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Vuelvo a nacer por The Original Sasuke Uchiha

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Notas del fanfic:

Me gustaria que a los que les gusto este fic me dieran una mano con ideas o sugerencias, incluso sus dudas me servirían. Gracias

 

Por cierto, este fic como los demás lo tengo en mi cuenta de Slasheaven bajo el nick Starlight. Es mio y si quieren algo de el o de mis demás creaciones pidan el permiso. No al plagio.

Notas del capitulo:

Su vida nueva vez daba otro giro inesperado. Él no iba a hacer nada, se había cansado de ser manipulado y luchar sin obtener resultado. Ahora estaba cayendo en la inconsciencia y solo sentía la muerte acercarse.

Disclaimer: Algunos personajes de esta historia son propiedad de J.K. Rowling. El resto de ellos son propiedad de mi imaginación. Esto es puro entretenimiento y no me reporta beneficio económico alguno.

 

Aclaraciones de lectura:

-Letra normal: dialogo, relato.

-Letra en cursiva: pensamientos de los personajes.

 

 

  

Capitulo Uno

Reencuentro en el valle de muerte

 

Con manos temblorosas y una mezcla de sentimientos contó hasta diez, dando un largo suspiro, para alivio de los presentes. Todos en el gran salón desesperaban por darle fin al juego y devolver la criatura a su lugar, sino algún mal podría sobrecaer sobre la familia principal. Aquel suspiro solo significaba que la pasividad momentánea y el tiempo de gracia habían cesado.

El salón del trono se había convertido en el lugar de reunión  más concurrido y todos intentaban hacerse lugar para tener la primicia sobre los últimos acontecimientos.

En el escalón superior de la tarima, donde se ubicaban los tronos de los soberanos, se encontraba una figura esbelta; cuerpo delgado pero atlético, piernas largas y torneadas, piel alabastrina y con un halo de luz que le hacía parecer etéreo. Una belleza sublime. Sus manos apoyadas contra el marco de uno de los grandes ventanales del enorme salón, ojos increíblemente negros con la mirada perdida en el vasto cielo estrellado que, maravillosamente parecía tan cercano; daba la sensación de poder tocar las estrellas con tan solo extender tus manos. Aquella mirada de brillo apagado y nublada por la tristeza se tornó afligida, mientras esas gemas oscuras se cristalizaban y la silueta se tensaba en su sitio. Fue entonces que se dejó sentir aquella presencia y una voz se escuchó en la estancia, con un tono apacible y nostálgico a la vez.

— Vamos, no debes bajar tus barreras ni demostrar impotencia. — aquella persona giró en su sitio, de frente a la audiencia, revelando la figura de un joven de no más de veinte y cuatro años en apariencia y vestido totalmente de negro.

Para los presentes la escena se revelaba bizarra, era demasiado; nunca los soberanos mostraban sentimientos de debilidad ante sus súbditos, permanecían imperturbables e impasibles. La serenidad brilló en el rostro del joven, quien bajó uno de los peldaños mientras una nueva figura hacia acto de aparición en la estancia, materializándose frente a él. Los presentes respiraron aliviados. Nunca se había sentido tanta tensión desde la desaparición de la criatura.

Mientras, en otra habitación un ser entre las sombras pesaba los acontecimientos y murmuraba para sí.

— Sus barreras no soportarán más y yo menos. ¡Toda esta tensión me está afectando! — y se apareció en el gran salón del trono, haciendo una ligera reverencia. En el mismo momento se volvió a sentir la tensión en la estancia. Todas las miradas estaban fijas hacia el centro. — Con su venía me adelanto. Nueva vez aquella atmósfera extraña se instaló.

