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Simplemente Perfecto por SHINee Doll

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Notas del capitulo:

Ehr… Pues faltaba un JongKey para completar la colección de cinco one-shots que comencé en septiembre. He de hacer notar que está basado en Mystique, el MinKey que estoy trabajando, por lo que muchos reconocerán la historia y captaran los detalles que omití. Espero que igual disfruten de ella.

Simplemente Perfecto

El auto se detuvo ante la luz roja de aquel semáforo nuevo. Los ojos castaños miraron más allá del chofer, del tráfico, cruzándose con una imagen que logró descolocarlo por completo, que disparó su pulso y cortó de golpe su respiración. No era más que un anuncio publicitario, uno de tantos que se distribuían por la ciudad, pero algo era distinto. Especial. El hombre tras el volante hablaba sin parar, pero él era incapaz de comprender alguna de esas palabras, de escucharlo realmente. No podía, no quería; no mientras aquella mirada felina y seductora lo contemplase de esa manera. Es un anuncio, una imagen, se recordó, pero nada cambió. A partir de ese momento, Kim Jonghyun se encontró a sí mismo encantado por aquel muchacho de labios delgados y ojos pequeños, uno al que esperaba conocer alguna vez.

Divisó la mansión de sus padres veinte minutos después, mirando asombrado el hermoso jardín de frente, uno que ahora lucía un color verde brillante y cientos de rosales. Sonrió al imaginar el recibimiento que le esperaba. Entró con la frente en alto, mirando a los sirvientes de reojo, regalando sonrisas coquetas a las nuevas empleadas, robándose más de un murmullo.

-¡Jonghyun!- exclamó su madre al final de la escalera, ampliando la sonrisa que antes adornaba sus labios. Bajó torpemente, emocionada, y lo envolvió en uno de esos abrazos que echó de menos en todo el tiempo que estuvo fuera. -No sabes cuánta alegría es tenerte de vuelta.

-Creo que puedo saberlo.- respondió sonriente. -¿Dónde está papá?- escuchó atento la respuesta, sintiéndose decepcionado por la ausencia del hombre, aunque no dejó que su progenitora lo notase. No estaba ahí para eso.

Una vez entró a su habitación, Jonghyun se dejó caer en la cama, cerrando los ojos para traer a su mente el recuerdo de aquella mirada felina. Era la primera vez en su vida que sentía esa atracción inconsciente hacia alguien más y se trataba de una persona desconocida, una que quizá no existiese realmente. Sonrió bobamente, recordándose que sólo era un chiquillo tonto de dieciséis años.

Encendió el televisor de plasma y su mirada se encontró nuevamente con esa que tanto ansiaba. Kim Kibum. Key. Almighty Key. Abrió los ojos incrédulo y se mordió un labio, ansioso. ¿Tan buena era su suerte? ¿Tan sencillo era encontrar al muchacho de los ojos de gato, de los labios delgados, la sonrisa sarcástica? Su corazón dio un vuelco cuando el niño, apenas un año menor que él mismo, respondió la pregunta que se le hacía, dejándolo escuchar esa voz musical, traviesa, coqueta.

Le tomaría una noche conocer al chiquillo ese, uno por el que muchas chicas estaban muriendo ya. Kim Kibum, quince años, originario de Daegu, modelo y bailarín, novato. Mientras veía a Key pasar una mano por sus cabellos dorados y sonreír a la cámara, el único hijo de los Kim se prometió a sí mismo conocerlo. No, con eso no bastaba. Lo quería para él. Su primer capricho.

~ ~ ~

-¿Debo qué?- preguntó el muchacho, deslizando una mano por sus cabellos ahora negros. -¿Cuándo? ¿Dónde?- suspiró, rodando los ojos. Escuchaba la voz de su madre al otro lado de la línea, diciendo lo maravillosos que sería para ellos el que su hijo favorito (por no decir el único) les acompañase a ese dichoso evento de caridad. -Esta bien.-

Kim Kibum sabía que la intensión de su madre no era realmente el verlo, el tenerlo a su lado. No. Eso a la Sra. Kim poco le importaba. Lo único que deseaba era entrar al gran salón de eventos del brazo de su hijo, quien a sus casi diecisiete años era reconocido mundialmente como un chico extremadamente bello y con un talento para el baile sin igual. Porque Almighty Key era la sensación del momento.

