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Fix My Heart por NicoleMonsterDaaw

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Notas del fanfic:

SHINee no me pertenece, ¡qué pena más grande! MinHo ya sería mío... -se va llorando-

Notas del capitulo:

Adñalsdk esto lo escribí hace tiempo, pero hoy me han dado las ganas de publicarlo e.e

Éste era para mi prima~ ¡Enana chica te ami! *-*

Ay no soy muy buena en esto, espero les guste ;_;

Eso, Enjoy~

Estaba triste, dolido, ansioso, avergonzado, emocionado. Un millón de emociones juntas que hacían que su estómago se revolviera y no pudiera concentrarse en el libro que tenía en mano, intentando distraerse. Estaba esperando que el más alto llegara de una vez por todas.

 

¿Por qué?


Porque simplemente quería arreglar su corazón.


Habían hecho una promesa, lo cuál significaba mucho para él como para el más alto. Y en ese momento necesitaba ocuparla, usar la promesa que se habían hecho porque su corazón le dolía. Le dolía que JongHyun ocultara su relación ante el mundo saliendo con esa tipa, le dolía porque Jjong lo disfrutaba y aún siendo novios, no lo disimulaba en lo más mínimo. Sus abrazos, sus besos, sus caricias... ya no se sentía lo mismo.

 

 



Sólo él.

 

 



Y una nueva herida había aparecido en su corazón para que MinHo la sanara, tal como sólo él sabía hacerlo.

 

 




"Kibum-ah, yo siempre estaré para sanar tu corazón, así como quiero que tú... quiero que tú estés siempre para sanar el mío"

 

 




Las palabras del más alto retumbaban en su cabeza, dándole mil y un vueltas. Su trato consistía en estar juntos en el buen sentido de la palabra, sólo de ellos, para olvidar el mundo y su mal de amores, así lo habían decidido. Solos, nadie más.


Primero fueron miradas, luego salidas, un par de caricias, un par de besos; pero no se dieron cuenta en cuando su trato con el otro se convirtió en algo más carnal, luego más que pasión, se había convertido en una obsesión el estar uno con el otro, tener su compañía.

 


Se había convertido en amor.

 

 




Pero ninguno lo reconocería, porque simplemente, estaba mal.

 



Se escuchó la puerta del departamento abrirse rápidamente, casi con desespero. Key se aceleró e intentó concentrarse en el libro que tenía en mano, aún en la primera hoja, sin siquiera saber como se llamaba éste. Estaba solo en el departamento, los demás estaban haciendo lo que les correspondería por el día, y él ya se había desocupado. Se abrió la puerta de su habitación rápido, un sonoro portazo y se escucho un clic. Se giró a ver como si no supiera de quién se trata y vio al modelo con la cabeza abajo, aún apoyado en el marco de la puerta.



   – ¿MinHo-shi? –le preguntó lo más inocente posible, ocultando sus nervios e intentando regular su respiración y desespero de estar en sus brazos.


   – Key... – Dijo en un suspiro, mirando al nombrado, suplicando con la mirada. Entendió lo que pasó sólo con mirarlo a los ojos.

 

 




TaeMin...

 

 




Key sólo sonrió, cerrando su libro lentamente. Lo dejó encima de su mesa de noche, al costado de su cama y se giró sonriendo, para encontrarse con unos carnosos labios sobre él, comiéndose los suyos con desespero. Apenas le dio tiempo para reaccionar cuando, entre besos apasionados, MinHo lo dejó sobre la cama, empezándolo a despojar de sus ropas.


Sus respiraciones agitadas, los gemidos ahogados y el embriagante placer que sentían sólo con tocar sus labios. El modelo pasó su lengua por ese cuello blanco que se sabía de memoria, ese cuello que desprendía un sabor embriagante y adictivo. Besaba por dónde podía mientras dejaba marca por dónde había pasado, mientras que Key sólo abrazaba al más alto mientras le gemía en su oído.


Pasó sus manos por ese delicado torso, recordando cada parte de su piel, de su cuerpo, como si el mundo se fuera a acabar en ese instante, y si se estuviera acabando, no dudaría en pasarlo con él. Le sacó la polera que llevaba puesta, mientras besaba cada pedazo de piel que se quedaba sin ropa.


Se separó de Key, levantó su polera y se la sacó, volviendo con desespero a los labios de su Hyung, porque simplemente eran adictivos, húmedos, sabrosos. Tomó los pantalones de su hyung, para sacarlos sin previo aviso, pasando sus manos por esas tersas y hermosas piernas que poseía. Key se sentó con MinHo encima de él, para des abrocharle el pantalón entre sus jugarretas. Le mordía los labios al más alto mientras le iba sacando el pantalón con algo de dificultad, abriendo sus labios para esa habilidosa lengua que tenía su dongsaeng.


