No sé si recuerdas,… tal vez nunca te lo dije, tal vez esperaba q lo supieras, tal vez lo sabías, no lo sé, pero el día más feliz de mi vida, fue cuando por fin me confesaste tu amor.
Esa noche, esa maravillosa noche en q me hiciste tuyo. Cuando por primera vez sentí como tu cuerpo se volvía uno con el mío. Cuando me entregue a ti para demostrarte todo el amor q sentía. Cuando fuiste mío y por primera vez yo fui tuyo, cuando me entregue en cuerpo y alma a ti… esa noche, te di mi corazón.
A partir de ese momento fuiste todo mi universo, era feliz…
Pasaba cada segundo junto a ti sintiéndome la persona más feliz del planeta… sencillamente porque tú estabas a mi lado.
Cada instante junto a ti era el más feliz de mi vida.
Cada uno de esos bellos momentos, por más sencillo q sea, será atesorado en mi memoria como un hermoso recuerdo,… los guardare para siempre en un lugar de mi mente como uno de los momentos más hermosos de mi vida.
No importa si es un recuerdo de cuando nos sentábamos en las tardes en el gran sofá de la sala a ver televisión, viendo cualquier programa que jamás me interesó, lo único importante para mí era q tú estabas conmigo, yo recostado sobre tu pecho mientras me abrazabas, y la forma tan cariñosa en q acariciabas mis rubios cabellos mientras susurrabas palabras de amor a mi oído, yo cerraba los ojos para poder sentirte aun más cerca de mi si es que era posible, quería captar en mi mente cada detalle, cada palabra, cada susurro, tu dulce y tan masculino aroma, quería q se quedaran gravados en mi memoria cada instante a tu lado.
O cuando nos sentábamos a la mesa a la hora de la cena, siempre sonriendo, tu sonrisa era algo q le daba luz a mis días más oscuros. Adoraba la forma en que me sonreías mientras me dabas de comer de tu plato. Siempre me decías que amabas la comida que preparaba, que nadie cocinaba tan bien como yo. mi corazón se regocijaba de alegría al escuchar tus palabras, porque cada uno de los platillos que preparaba, los hacía especialmente para ti, siempre ponía mi mayor esfuerzo en prepararte la comida mas deliciosa, lo hacía con todo mi amor… para ti.
Adoraba tus conversaciones a veces un poco tontas, o simplemente decías algunas cosas sin sentido para hacerme reír, tus chistes malos siempre me causaron mucha gracia, pero no era porque fueran graciosos, era solo porque los contabas tú.
Me decías que te gustaba todo de mí, yo jamás te creí, pero adoraba q me lo dijeras, me hacías sentir importante, me sentía especial gracias a ti.
Me encantaban esos momentos insignificantes ante los ojos de cualquier persona ajena a nosotros, pero tenían un hermoso significado para mi, esos pequeños detalles eran los q llenaban mis días de alegría, era porque los compartía contigo.
Nadie más q nosotros podía entender nuestras miradas, miradas de amor, miradas cómplices compartidas y comprendidas únicamente por nosotros dos. Tus grandes y hermosos ojos color marrón me expresaban más cosas q mil palabras, dicen q los ojos son las ventanas del alma… y los tuyos eran enormes ventanales transparentes q me permitían saber que sentías, podía ver atravez de tus ojos todo el amor q me tenias, tus palabras me lo decían y tus ojos me dejaban ver q era verdad.
A veces incluso podía adivinar en que pensabas, siempre me decías que podía leer tu mente, yo sonreía, pero lo que pasaba era que te observaba, había aprendido a identificar tus gestos, analizaba todos tus movimientos, te conocía demasiado bien, llegue a conocerte tan bien como a mí mismo… sabía perfectamente cuando intentabas mentirme y cuando había segundas intensiones en tus palabras. Pero no te conocí lo suficiente.