Sentado frente al espejo, contemplando su rostro, Key se permitió preguntarse una última vez por qué hacía eso, por qué asistiría a un lugar como ese sólo para complacer a una mujer empeñada en verlo como un objeto, en exhibirlo ante la sociedad como su más grande y costoso tesoro. Sonrió sarcásticamente, delineándose los ojos felinos, aplicando el brillo transparente en sus labios, revisando el maquillaje y la ropa. Perfecto.

Tan pronto entró al enorme salón, sus padres desaparecieron, justo como pensaba. Claro que, hallaron la manera de encontrarlo cuando alguno de los socios de su padre deseaba conocerlo. Una hora más tarde, se encontraba de pie junto a una columna, bebiendo tranquilamente de su vaso de refresco.

-¡Key!- el de cabellos negros pegó un salto, provocando la risa del muchacho que le había llamado. -No esperaba encontrarte aquí.-

-Ryeowook, me has asustado.- Kibum sonrió, avergonzado. -De hecho, yo tampoco esperaba encontrarme aquí. Aún no logro entender cómo me dejé arrastrar por mi madre a este evento. Sabes mejor que nadie que odio este tipo de cosas.-

-Eventos de caridad.- bufó el chico bajito, revolviendo sus cabellos castaños y pestañeando exageradamente. -Sólo sirven para que presuman unos frente a otros y nos exhiban como trofeos. Mis padres están con los tuyos en este momento, discutiendo nuestro futuro en el medio, ¿puedes creerlo?-

-Sí, lo imagino.- rodó los ojos, dando un último trago a su bebida. -Me pregunto qué pasaría si supieran la verdad.- sus dedos se deslizaron por la mejilla de Ryeowook, hasta llegar a su mentón. -Si ellos…-

Ryeowook sabía que en el lugar donde se encontraban nadie los vería, pero aún así prefirió mirar en ambas direcciones antes de deslizar sus manos por el pecho del único hijo de los Kim y dejar que éste lo besase con desespero. Llevaban más de un año así, inmersos en una relación sin ataduras, sin títulos. Sin embargo, ninguno fue consciente del espectador curioso cerca de ellos, de sus ojos tristes y su sonrisa rota.

~ ~ ~

Jonghyun había presenciado aquella escena con una extraño nudo en la garganta, uno que nunca antes había sentido. Sabía por varias fuentes que ese muchacho, Ryeowook, era modelo en la agencia para la cual trabajaba Key, que ambos eran amigos cercanos y muchas chicas en blogs creían que pasaba algo más entre ellos. Son ideas tontas, había pensando una tarde al leer los comentarios de las chicas de una página en línea, pero ahora entendía que aquello era más cierto de lo que deseaba.

Cuando ambos modelos se separaron, vio la oportunidad de acercarse al de ojos felinos. Y así lo hizo. -¿Puedes decirme tu nombre?- cuestionó, observando como el chico se giraba y sus miradas se cruzaban por vez primera. No había duda, se encontraba ante el Todopoderoso Key, y sabía que en sus ojos eras visible.

-Kim Kibum.- respondió quedamente el otro, mientras el de cabellos castaños sonreía.

-Soy Kim Jonghyun.- murmuró, extendiendo su mano. -Y estoy enamorado de ti.-

Directo, sincero. Como siempre. Jonghyun soltó una risita nerviosa después de aquella confesión, sintiéndose como un tonto ante la expresión atónita del modelo.

-¿Qué?- inquirió el alto, extrañado. Lo estaba estudiando, Jonghyun lo sabía, trataba de relacionarlo, de recordarlo, más no podía. Porque esa era la primera vez que se veían, que hablaban, que conocían la existencia del otro en realidad.

-Sabía que eras tú.- respondió con simpleza, sonriendo una vez más. -Sólo quería confirmarlo.- y el de mirada felina seguía igual de perdido que antes. -Te ves diferente, aunque el cabello negro te sienta bien.- no pudo evitar pensar en los rizos dorados, aquellos que hacían ver al modelo inocente y dulce, como un niño.

-¿Nos conocemos?- trató Kibum de nuevo, con los pómulos levemente enrojecidos.

-No, pero me encantaría que así fuera.- y tras aquella respuesta, Key no pudo menos que sonreír avergonzado, deseando que esa situación jamás se hubiese dado.

