes de preparar la cena... —Dijo casi susurrando las palabras, como si disfrutara de cada una de ellas al pronunciarlas.


--Bu-bueno... — El Cisne había podido vislumbrar cierto destello libidinoso en los ojos de su Maestro, pero no... No podía ser deseo... se decía él--¿Qui-quiere bañarse primero usted y des-después... ?.


--No—Lo interrumpió Camus --Ve tu primero, yo ordenare todo para preparar la cena y luego me baño.


El Santo de Bronce obedeció. Preparo todo y una vez recostado en la enorme bañera busco el relax... Cerro sus ojos y dormito un instante en el agua tibia (Que en realidad es fría, pero para él es tibia ^_^)... Al abrirlos encontró a su Maestro observándolo, lejos de asombrarse se quedo sin palabras...


--Venia a preguntarte... Por que no sé...—Acuario hacia una pausa en cada palabra, en cada frase-- ¿Te gusta el tomate?


El ruso (En realidad mitad ruso y mitad japonés) estaba realmente sorprendido de la pregunta descolocada de su Sensei.


--S-si, un po-poco, no mucho...


--Bien.


El Santo Dorado se disponía a irse, cuando voltea a preguntar:


--¿Vino tinto o vino blanco?


Eso si que había sorprendido a Hyoga... ¿Desde cuando su Maestro lo dejaba tomar vino?... ¡¿Sus vinos?!... “Tal vez ya se dio cuenta de que no soy un niño, de que crecí”, analizaba Hyoga...


--No sé... El que usted guste—En realidad el Cisne no tenia ni idea de vinos (Como la autora de este fic... A mí me sacan del tetra y ya me perdí *_*  Que rico... vino n_n).


--Debido a la ocasión...


“¿Qué ocasión?” Se preguntaba el ruso (Y la autora).


--...Que sea blanco—Finalizo Camus, dejando por fin al chico rubio bañarse tranquilo.


 


Cuando Hyoga termino de bañarse, se dirigió a la cocina para ver si su Sensei necesitaba ayuda. Camus casi terminaba con la preparación que suspendió para ir a bañarse y dejar cocinando a Hyoga. Al terminar de bañarse se dirigió a la cocina y le indico a su discípulo que preparara los platos mientras el finalizaba la preparación de la comida, el Cisne obedeció, sintiendo incómodamente la proximidad de su Maestro, quien aprovechaba las ocasiones para estar cerca de su cuerpo. Acuario esto prácticamente lo hacia por instinto, mas que por propia voluntad, ya que su mente decía una cosa: Que no debía. Mientras su corazón, su alma, todo su ser le dictaba otra... Para él era inevitable, sobre todo le dificultaba la tarea ese dulce perfume que su muchacho traía puesto... ¡Haaa... cuanto le gustaba estar cerca de su rostro para deleitarse con ese aroma!... Se sentaron a comer, y a beber vino... El Santo Dorado estaba realmente raro, distinto... O por lo menos eso noto el chico ruso.


  Al terminar la botella de vino, Hyoga sentía el efecto del alcohol, algo no habitual en su sangre, mientras su Maestro observaba que su discípulo había entrado en ese trance que él esperaba... El alcohol también lo había desinhibido bastante, eso era lo que necesitaba para tomar coraje de lo que iba a hacer...


 


--Maestro... Será mejor que vaya a dormir... Mañana tengo que entrenar... tenemos... — Dijo un somnoliento Hyoga.


Camus no dijo absolutamente nada, no tenia palabras... pero al ver que su muchachito al levantarse por poco mas se cae, se sitúa apresuradamente a su lado para evitar la caída... Y así, tambaleándose llego a su “cama”... Acuario lo deposito en el sillón quedando sobre el, con las piernas entrelazadas y observo las duras facciones del rubio, cambiadas con el correr del tiempo, ya era todo un hombre... Un hombre casi indefenso a causa del alcohol, a merced de un Santo Dorado... Eso era desigual y por lo tanto injusto... Eso creyó Camus... No le parecía justo aprovecharse de su pupilo de esa forma... ¡Y al mismo tiempo le enternecía tanto aquella vista!... Un mechón rubio entorpecía su vista, lo corrió delicadamente y eso hizo despertar a Hyoga de su somnolencia, quien al ver a su Sensei tan cerca, en vez de asombrarse... lo abrazo por la cintura y volvió a quedarse dormido... El corazón de Acuario latía a mil, estaba paralizado... “¿Cómo yo... como me puede pasar esto?...” analizaba el Santo Dorado. No creyó conveniente el momento ni la situación, pero no podía evitar sentir el deseo que se despertaba por aquel muchacho... Su muchachito. Lo cargo, y así en sus brazos lo llevo a su habitación sin sacar la vista de ese rostro... una vez en la cama lo dejo allí, mientras se cambiaba para dormir, vio que era conveniente, esa noche, dormir desnudo como a el tanto le gustaba... Sabia que Hyoga también tenia esa costumbre: Despojarse completamente de sus ropas... Por lo que así, dormido como estaba, lo desvistió lentamente deleitándose con esa vista que a pesar de la penumbra del cuarto dejaba entrever mucho. Palpo esa tersa piel y se estremeció de pies a cabeza... Rápidamente Camus dio la vuelta para quedarse dormido, pues si continuaba así tarde o temprano terminaría penetrándolo hasta hacerlo gritar... ¡Qué idea la suya de desnudar a su muchachito y desnudarse el! Aun así, Acuario era todo un hombre, y como todo caballero, se queda dormido, sin siquiera “tocarle un pelo”.


 


--¡Camus!...—Alguien llamaba al Santo Dorado, Hyoga nunca le decía “Camus”--¡Maestro!...—Para sorpresa de Acuario, si era Hyoga llamándolo.


Camus entre abre los ojos para tratar de ver que pasaba, cuando ve la cara de terror, pánico, pavor y miedo de su discípulo, aun dormido le dice:


--¿Sí Hyoga?... ¿Qué sucede?...


--¿P-por que?...¿Por qué?...


--¿Por que, “que”?


--Por que estoy desnudo en su cama—Dijo el Cisne asustado.


Acuario recién caía... cierto, la noche anterior...


--Ha... No te preocupes... No paso nada...


--¿Y por que estoy aquí entonces?¿Qué hago desnudo?¿Por qué no recuerdo bien...?


Camus solo quería seguir durmiendo...


--Tranquilo muchacho... Te traje a dormir aquí por que... bueno... estabas un poco alcoholizado y me parecía justo que durmieras en una cama...


Dormido aun como estaba, siendo todavía de noche, fue la mejor excusa que se le pudo ocurrir a Acuario.


