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La Persona que Deseás por Kurenai Mido

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Notas del fanfic:

Cuanto tiempo alejada de PoT! Y este pobre fic que estuvo juntando polvo en mi cuaderno... supongo que siempre hay tiempo para rectificar y subir cosas lindas :)

Notas del capitulo:

Antes de que la nostalgia me atonte quiero decir que este fic es una invención y los personajes de PoT no me pertenecen, si así fuera habría más acción (cofcof) y menos tenis (cofcof). Observarán que el sadismo de Syusuke aumenta según los capítulos. Disfruten!

Podría decirse que después de los partidos contra Hyoutei, la vida en Seigaku había cambiado. En primer lugar, por la partida de Tezuka: todos se sentían extraños sin la presencia de su capitán, sobre todo Ryoma, que se había vuelto más apático que de costumbre sin el apuesto muchacho de lentes. El resto del equipo terminó por enterarse cuál era la verdadera relación entre ellos, lo que fue un bombazo para todos, desde la profesora Sumire hasta sus fanáticas Tomoka y Sakuno.

 

La otra persona que se impactó con esa revelación fue Syusuke, alias el prodigio, alias el lindo.

 

No sabía exactamente por qué, pero el hecho de que dos de sus mejores amigos fueran gays lo había perturbado sobremanera. No porque estuviera en contra, él era de mente muy abierta al respecto. Era más bien porque ese le demostraba que nada es lo que parece en la vida, y le hacía dudar de todo lo que creía. Mientras desayunaba con su hermana, se puso a pensar en lo que significaba de verdad ser gay.

 

-Syusuke, ¿Qué piensas?- le preguntó ella.

 

-¿Mph?- él la miró por un rato y luego preguntó despacio:- Yumiko, ¿tú piensas que es posible enamorarse de una persona de tu mismo sexo? O sea, ¿crees que está bien?

 

-¿A qué viene esa pregunta?

 

Syusuke se ruborizó por dentro.- Es que… hay dos amigos del club…

 

-Bueno, mira- respondió ella con calma- no creo que sea nada malo. Amor es amor, ¿o no? No se puede elegir de quien te enamoras. Si eres hombre y te gusta otro hombre, puede que algunos no lo acepten, pero no tienes por qué avergonzarte de eso ni ocultarlo ni negarlo, en tanto lo sientas de verdad.

 

-Ya- contestó Syusuke, serio.- Gracias, Yumiko.

 

-Y tú, no te apartes de tus amigos porque hayas descubierto que son gay.

 

-Nunca haría eso, hermana. En realidad me gusta la pareja que hacen. Es solo que…

 

Yumiko no se enteró que era, porque justo llamaron a la puerta y Syusuke salió a las prisas: eran Eiji y Oishi que pasaban a buscarlo para ir juntos al Club. Él recompuso su eterna sonrisa y enterró todas sus dudas y pensamientos en lo más recóndito de la mente.

 

(…)

 

No bien pisaron la puerta de Seishun Gakuen un grupo de chicas exaltadas se pusieron a reír y a echarle miradas encendidas a Syusuke, provocando las burlas de sus compañeros.

 

-Si estamos junto a ti nunca tendremos novia- se quejó Eiji.

 

-Oh, vamos, no exageres. No todas las mujeres que conozco mueren por mí. Tú también debes tener tus admiradoras, ya conocerás a alguna que te guste. ¡Oh, buenos días, Ryoma!

 

-¿Acaso tiene algo de bueno?- contestó éste al pasar a su lado- es un día común.

 

-Vamos, o´chibi, no te enojes con nosotros. ¡Tienes que levantar el ánimo!

 

Ryoma lo miró de forma desagradable y se fue, y Oishi lo reprendió.- Sabes que está muy sensible por lo de Tezuka, no deberías presionarlo, Kikumaru.

 

Eiji quedó un poco alicaído, pues las palabras de su compañero eran siempre muy importantes para él. Syusuke se dio cuenta y se sintió molesto por ello, aunque no había sido nada grave. Cuando se separaron de Oishi para ir a su propio salón aparecieron más chicas con sonrisas de idiotas, babeándose por él con total descaro. Sin embargo, no le dio atención especial a ninguna; nunca lo hacía. Siguió con su sonrisa, eterna, y pasó junto a ellas con total naturalidad. Eiji volvió a burlarse.