-Yo…- revolvió sus cabellos oscuros, clavando sus ojos en los orbes cafés que le miraban con una extraña mezcla de sentimientos. -Realmente no sé qué decir, Jonghyun.- se mordió el labio. -No sé quién eres, no sé nada de ti. Estoy seguro que no me conoces… ¿Cómo puedes decir que me amas?-

-Cuando llegué a la ciudad, hace un año, la primera imagen que atrajo mi atención fue un anuncio en el que aparecías. En aquellos tiempos tenías el cabello de un color dorado y tus ojos no lucían tan tristes como esta noche.- el menor le miró boquiabierto, tratando de guardar la compostura. -Deseaba saber quién eras, qué tenías de fascinante… Cuando encendí el televisor, estabas dando una entrevista en un programa de entretenimiento. Y así conocí tu nombre, tu trabajo, a ti…-

Deseó seguir hablando, pero el chico de momentos antes estaba de vuelta, llamando alegremente a su compañero, quien se disculpó y se perdió entre los asistentes. Jonghyun maldijo su suerte y a aquel chico, que aunque le superaba en edad, no era más que un niñito malcriado. Ryeowook sería un gran problema para él, estaba seguro.

~ ~ ~

-¡Kibum!- el de ojos felinos detuvo sus pasos y se giró lentamente, encontrándose con la mirada de Jonghyun, el muchacho al que había conocido hacía dos días y al que no pensó ver nunca más. Sonrió con torpeza, con las mejillas rojizas, preguntándose internamente por qué su cuerpo reaccionaba de esa manera ante la presencia del mayor. -Acabo de transferirme a este colegio, no sabía que estudiabas aquí.-

-Pensé que lo sabías todo de mí.- respondió burlonamente, apoyándose contra uno de los casilleros a su lado. -¿No eras tú el que se sabía mi vida al derecho y al revés, Sr. Obsesionado?- lejos de molestarse, Jonghyun se rió. Kibum le miró sorprendido, viendo sus intentos por alejarlo fallar.

Key estaba asustado, principalmente de los sentimientos que se apoderaban de él al estar tan cerca del moreno. Sabía que era su “amor platónico”, su “sueño echo realidad”, su “ideal de perfección”. El mismo Kim Jonghyun se lo había dejado claro antes de que partiera el sábado por la noche. Y él temía decepcionarlo.

-Kibum, ¿aceptarías salir conmigo?- directo, profundo, inquietante. Otra vez.

-Sí.- respondió y se arrepintió inmediatamente, pero no era capaz de negarle nada; lo sentía así. Y, ¿a quién trataba de engañar? Deseaba salir con Jonghyun, conocerlo, saber qué tenía de especial para haberse adueñado de sus pensamientos de esa forma y en tan poco tiempo. No era curiosidad, no era un capricho. Esto era distinto. Y necesitaba saberlo.

~ ~ ~

Finalmente el día de la cita llegó. Y aunque no deseaba admitirlo, Kibum se encontraba realmente nervioso. Se miró al espejo por millonésima vez en los últimos diez minutos, comprobando una y mil veces el delineador negro alrededor de sus ojos. Se reprendió mentalmente por aceptar esa cita, por decidirse a salir con alguien que podía ser considerado un acosador, pero el deseo de conocer a Kim Jonghyun superaba el sentido común y cualquier pensamiento racional.

Salió finalmente de la habitación, divertido, nervioso, preocupado. Su madre le miraba con una sonrisa brillante en los labios, y le deseó suerte en su cita, robándole una sonora carcajada. ¿Cómo podía ella aceptar tan fácilmente que su único hijo saliera con otro hombre? ¿Por qué su padre tampoco había mostrado desagrado por la idea? Le restó importancia de momento, deteniéndose antes de bajar la escalera para observar al castaño caminar nerviosamente de un lado a otro por la sala.

-Si sigues así, dejarás una fea marca.- regañó juguetonamente, notando la brillante sonrisa del castaño y apartó su mirada avergonzado. -¿Luzco mal?- se aventuró a preguntar, pensando que sus jeans rojos podían ser considerados en extremo llamativos.

-Te ves hermoso.- los ojos felinos le miraron con incredulidad. ¿Realmente había dicho eso?

-Mientes.- le cortó Key, completamente avergonzado. -Estoy seguro de que luzco mejor en las revistas.- parecía un chiquillo malcriado, terco, pero así debía ser. Era una Diva después de todo. Kibum sabía que Jonghyun se había enamorado de una imagen en una hoja de papel, que lo conocía por revistas, por anuncios y programas de televisión.