Cuando Camus estaba a punto de quedarse dormido de nuevo, siente unos pequeños pero potentes brazos entrelazar su pecho... Se sintió raro, cálido y placentero ese abrazo, aun así, a pesar de toda su experiencia, se quedo inmóvil. Cuando pudo reaccionar se volteo, encontrando a su muchachito dormido, llevo su mano al rostro de este y acaricio muy suavemente esa blanca piel, deseándola mas que nunca, pero no se atrevía. Hyoga abrió los ojos y esbozo una pequeña sonrisa a causa del placer que esa caricia le daba, Acuario estaba aun más confundido, no sabia si el Cisne todo lo que hacia lo hacia por las mismas intenciones que él... Decidió comprobarlo, besando suavemente sus mejillas, eso despertó del todo al chico rubio quien no hizo ni dijo nada, pero sus ojos expresaban ¿Tal vez miedo?... Ante esto el Santo Dorado tomo la respuesta como un “si” y comenzó a besar sus labios, entreabriendo la boca del ruso para introducir su lengua... el corazón le latía a mil... Sin embargo Hyoga separa a su Maestro sin comprender del todo...


 


--¿Ma-maestro?... ¿Qué... que hace?


Camus se sorprendió frente a la pregunta y comprendió también que Hyoga no había sabido interpretar sus intenciones y se sintió mal, pero ya no había vuelta atrás.


--Perdón... Me deje llevar.


El Cisne se incorporo en la cama y tomo su cruz entre sus manos.


--¿Por qué... desde cuando?—Estaba realmente apenado.


--No lo sé... creo que desde siempre... desde que te he visto como un hombre... te he deseado... acaso... ¿Eso esta mal?...


--¡Sí!... Por supuesto que esta mal!


Esas palabras fueron como una daga para Acuario, aun más cuando Hyoga comenzó a sollozar...Pero el Santo Dorado no demostró su dolor.


--Lo siento Hyoga... No quise molestarte con esto... No entiendo... ¿Por qué?... Comprendo que no te gusten los hombres, pero no es para tanto... No llores, no sucederá nada si no quieres...


--No se trata de eso... De echo Shun y yo... Bueno, pues...


Camus comprendió lo que quería decir:


--Entonces... con mas motivo: No tienes por que ponerte así... No me temas...


--¡¡No entiendes!!—Le grito el ruso dejando entrever que ya le había perdido el respeto... Eso fue demasiado para Camus y comenzó a derramar lagrimas de dolor.--¡¡Te consideraba mi Maestro, mi mentor!!... ¡¡Mas que eso!!... ¡¡TE CONSIDERABA MI PADRE!!... Como puedes hacerme esto, como puedes quebrar eso...


--¡¡¡NO HYOGA!!!... ¡¡No te confundas muchacho!!... ¡Nunca quise ocupar ese lugar!... tu me colocaste en esa situación... ¡¡¡Qué te piensas ¿qué yo quise eso?!!!... Nunca me preguntaste...


Hyoga oculto su rostro entre sus piernas...


--Hyoga... Hyoga—Llamaba Acuario a su discípulo—Lo siento... Eso no quiere decir que menosprecio tus sentimientos... de hecho te lo agradezco, agradezco que me estimes de esa forma... pero no me puedes culpar a mí de mis sentimientos... te pido, así como yo de ahora en mas respetare los tuyos, que respetes los míos... Es lo que siento, te guste o no... No quise ofenderte ni lastimarte... es lo ultimo que quisiera hacer... Herirte a ti... Te estimo... Pero no como un hijo, si como un hombre... como lo que eres—Camus hizo una pequeña pausa, podía ver como esas palabras causaban efecto en su pupilo—Por eso... ahora ve a tu cama y mañana te acompañare a las puertas del Santuario y a primera hora te iras.


El tono de su voz había sido duro, pero no fue su intención, estaba realmente confundido.


 


Al otro día ambos desayunaron en completo silencio, sin cruzar palabra alguna. Hasta que Camus quiebra ese horrible silencio:


--Prepara tus cosas... Iré a cambiarme para acompañarte...


Acuario dejo a un Hyoga muy pensativo y confundido. En su cuarto maldecía a Milo por haberlo alentado a realizar aquel acto, en eso siente la presencia de Hyoga a sus espaldas.


--Camus... Yo... yo... No quiero irme.


El Santo Dorado no sabia que pensar, se quedó callado.


--No quiero irme—volvió a repetir el rubio--...Perdón... lamento haberme comportado así... estuve toda la noche pensando... y quería decirte que todo este tiempo fui un hipócrita.


¿Hipócrita? Pensaba Camus... ¿Qué le quiso decir con eso?


 --No soy tonto ¿sabes?...—Continuo hablando el Cisne al ver que su Maestro no respondía—Me doy cuenta cuando alguien me coquetea... así como en quien despierto cierto interés... Quiero decirte que note tus intenciones desde entrada... Ya no soy un niño...


--Pero te comportaste como tal...—Hablo, por fin Camus.


--Lo sé... Sé que me comporte como un niño... Para mí era todo un juego... el acercamiento, el contacto, los roces... Un juego que me gustaba jugar, que me atraía, pero... que inevitablemente se me fue de las manos...


--Y me lo dices tan tranquilo—el semblante de Acuario se endureció aun mas—Jugaste con mis sentimientos Hyoga...


--Sé que no basta con pedir perdón... ¿Me dejas enmendar el daño?... Entiéndeme Camus... Te consideraba mi padre... Pero ahora... déjame pedirte disculpas con acciones...


Acto seguido se abalanzo a los brazos de su Maestro y lo beso apasionadamente...


--No quiero irme...—Susurro el ruso.


--No te vayas entonces—Acuario abrazo fuertemente la cintura de su discípulo y susurrándole en el oído lo arrastro a su cama—Mi muchachito... te voy a hacer mío... De una buena vez.


 


Camus comenzó a quitarle la ropa a Hyoga y a quitarse la suya, una vez desnudos se incorporó para observar aquélla maravilla, el Cisne se sonrojo de una manera que contrastaba mucho con su blanca piel, Acuario solo sonrió al ver aquélla escena a la vez tan tierna como excitante.


El Santo Dorado, experto, comenzó a cubrir de besos aquel cuerpo... no dejo un solo rincón por descubrir, el rubio se estremecía de pies a cabeza con cada beso, lamida y lengüetazo que su Sensei le daba.