En muchas ocasiones calle mis inquietudes, quería q confiaras en mi, quería q fueras tu mismo el que tomara la iniciativa de contarme tus problemas, tus inquietudes y tus temores. A pesar de ser un hombre muy fuerte, también tenias temores, algunas veces me daba cuenta de las cosas q te hacían mal, pero tú siempre me mostrabas esa sonrisa que me enloquecía para q yo no me enterara de tus inseguridades, tal vez por orgullo, tal vez por miedo, o tal vez porque sencillamente no querías q me preocupara demás por ti… jamás me platicaste de esas cosas, yo siempre debí hacerme mis propias ideas y algunas no estaban del todo equivocadas.
Jamás te cuestione, no quería presionarte, tu jamás me mostrabas tu lado débil, siempre fuiste amable conmigo, dulce, el hombre más hermoso que jamás conocí, tenía tantas razones para amarte y para no incomodarte nunca mencionaba ninguna de esas cosas q sabia que te dañaban, siempre pensaba en ti… siempre quise protegerte.
Aun recuerdo cuando nos sentábamos en la pequeña banca del jardín debajo de ese enorme árbol de cerezo. Cuando nos sentábamos abrazados mientras tomábamos de una deliciosa taza de café por las tardes cuando el sol estaba comenzado a ocultarse en el horizonte, veíamos el cielo teñirse de tonos naranjas y rojos, las nubes iluminadas por el rojizo del crepúsculo, la fresca brisa acariciando tu rostro y meciendo suavemente tus cabellos castaños y un poco largos levemente rizados, adoraba ver tu imagen bajo la luz del atardecer mientras cerrabas tus ojos dejándote llevar por la tranquilidad del momento, tu rostro reflejaba tanta paz que sentía como si mi corazón sonriera de felicidad de solo verte.
Amaba las noches que pasaba a tu lado, la forma en q me besabas, como me tocabas y acariciabas cada parte de mi ser, me encantaba el exquisito sabor de tu boca, tus labios dulces y esponjosos recorriendo mi piel era una sensación que me hacia tocar las estrellas, la forma en q me tomabas y me hacías tuyo en esas noches de desenfrenada pasión y deseo me llevaba al mismísimo cielo… pasaba horas viéndote dormir de esa forma tan apacible y tierna después de haberme entregado una vez más a ti como la representación pura y más bella de nuestro infinito amor… parecías un hermoso ángel que bajó del cielo para convertir mis días de desdicha y soledad en un interminable momento de dicha y felicidad constante. Porque a tu lado el tiempo dejaba de seguir su curso, no existía el tiempo siempre y cuando tú estuvieras conmigo.
A tu lado fui feliz… fui la persona más feliz… mi mundo era perfecto, todo era perfecto
Hasta ese día…
Recuerdo q cuando llegue ese día del trabajo, tú estabas en el pequeño estudio de nuestra acogedora casa, no esperaba verte ahí, aun no era hora de q regresaras de trabajar. Te escuche teniendo una discusión por teléfono con alguien, sentí miedo, sentí un gran temor recorriendo cada parte de mi ser, una inseguridad q jamás había sentido se apodero por completo de mi y tenía una extraña sensación en la boca del estomago que me estaba molestando desde que escuche como gritabas molesto a la otra persona en la línea del teléfono. No sabía q pasaba y no entendí la conversación puesto q un momento después de que llegue la diste por finalizada con un simple “No lo haré”.
Saliste molesto de esa pequeña habitación, tus ojos se abrieron grandes por la sorpresa de verme ahí parado afuera de la puerta, preguntaste cuanto escuche, te dije q no escuche nada, te vi tan alterado q no pude evitar preguntarte por primera vez q pasaba. Te sentaste en el sofá y yo me senté a tu lado. Me hablaste de q tu padre quería que te casaras con Sooyoung, la hija de una de las familias más poderosas de todo corea del sur, una chica hermosa y de tu misma clase social. Yo me encontraba confundido, no sabía q pensar, entonces sucedió… me propusiste q nos fuéramos juntos a otra ciudad, querías estar lejos de tu padre, aunque sabias q el seguro te buscaría querías alejarte de él. Dijiste q querías iniciar una nueva vida a mi lado lejos de tu padre, que no importaba si nos encontraba, no regresarías, lucharíamos por nuestro amor juntos.