-Eso no es cierto.- sus ojos se encontraron. -Posees una belleza natural, Kibum.- y el muchacho sonrió, recordando la primera vez que escuchó eso. -Eres mucho más atractivo en persona.- los dedos de Jonghyun apartaron un mechón oscuro de aquel rostro, permitiéndose contemplar los ojos felinos en todo su esplendor, para luego deleitarse con el tacto de la suave piel de su mejilla. -Eres perfecto.-

El corazón de Kibum no volvió a latir con normalidad el resto de la tarde, pues con cada palabra, cada roce accidental, cada caricia intencionada, Jonghyun se adueñaba un poquito más de su autocontrol, reduciéndolo a nada. Y la atracción crecía, mientras ambos sostenían la mirada del otro, se sonreían, reían. Porque Kim Jonghyun era más de lo que alguna vez había deseado encontrar en otra persona. Y ese último pensamiento logró asustarlo por completo.

~ ~ ~

Key suspiró, dejando de caminar un momento. Ryeowook se encontraba fuera de la ciudad por asuntos familiares, o al menos eso le habían dicho en la agencia, aunque algo le hacía pensar que era mentira. Pero, ¿qué motivo habría para ello? Ya llevaban más de dos años inmersos en esa relación sin sentido, donde ambos estaban creciendo como personas, protegiéndose el uno al otro. Ryeowook tenía novio, un chico que antes había salido en un par de citas con Heechul, el amigo de infancia de Kibum, y que no era de su total agrado; él estaba saliendo con Jonghyun, como amigos, sin darle esperanza alguna.

Una mano sujetó su brazo, sobresaltándolo. Se giró velozmente, sorprendido. Los ojos castaños de Jonghyun se encontraron con los suyos y su postura se relajó de inmediato. -Me has asustado, Jjong.- susurró, llevándose una mano a la altura del corazón. -Pensé que se trataba de algún loco obsesionado. Aunque no estaba del todo equivocado.- lejos de reír, como siempre lo hacía, el mayor mantuvo su expresión seria. -¿Ocurre algo?- cuestionó Key, borrando su sonrisa.

-¿Cuándo aceptarás que me quieres?- soltó de repente. -Dime, Kibum, ¿cuándo será?- el alto negó repetidas veces, confundido. -¿No eres tú el que busca mis abrazos, mis caricias? ¿No eres tú quien me roba besos cuando nadie se da cuenta?-

-Es una locura, Jonghyun.- se soltó del agarre y comenzó a caminar, alejándose del castaño.

-Entonces los rumores son ciertos.- el modelo se detuvo, dispuesto a hacerle frente. -Estás saliendo con Kim Ryeowook.- Key chasqueó la lengua, fastidiado. Estaba cansado ya de responderle esa pregunta a cientos de reporteros, a compañeros, familiares…

-Es mi mejor amigo.- suspiró, sabiendo que no era respuesta suficiente para el mayor. -Lo admito, salgo con él.- resignado, cabizbajo, cansado. -No es algo formal, ¿está bien? Además, se ha ido por problemas familiares. Lo nuestro es un juego de niños.- rodó los ojos, restándole importancia.

-¿Estás enamorado de él?- Key abrió los ojos, sorprendido. Aquella pregunta era por demás estúpida, se dijo, pero Jjong esperaba respuesta.

-No lo estoy.- contestó cortante. -No lo amo, y él no me ama.- aclaró rápidamente. -Es sólo un juego, Jonghyun.- lo vio sonreír, pero Kibum entendió que jamás lograría convencerlo del todo, a pesar de no entender la razón. -¿Qué diablos quieres de mí?-

-Una oportunidad, Kibum.- susurró, acariciándole la mejilla. -Sólo una.-

~ ~ ~

-¡Basta ya!- gritó su madre, mirándolo con enfado. -Creí que todo se trataba de un juego de niños, como ese con el otro modelo.- Kibum frunció el ceño, molesto. -Dime, ¿de quién se trata esta vez?-

-¿Esta vez?- cuestionó el de ojos felinos, chasqueando la lengua. -¿Qué quieres decir con “esta vez”?- se cruzó de brazos, manteniendo su rostro inexpresivo.

-Siempre estás haciendo lo que quieres, viviendo a base de caprichos.- su padre se mantenía en silencio, dejándolos hablar. -Primero está Heechul, luego este tal Ryeowook y el chico ese, Yesung.-

-¿Qué tienen que ver mis amigos en esto?- inquirió, lanzando con violencia la servilleta sobre su desayuno intacto.

-¿Amigos?- repuso incrédula la mujer, enarcando una perfecta ceja delineada. -¿Desde cuándo los amigos hacen ese tipo de cosas? ¿Desde cuándo es normal entre los chicos besarse cuando no tienen una relación sentimental?-

-¿Desde cuándo las madres exhiben a sus hijos como trofeos? ¿Desde cuándo no soy para ti más que un simple objeto, algo que puedes presumir ante tus estúpidas amigas?-

-Cuida tu tono, Kibum.- regañó la mujer.