En lo que parecía ser la cúspide de una torre, un ser majestuoso se distraía mirando al firmamento. Su mirada lejana y soñadora se perdía en el cielo. Permaneció así hasta que sintió como un casto beso era depositado en el dorso de su mano y le reintegraba a la realidad. Un joven pelinegro yacía sentado a sus pies, inclinado contra su cuerpo, sumiso ante él. Ambos se materializaron en un instante en el gran salón, para alivio de los presentes, quienes se arrodillaron ante la presencia del ser superior, quien solo tenía ojos para el pelinegro que yacía a su lado en el centro del gran salón blanco. Advirtió en su mirada tantas emociones que le hizo conmoverse. Puesto en pie se dirigió al gran balcón y dibujó con un dedo un haz de luz en el cielo; un presagio.

— ¡Rayos! — se escuchó la exclamación de alguien que hacia esfuerzo por sobrevivir. Un poco más cerca y su enemigo le traspasaba el corazón.

— ¡Por todos los galeones! — no pudo evitar gritar aquel pelirrojo, con voz ahogada, mientras miraba el cielo y luego se dirigió a su amiga castaña quien siguió la dirección de su mirada. — ¿Qué rayos es eso? —

— ¡¿Crees que tengo tiempo para eso?! — le respondió su amiga mientras forcejeaba por derribar a los enemigos que le impedían llegar hasta cierto pelinegro amigo suyo.

Mientras, su amigo se enfrentaba a la fuente de todas sus desgracias; Lord Voldemort. Habían pasado ya unos veinte minutos intentando derribarse el uno al otro, lanzando hechizos y esquivando otros pero, continuaban sin avanzar. Harry se sentía agotado, tanto física como emocionalmente y tanto sus amigos como enemigos lograron notar.

Silbidos siseantes se dejaban escuchar por la lluvia de hechizos que surcaban el campo de guerra. Los mortífagos lanzaban sus ataques a diestra y siniestra mientras los magos le hacían frente y defendían, llevando la ventaja aún cuando eran menos en número. Para cierto pelinegro, sin embargo, hacerse de una ventaja estaba fuera de su alcance; el sádico y sin escrúpulos allí era su Némesis, el mismo que le azotaba con frenesí logrando derrumbarle y por poco le asestaba un avada. Un disparo más y le rosó la mejilla izquierda.

— La próxima no fallaré, mi querido Harry. — Siseó Voldemort. Entonces una melodía triste se empezó a escuchar en todo lugar y nadie lograba entender las melodiosas voces, sin embargo el mensaje era captado como un preludio a la muerte. — Muere Potter. — el poderoso mago oscuro lanzó su último hechizo, aprovechando la distracción del joven mago quien estaba tan absorto, escuchando la triste melodía, que se había desconectado inconcientemente de la realidad, sintiendo como si un profundo sopor se precipitase sobre él.

— ¿Es así como se siente cuando se esta tan cerca de la muerte? — fueron las palabras que logró formular en su mente, mientras sentía como su cuerpo dejaba de responderle por completo.

— Muere Potter. — podía escuchar el lamento. Esa melodía le conmovía hasta lo más profundo, estremeciendo cada fibra de su ser y carcomiendo sus entrañas como una invocación a su persona, que desgarraba la piel de su corazón y rompía su alma en pedazos. Estaba estático y no entendía el por qué le faltaba la voluntad para moverse. Todo empezó a perder sentido y no sentía control alguno sobre su cuerpo. Solo sabía que estaba extático, enajenado de todo e impasible aun sabiendo que cuando saliera de ese trance no sentiría mas porque de seguro estaría muerto.

— ¡Herm! ¡Mira esta vez! — Le gritó Ron a la castaña pero, Hermione
estaba en shock viendo como el corazón de su mejor amigo era casi atravesado por un ataque del lord oscuro y el pelirrojo dirigió su vista hacia donde ella miraba, quedando en su mismo estado. El tiempo transcurría lento hasta parecer detenerse.

En un segundo se escuchó un grito ensordecedor que ceso de repente con la misma rapidez. Ambos amigos, la castaña y el pelirrojo, reaccionaron de inmediato.