Yo acepte sin siquiera pensar, no había nada que pensar, estaríamos juntos y eso era lo único q importaba, no importa donde, no importa cómo, solo quería estar a tu lado.
Empacamos esa misma tarde, cada uno traíamos una maleta, era todo lo q necesitábamos, un poco de ropa, dinero, y el uno del otro, nada más hacia falta.
Nos fuimos juntos a la estación de tren, compramos los boletos y nos dirigíamos a abordar, tu padre te frenó y detuvo nuestros pasos en cuanto lo vimos frente a nosotros, me mostro su rostro de molestia y desagrado por mí, me sentí intimidado, ese hombre me provocaba un gran temor en mi interior, su sola presencia me hacía sentir escalofríos recorrerme la espalda, baje la mirada intimidado, tímido. Me pediste q me adelantara a abordar, que necesitabas hablar con tu padre, que te esperara en el interior del tren. Obedecí sin chistar, hice una reverencia de respeto a tu padre y sentí su fría mirada atravesarme, me sentí insignificante ante la mirada de ese hombre, sin más me fui y tal como me lo dijiste tome mi lugar en el tren a esperar pacientemente por ti, al paso de unos minutos empecé a sentirme nervioso, ansioso, tu no llegabas. El tren inicio su marcha, me desespere, tu aun no habías abordado, grite, pedí desesperadamente q se detuvieran, si tu no estabas ahí tampoco quería irme, deseaba q detuvieran el tren para bajarme y buscarte, pero no se detuvieron, me levante de mi lugar desesperado para gritarles q pararan, dirigí mi vista a la ventana deseando q llegaras y lograras abordar.
Mis ojos se abrieron desmesuradamente. Ahí, parado en la acera viendo como el tren emprendía su camino, ahí estabas tú, tu rostro inexpresivo, tu mirada perdida, Sooyoung colgada de tu brazo izquierdo, pegada a ti como garrapata y con una sonrisa triunfante moviendo su mano en señal de despedida hacia mí,… y ese hombre, tu padre parado a tu derecha con una expresión dura en su rostro, los tres viendo como el tren se alejaba. Corrí a la ventanilla del tren, la golpee con fuerza desesperado, quería q me vieras y reaccionaras para q vinieras conmigo, gritaba tu nombre y algunas lagrimas salieron de mis ojos viendo como lentamente me encontraba cada vez mas lejos de ti.
Mi mundo dio un vuelco cuando vi q la chica giro tu rostro y te besó, esa fue mi última visión q tuve de ti antes de q el tren se alejara lo suficiente para perderte de vista, la ultima vez q te vi, te estaba besando ella, probó tus labios, esos q eran solo míos, mi corazón se rompió. Ante el hecho de saberme solo, sin ti, dirigí mis pasos de vuelta a mi lugar, lagrimas bajaban silenciosas por mi rostro mojando mis mejillas, no entendía, estaba confundido, no sabía q paso, tú te ibas conmigo y luego te vi con ella, me dejaste plantado esperando por ti en el tren, esperando por ir a otro lugar a tener un nuevo futuro juntos, mis ilusiones se fueron a la basura.
Por varias horas mantenía mi expresión de tristeza, tristeza de saberme ya muy lejos de ti, por la ventanilla del tren podía observar el paisaje, recosté mi cabeza hacia la ventana viendo hacia afuera, rememorando todo el tiempo q estuvimos juntos, viendo como el cielo se oscurecía siendo cubierto por unas gruesas nubes de tormenta, era una oscuro y triste panorama, aun después de haber calmado mi llanto unas cuantas lagrimas seguían en mis ojos disponiéndose para salir, me sentía destrozado.