 

-Vamos, ¿es que no te gusta ninguna? ¿O hay una especial que no conozco?

 

-Ya te he dicho muchas veces que no me gusta ninguna chica, ni de aquí ni de otros colegios- contestó.

 

Ni bien se acercó a su pupitre halló una numerosa pila de cartas, un par de sobres con forma de corazón y una rosa roja abierta, espléndida. Syusuke la contempló con franca curiosidad.

 

-Parece que tu correo de hoy excedió el promedio, ¿no?

 

-Parece.- Todos los días le llegaban cartas de amor al aula, fotos, números telefónicos y una larga lista de etcéteras. Se había acostumbrado tanto que ya no les prestaba atención, e incluso dejaba que Eiji satisfaciera su curiosidad leyendo algunas. Esta vez no fue la excepción. El pelirrojo arrimó su banco y lo miró.

 

-¿Puedo?- Syusuke asintió, aún concentrado en la rosa. ¡Gracias, Fuji!

 

Inmediatamente tomó la primera carta de la pila y leyó en voz alta: Manami de octavo grado dice que tu sonrisa es la de un ángel, y que le gustaría salir contigo, donde y cuando tú quieras.- Otra.- Kimiko de noveno dice que ama tus ojos, que son más hermosos que los zafiros, y que eres absolutamente perfecto. Maki del otro octavo… ¡uf, mejor ni te digo lo que ésta escribió sobre ti!- apartó la carta- cada vez desatas pasiones más incontrolables, amigo.- Syusuke rió con ganas del comentario, y Eiji continuó con su labor.

 

El castaño apoyó la cabeza contra el pupitre, pensando en por qué ninguna de esas cartas lograba interesarlo aunque sea un poco. En Seigaku había chicas muy lindas; si él quisiera podría conseguir una sin el menor esfuerzo, puesto que se tiraban a sus pies. Entonces, ¿por qué no lo intentaba siquiera?

 

-¡Oye, Syusuke! Creo que deberías leer esta tú mismo, amiguito.

 

Syusuke tomó la carta, pensando en que tendría de particular. De inmediato lo supo.

 

“No puedo decirte quien soy, pues moriría de vergüenza si lo supieras. Pero aunque no me conozcas yo a ti sí; no puedo dejar de pensar en ti, de mirarte cuando vas por los pasillos, de imaginarme como sería estar a tu lado. Me gustas muchísimo, Syusuke, aunque yo sea un chico, estoy enamorado de ti”.

 

Syusuke alzó la vista, absolutamente perplejo. La pronta llegada del profesor imposibilitó que lo comentara con su amigo, aunque no creía que hubiera podido pronunciar una sola palabra.

 

En alguna parte del colegio había un chico- tal vez menor que él, por la timidez con que se expresaba- que le había confesado su amor, atreviéndose a competir con las admiradoras mujeres que lo seguían siempre. Se sintió shockeado, y volvió a leer la carta una y otra vez.

 

“Ahora sí estás interesado, ¿eh?” dijo una voz en su interior.

 

“¿Cómo no estarlo? Esto es extraño, es increíble, es…”

 

“¿Y por qué era tan raro? Eres el más lindo del colegio. Tanto, que hasta los hombres caen rendidos ante ti”.

 

Syusuke se removió inquieto en su silla. En otras circunstancias se habría deshecho de esa carta enseguida, pensando en ella como en una broma de mal gusto, pero por alguna razón ahora no podía. Rememoró la conversación con Yumiko de aquella mañana y se dio cuenta que la idea de un chico enamorado de él no le desagradaba, y que por el contrario quería saber más de su misterioso admirador. Pero, ¿Por qué era más importante él que las otras?

 

“¿Qué no es obvio?”, dijo su conciencia. “Porque te mueres por probar salir con un chico. Desde que supiste lo de Tezuka y Ryoma te has preguntado cómo será besar a otro muchacho, abrazarlo, decirle te amo”.