— ¡Harry! ¡¿Estás bien?! — le preguntaron ambos pero el chico estaba anonadado, mirando frente a si una figura extraña y majestuosa, por no decir enorme, que estaba tras un cristal. Al parecer ese cristal era un escudo que le había salvado del ataque. Pero esa criatura…

—  Cierra esa boca. — Se oyó luego que el grito cesó y se plantó un silencio sepulcral. Tras el cristal se encontraba Voldemort atragantado con lo que parecía ser… ¡una manzana! La sacó de su boca al reaccionar. Fue rápido. Hizo el intento de lanzar un hechizo al ser que tenía en frente, mas solo un hilo de humo salió de la punta de su varita.

— Parece que te quedaste sin municiones y olvidaste recargar. — expresó aquel ser ante él con tono punzante. Se dio vuelta en un armonioso y fluido giro, quedando de espaldas al Voldemort y avanzando hacia Harry quien a penas podía permanecer en pie. Todos los presentes vieron como traspasaba el cristal mientras este se desvanecía, en tanto que este ser los observaba con una mirada inalterable terminándola de posar en Harry. — He venido a oficiar como juez en esta contienda. Sin necesidad de abogados más que ustedes mismos, sin necesidad de testigos más que sus amigos y la sentencia será dada en un instante. — pronunció con voz solemne, aun sin quitar la vista de Harry. — A ti, te ofrezco la oportunidad de hacer tus deseos realidad. No soy un genio mágico, un hada mágica ni nada parecido. — comentó sarcástico. — Pero vine a cumplir lo que desees, aun los deseos más intrínsecos de tu ser, los que crees imposibles de realizar. — le dijo con una mirada penetrante y sagaz, que revelaba un extraño brillo. Harry tragó seco, sin poder apartar sus ojos de aquellas gemas oscuras que eran los ojos de su interlocutor; sentía que le desnudaba el alma. — A ustedes, chicos… — giró hasta quedar frente a Hermione y Ron. — La felicidad de su amigo y para sí mismos, aunque no de la misma manera. — decía mientras agitaba sus manos con un dejo de emoción. Puso cara de resignación y acto seguido dirigió su mirada a Voldemort. — No te preocupes que también tengo algo para ti y para tus servidores. Que por cierto hacen un buen fan club. — dijo de forma burlona. — A ellos le propongo volverlos como eran antes de entregarse a tus servicios y darles la oportunidad de vivir como debieron haber hecho en un pasado, y a ti el perdón de tu vida. Pero sus poderes serán drenados y sin esperanza de recuperarlos u obtener nuevos. ¿Qué les parece? — se escuchó una risa burlesca por parte de Voldemort. Los mortífagos solo miraban expectantes.

— Seas lo que seas debo reconocer que eres poderoso, tu magia es pura e inmensa pero, ¿no se supone que ibas a emitir un juicio? Debes tomar en cuenta que esto es una batalla y te has entrometido descaradamente en ella; de aquí no sales vivo. Morirás por entrometerte entre Potter y yo. — dijo Voldemort levantando su varita.

— Subestimas mucho a tus oponentes. — decía el ser con la vista afilada pero en un segundo volvió a ser impasible su expresión ignorando a Voldemort. — Como les dije en un principio; no pueden rechazar mi oferta porque es su única opción. — Dicho esto, Voldemort se vio rodeado por una burbuja cristalina y refulgente. De inmediato calló de rodillas, con su frente apoyada en el suelo y con los ojos en blanco. Los demás se sorprendieron al ver esto, los mortífagos aún más al ver como su señor era sometido por una fuerza invisible y Harry se puso en pie, suspenso. — No temas, no han muerto. — dijo,  volviendo la vista a Harry quien se mostró impávido ante este ser tan majestuoso. — Mi nombre es Lahmi de Valerie, viceministro del gran consejo de Armoni Efrón y he venido por ti, a devolverte al lugar que perteneces. —

Harry le miró confuso mientras retrocedía. El ser llamado Lahmi miró hacia la burbuja donde estaban el lord oscuro y sus mortifagos. Se veía salir de sus cuerpos un humo negro que era absorbido por la burbuja y transmutado en un líquido cristalino.