Cuando el tren llegó a la estación baje con mi maleta en mano, comencé a caminar sin rumbo, sin saber adónde ir. Creo q camine como una hora, tal vez mas… mis pasos eran lentos, sentía mi cuerpo pesado, me sentía cansado, adolorido por el viaje y de tanto caminar. Llegue a un parque, la vista era deprimente, un frio ventarrón cubrió el ambiente, las calles deshabitadas en espera de la tormenta que se avecinaba, el cielo totalmente oscuro, aunque ya era de noche las densas y oscuras nubes no permitían ver ninguna estrella y la luna estaba oculta tras aquellas espesas sombras que advertían la venida de una gran tempestad.
Yo me encontraba solo, en una ciudad que no conocía, estaba triste, quebrado, mi alma estaba inquieta sintiéndose abandonada en la fría soledad, sin ti, no traía demasiado dinero, apenas traía conmigo unos pocos ahorros q había estado guardando, me sentía perdido, mi mente estaba ausente, vagando en el mar de recuerdos que me atormentaban sobremanera en esos momentos.
Totalmente cansado me senté en una de las bancas del parque, no se veía ni una sola alma en aquel frio panorama q se me presentaba. Lentamente las gotas de lluvia comenzaron a mojar todo a su paso, las frías gotas caían sobre mi cuerpo mojándome, mi desesperación fue más fuerte q yo, un rio de lágrimas saladas empezó a brotar de mis ojos provenientes de lo más profundo de mi alma. las pequeñas gotas de agua salada se mezclaban con las frías gotas de lluvia q cubrían mi rostro y mi cuerpo completo, debido a la lluvia no se notaba q lloraba a excepción de los sollozos de desesperación que escapaban de mis labios, mi cuerpo se contraía por el frio, cubrí mis ojos con mis palmas y deje que mi tristeza saliera a relucir… sentía las gotas de lluvia cayendo sobre mi cuerpo, en un momento deje de sentirlas, la lluvia ya no caía sobre mí, sin embargo aun estaba esa tormenta azotando la pequeña ciudad en la q me encontraba.
-Si estás mucho tiempo bajo la lluvia te vas a enfermar- alguien hablo. Levante mi cabeza para ver quién era el dueño de esa voz. Un chico que parecía ser más joven que yo, con una figura parecida a la mía, delgado, su piel blanca, un poco más bajo que yo, su cabello castaño hasta los hombros recogido en una coleta estaba parado delante de mí, sosteniendo su paraguas sobre mi cuerpo para evitar q la lluvia siguiera empapando mi cuerpo, se encontraba de pie mostrándome una hermosa sonrisa, tan hermosa como su portador.
Yo no respondí a sus palabras solo baje la cabeza apenado intentando controlar mi llanto por completo.
-soy Lee Taemin ¿Cómo te llamas?- interrogo.
-Kim Kibum… dime Key –me limite a responder casi en un susurro.
-no puedes quedarte aquí… te enfermaras. Mira si quieres dime donde vives y te acompaño a tu casa- no respondí solo me quede en la misma posición con la mirada clavada en el suelo y la cabeza colgando hacia adelante
-¿no tienes adonde ir?- solo negué con la cabeza como respuesta a su pregunta.
-escucha, yo vivo no muy lejos de aquí… si gustas puedes venir conmigo, en mi casa hay una habitación vacía, puedes usarla si quieres.-levante la cara y lo miré. El me mostraba una tierna sonrisa y una mirada comprensiva en sus ojos. -¿vamos? –pregunto tendiéndome la mano. Yo sonreí y la tomé. Me ayudo a levantarme, tomo mi maleta y comenzó a caminar llevándome a su lado para cubrirme con su paraguas.
Luego de un par de cuadras llegamos a un pequeño departamento, abrió la puerta y entro delante de mí, me indico q pasara. Era un lugar pequeño pero muy acogedor, cálido, estaba decorado de una manera q le daba ese aire hogareño y con estilo, al parecer el chico tenia buen gusto para decorar. El lugar constaba de dos habitaciones, una cocina q tenia lo necesario, un lugar para el comedor, un baño y una pequeña sala.
