Así debe ser!.-
- Porque rayos siempre tengo que hacer yo de coqueta damisela…-
Hiroki estaba que se comía las uñas de molestia mirando a su pequeño hermano que en ese momento preparaba una de sus muchas trampas, Misaki le sonrió con fingida inocencia respondiéndole con una suave sonrisa:
– Ay! Hiroki-ni* … deja de quejarte, tu siempre haces bien ese papel… no me quites tiempo y termina de arreglarte… los tarados esos están por llegar y aun me falta por hacer…-
Hiroki suspiro con resignación, se volteo al espejo para terminar de peinarse, se coloco el velo que se supone debían llevar por ser vírgenes y que solo cubría parte de su rostro dejando sus ojos descubiertos, cuando ya casi estaba listo le pregunto a Misaki:
- que tienes preparado esta vez Misaki… no me has dicho que voy a hacer…-
Misaki sonrió malicioso, camino hacia su hermano con una lata de aceite en sus manos, sentándose a su lado comenzó arreglarse mientras le contaba sus planes:
- Los invitaremos a la terraza… tu te sentaras en la fuente … debes tener cuidado porque es el único lugar que no esta lleno de aceite… mientras tu les coqueteas yo encenderé las regaderas que ya están dispuestas para mojar a esos tontos y al suelo… luego soltare a Simba y a Luna y cuando los idiotas quieran huir resbalaran directo al foso del palacio que en esta época esta lleno de barro, son solo dos pisos no creo que les pase mucho…-
Hiroki tapo su rostro riendo disimuladamente, con una expresión pensativa le dijo a su hermano:
- cada día estas mas loco Misaki… pobre de mis perros son tus mas fieles cómplices… va a ser divertido quitarnos a ese par de presuntuosos príncipes de encima… no se cuando papa va a entender que haremos las cosas a nuestra manera y no cuando y con quien el quiera…-
Misaki tomo la mano de su hermano, mirándolo con cariño le dijo:
- No te preocupes Hiroki-ni esta vez tampoco lograra nada y esos tipos se iran como todos los demás… además solo falta un año para que yo tenga dieciocho… entonces nos podremos escapar como hemos soñado… conoceremos el mundo tu y yo… sin obligaciones de príncipes… sin falsos pretendientes que solo nos quieran usar para tener poder… solo Hiroki y Misaki conociendo la vida fuera de estos muros… y en su momento encontraremos el amor…-
Hiroki sonrió dulcemente abrazando a su hermano con amor, con un suave susurro le dijo al oído:
- Lo buscaras?…-
Misaki se abrazo a el con tristeza respondiéndole:
- No Hiroki-ni… el no supo luchar por mi amor… cuando descubrió que yo era un príncipe se asusto… no olvidare su rostro cuando mi padre lo interrogo… el se fue y no lucho por mi… yo no siento nada ya por el…-
Hiroki suspiro sabiendo que su hermano no decía la verdad, que mucho de el ensañamiento con el que el pequeño príncipe corría a sus pretendientes era en cierta forma una venganza contra aquel joven que había roto su corazón, pero no quiso contrariarlo, lo beso en la mejilla con cariño acomodando su cabello y colocando el velo en su rostro para que comenzara el espectáculo.
-Amos los príncipes de Homada han llegado-
Hiroki le hizo un gesto con la mano al sirviente que aviso la llegada de los pretendientes, diciéndole con desden:
- Diles que estaremos en la terraza y dile a Chisato que nos espere en mi habitación…-
el sirviente se retiro con una reverencia, la orden de su joven amo le había dicho que nada bueno pasaría ese día pues el joven amo había pedido a Chisato en su habitación, Chisato era como el niñero de los príncipes, los cuido desde que nacieron y era el que siempre mediaba entre el Rey y los jóvenes cuando estos cometían sus travesuras.
El escenario fue puesto y dos jóvenes y arrogantes príncipes entraron a la terraza, mientras Hiroki sentado en la fuente abría y cerraba sus ojos de forma coqueta y seductora, Misaki escondido entre los arbustos encendió las regaderas, todo el lugar se inundo mojando a los príncipes y sin darles tiempo de reaccionar, dos enormes pastores alemanes corrieron hacia ellos gruñendo y ladrando de forma amenazante, los pobres jóvenes solo atinaron a correr pero el piso resbaloso los hizo caer y patinar en sus traseros por una pequeña pendiente que los llevo justo a donde Misaki los quería , un pequeño lago que bordeaba el palacio y que en verano se convertía en un lodoso lugar, solo se escucharon los gritos al caer de los pobres jóvenes y el golpe seco de sus cuerpos chocando contra el lodo.