MinHo le adelantó el trabajo y se los sacó él, para volver a sus labios y recorrer la piel del mayor sin pudor alguno. Recorría sus extremidades, frotándose junto a ellas, ahogando todo gemido en ese beso que se daban con pasión, separándose milésimas de segundos para tomar un respiro y seguir en lo suyo.


El modelo tomó las caderas de su hyung para acercarla a la suya, rozando sus erecciones, gimiendo por el contacto, mordiéndose los labios para aguantarse, querían disfrutar el momento. MinHo dejó de besar al mayor para recorrer sus piernas y colarse por la única prenda que le quedaba al joven todopoderoso. Dejó un último beso en sus labios para bajar a su cuello, lamiéndolo, mordiéndolo. Siguió bajando hasta la clavícula, donde dejó pequeños besos mientras Key sólo soltaba suspiros, incitándolo a más.


Siguió bajando hasta que su atención se centró en un botón rosado, saboreándolo como un caramelo. Besándolo, lamiéndolo, mordiéndolo. Key sofocaba sus gemidos mordiéndose el labio, dañándose en el intento y dejó escapar un suspiro embriagador. El más alto conocía los puntos más sensibles de su hyung, sabía hacerlo disfrutar.


Kibum volvió a gemir, mientras MinHo bajaba delineando con su lengua su ombligo, para besar por sobre la tela el miembro de su mayor. Bajó la tela que estorbaba, para rozar sus labios húmedos por esa parte sensible que sólo el modelo conocía de su hyung, incluso más que JongHyun.

 

 




Sólo él...  A-ah..

 

 




Movía su lengua de arriba hacia abajo, delineándolo completamente, saboreando esa piel tan perfecta, simplemente adictiva. El mayor no dejaba de gemir el nombre del más alto desesperado, arqueando su espalda y moviendo sus caderas involuntariamente, agarrando las sábanas de la cama lo más fuerte que podía. Simplemente excitante. Seguía deleitándose con el miembro de su hyung como si de un dulce se tratara, se lo metía de lleno en la boca, saboreándolo, lamiéndolo en toda su extensión. El mayor ya no podía más y en un sonoro orgasmo se corrió en la boca del más alto, que solo sonrió y saboreó todo lo que quedaba en su boca, besó la punta del miembro del mayor, haciéndolo soltar un pequeño gemido, para volver a esos labios rojos de tanto morderlos y besarles nuevamente.


Bajó las manos por el cuerpo del mayor, recorriéndole completamente, para detenerse en su entrada que palpitaba exigiendo atención. Metió uno de sus dedos mientras rozaba su erección junto con la de Key en una desenfrenada lucha de quién excitaba más al otro. Volvió a meter otro dedo junto con un ahogado gemido del mayor, moviéndolo circularmente, dilatando esa entrada tan estrecha que lo volvía loco.


Key no podía dejar de gemir en su oído, susurrándole entre gemidos a que siguiera, excitando al mayor cada vez más. Lamía su oreja, su lóbulo, lo mordisqueaba y respiraba en su cuello, tan caliente que el menor sentía que se quemaba. No aguantó más y posicionó otro, haciendo que Key arqueara su espalda, dejando el cuello descubierto para volver a atacarlo a besos y lamidas.


Liberó su erección, sacó los dedos de la entrada de Key, que con un gemido se quejó y sin hacer esperar más, le penetró de una sola estocada. Tan estrecho, tan suave, tan delicioso, tal y como siempre estaba para él. Arqueó su espalda por la dura intromisión hasta que se acostumbró y abrazó a su dongsaeng jadeando en su oído.

 


 
     – Puedes seguir... –le dijo balbuceando entre los gemidos y suspiros que daba, aún así MinHo logró entender.

 


MinHo se comenzó a mover suavemente. Los suaves gemidos de su Hyung en su oído lo estaban matando. Era tener música, música que Kibum hacía y que te pedía más, cada vez más. Nada se podía comparar a eso, absolutamente nada. Siguió moviéndose a un vaivén continuo, mientras a ritmo suave gemían el nombre del otro.

 


    – Mi-MinHo...A-Ah, así... ¡Justo allí! –jadeaba arqueando su espalda. Cuando MinHo llegó a su próstata se sentía en el cielo, estaba tan exitado que podría desmayarse en cualquier momento.


   – Key...A-Ah...–siguió con las embestidas cada vez más rápido, mientras Key se movía al mismo vaivén en dirección contraria, para llegar cada vez más profundo.

 


Gemían ambos desesperados buscando los labios del otro como si la vida se le fuese en ello. Simplemente adictivos. El menor sacó todo su miembro bruscamente, para volver a introducirlo de una sola estocada, moviendo a Key, tocando de nuevo y más profundo el punto en el que el mayor se sentía completamente extasiado. Tan estrecho, tan húmedo y caliente, sólo para él.

 


    – M-Más rápido, allí, allí –le pidió entre gemidos.