Me llevo hasta una de las habitaciones, la que yo ocuparía, me indico q tomara una ducha caliente para el frio, el me prestó una de sus pijamas para que me pusiera cómodo ya que aun no había desempacado, me duche y me vestí, Salí del baño y fui a la habitación designada para mí. El estaba sacando mis cosas de la maleta y ayudándome a acomodarlas, afortunadamente el agua no se colaba atravez de ella.
Me senté en el suelo recargando mi espalda en la cama con las piernas encogidas y abrazándolas, no me sentía de muy buen ánimo, escondí mi rostro en mis rodillas y nuevas lágrimas empezaban a formarse en mis ojos. Taemin dejo de guardar las cosas y se acerco a donde yo me encontraba, se sentó a un lado de mí sobre la cama y puso su mano en mi hombro en señal de apoyo, me sentía en medio de una gran desolación.
Taemin preparó algo para cenar, yo tome mi móvil, necesitaba hablarte, quería oír tu voz para sentirme vivo de nuevo, quería que me explicaras que fue lo que pasó, necesitaba oírlo de tus labios. 1,2,3,4,5, 6 veces marcaba, nada, no respondías tu teléfono, yo estaba desesperado, marque tu numero una vez más, tuu, tuu, tuu, (imagínense que así suena) el tono del teléfono era lo único q obtenía, cuando estaba por rendirme alguien contestó del otro lado de la línea… tu padre.
“escucha muchacho, deja en paz a mi hijo, entiende de una vez que el jamás te quiso, tu nunca le importaste, si estaba contigo era por simple diversión, él ahora va a casarse con su prometida, sabes q ella puede darle cosas q tu nunca podrás, ella es hermosa y de una buena posición, si en algo mi hijo te importa no lo llames, no lo busques, olvídate de él, porque él será feliz con su futura esposa. Tú solo fuiste un estorbo en su vida, date cuenta q si dejo que te fueras solo es porque no te quería, no tenía intenciones de estar contigo, ¿acaso no ves que hizo todo eso para que te alejaras de él? El no te quería en su vida y fue demasiado cobarde para terminar su relación contigo de frente, ¿por qué crees que discutimos? Le dije que terminara contigo y te dijera que se va a casar en un mes pero no quiso decírtelo, prefirió hacer que te fueras lejos para que ya no estorbes en sus planes, no le interesas, jamás le importaste en lo absoluto, el estaba comprometido con Sooyoung desde mucho antes de conocerte, su matrimonio estaba planeado desde hace meses y ya que se acerca la fecha quiso cortar cualquier relación contigo definitivamente, es por eso que te envió lejos, si tu lo quieres déjalo vivir su vida, sabes que el destino de mi hijo es Sooyoung así que no intentes interferir ella lo hará muy feliz… ah por cierto quiero agradecerte por divertir a mi hijo los últimos meses, fue una buena despedida de soltero, a él le encantan esos juegos así que gracias por haber sido su juguete.”
Ni siquiera me permitió preguntar por ti, cada una de sus palabras era para mí como una navaja q era incrustada en mi pecho y luego girada para hacer más grande y más dolorosa la herida, sus palabras fueron como un detonante que exploto en mi corazón creando miles de pedazos cortantes que se encargaban de perforar mi piel desde el interior.
Totalmente destrozado sentí que mi cuerpo temblaba, no me respondía, era como si hubieran detenido cualquier razonamiento de mi cerebro, mis piernas flaquearon dejándome caer de rodillas en el piso de la habitación, las lágrimas bajaban por mis ojos inevitablemente, sus frías palabras rondaban mi cabeza como cientos de avispas que creaban un sonido agobiante y me hacía sentir como si todas picaran mi cabeza al mismo tiempo.
Taemin entro a la habitación viéndome de rodillas junto a la cama llorando, se acerco y me abrazo, tomo asiento en la orilla de la cama preguntándome que pasaba, agonizante entre todos esos sentimientos apretando mi pecho estampe mi rostro en su regazo, con mis manos me aferraba fuerte del pantalón de pijama que traía puesto, el acariciaba mi cabeza con sus manos dándome su apoyo, no dijo nada, solo se quedo ahí conmigo dejando que me desahogara.