Misaki se reía frenéticamente recordando las caras de terror de los príncipes cuando los perros los perseguían, Hiroki aguantando la risa lo tomo por un brazo tratando de no caer en el resbaloso suelo y lo llevo a su habitación donde Chisato los esperaba con una solemne expresión de reproche en el rostro, el hombre al verlos entrar les dijo :
- Que hicieron esta vez?... –
cuando Misaki iba a responder el grito del Rey resonó con fuerza por todo el palacio:
- Chisatooooooo!!!!!....-
El sirviente se puso de pie besando la frente de sus traviesos y salio de la habitación dirigiéndose al despacho del Rey donde sabia le esperaba una gran pelea.
- Pobre Chisato!...-
Dijo Hiroki compadeciéndose de el hombre que era un padre para ellos, Misaki se sentó en la cama, quitándose la ropa de gala que llevaba puesta, con rabia le dijo a su hermano:
- Ojala esta vez logre convencer a mi padre… eso seria lo mejor para los dos que mi padre deje de buscarnos pretendientes y nos deje vivir de una vez por todas… nos deje tomar nuestras propias decisiones…-
Hiroki se sentó al lado de su hermano, mirándolo con ternura le dijo:
- Sabes que te amo?... eres mi hermanito pequeño y te seguiré en todas las locas aventuras que emprendas… quita esa cara de rabia y ve a darte un baño… aquí te espero para que me termines de leer el libro ese que nos gusta tanto…-
Hiroki beso los castaño cabellos de su hermano y este le sonrió con ternura, Misaki también lo amaba, Hiroki había sacrificado su felicidad muchas veces por no dejarlo solo y aunque su carácter también era muy fuerte , Misaki sabia que por dentro era alguien muy dulce y que si no fuera porque el se había impuesto seguir a Misaki en sus locos planes , ya hubiera encontrado en todos aquellos pretendientes alguien a quien amar , con quien casarse y tener hijos , Misaki sabia que muy en lo profundo eso era lo que el soñaba, y le dolía en el corazón que el fuera el impedimento para que su hermano lograra sus sueños.
- Los príncipes de Homada! …Chisato sabes que significa eso?.... esos jóvenes se fueron de aquí llenos de lodo y adoloridos… una de nuestras naciones hermanas… ese par de inconcientes van a ocasionar una guerra… si siguen con esa actitud…cuando piensan sentar cabeza?...-
El Rey caminaba de un lado a otro gritando su indignación mientras el noble sirviente solo lo miraba en silencio, cuando sintió que podía hablar dijo:
- Señor… no cree que es hora de dejarlos… ellos solo quieren hacer las cosas a su manera y esta es su manera de protestar…-
El Rey se sentó en el trono con cansancio, con una de sus manos tapo sus ojos y suspirando le respondió:
- Si fuera tan fácil Chisato… no crees que ya lo hubiese hecho?... nuestra nación es una de las mas grandes y poderosa… pero mis hijos al ser donceles no tienen derecho al trono… necesito que se casen con un príncipe de alguna nación hermana… para que podamos crear una alianza y yo pueda cederle el trono al esposo de alguno de mis hijos… se me termina el tiempo Chisato… ya no soy joven y mientras mas avanza el tiempo… mas corremos peligro… hay muchos enemigos Chisato… muchas personas que quieren mi trono y el poder que el lleva… como consigo que mis hijos entiendan eso… que estamos en constante riesgo… con sus rechazos solo han logrado mas enemigos y los pocos aliados que tenemos … ya no quieren enviarnos a sus hijos… Chisato habla con ellos… haz que entiendan por favor… antes de que sea tarde…-
El sirviente se retiro con una intranquilidad en su corazón entendiendo por primera vez las razones de su rey para emparejar a sus hijos, cuando entro a la habitación, Hiroki lo miro haciéndole una seña para que guardara silencio, pues Misaki dormía tranquilamente recostado de su pecho, Chisato le dijo en un murmullo:
- tenemos que hablar!...-
Hiroki asintió y se movió con cuidado recostando a su hermano de una almohada, se levanto suavemente de la cama dirigiéndose con Chisato al balcón que había en su habitación, Chisato le dijo mientras cerraba la puerta para no despertar a Misaki:
- tu padre esta muy molesto Hiroki… esta vez se les fue la mano… tienes que hacer algo para que Misaki pare con esta locura…-
Hiroki se sentó en un mueble que le servia para sentarse a mirar las estrellas en las noches en las que no podía dormir, mirando el paisaje del vasto reino le dijo:
- Yo solo quiero que el sea feliz Chisato… mi papa tiene que entender que el no quiere que las cosas sucedan así… si tan solo no hubiera hecho que aquel joven se marchara… si lo hubiera dejado ser feliz con el… Misaki ahora no tendría el corazón roto… el ahora seria feliz…-
Chisato lo interrumpió diciéndole con tristeza:
- Tu padre jamás permitiría que ustedes se mezclaran con alguien que no sea de su misma posición social… Hiroki ustedes son príncipes deben estar conciente de eso… Hijo… yo se que adoras a tu hermano y por eso lo sigues en sus locuras… pero es momento que paren con esto… ayúdalo Hiroki… ayúdalo a entender… tu papa solo quiere protegerlos … dejarlos en buenas manos … se esta preparando para cuando el no este… piensa en toda la gente que depende de ustedes… el reino entero también espera que ustedes consigan una buena pareja alguien digno de ser un Rey … que los guíe con la sabiduría y el amor con el que tu padre lo ha hecho por años… -
Chisato se retiro besando con amor la frente de Hiroki, el castaño suspiro con pesar, mirando con sus hermosos ojos las estrellas que siempre le daban consuelo.
- Despierta dormilón!...-
Hiroki abrió los ojos con pereza, mirando un par de orbes verdes que lo veían risueño, sonriendo acaricio las mejillas de su hermano preguntándole:
- Misaki que haces sobre mi?… que hora es?-
Misaki se levanto de la cama riendo, abrió las puertas del balcón diciéndole con alegría a su hermano:
- se te olvido… lo sabia Hiroki-ni… hoy es el día de ir al lago… lo prometiste… hoy papa esta en su aburrida reunión anual y podremos escapar y volver sin que lo note… vamos Hiroki-ni lo prometiste… vamos…-
Hiroki se levanto de la cama sonriendo, con calma busco su ropa para vestirse mientras le decía:
- esta bien pequeño latoso… busca tus cosas rápido y vamonos antes de que Chisato nos descubra y no nos deje salir…-
Misaki le mostró a su hermano con un gesto de travesura un pequeño bolso donde ya tenía todo lo que iba a llevar, Hiroki solo pudo reír con alegría, salieron sigilosamente escabulléndose sin ser vistos por los amplios pasillos del palacio, hasta llegar a la salida secreta que solo ellos y Chisato conocían, este ultimo estaba afuera esperándolos, todos los años en esa fecha hacían lo mismo, se escapaban al algo y luego volvían todos picados de mosquitos y muertos de hambre, los chicos lo miraron con sorpresa el con una gran sonrisa les entrego un pequeño bolso y les dijo:
- allí llevan una crema para los mosquitos y comida… no regresen tarde… los diplomáticos se iran a las seis… deberían estar aquí antes de esa hora… no hablen con nadie si se llegaran a encontrar con personas… evítenlas… y no se expongan mucho al sol… siempre tengo que inventar una excusa loca para explicar porque están bronceados… cuídense…-
Misaki lo abrazo besando con alegría su mejilla, Hiroki le sonrió con amor y tomando el bolso se despidió diciéndole:
- Gracias te prometo que volveremos temprano…-
Chisato los vio marcharse y cuando los perdió de vista entro de nuevo al castillo para ocuparse de preparar todo para la llegada de los diplomáticos.