 

-¿Eso es cierto?- musitó en voz baja. Eiji lo miró y se preocupó por su expresión ausente.

 

-¿Pasa algo, Fuji? ¿Estás bien?

 

-Sí, sí, no te preocupes, estoy bien.

 

Pero era mentira. No todo estaba bien. ¿Desde cuándo a él le gustaban los hombres? ¿Desde cuándo tenía esa curiosidad? Con mucha lentitud, se imaginó a sí mismo abrazado con un hombre- sin rostro ni voz, pues no quería fantasear con ningún conocido suyo-, apoyando la cabeza contra su hombro, y se sintió muy cálido. Tomó valor e imaginó que lo besaba, que sus labios vírgenes y sensuales se fundían con los de su acompañante, y el calor aumentó: jamás hubiera creído que fuera tan placentero. Lo siguiente fue imaginar unas manos sobre su cuerpo, que le recorrían la espalda y le quitaban la campera del club; entonces el otro lo acariciaba más, lo besaba una y otra vez…

 

-¡Fuji! ¡Despierta, amiguito, la clase ya terminó!

 

-¿Qué? ¡No puede ser!- No, no podía. ¿Había estado hora y media fantaseando con un encuentro sexual con un hombre? Miró el reloj. ¡Oh, Dios, si lo había hecho!

 

-Creo que esa carta te trastornó mucho- comentó el pelirrojo mientras recogían sus cosas.

 

-No… bueno, no exactamente.- La mirada curiosa de Eiji hizo que se sonrojara.- ¿Qué harás tú si recibes la carta de un chico que dice que está enamorado de ti?

 

-Habría que ver al chico.

 

-¡Kikumaru!

 

-Gomen, Fujiko-san, no te enfades. Yo sé que no debe ser fácil para ti.

 

Syusuke salió del aula a las prisas, aún turbado. A mitad del camino se dio cuenta que había olvidado la carta-esa carta- y volvió por ella, y por si acaso se llevó también la rosa. A su paso las fanáticas comentaban de quien sería esa carta que Fuji llevaba con tanto cuidado.

 

(…)

 

La relación TezuRyo y la carta de su admirador secreto habían despertado en Syusuke deseos que él nunca había experimentado antes, como por ejemplo, el deseo de dejarse estrechar por un muchacho guapo, de dejar que lo besaran y tocaran… quería que lo amaran, y el poder amar de la misma manera. De pronto las chicas le parecieron pesadas y asfixiantes; en cambio, se fijaba con vista de halcón en los chicos más lindos y sexys, y ensayaba con ellos sonrisas coquetonas. Lo alentó descubrir que muchos le respondían con creces, y en eso no había equívocos posibles: Syusuke también rompía corazones masculinos. Eso le levantó mucho el ánimo.

 

Durante el entrenamiento, su semblante se volvió tan soñador que llamó la atención de sus compañeros. Solo Eiji sospechó el verdadero motivo de esa alegría, y se lo preguntó ni bien pudieron tomarse un descanso.

 

-Dime la verdad, ¿esa carta te molestó o te gustó?

 

-Ven- lo llamó el castaño. Cuando el pelirrojo se le acercó él le susurró al oído:- Me gustó mucho, mucho, mucho. Kikumaru… creo que soy gay.

 

Los ojos felinos de Eiji se quedaron fijos en él, sin poder creerlo. Syusuke continuó.

 

-Tal vez siempre lo he sido. Pienso en que nunca me entusiasmaron las invitaciones de las chicas, pero ahora, una sola carta de un chico me ha ilusionado como no te imaginas. Es tan raro…

 

-Oigan- dijo Ryoma, que había aparecido junto a ellos de repente- la profesora los busca.

 

Syusuke siguió al novato pensando sino podría pedirle consejos, y esa sola idea lo hizo reírse en voz alta. Él, nada menos que él, apodado unánimemente como el Lindo, deseado por hombres y mujeres, pidiéndole consejos amorosos a un chico de doce años. ¿Era o no era para reírse?