Camus se ocupo especialmente del miembro del ruso, quien comenzó a decir un montón de cosas en su lengua materna inentendible para él. Introducía el enorme miembro en su boca con una maestría inigualable, saboreando ese pedazo hasta notar que su chico no podía mas de la excitación...


--Bien muchacho, ahora te daré una “clase” especial...


Luego de decir eso coloco de espaldas a Hyoga y comenzó a acariciar su espalda hasta llegar a sus glúteos, debido a que el Cisne no era virgen los tres de dedos de Acuario jugaban libremente en su interior...


--Maestro... Sea delicado que...—Pero el Santo Dorado no le dio tiempo a completar la frase—¡¡¡Haaay!!!...


--¿Decías?


--Des-despacio... Que no estoy acostumbrado... ¡¡Haayyy!!...


--Aun falta... mas de la mitad... Paciencia que ya entrara todo...


El ruso movía sus caderas preso de la excitación...


--¡Tranquilo!... Que ya falta poco... ¿Te gusta he?... Te gusta mucho...


Camus comenzó a besar el cuello y la espalda de su pupilo, aspirando el perfume de su piel junto con el aroma característico al sexo que tan bien les sentaba a ambos como afrodisíaco... Una vez adentro, Acuario comenzó a mover sus caderas, al mismo tiempo que masturbaba al chico... sin darse cuenta termina con su mano enchastrada de semen... llevándose sus dedos a la boca, saborea el néctar de Hyoga... Eso lo provoco aun mas, tomando el pelo rubio del Cisne,  comenzó a moverse aun mas rápido, y a gemir aun mas fuerte derramándose en su interior.


Acuario se desplomo al lado de su muchacho y empezó a cubrirlo de mimos y de caricias... eso era el paraíso para el ruso.


 


 La mañana se había pasado velozmente en el cuarto de Camus. Ya era tarde para entrenar. Los amantes creyeron conveniente terminar con la sesión amorosa para comer algo, por lo que se bañaron, se vistieron y prepararon un delicioso almuerzo.


--¿Qué harás muchacho?... ¿Iras a recorrer el pueblo o te quedaras aquí?—Investigo Camus terminando su ultimo bocado.


--Mmm... No sé... ¿Por qué me pregunta Maestro?


Acuario esbozo una pequeña sonrisa... nunca le había gustado tanto como ese día, que Hyoga lo tratara de esa forma... Debido a la mueca de morbosidad que había hecho el Cisne al preguntarle eso, el Santo Dorado pudo ver las intenciones de aquellas palabras... Y eso le excitaba.


--Ahora tendré que salir... No quisiera que te aburras solo aquí...


El Santo de Bronce, adivinando que iba al Templo de Escorpio le propuso:


--Lléveme entonces...


--N-no... No puedo... Es... Es una misión... secreta, no puedes ir...


“Misión secreta”... ¿No se le pudo haber ocurrido algo mejor que eso?...


--¿Adónde va?—Pregunto el rubio con completa confianza, pues se sentía con el derecho de saber.


--“Secreta”... ¿Te dice algo eso Hyoga?.


--¿Va a ir a buscar “Eso”... Maestro?—Dijo esto ultimo con cierto sarcasmo.


Camus no entendía a lo que se refería su pupilo con “Eso”, Hyoga al ver la cara de pregunta de su sensei, continua hablando:


--Digo... ¿Va a ir a buscar “Eso” al Templo de Milo?.—Dijo esto y se cruzo de brazos esperando una explicación... Acuario se quedo sin pretextos.


--¿¡Y... Y que... Que si tengo que ir... Y que, acaso no puedo!?.


--Claro que puede... Por eso no tiene ninguna necesidad de ocultarme cosas.


El Cisne tenia razón... Y Camus lo sabia.


--¿A que hora vuelve?—El Santo de Bronce seguía investigando—Digo... Por la cena.


--No volveré muy tarde... De seguro antes de la cena.


 


Dicho esto Camus se retiro y volvió a las cinco de la tarde a su Casa. Hyoga había pasado toda la tarde leyendo, aunque no podía concentrarse en su lectura, habían pasado muchas cosas y no dejaba de pensar en ellas, pues le había gustado por demás lo que le hizo física y sentimentalmente Camus.


  Al ver que su Maestro regresaba el Cisne se sintió muy feliz, y se lo hizo saber dándole un fuerte abrazo, fue algo espontáneo y nada habitual en él... Acuario, acostumbrado al trato frío de su discípulo, le asombro por demás aquel acto, aun así se lo correspondió abrazándolo paternalmente.


  Por otro lado el Santo de Bronce le demostró a su sensei que nuevamente tenia ganas de seguir con lo que habían empezado a la mañana, sin palabras y sutilmente Camus le indico que estaba cansado, el rubio se sintió rechazado y en un arranque de celos le dijo:


--Claro no... Usted se quita las ganas con migo cuando no puede con su amante...


--No hables así Hyoga.


--Pero la culpa es mía por ser tan idiota de creerme lo suficientemente bueno para usted, por lo visto no soy competencia para Milo... Yo para usted soy alguien con quien sacarse las ganas.


--¿Cómo puedes decir eso?... No se trata de una competencia.


Camus se ofendió de aquellas palabras y se lo demostró a Hyoga no hablándole mas por un buen rato. El Cisne se sintió mal y pensó que tal vez se le había ido la mano con eso de los celos. Por otro lado el Santo Dorado estaba enternecido por la manera en que le celaba su pupilo... completamente distinto con lo que sucedía con Milo. Sin embargo no se lo demostró, su semblante era duro, inquebrantable.


 El rubio se acerco muy despacio a su Maestro, se situó a un costado y se quedo mirándolo, este lo negaba, hacia de cuenta que no lo veía... Era prácticamente un juego.


--¿Maestro?...—Llamo Hyoga pero no obtuvo respuesta--¿Maestro?—volvió a llamar.


--¿Qué quieres Hyoga?—Dijo muy fríamente Camus, aun sin mirarlo y muy serio... haciendo de cuenta que leía.


--¿Sigue enojado con migo?—Al Cisne le faltaba hacer “puchero”.


--Cuando te comportas como un crío me haces enojar...—recién en ese momento giro la vista para verlo.


--Perdooon... Prometo no volver a hacerlo.


Esa vista enternecía el frío corazón de Acuario.


--¿Me prometes que no volverás a comportarte como un autentico pendejo?


--Lo prometo... pero no sea tan duro con migo.


Camus, que estaba sentado en el sillón atrae a su muchacho por la cintura y lo sienta sobre sus piernas para comenzar a besarlo, cuando justo por la puerta, con completa confianza entra Milo sosteniendo una bolsa.