— Estarán como nuevos — emitió Lahmi, aunque dudaba que ocurriera en verdad con Voldemort.

— ¿Qué les pasará ahora? — preguntó Harry al ser ante él.

— Sus almas están siendo purificadas. — respondió impasible y luego una expresión de satisfacción surcó su faz. — Muy bien, listo. — emitió cuando la purificación se dio por concluida pero, Lahmi sabía que entre ellos había uno que no lo estaba. Los del interior de la burbuja apenas podían levantarse y se mostraban desorientados en su mayoría.

— Lahmi…— una voz suave y melodiosa fue escuchada y todos dirigieron sus miradas hacia el origen de esa voz. Tras Harry se presentó un ser parecido a Lahmi, pero más hermoso aun, aunque Lahmi parecía de mayor estatura con sus2,1 metrosde estatura.

Ninguno había visto en su vida unos seres tan extraños ni un ser tan hermoso como el que estaba ante Harry, incluso parecían competir en estatura con Hagrid. Se acercó con pasos lentos a Harry quien había vuelto a caer al suelo, impotente y algo desconfiado ante aquellos seres.

Harry se centró en el nuevo ser ante él. No se sentía amenazado cuando éste le ofreció sus manos para ayudarle a incorporarse y de ninguna manera podía sentirse intimidado, aunque el estar anonadado le hacía lento para procesar. Su sistema nervioso estaba un tanto lerdo. Volvió a centrarse en su figura antes de aceptar su ofrecimiento. Ese ser poseía unos ojos nunca antes vistos. No podía descifrar si eran violetas o plateados, como los rayos dela Luna. Misterioso, etéreo, sublime y cándido. O ¿acaso era solo un reflejo? Poseía una mirada tan cálida y, a simple vista, parecía reflejar todo su enfoque en su mirar, como si se tratase de un espejo. Una simetría perfecta en su cuerpo, a lo que pudo apreciar, pues se dejaba ver por sus ropajes. Vestía una túnica plateada, con bordes dorados, ajustada desde la cintura hacia arriba y abierta hacia abajo. Mangas largas y bajo la túnica un pantalón blanco finísimo. Su cabello era largo hasta sus rodillas, liso y abundante, tirado hacia arriba en el frente y de la misma tonalidad de sus ojos. Sus cejas y pestañas eran bien pobladas y organizadas, de nariz recta y pequeña, labios rosados y tan bellamente delineados que le daban un toque un tanto femenino. Y su piel tan suave a la vista, blanca y cremosa; parecía tener brillo propio. Al parecer sus pensamientos eran advertidos pues pudo notar un leve sonrojo en las mejillas de aquel ser. Al final se decidió a tomar sus manos pero, solo escuchó un sonido ensordecedor.

— Aquí vienen. — Lahmi desvió su mirada al cielo, luego hacia Harry quien divisó en su mirar un brillo nostálgico. — Ahora tendrás lo que deseaste. Vendrás con nosotros y descubrirás tu verdadera naturaleza.

Harry apenas escuchaba. Solo sentía un dolor agudo que le arrebataba los sentidos. Sintió una cálida presencia tras él mientras en frente veía al objeto de su distracción aprisionado en un abrazo por Lahmi. Sentía embotarse sus sentidos, el aliento le faltaba, como si la vida estuviese escapando de su cuerpo; tan siquiera podía hablar.

Continuará…

¿Qué pasara con Harry?

¿Acaso el plan era matarlo?

¿Quién mato a Harry?

Y más importante ¿Qué pasara ahora?

Notas finales:

Que les parecio?


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