 


Volvió a besar esos carnosos labios, no se aburría de hacer esos labios suyos. Se había vuelto su mayor adicción. Pero estaba mal, y ambos lo sabían.

 

 



¿O no estaba mal?

 

 




El menor tomó el miembro de su hyung, masajeándolo al ritmo de las estocadas. Sus piernas empezaron a flaquear y se sentía cada vez más caliente. Suspiraba en el hombro de su hyung, junto con su nombre, besando esa piel que lo volvía cada día más loco. Unas estocadas más adentro bastaron para que ambos se corrieran, terminaron juntos, con sus cuerpos tan calientes, MinHo dentro de Key y éste en la mano del más alto, que gustoso, se lamió los dedos, dejando a un avergonzado Kibum sobre él.


Con sus pechos subiendo y bajando, tratando de recuperar el aliento se fueron separando de a poco, rojos mirándose a los ojos. Juntaron sus frentes y cerraron los ojos, ya con las respiraciones más calmadas.

 



 Key comenzó a llorar. Sollozaba junto a MinHo, que lo seguía con pequeños espasmos.

 



Estaba mal y ambos lo sabían. Sabían que se había vuelto una obsesión pero ya nada podían hacer, tenía cada uno por su parte una relación estable, y simplemente la destruían revolcándose con su amante, con el mejor amigo de su novio.


MinHo tomó la cabeza de Key para hacerle cariño, besar su frente y salir cuidadosamente de él, logrando sacar un pequeño gemido por parte de su hyung. No pudo evitar sonreír y besar esos labios que se habían vuelto tan adictivos, tan húmedos, tan suaves...



...tan suyos.



Se levantó de la cama para tomar su ropa esparcida por el suelo y tomar la de Key, para vestirle con cariño, tan suave y educado como siempre era con él. Avergonzado el mayor sólo se dejaba hacer. Cuando terminó de vestirle, comenzó con su ropa. Se miraron por última vez, para suspirar nuevamente, y levantarse ambos.


Caminaron hacia la puerta desganados. Los demás estarían por llegar, y no querían que los descubrieran juntos, porque estaba mal. MinHo sacó el pestillo de la puerta y tomó la manilla, y antes de que abriera la puerta de la habitación, Key lo tomó para robarle el último beso apasionado, que fue interrumpido por ambos. Si seguían así no se podrían controlar de nuevo.


Salió meticulosamente de la habitación, para llegar a la que compartía con TaeMin, dejar su chaqueta y ducharse. Key hizo lo mismo. Salieron ambos de la habitación al mismo tiempo y se miraron avergonzados. Caminaron por el pasillo en un silencio que era interrumpido sólo por sus nerviosas respiraciones.


Key fue a la cocina mientras que MinHo se fue a sentar al sillón. A los pocos minutos llegaron los demás miembros del grupo casi gritando por la puerta principal.

 


    – ¡MinHo-Hyung! ¡Mira lo que te traje! –canturreaba el pequeño con unas bolsas en las manos, corriendo hacia el mayor–. No quería pelear contigo hoy amor, discúlpame, feliz aniversario –le dijo besándole los labios.

 



El más alto no se podía sentir más culpable.

 




    – Key, cariño, ¿que hay de cenar? –le dijo Jjong entrando a la cocina, tirando su cuerpo en una silla cansado–. Tengo un hambre horrible y Onew sólo trajo pollo –sonrió, Key se dio media vuelta y le sonrió también.


    – ¿Qué quieres de comer, amor?

 


Vacío.




Sonrió tan vacío, tan falso, tan de plástico que hasta Jjong lo notó, pero no quiso decir nada y sólo se limitó a responder lo que le habían preguntado.

 


Estaban todos sentados en la mesa, comiendo la cena que Umma había preparado para todos. Key y MinHo estaban sentados frente a frente, con sus respectivas parejas a los lados, con el líder en la cabecera. Había un silencio incómodo en la mesa, nadie decía nada.



El rubio y el alto sólo se miraban, moviéndose apenas para comer y acomodarse en la silla, con los ojos vacíos, con una mirada que no expresaba nada para los demás y que entre ellos, simplemente lo decía todo. Los demás no se habían dado cuenta de lo que se decían a través de éstas, sólo parecían miradas vacías, así que sólo se limitaron a comer, aún con ese silencio tan incómodo, nunca antes presente en la mesa de SHINee. Key y MinHo parecían ignorar este silencio completamente. Entonces  MinHo se movió y Kibum soltó una pequeña risa, los demás se extrañaron.

 



Lo que no sabían, era lo que ocurría debajo de la mesa.



Nada iba a cambiar, aún si esto estaba mal.
 


                                                                                                              «  Fin ♥.

Notas finales:

Y eso fue el lemon fome :c

Espero les haya gustado, me lo dejan en un comentario~

Chú♥~


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