 


--¿Milo?... ¿Qué haces aquí?—Pregunto curioso Camus, no era raro que Milo lo visitara, pero... Presentía algo raro, y proviniendo ese sentimiento de Escorpio era de seguro que algo se traía entre manos.


--¿Qué?... ¿No puedo visitarlos?...


--S-si... Por supuesto...


Camus trato de incorporarse pero Hyoga aparentemente no tenia intenciones de levantarse de la falda de su sensei.


--¿Qué traes ahí?—Siguió investigando Acuario para ver las verdaderas intenciones de Escorpio.


--La cena.—Contestó con tono de obviedad y sonriendo.


--¿La cena?


--Si... vine a cenar con ustedes... es que hoy me sentía un poco... solo... ¿Saben?... y eso es feo, digo... sentirse solo... Nada mas que eso... quería un poco de compañía esta noche.—Dijo esto observando y sonriéndole al Cisne, y un destello apareció en sus ojos... Camus creía saber por que Milo estaba allí... ¡Que raro... que casualidad, que justo apareciera a cenar luego de que hace un par de horas atrás, Acuario le había contado lo sucedido con


el ruso!. Camus miro a su amante de cabellos azules inquisidoramente, este respondió con una mueca de morbosidad, para luego hacerse el inocente.


--¿Me ayudan a cocinar?... Hoy se me antoja ensalada rusa... —Milo entro con demasiada confianza a la cocina. Hyoga y Camus se miraron y lo siguieron para ayudarlo con la cena.


  De mas esta decir que en el aire se respiraba un aroma a deseo... el ambiente estaba muy cargado y Escorpio más cariñoso que lo normal, eso al Cisne lo volvía loco de celos (Cuando quería era posesivo el muchacho), Acuario a pesar de sentirse incomodo no podía evitar disfrutar de aquellos besos furtivos, abrazos, y toqueteos “al paso” que su amante le deba... es que si había una persona en la tierra por la que Camus perdía la cabeza, esa persona sin duda era Milo... Y no podía luchar contra ese deseo que le provocaba el experto Santo de cabellos azules, ya a esa altura Acuario había interpretado las intenciones de el. Mientras cocinaban en la cocina Hyoga tenia que observar la escena que se le presentaba ante sus ojos... Milo abrazando a Camus por la cintura- Milo besando el cuello de Camus mientras este cortaba las verduras- Milo apoyando su miembro a Camus mientras este revolvía la sartén-Milo rozando levemente el trasero de Camus al paso... Y así un sin fin de situaciones mas... Hasta que la situación se volvió insostenible. Acuario intentaba apaciguar los arrebatos de su amante pero era mas fuerte que él... Cada vez las caricias, los besos, los lengüetazos, los toques eran mas osados... Fue recién cuando Camus sintió el miembro duro de Escorpio en sus glúteos que reacciono:


--¡Milo!... ¡Contrólate!...¡Esta Hyoga!—Susurro esto ultimo al mismo tiempo que una leve sonrisa de placer surcaba sus labios...


--¿Qué?¿No te gusta amor?—Decía Milo mientras, detrás de la espalda de su koibito, mordisqueaba su blanco cuello.


--Mmmhm... Ahora no... Mas tarde—No pudo evitar gemir apenas.


--Me dio mucha hambre...—La voz de Escorpio estaba cargada de deseo—No puedo esperar la comida...—Y mirando a Hyoga, quien estaba preparando la salsa haciendo de cuenta que no prestaba atención, acoto—¡Qué ganas tengo de comerme una ensalada rusa!.


Milo volteo a su amante poniéndole de frente y lo sentó en la mesada al mismo tiempo que buscaba bajarle los pantalones... Camus se dejaba hacer, no podía evitarlo pues era Milo, su Milo. Por algún motivo, a pesar de querer huir de allí, el Cisne se quedo mirando la escena con aparente neutralidad y desinterés en lo que ocurría, pero sin embargo, a pesar de los celos secretos que le causaba ver como su Maestro disfrutaba de aquello con locura, no pudo evitar la incipiente erección que sentía venir... En realidad el rostro de su Sensei cargado de lujuria, fue el que produjo eso en Hyoga... Camus nunca había sido tan expresivo como en aquel momento.


  Milo masturbaba a su amante al mismo tiempo que lamía su cuello, al poco tiempo logro eyacular en las manos de Escorpio, quien llevando sus dedos a la boca de Camus, obligo a lamerlos hasta limpiar todo rastro de semen... recién ahí, Acuario reparo en la situación... Hyoga estaba observando... Y aun era un niño... Para el era su muchachito... Milo noto esto en los ojos de su amor:


--Ve Camus... No lo dejes así al pobre niño... Mira, como lo tiene... le debe de doler...


Camus, sin pantalones y con su miembro aun duro se incorporo de la mesada al mismo tiempo que se quitaba la camisa para quedar completamente desnudo.


--...Compórtate como lo que eres y ve...


Acuario obedeció y se acerco hasta Hyoga.


--Ahora introduce su miembro en tu boca y demuéstrale el verdadero placer a ese niño—Las palabras de Milo eran por demás excitantes y provocadoras para los oídos del Maestro y del discípulo. Precavidamente y considerando que no iban a cenar, Escorpio apaga todas las hornallas.


  Camus se arrodillo frente al Cisne... Hyoga podía ver la entrega sumisa de su sensei, podía ver la obediencia en cada gesto: Lo que Milo decía, el lo hacia sin protestar y sin hablar mas de lo necesario. Eso excitaba al rubio... Acuario libero el miembro de su pupilo del encierro y se lo introdujo en la boca para saborearlo como si fuera la ultima vez... Por su lado Escorpio ya estaba completamente desnudo, y arrodillándose detrás de Camus, levanto las caderas de este para dejar su blanco trasero expuesto... Trato de ubicar la punta del miembro en el orificio, y una vez situado lo introdujo de golpe, causándole quejidos de dolor a Camus que eran sofocados por el enorme miembro del joven ruso. Milo visualizo la salsa que el Santo de Bronce momentos atrás estaba preparando y sin pensarlo dos veces ensucia el trasero de su koibito quien estaba acostumbrado a los gustos extraños de Escorpio, siempre salía con algo así. Al colocar nuevamente el miembro en el orificio siente lo frío que estaba la salsa, aun así la excitación era tal, que siguió con lo suyo: Introduciendo sin reparar en daños su miembro de una manera salvaje, al mismo tiempo que le indicaba a Camus:


--¡Eso es Camus!... Disfruta de ese miembro que tienes en la boca mientras yo te la ensarto...¿Te gusta? ¿He?¿Te gusta el niño? Es lindo el rubio... Si parece que si... ¿te gusta sentir dos pedazos al mismo tiempo?... Se siente lindo ¿verdad?—Las palabras de Milo eran morbosas, pero ciertas... Camus jamás había gozado tanto como aquella vez... Tenerlos a ellos dos era el paraíso... Fue el primero en descargarse sobre el piso de la cocina, Hyoga lo siguió derramándose en su boca e inundándolo al punto de ahogarlo... Escorpio se tomo su tiempo: Se movía libremente en su interior al mismo tiempo que le decía un sin fin de palabras que sonrojarían a cualquiera... Introducía y retiraba su miembro, aceleraba y frenaba las embestidas a gusto, hasta eyacular en el interior de Camus de una manera frenética... Los gemidos se hicieron escuchar en todo el Santuario.