Estuve en esa posición por horas, amargos gritos de desesperación y dolor se escuchaban en la habitación pero eran acallados por los estruendosos sonidos provenientes de la tormenta, los truenos resonaban en mis oídos, solo los interminables relámpagos alumbraban la habitación, mis ojos ardían pero no podía dejar de llorar, era un llanto desesperado y desgarrador, mi garganta apretada intentando controlar los penosos gritos de tristeza y desesperanza que salían al tiempo que mis infinitas lagrimas empapaban las rodillas de ese chico prácticamente desconocido.
Me sentía morir, mi cabeza parecía querer estallar debido a mi llanto desgarrador, sentí la frente de Taemin posarse sobre mi cabeza y beso mi cabello, pude percibir como un par de gotas cayeron sobre mi cabello llegando hasta mis raíces, mis gritos y mi llanto habían causado que Taemin me acompañara con sus lagrimas.
Esa noche lloré hasta que mis ojos ya no pudieron derramar ni una sola lágrima más, después de tanto llorar y gritar para liberar esa horrible opresión que sentía, mis gritos se volvieron simples sollozos deje que todo el dolor, la tristeza y la pena salieran a la luz, mi cuerpo pesaba como 10mil kilos de plomo, en mi interior una mezcla de dolor y coraje desencadenaban una batalla por dominar terreno, me sentía solo, decepcionado, engañado, agobiado, me sentía víctima de una completa depresión y como si una parte de mi hubiera muerto, con mi corazón destrozado y el alma hecha pedazos caí rendido, todo el cansancio y el sufrimiento me hicieron quedar pesadamente dormido sobre las piernas de Taemin, fue como cuando a una niña la castigan y le quitan su muñeca favorita, como una niña que llora hasta quedarse dormida, así me sentí esa vez.
Durante dos semanas me sentía morir, no tenía fuerzas, estaba vacío, mis días sin ti se habían vuelto, tan largos, tan aburridos, eran días grises, ante mis ojos todo había perdido su color, pasaba horas sentado junto a la ventana viendo las gotas de lluvia caer, veía esas pequeñas gotas que se deslizaban desde la parte superior del frio vidrio hasta llegar al borde inferior del mismo, yo seguía su recorrido con mis ojos, los recuerdos me invadían y una que otra lagrima se me escapaba. Deambulaba de un lugar a otro pareciendo un zombi, me sentía como muerto en vida, mis ojos habían perdido ese brillo y yo había perdido esa cosa tan importante para cualquier persona… una razón para vivir.
Ya nada tenía sentido para mi, día a día me sentía cada vez más débil, las noches se volvían infinitas para mí, no podía conciliar el sueño, creo q Morfeo se había tomado unas vacaciones dejándome con noches interminables de insomnio, no comía, no podía, si llevaba alimentos a mi boca unas horribles nauseas me hacían correr directo al baño, estaba cada vez peor. Taemin se preocupo mucho por verme así, a veces incluso tenía fiebre, debía ser por la mala alimentación que tenia, pero ni siquiera podía intentar comer porque terminaba en vómitos y nauseas, me tambaleaba al caminar, estaba pálido, los horribles mareos que tenia no me dejaban ni ponerme de pie.
Estaba tan mal que Taemin me llevó a fuerzas con el médico porque yo siempre me negaba, me realizaron una cantidad interminable de análisis y para cuando todos estos terminaron el doctor me dio la noticia que jamás me hubiera esperado, “estaba esperando un bebé”
Estaba embarazado, yo, Kim Kibum, un hombre iba a tener un hijo y no precisamente con una mujer, esa noticia me dejo en shock, era algo que jamás hubiera creído posible, yo tenía 3 meses y 1 semana de embarazo, recordando me di cuenta que había tenido malestares menores desde un par de semanas antes de separarme de ti aunque en ese momento no les tomé importancia.