- Estoy cansado de caminar… podemos descansar un rato?...-
Una hermosa mirada azul, llena de suplica se posaba sobre unos severos ojos violetas que lo miraron con fastidio, el joven de los ojos violeta le respondió con un todo de regaño:
- sino te hubieses empeñado en traer tu caballo, ya estaríamos en el palacio a donde nos dirigimos, comiendo bien y descansando… así que camina Nowaki sino quieres que te lleve a rastras…-
Nowaki miro a su hermano con molestia pero cuando se disponía protestar, unas melodiosas risas los sacaron de su discusión, Akihico miro a su hermano diciéndole:
- escuchaste eso?…-
Nowaki asintió diciéndole mientras señalaba a unos arbustos:
- viene de esa dirección…-
Sigilosamente caminaron hacia el lugar donde las risas aun resonaban melodiosas y atrayentes, escondidos entre la vegetación lograron encontrar a los que hacían tan delicioso sonido, Akihico y Nowaki se quedaron sin aliento al mirar tan perfecta imagen, sumergidos en el agua cristalina de un lago hasta la cintura, vestidos solo con unos cortos shorts y sin camisa, estaban jugando dos hermosos jóvenes, la blanca piel relucía bajo la luz del día, ambos poseían un hermoso cabello castaño que brillaba como el oro bajo los rayos del sol, el agua que se salpicaban en su despreocupado juego, los bañaba como finos diamantes haciéndolos parecer etéreos, casi como si solo fueran un espejismo o dos ángeles que se decidieron a jugar un rato en la tierra, era tal la belleza de los jóvenes que los hermanos que los observaban se habían quedado sin aliento, viendo tales maravillas, Nowaki fue el primero en hablar:
- son… son reales?... Akihico… son de verdad?...-
Akihico lo miro sorprendido pues el se preguntaba lo mismo, caminando hacia el lugar donde estaban los chicos le dijo:
- no lo se hermano… pero vamos a comprobarlo…-
Hiroki fue el que sintió las presencias de los extraños, sus ojos se abrieron cuan grandes eran al mirar a dos grandes hombres acercarse a ellos, Misaki vio la sorpresa en el rostro de su hermano y miro en dirección a donde Hiroki veía con terror, al instante se coloco delante de el diciéndole a los extraños con una profunda ira
- quienes son y que quieren?...-
Akihico enseguida quedo prendado de la soberbia mirada de aquellos verdes orbes que lo miraban con desprecio, con una suave sonrisa le respondió:
- tranquilo… venimos en paz…-
Hiroki tomo a su hermano por el brazo y le susurro al oído:
- Misaki… recuerda lo que dijo Chisato de los extraños… tenemos que buscar la manera de huir y volver al palacio…-
Misaki sin apartar la mirada del extraño que lo veía con fascinación, le susurro a su hermano:
- recuerdas lo que le hicimos a los pretendientes de Rodena…-
Hiroki asintió despacio y Misaki continúo:
- vamos a salir del agua y en lo que yo te diga… corremos…estas listo?...-
cuando Misaki vio a su hermano asentir, se movió despacio saliendo del agua seguido de Hiroki, sus cosas estaban cerca de los extraños así que tendrían que correr con lo que llevaban puesto, Akihico y Nowaki los miraban encantados, fuera del agua se veían aun mas hermosos y seductores, con sus hermosas piernas desnudas y solo cubiertos con esos pequeños shorts que delineaban sensualmente sus caderas y redondo trasero, Misaki hizo el primer movimiento , tomo un puñado de tierra y lo lanzo a la cara de Akihico cegándolo por unos momentos:
-corre hermano…-
Grito Misaki, corriendo velozmente, Hiroki que había tomado un trozo de madera golpeo con el a Nowaki que intento detener a Misaki:
- Idiotas!...-
Grito Hiroki mientras se alejaban corriendo y se desaparecían entre la vegetación.
Akihico se echo a reír mientras echaba agua en su rostro para quitar la tierra, Nowaki se acerco cojeando para ayudarlo, con una sonrisa le dijo:
- vaya par de hermosas fieras…-
Akihico logro abrir sus ojos , tratando de calmar su risa le respondió a su hermano:
- por su cara de susto parecía que iban a llorar… pero mira resultaron ser dos fieras… viste que hermosos eran… después de ver tales bellezas… tener que ir a pretender a dos malcriados príncipes… es un castigo… solo mi padre nos hace esto…-
Nowaki se sentó a su lado viendo el hermoso lago, suspirando tristemente dijo:
- no le queda otro remedio hermano… esta enfermo y nos necesita…-
Akihico lo miro con ternura diciéndole:
- tu no tienes que hacer esto Nowaki… puedes casarte con quien quieras y por lo menos tu…-
Nowaki lo interrumpió:
- No hermano… tu destino es el mío… ese es el trato desde niños y así será… además habíamos pensado siempre en casarnos con dos hermanas o hermanos si eran donceles… así que no estaremos muy lejos de nuestro sueño… olvidemos a estas visiones que acabamos de ver y vamos a conocer a nuestros futuros esposos…-
Misaki y Hiroki corrieron hasta quedarse si aliento, escondiéndose entre la maleza lograron llegar a la entrada secreta y cuando ya estaban dentro del castillo, en la seguridad que les daba el enorme lugar, se miraron y se echaron a reír, una vez que celebraron su loca aventura, subieron a sus habitaciones cuidando que nadie los viera.