  Esa noche no cenaron... siguieron con sus juegos en el cuarto de Camus, pues Milo no se iría sin “probar” al ruso, Acuario por momentos tenia que interceder entre los dos para apaciguar a su koibito y evitar que Hyoga saliera lastimado... en realidad Camus exageraba, pues Escorpio era un excelente amante y el Cisne lo estaba pasando de maravilla... A pesar de sus celos contenidos.


Milo era insaciable y Acuario no sabia decir “no”, eso motivaba al chico rubio, aun así se durmieron rendidos de cansancio a penas comenzaba a amanecer.


  Milo se había salido con la suya.


 


Los días en el Santuario transcurrieron, las semanas, los meses... Tan solo dos meses, tiempo suficiente para terminar de conocer a una persona y redescubrirla, Ba! Si se puede conocer del todo a una persona, ya que ni siquiera llegamos a conocernos a nosotros mismo... Como a Hyoga, quien no se reconocía tan posesivo... Estaba muy a gusto en la Casa de Acuario pero un sentimiento de celos le invadía cada vez con mayor fuerza. Camus notaba la presión de su muchacho y eso estaba comenzando a perturbarlo.


El Cisne aprendió a conocer a su Maestro de una forma que jamás imagino llegaría a ser, y eso lo volvía muy posesivo... había descubierto un tesoro y no estaba dispuesto a perderlo ni a dejarlo ir... 


  Pasión, amor... Sentimientos.


Acuario trataba de apaciguar esa ira, que le surgía a su pupilo con cada tema relacionado a Milo... Milo por su lado seguía disfrutando de la presencia del rubio, pero cada vez con mas escasez, es que el ruso tenia carácter cuando se enojaba.


  Camus consideraba que Hyoga era aun muy niño con esas actitudes tan infantiles... Es que en realidad no imaginaba el amor que en su muchacho crecía día a día por él. Fue por eso que un día le propuso.


 


--Creo... Hyoga...—Le costaba armar las palabras... No era fácil con todo lo que había ocurrido en ese tiempo—Creo Hyoga... seria mejor que vuelvas...


Hyoga dejo el libro que estaba leyendo sobre la mesa de luz y se incorporo en la cama, la cama de su sensei en donde había dormido este ultimo tiempo.


--¿Por qué me lo dices?—Nuevamente ese tono informal... Camus comprendía que su rubio se había enojado...-- ¿Qué?... No me digas...Ya te cansaste de mí.


--No es eso Hyoga...—El tono y el porte de Camus eran mas fríos de lo normal.


--¿Que?... ¿Ya consideras finalizado mi entrenamiento?—Dijo irónicamente.


Camus seguía parado en el marco de la puerta


--Digamos, que sí.


Hyoga podía ver lo endiabladamente bello y frío que podía ser a la vez su Maestro... de pie, ahí... junto a la puerta con su ropa de civil que tan bien le sentaba como su armadura.


--Jugaste, te divertiste y ahora te desechas de tu “juguete” por que te aburre—Dijo esto realmente dolido aunque no lo demostró, trato de que sus palabras dominaran las palabras de su amante, pero Acuario era un hombre experimentado, y al lado de Milo no había prueba ni juego ni treta que el no conociera, sin embargo consideraba justo explicarle al ruso los “por que”, pero prefería que el se vaya así, con eso. Pero el Cisne quería una explicación y no se iría de ahí hasta agotar todos los recursos para quedarse a su lado.


--Piensa lo que quieras... saldrás mañana.—Acuario trato de no ser muy duro, pero no lo consiguió. Hyoga frente a la desesperación de ver que su Maestro hablaba muy en serio exploto:


--¡Todo por ese idiota de Milo!... ¿Verdad?... ¡De seguro que te lleno la cabeza para que yo me vaya y así salirse con la suya!...¿Cómo siempre lo hace... por que siempre se sale con la suya!.


había algo de verdad en las ultimas palabras, pero no era del todo cierto lo que acababa de decir el ruso, y Camus no iba a dejar que traten así a su Milo, mas allá de tener razón o no, sin embargo también había comprendido que lo dicho por su discípulo no era mas que producto de la bronca, que lo decía sin pensar y sin fundamento, por eso mismo fue delicado al hablar, pero aun conservando su frialdad, aparentemente inquebrantable:


--Sabes que no es así Hyoga... No digas esas cosas...


--No te entiendo... sinceramente no entiendo, por que te empecinas en estar al lado de una persona así... No se como puedes preferirlo a...—Pero fue interrumpido.


--¡No Hyoga!... No te confundas muchacho... No me des a elegir... esto no se trata de eso.


--Ha! Y que fue... Solo un juego... entonces la culpa es mía por haber jugado.


--Nunca fue un juego, pero te comportas de una manera tan infantil que creo voy a terminar considerándolo un juego.


--¿¡Infantil!?... ¿La manera en que me comporto es infantil?... ¿entonces milo?... Se comporta de una manera tan adulta—Dijo sarcásticamente—¡De una manera tan madura!... Para que veas la diferencia, por lo menos yo te respeto.


Acuario se le quedo mirando sin decir nada por lo que el ruso continuo.


--No te trato despectivamente...


--Milo tampoco... no hables así.


--¿Milo no?... ¿Acaso no te humilla constantemente degradándote como persona, como ser humano, con palabras ofensivas?


--Eso no es cierto...—Camus comenzaba a incomodarse con la discusión.


--Cuantas veces lo escuche decir lo “puta” que eres de una manera incluso hiriente y despectiva... jamás le hablaría a un ser vivo de esa manera, menos a ti...


--¿Qué?... ¿Acaso tu nunca me llamaste de esa forma o alguna similar mientras nos revolcábamos?—Camus trató de defender a su amante.