No lo podía creer, estaba envuelto en un sinnúmero de emociones en donde el miedo y la inseguridad cubrían la mayor parte, no sabía q haría, no tenía trabajo, ni al padre de mi hijo, ni dinero, el poco que tenia se lo había dado a Taemin por todas las molestias, el me había brindado un techo y comida sin pedirme nada, había estado conmigo en esos malos momentos y había llorado conmigo cuando yo lo hacía, me cuidaba y se preocupaba por mí, algo debía darle y le di los ahorros que traía conmigo, el no quería tomarlos pero le dije que si viviríamos juntos debíamos compartir gastos, que yo no quería ser una carga, así fue como lo acepto, claro que fue después de decirle que si no lo tomaba me iría de su casa, pero ahora me encontraba en un lio enorme.
Cuando le dije a Taemin lo que me habían dicho se quedo igual q yo al escucharlo, totalmente sorprendido y no es para menos, que un hombre este embarazado es algo que supera la razón, cuando su cerebro proceso la información corrió a abrazarme totalmente feliz, me daba felicitaciones y saltaba de alegría literalmente, yo no me sentía tan feliz como él, estaba desesperado, lo único que tenia seguro era q quería tener a ese bebé aunque no sabía hacer. Taemin me dio todo su apoyo y me dijo que él se encargaría de cuidarme a mí y a mi hijo ya que me dijeron que era un embarazo de riesgo y no solo por ser un hombre si no porque mi salud no era la mejor. Así comencé con un tratamiento que el doctor me receto para ayudar a mejorar mi condición pues tenía anemia y muy bajas las defensas, me llenaba entre medicinas para mí y vitaminas, el doctor dijo que el bebé se alimentaba atravez de mi y que para que fuera un niño sano yo debía tomar muchas vitaminas y alimentarme bien porque el bebé extraería de mi cuerpo las vitaminas que el necesitaba en su desarrollo.
Trataba de comer bien todo el tiempo y gracias a las medicinas que disminuían las nauseas podía soportar la comida dentro de mi estomago. Mientras los días pasaban cada vez se hacía más notorio el bulto de mi estomago, el hecho de saber que llevaba una vida en mi interior me hacia tener nuevas ilusiones, mis ganas de vivir se vieron renovadas y mi ánimo cada vez era mejor solo de pensar que sería madre, bueno padre o ¡ay! ¡Que mas da es igual en mi caso! De nuevo tenía una razón para vivir, tenía algo porque luchar.
Los meses pasaron y mi estomago estaba enorme, incluso tenía problemas para dormir, me sentía asfixiado y las incontables pataditas que sentía en mi vientre durante las noches me hacían más difícil la tarea de dormir, parecía más un canguro que un bebé, nunca dejaba de golpear y moverse dentro de mí. Taemin y los vecinos Jonghyun y Onew que se volvieron mis mejores amigos siempre estaban al pendiente de mí, por ser un embarazo de riesgo no trabajaba, Taemin cubría todos los gastos, el pobre tenía dos empleos y yo me encargaba de las labores en la casa hasta que mi embarazo me lo permitió porque el doctor me dijo que debía reposar, ya tenía 7 meses y durante el resto del embarazo pase la mayor parte de tiempo descansando en la cama, Onew venía a ayudarme con las tareas como lavar ropa, preparar la comida, limpiar y ordenar la casa, Jonghyun era un inútil en esas cosas por lo que para ayudar compraba cosas para el bebé, ya sabía que sería un niño y siempre me llevaba cosas como pañales, mantas, calcetines y todas las cosas necesarias para un bebé y la mayoría eran celestes.
Con ayuda de ellos tres llegue al final del embarazo y di a luz a un hermoso niño, lo llamé Yoogeun, era un niño muy sano, el parto no dio mayor problema y el niño nació en perfectas condiciones. Durante todo el tiempo de reposo que me había indicado el médico fue Onew quien se encargaba de la mayoría de cosas, ayudaba con las tareas de la casa y a cuidar a Yoogeun mientras yo no pude hacerlo. Jonghyun venia para ayudarle pero constantemente se metía en algún lio, rompía los platos o acababa tomando algún medicamento contra el dolor que se quedaba en su cabeza después de golpearse a causa de algún resbalón, nunca dejamos que cocinara porque una vez que preparo una sopa para el mismo no salió del baño en todo el día.