- Esos extraños de donde serian… sus vestimentas no me eran conocidas…-
decía Hiroki sentado en su cama mientras peinaba los suaves cabellos de Misaki, el pequeño sonrió he iba a responder , cuando la puerta se abrió trayendo consigo a Chisato y para sorpresa de los príncipes , su padre el Rey también entro en la habitación, Chisato les hizo señas para que callaran y despacio coloco unos trajes de gala sobre la cama, el Rey los miro con seriedad diciéndoles:
- Hiroki, Misaki arréglense rápido y vengan conmigo…-
La voz fuerte del Rey no dio cabida a replicar, Hiroki viendo los ojos de Chisato tomo con una mano la ropa y con la otra tomo de la mano a Misaki llevándolo a un pequeño vestier para cambiarse, Misaki lo miro asustado, mientras se vestía le dijo con miedo en la voz:
- Hiroki-ni... que… que pasa?...-
Hiroki lo miro fingiendo calma, acariciando su rostro le dijo:
- te calma Misaki… seguro no es nada malo… ten calma…-
cuando se terminaron de arreglar, su padre los vio satisfecho por su apariencia, Chisato les iba a colocar los velos pero el Rey se lo impidió, entonces el corazón de Chisato dio un vuelco cuando entendió las intensiones del Rey, pues si alguno de los pretendientes veía a sus hijos sin su velo virginal, instantáneamente tendría que casarse con el, Chisato había visto algo raro en la actitud del Rey después de terminar la reunión, pero nunca se espero que su amo tomara tan drástica decisión, algo muy grave debería estar pasando, se compadeció por el destino de sus niños y se preparo porque si bien Hiroki aguantaría tal decisión, Misaki no lo haría y quien sabe que seria capaz de hacer.
Los jóvenes respiraron con tranquilidad al ver que no llevarían los velos, nada malo podría ser pues llevarían sus rostros descubiertos, Misaki tomo de la mano a su hermano caminando detrás de el cuando salieron de la habitación, algo le decía que las cosas no iban por buen camino.
Llegaron al gran salón del trono, Hiroki no entendía nada y Misaki tenia ganas de llorar, cuando vio que su padre le ordeno a Chisato esperar afuera, el Rey se puso frente a sus hijos, beso con amor sus frentes, con un dulce tono les dijo:
– nunca olviden que los amo… son lo mas importante para mi… recuérdenlo… nada de lo que hago… lo hago para lastimarlos… no lo olviden y espero me perdonen…-
Hiroki miro a su padre con angustia preguntándole:
- papa que… que pasa?...-
Pero el Rey no le contesto, los tomo de la mano sujetándolos con fuerza poniéndolos a ambos lados de el y ordeno con firmeza:
-Príncipes de Silpharion, adelante…-
Hiroki se estremeció, Misaki lucho para soltarse del fuerte agarre de su padre, ambos sabia lo que aquello significaba, si esos príncipes los veían sin sus velos seria el fin de todo, la voz potente de Akihico resonó en el enorme salón:
- buenas noches su alteza…-
Misaki que trataba de ocultar su rostro reconoció aquella voz y sin querer volteo a mirar al hombre que esa misma tarde el había atacado en el lago:
- no puede ser!…-
Murmuro con desconsuelo, Akihico lo miro reconociendo el rostro de la hermosa visión que había tenido esa tarde, agradeciendo su suerte volteo a mirar a su hermano, pero la mirada azul de este se encontraba perdida en el rostro de Hiroki que lo veía con terror, el destino estaba sellado y mientras Akihico y Nowaki agradecían su suerte los corazones de Misaki y Hiroki, estaban destrozados por la traición de su padre.
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