--¡Pero es distinto!... Mi tono de voz es distinto, mi intención al decirlo es distinto, la situación es distinta... El lo dice como odiando eso, y en todo momento te lo recalca como para hacerte recordar.


Camus creía inútil la discusión ya que su pupilo todo lo decía por la impotencia que sentía.


--Basta Hyoga... No pienso hablar mas de eso contigo, mis asuntos personales no te incumben... Y no quiero volver a escucharte hablar así de Milo.


--¿ Que no me incumben?... Me hiciste una parte de tu vida y ahora me dices que tus cosas no me incumben...


--¿Una parte de mi vida?... ¡Fue solo sexo Hyoga!—Estaba realmente enojado, no quiso decir eso pero ya lo había dicho, Hyoga comenzó a llorar lentamente.—L-lo siento... No llores... Prometí no lastimarte y mira lo que he hecho...—Camus se acerco a su niño y se sentó a su lado para abrazarlo --Detente, no llores por favor... No quise decir eso...—Camus suspiro --Lo que sucede es que aun eres un crío... Te confundes fácilmente, confundes las cosas.


--¿Confundir?—Hyoga sollozaba -- ¿Qué sabes de mis sentimientos?... Yo, Camus yo te...—Pero fue silenciado.


--Shhh... No lo digas... No sabes lo que dices... Aun eres muy joven para comprender algunas cosas y...—Pero Hyoga enfureció. Se soltó de los brazos de su Maestro y se levanto de la cama.


--¡¡¡Y tu que sabes de mis sentimientos!!!... ¡¡Como puedes saber si es o no amor!!... ¡No me trates como a un pendejo!.


--Es un sentimiento fuerte, pero no es amor... es cariño, yo también lo siento, pero no es amor...


--Tu que sabes...


--Créeme, amo a Milo, por eso se lo que es amar... En cambio lo nuestro en un cariño muy fuerte. Nos queremos, eso es cierto, con devoción.


El Cisne se tranquilizo un poco.


--Que... acaso no puedo enamorarme... no puedo amar...—Pregunto temblando.


--No a mi...


Hyoga quedo mirando al bello ser que tenia enfrente, aun con los ojitos celestes húmedos y dijo con la voz queda:


--Mañana a la mañana me iré...


Y se fue, prácticamente corriendo.


Camus al ver esos ojos empañados, y luego ver como la figura de su muchacho se alejaba rápidamente, no puedo evitar la lagrima que comenzaba a recorrer su mejilla. Se sentía terriblemente mal, necesitaba refugiarse en los brazos de su Escorpio como tantas otras veces cuando se sentía morir de esa forma. Llorar... amarga y largamente en los brazos de el, con la única persona que no sentía vergüenza de hacerlo, con Milo si podía llorar sin sentirse apenado de hacerlo, era el único que conocía esa faceta tan frágil y vulnerable de el.


 


  Camino a Escorpio, Camus creía que las palabras de su discípulo no habían surtido efecto, ya que era producto de la bronca, pero no era así... En algo lo había afectado, pero no podía precisar en que... Tal vez en su interior sentía un poco de verdad en aquellas palabras, pero trato de ocultárselo y de negárselo... Ya estaba frente a la entrada de Escorpio.


  Milo enseguida comprendió que su koibito no se encontraba bien, y la causa de ello, como hacia tiempo, era Hyoga.


 


--Ahora que te hizo—Pregunto Milo suspirando.


--No hables así... Es que esta confundido por eso se comporta de esa manera, aun es un adolescente.


--Tal vez tengas razón, pero ya se esta pasando de la raya.


-Si lo se... Por eso, le pedí que se vaya.


Milo abrió los ojos como plato.


--Y que te dijo... seguro que exploto.


--Si. Me dijo muchas cosas, ahora no las recuerdo, igual ya no importa.


--Si que importa... Mira esa carita—Dijo Escorpio tomando entre sus manos el rostro de su amante para luego depositar un beso en sus labios.—A mi no puedes ocultarme nada, y lo sabes... Aunque digan lo contrario, se te notan los estados de animo... tus ojitos...—Dijo mirándolo fijamente --...En ellos puedo leer como estas, a pesar de que tu rostro siempre se muestre frío.


  Ambos se recostaron en el sillón para abrazarse mutuamente, la cabeza de Camus estaba apoyada en el pecho de Milo.


--Lo quiero con locura...—Susurro Acuario.


--Lo se... Se que es difícil...


--Sabes lo que es peor... Que todo fue mi culpa... y el saber eso me destruye.


 --No digas eso... Es que ese niño, es justamente eso... un crío.


--Por eso, por que se que aun es un niño no tuve que haberlo arrastrado a todo esto... Aunque pensándolo bien... Me asusta el hecho de que sus sentimientos sean realmente...


--¿Tu crees?—Interrumpió Milo sin dejar de acariciar los cabellos de su amado.—En ese caso me pondré celoso... por que tu eres solamente mío, tu corazón es mío.


--Me hablo de una manera, y su mirada... Creo que esto se complico demasiado, fue muy lejos toda esta situación...


--¿Tienes miedo?.—Pregunto Escorpio. Camus sabia la respuesta y como era Milo el que se la hacia, no le avergonzaba reconocerlo.


--Si... mucho... Temo perderlo.


Escorpio comprendía, sabia lo que significaba Hyoga en la vida de Camus, sabia el lugar que ocupaba en su corazón y creía imaginarse lo que sentía el en ese momento, pero aun así se quedaba corto.


--Hiciste lo correcto... Es mejor que se vaya antes de que todo sea peor... Ya se le pasara y volverá todo a ser como antes... Ya veras.


--Si—Suspiro Acuario—Eso espero...


 


Camus volvió a su Templo aun angustiado, al llegar noto que Hyoga no estaba, pero lo tranquilizo saber que si sus cosas... eso quería decir que estaba cerca. comenzó a preparar la cena, una cena especial: el plato favorito del Cisne... Era una forma de pedir perdón. Pero el ruso no llegó a cenar, ni después... Acuario comenzó a preocuparse, ya era tarde y ni noticias de su muchacho, cuando se disponía a salir a buscarlo aparece de improviso en la sala:


 


--¿Dónde estuviste?—Pregunto todavía preocupado.


--¿Qué?... Acaso ¿te importa?.


--Por favor Hyoga... Basta... no seas así...


--No te preocupes... Mañana me iré y te libraras de mi—A pesar de que las palabras eran duras, Hyoga pronuncia cada palabra con profundo pesar. No parecía enojado como antes, sino mas bien dolido... Camus, por supuesto, noto esto.


--Perdón...


El Cisne se le quedo mirando extrañado.