 

Pero la idea persistió y buscó a Ryoma al terminar las prácticas de la tarde. Al principio el pequeño príncipe trató de sacárselo de encima, pero el castaño usó toda su persuasión y terminó invitándolo un helado.

 

-Fuji-senpai, dime la verdad, ¿Por qué quieres hablar conmigo?

 

-Ryoma, necesito que me prometas que lo que hablemos hoy no lo sabrá nadie más- pidió Syusuke con seriedad- por favor, prométeme que no se lo dirás a nadie.

 

-¿Parezco el tipo de persona que se entretiene con chismes?- reprochó el príncipe- dime lo que sea.

 

-Bien.- Syusuke tomó un poquito más de helado de crema, relamiéndose mientras miraba a un moreno encantador que tenía la vista clavada en él.- No quisiera traerte recuerdos dolorosos, Ryoma, pero me gustaría que me contaras cuan en serio vas con Tezuka… es decir…

 

-¿Para qué quieres saber eso?- preguntó Ryoma a la defensiva.

 

-No es por curiosidad malsana, lo juro. Es porque estoy empezando a sentir cosas- añadió en voz baja- tú eres más joven que yo, pero estás de novio con todo un galán, y me preguntaba…

 

¿Cómo se siente, Ryoma? ¿Cómo se siente estar de novio, saber que alguien te ama?

 

-¿Tú lo que quieres saber es que se siente tener novio?- preguntó Ryoma con incredulidad. Syusuke no dijo nada pero se ruborizó, lo que equivalía a un “sí”.- ¿A ti… te gusta alguien?

 

-No lo sé…- de repente Syusuke empezó a hablar, sobre la carta, sobre lo confundido que estaba, y Ryoma vió la luz.- Por eso te lo pregunto a ti que te has enamorado de alguien. ¿Qué crees que me está pasando? ¿Cómo descubriste que sentías algo por el buchou Tezuka?

 

-No sé si hubo un momento exacto- dijo Ryoma despacio.- Yo siempre lo admiré mucho, eso sí; hubo un momento en que me di cuenta que él estaba celoso de Momo y de mí, y entonces, no me preguntes como, comprendí que me gustaba demasiado como para ser solo su amigo. Sus celos me abrieron los ojos, me di cuenta que los dos sentíamos ganas de estar juntos…

 

-¿Y entonces?- preguntó Syusuke con ansias.

 

-Lo confronté. Le pregunté por qué estaba celoso de mí.- El recuerdo hizo sonreír al menor.- Él me agarró por la cintura y me besó, me dijo que me amaba y que no soportaba verme con otro.

 

-¡Ahh, pero que romántico!

 

-No me paré a pensar ni un momento en que él sea mi buchou, que sea hombre, que mi padre morirá de un disgusto cuando lo sepa. Solo hice lo que sentía desde el fondo de mi corazón.

 

Syusuke terminó su helado, pensativo. El moreno pasó junto a él para pagar su cuenta y dejó caer un papelito, con un número telefónico y su nombre escrito. Ahí recuperó el habla.

 

-Gracias por contármelo, Ryoma. En verdad me ayudaste.

 

-¿Qué es lo que sientes en realidad, Fuji-senpai?

 

-¿Qué siento?- suspiró- que me gustan los hombres. Que quiero desesperadamente enamorarme de un chico bueno y dulce, como el que me escribió la carta. Quiero conocerlo.

 

-¿Y si él te escribe otro mensaje, esta vez con su nombre?

 

-Saldría con él- afirmó el castaño.- No me imagino como es físicamente, pero no importa. Yo tengo belleza suficiente para los dos.- Se guardó el papelito en el bolsillo y se paró.- ¿Te parece que nos vayamos ya?

 

Syusuke acompañó al novato a su casa y luego fue a la suya, dando gracias a Dios porque Yumiko le había preparado una rica cena. Después de eso se sintió pesado y somnoliento así que subió a acostarse, rogándole al cielo que hallara una nueva carta en su pupitre por la mañana. 

Notas finales:

Si no dejan comentarios por la noche los va a perseguir el coco O_____O  jajaja es broma, pero igual comenten que no les cuesta nada! Hasta el próximo cap!


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