-Debes admitir, querida.- interrumpió el hombre por vez primera. -Que el muchacho tiene un buen argumento. Además, ¿cuántos amigos tuviste aún comprometida conmigo?-

La mujer abrió la boca, pero ninguna palabra salió de sus labios rojos. Key trató de no reírse, pero le resultó imposible. Su padre le guiñó un ojo y apartó el periódico, mirándolo detenidamente por vez primera en el desayuno.

-Y dime, Kibum.- habló de nuevo. -¿Quién es el muchacho?-

-Kim Jonghyun.- su padre rió, divertido.

-Era de esperarse.- dijo entre risas. -Han pasado mucho tiempo juntos. Es un buen chico, un alumno excelente y sus padres son personas maravillosas.- Key sonrió, contento por las palabras del hombre. -Sólo sé cuidadoso, Kibum. No dejes que la sociedad te destruya.-

-¿Kim Jonghyun?- intervino la mujer tan pronto encontró su voz de nuevo. -¿Por qué no empezaste por ahí?- cuestionó indignada. -De haberlo sabido, nos hubiésemos ahorrado esta estúpida discusión. Es el único chico que aceptaría en tu vida, Kibum.-

El modelo rodó los ojos, mordiéndose el labio. Definitivamente, su madre era una de esas personas que lograban sacarlo de quicio. Agradeció que su padre fuese tan parecido a él y tan distinto de ella, sino realmente su vida sería una completa basura.

~ ~ ~

-J-Jong.- sus labios se encontraban una y otra vez, robándoles el aliento, haciéndolos perder la poca cordura que conservaban para ese momentos. Los dedos del mayor comenzaron a soltar los botones de la camisa de Kibum, deslizándose por su pecho desnudo. El modelo gimió. -Ah~-.

-Key…- Dios. Cuando Jonghyun le llamaba de aquella manera, con aquel tono. Él…

Kibum sabía que haber aceptado salir con Jonghyun, el darle una oportunidad, había sido su mejor error, uno del que no podía arrepentirse. El muchacho de los cabellos castaños representaba un misterio, uno que lo emocionaba en demasía. Quizá porque se encontraba en esa edad peligrosa donde trataba de comerse el mundo a mordidas, de tapar el sol con un dedo. Había cumplido diecisiete apenas unos meses atrás, Jjong iba por los dieciocho. Era marzo ya, cuatro meses después de que empezaran a verse, hablar por teléfono, salir. Y finalmente había caído en la trampa: se había enamorado de él. O quizá siempre lo estuvo, desde que lo conoció.

-T-Te amo.- susurró contra sus labios, aferrándose con desesperación a su cuerpo.

-P-Para siempre.- respondió Jjong, volviendo a besarlo de aquella manera.

~ ~ ~

Jonghyun se dejó caer en la cama del departamento que ahora compartí con Kibum. Se permitió recordar su primer pensamiento acerca de él, aquel pequeño capricho por tenerlo, uno que se convirtió en necesidad. Key no era un objeto que desease presumir, un premio ganado, era más que eso. Lo había entendido cuando aceptó darle una oportunidad, cuando finalmente le dijo que le quería, cuando le permitió hacerlo completamente suyo. Jonghyun le amaba con locura, de una manera que jamás se creyó capaz, y el miedo a perderle era mucho.

-¿Te encuentras bien?- la pregunta lo sobresaltó, pues no había escuchado a su novio entrar al cuarto. -Estás muy pensativo hoy, Jjong. Eso no es propio de ti.- se burló el pelinegro, acomodando sus mechones rojos frente al espejo.

-¿Alguna vez pensaste que estaríamos así?- sus brazos lo envolvieron, y se apoyó en su hombro. El modelo sonrió, mirándolo a través del espejo.

-Creo que siempre lo supe.- murmuró. -Soy bueno para atraer idiotas, ¿sabes?- se rió, pero aquel chistecito no le agradó completamente al mayor. -Aún así… Creo que lo mejor que me ha pasado es conocerte.-

-Te amo, Kibum.- el de ojos felinos se giró aún entre sus brazos y sonrió hermosamente, para luego besarlo con suavidad. Y Jonghyun se prometió a sí mismo protegerlo de todo, porque lo quería demasiado y no soportaría que alguien lo lastimase.

Porque cuando estaban juntos, todo era simplemente perfecto.

 

Notas finales:

¡Bienvenido 2012! ¡Feliz Año Nuevo a todos! =)


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