--Me pides perdón... después de todo lo que yo te dije...


--Tal vez me lo merecía... aun así, te pido perdón por lastimarte... todo esto es mi culpa, yo te arrastre...


--No Camus, te equivocas... Yo quise...—Fue interrumpido por su Maestro.


--Pero se me fue de las manos... No controle la situación...


--Los sentimientos no se pueden controlar.


   Cuanta verdad había en aquellas palabras. Aun así, Acuario quería seguir creyendo que eran deseos infantiles, un capricho, sin embargo... Comenzaba a dudar de ello, comenzaba a dudar de que si su muchacho era aun un niño o no.


--Perdón por molestarte con todo esto muchacho...


--No me pidas perdón por eso... ¿Sabes lo que me molesta?... ¿Sabes que es lo que realmente me enoja de todo esto?...


El Santo Dorado sabia que eso tenia que ver con Milo.


--Milo... Milo te molesta...—Le dijo, como afirmando lo que iba a decir.


--No. Milo no me molesta. Me molesta tu sometimiento... debería enojarme contigo en vez de con el...


--¿Con migo?


--Si. Por dejarte tratar de esa forma.


--Milo no me somete como tu dices—Trato de defender Camus a su amado.


--Te obliga... Yo recuerdo como comenzó todo esto, y si mal no recuerdo fue por que Milo te EXIGIO que lo hagas.


--Es parte del juego... no creo que tu lo entiendas—Había sido duro y frío en sus palabras, pero no le gustaba que hablaran así ni de Milo, ni de ellos... estaba harto de eso, en el Santuario no se cansaban de hablar de ellos dos y escucharlo ahora a Hyoga ya era mucho.


--Realmente, y se sincero Camus. Realmente ¿Siempre quieres hacer lo que el te pide?


--P-por... ¡Por supuesto!—Dijo Acuario dudando un poco.—Nadia me obliga a hacer algo que no quiero—Salvo Milo, pensaba para sus adentros.


--Entiéndeme... Me da mucha impotencia ver como te trata, no me gusta que te traten así...


--¿¡”así” como?!... Milo me ama y me respeta mas de lo que te imaginas muchacho, y no voy a permitir que hables así—Su tono y su postura eran rígidos e inquebrantables, hasta que recapacito y dijo susurrando-- ¿Por qué demonios estoy hablando de esto contigo?.


--Para ti, Camus ¿eso es amor?... Entonces lo mío ¿Cómo se llama?... No tiene nombre...


El Santo Dorado se quedo sin palabras, trataba de evitar que la duda se adueñara de su corazón por que... Milo lo amaba ¿No?... A su manera... pero lo amaba... ¿O tal vez?... No, no... Su Escorpio lo amaba sin duda...


Camus inevitablemente empezó a dudar.


--Además... si se ama a una persona se la quiere para si... Si tu... Si tu serias mío, yo... yo no dejaría que nadie te tomara, serias mío: tu cuerpo, tu ser, todo. No permitiría lo que Milo permite... Pero bueno, parece que de todos modo eso lo tiene sin cuidado... te anda ofreciendo por todo el Santuario y entregándote con cada ser que se le cruza.—Hyoga exageraba un poco...


 ...Aunque algo de verdad había en aquellas palabras, y debido a esa verdad Acuario no pudo enojarse... le hubiese dado una paliza por decir aquello, sin embargo, lo dejo solo en la sala y fue a su cuarto para quedarse a solas con sus dudas y temores... dudas que surgían a partir de la conversación, miedos ocultos que ya venia guardando, pero que luchaban por salir a flote, y de nuevo esa dichosa pregunta que se hacia antes, cuando las cosas con Milo no iban muy bien: ¿Me... Realmente me amara?... Se reprocho por pensar en aquello... ¿¡como el: el Santo Dorado de Acuario, experto en esas lides podía dudar de eso a causa de algo que le dijese un niño?!. Lo cierto es que todos nos hemos hecho esa pregunta alguna vez, y mas de una vez temimos descubrir la verdad... es horrible empezar a analizar cada hecho, cada palabra, cada situación para saber si es cierto el amor o no. Y si Camus comenzaba a analizar cada hecho ocurrido en su relación con Milo, cada palabra dicha por el, cada situación en la que Escorpio lo entregase y sometiese... Bueno pues, no quería pensar... Milo tenia una extraña forma de amar, pero sin duda lo amaba... Ese, a decir verdad no era su miedo, su peor temor era pensar que el amor del Cisne era aun mucho mas fuerte que el de su Milo, (si es que el amor se puede medir en intensidad... ¿Se ama mucho o poco, o no se ama nada?)... Y en tal caso de ser así... Hyoga se iría y el se perdería la oportunidad de vivir un amor intenso lleno de respeto mutuo... por que si, interiormente, como todos, Acuario quería respeto del ser que amaba... Un respeto que Milo le daba a medias pero que equilibraba con su infinita ternura, amor y dedicación.


El Santo Dorado se quedo dormido aun pensando en todo aquello, y la angustia de su corazón parecía no querer irse.


 


Al despertar, vio que aun era muy temprano para llamar a su discípulo, pero creyó que como mejor despedida, podía levantarse y prepararle un delicioso desayuno antes de acompañarlo a la entrada del Santuario. Todavía era de noche y no había podido dormir bien.


  Se incorporo en la cama y se cambio de ropa, ya que se había quedado dormido vestido. Bostezo largamente y se estiro para despabilarse del todo, al abrir la puerta de su cuarto lo primero que visualizo fue el sillón, y se sorprendió al ver que allí no había nadie: “Estará en el baño” pensó, aunque le parecía raro encontrar despierto a Hyoga tan temprano. Pero no, el baño estaba vacío, y un temor se apodero de el, un temor que pronto se convirtió en angustia al encontrar sobre la mesa de la cocina una nota de Hyoga.


 


“Maestro siento mucho tener que irme así de esta forma. Le agradezco su hospitalidad y su entrenamiento personal. Mas aun agradezco el hecho de que me permitiera conocerlo de otra forma. Tal vez mi actitud sea cobarde pero quiero decirle que mi huida será por corto tiempo. Necesito estar solo por el momento, pero volveré por que tengo pensado luchar por su amor... Si, creo que yo soy mejor que Milo... Y se lo demostrare, le demostrare eso y que ya no soy un niño.


 


                                Hyoga... Su discípulo.


 


P/D: Gracias por preparar mi plato favorito, y perdón por no haber estado ayer para probarlo. Cuando vuelva podrá cocinarme de nuevo.


 


Camus se sentó en la silla y suspiro... tenia tantas cosas por decirle a su muchacho, y tenia tantas cosas que aclararse a si mismo... Aun habría tiempo, ya sabría que hacer cuando su rubio volviese, recién ahí vería que haría, por el momento debía ocuparse de resolver sus cosas con Milo y de aclarar los sentimientos, la duda lo estaba matando... debía fortalecer la relación con su Escorpio, pues... ¿Que haría cuando Hyoga volviese?.


 


FIN!!!!!!!!!


 


Terminó un poco feo ¿No?. Últimamente mis finales son así... La historia empieza lenta, voy contando poco a poco y... ¡Zaz! Me apuro, resumo todo y ya esta, llego al final rapidísimo.


 


 Aclaraciones del fic:


 


Se preguntaran como hizo Hyoga para espiar a su Maestro a través de las Casas... Yo también me lo pregunto... Hagamos de cuenta que hay pasillos en cada Templo, por que imagínense: Aphrodite quiere bajar al pueblo (¡Mi gato se subió al teclado y quiere tepear ^_^! kiii... Eso lo escribió él) decía... Imagínense que Aphrodite necesita bajar por cualquier motivo a eso de las 5 de la mañana... ¡Muere antes de llegar a Aries!... ¿¡Se imaginan si tiene que pedir permiso a cada Guardián!? (¡Waow... Eso sonó como si fuera el final Fantasy VIII: G.F!).


Por otro lado: Aunque no lo parezca... Milo si ama a Camus... A su manera, pero lo ama mucho, espero que eso se haya notado.


 


Sigo con mas boludeces mias:


 


¿Saben? (No, no lo creo): Pero tengo “vicios”(Los vicios secretos de Aphrodita), por ejemplo: Cuándo escribo me gusta comer chocolate (¡Cuac!) No me pregunten por que, ni yo lo sé... Al igual que cuando leo... No puedo leer si no estoy fumando, siempre necesito un cigarrillo para leer... ¡Es la combinación perfecta! (Aunque en mi casa: mis viejos no saben que yo fumo).


 


Un poco de japones:


 


Es algo loco, pero descubrí (tal vez ya lo sepan) viendo la saga de Hades y prestando atención a lo aprendido en las clases de japonés que Milo no es Milo, sino Miro, Ya que la combinación “lo” no existe en el idioma, al igual que Aldebarán: se separaría: Al-de-ba-ra-n... En ese caso es: A-ru-de-ba-ra-n; y si prestan atención Mu le dice así. Lo que sucede es que la “u” puede no pronunciarse, en ese caso si, pero apenas. Con: “su-desu-masu” la “u” no suena. Pasa lo mismo con Ikki... La pronunciación seria: Ik-ki, ya que al juntar dos letras similares se debe hacer una pequeña pausa. Y a Camus le dicen Camil o Cami... Ya que si separamos (¡Qué nerd se volvió esto!) Camus seria: Ka-mu-s... Y eso es incorrecto por que la “S” no puede quedar suelta salvo que sea Kamusu y en ese caso la “u” final no sonaría... Pero igual, le dicen Camil o Cami... Cuando descubra él por que se los diré. Igual sucede con palabras de origen griego como Athena o Aphrodite... pero en ese caso quedan en su idioma original supongo. Y Doko o Douko (La “o” seguida de “u” alarga la vocal: Dooko) tendría que ser así y no Dohko como lo vi algunas veces... En fin, dejo de aburrirlos.


¡Vieron que gracioso suena el ingles en la boca de los japoneses!: Sainto Seiya- Estarlin ectintion- Galasian eseploushion- Estardus revolution... Ellos si que tienen su propio ingles.


 


Y sigo boludeando (No me canso!!):


 


Dejen sus comentarios y sus amenazas de muerte... Ha! Tal vez este dato no les importe... pero mi nick se debe al hecho de que Aphrodite, al igual que Seiya es uno de los personajes mas repudiados y bué... Además de que soy pisciana (5/3)... ¡¡Eso me hizo acordar!!: El 30 de abril cumple el Santo argentino Alviore...¡A festejar toda la Argentina! Yo ya compre las cervezas ^_^.


 


Otanjoobi Omedetoo Alviore!!!!!!!!!!!!!! (¿O seria Arubiore?... Igual creo, no es el nombre original.). El Santo de Plata mas fuerte, eso tal vez sea por que su estrella guardiana es Ofiuco o serpentario: La 13º constelación zodiacal... “Casi tan fuerte como uno de Oro” ¿Se acuerdan que decían eso en la serie?... Argentino, rubio y moreno... ¡Cuac!... Yo me lo imagino diciendo: ¡Che vos... Shun alcanzame la cadena chabón!.


 


Uff!!! Se hizo largo... Creo haber contado todo sobre mi (Que podria llegar a contarles a ustedes por lo menos)... Me imagino los abre conmovido hasta las lagrimas, les debe interesar tanto mi vida (Leer con ironía)... Ahora podrán dormir en paz. n_n.


 


Exclamaciondeathena@hotmail.com


 


Ha!!! Y con respecto a la P.web... Se nos complico un poco al Sr. Garrison y a mi... Por un lado el empezo a trabajar 10hs al dia, ademas de estudiar en el profesorado de historia y yo... estoy peleada con mi niisan por lo terco que es... y como era él, el que se encargaba de hacernos la pagina (ademas de permitirnos utilizar su PC)... Vere si terminamos de hacerla en la mia... Lo veo difícil, espero que mi “Totuga Ninja Michelangelo” (O sea mi PC) se banque el laburo, si no se me tilda, ni cuelga, ni se caga nada, podra ser posible... es una pena por que ya casi la teniamos, pero bué... sin el Sr Garrison no lo voy a hacer, Por que sin el no “funciono”. Solamente adelantamos un poco los sabados después de venir de japones, pero tenemos unas horitas nomas, por que después viene la noche del Otaku (Nunca mejor dicho “Otaku”) ya que en Toonami dan... ¡¡¡CUATRO CAPITULOS DE YU YU SEGUIDO POR  CUATRO DE SAINT SEIYA!!!... ¡el sueño del pibe!... y después a hacer noni (Si es que no salimos por la calle gritando ¡Saori-san!... ¡Reigan! O golpeando gente... Cri-Cri-Cri...¡No se lo vayan a creer!... No estamos tan enfermos como aparentamos... solo en apariencia, pero no lo somos ^_^.)... asi que va lento el tema...


  Eso es todo por hoy... ¡Volvere y tendre millones!... Ha no, no era asi...¡Volvere y hare millones!...Mmmhmm, tampoco... Bué, eso es todo!!!!!


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