Taemin se pasaba la mayor parte del día trabajando, realmente se esforzaba mucho, el cubría todos los gatos incluidos los míos y los de Yoogeun, jamás terminaré de agradecérselo, es un alma de Dios.
Luego de un año cuando considere que ya podía dejar a Yoogeun con alguien más y porque ya era mucho abuso de mi parte para con Taemin comencé a trabajar, era mesero en un restaurante, el horario iba de las 4 hasta las 11 pm, trabajaba sin descanso, era muy pesado pero recibía buena paga. Cuidaba a Yoogeun hasta que era hora de irme, Taemin llegaba a las 7 pm, mientras estábamos trabajando Onew se encargaba de cuidarlo, ya que había cuidado de él desde recién nacido sabía que era un hombre responsable y que podía confiar en que él y que lo cuidaría bien.
Todo aunque fue, es bastante difícil va bien, gracias a nuestro hermoso hijo a mi vida volvió la felicidad, vino a darle alegría nuevamente a mi vida, después de ti él es el único que ha podido hacerme feliz aunque de distintas maneras, pero con ambos la felicidad llego a mí.
Todo estaba tranquilo aquel día, yo iba regresando con Yoogeun y Taemin de un paseo en el parque cuando recibí tu carta de manos de un señor ya mayor pero con una gran amabilidad, su vestimenta era un traje negro y venia conduciendo un hermoso auto negro, era el chofer de tu madre aunq no lo supe hasta después.
Cuando leí en el sobre que era de tu parte mi corazón palpito a todo lo que da, sentía que se saldría de mi pecho y los recuerdos llegaron a mi mente al leer el contenido de aquella carta.
“Para: Kim Kibum
Key, mí amado Kibum… aun no sé bien que decirte y escribí esta carta un par de veces sin saber cómo expresar lo que tengo en mi corazón. Ya que para mí es necesario escribirte estas líneas voy a serte completamente sincero con las palabras que en este momento en que escribo mi corazón esta pidiéndome a gritos que te las diga. La razón por la que quise escribirte es para pedirte perdón.
No estás alucinando Kibum, de verdad te pido perdón. Te ruego que me disculpes por todo el daño que te cause, por todo lo que te he causado y posiblemente al ser egoísta y escribirte esto para liberar esa presión en mi pecho que no me permite respirar este causándote aun más daño al momento en que leas estas palabras.
Te pido perdón por ser un cobarde, perdón por dejar que te fueras aquel día sin mí, perdón por no tener el valor para enfrentar a mi padre e ir a buscarte aun después que te fuiste, perdón por permitir que las amenazas de mi padre me vencieran, perdón por sentirme impotente y creer que no sería capaz de protegerte de él, perdón por haberte hecho sufrir de la forma en que seguro sufriste por mi causa, estoy seguro que fue así porque pude ver desde la estación tu desesperación y las lagrimas que derramaste aquel día en el tren cuando te vi en persona por última vez, perdón por no haber estado contigo cuando más lo necesitaste, perdón por no haber estado contigo dándote todo mi amor y cuidándote mientras traías en tu vientre a ese hermoso angelito que ahora está contigo recibiendo todo el amor que tienes para darle… Perdón por no haber sido un padre para nuestro hijo.
Perdón por no haber sido sincero contigo desde el principio y haber ocultado la verdad de tus ojos, perdón por no contarte todo lo que debías saber de mi antes de que nos volviéramos uno en cuerpo y alma aquella vez y también por no habértelo dicho nunca.
Supongo q ya es muy tarde para decirte esto y que tuve que haberlo hecho desde el principio, pero mi cobardía y mi miedo fue más fuerte que yo.
Aunque pueda parecerte de lo más estúpido y ridículo te lo tengo que confesar, una gran parte de la razón de nuestra separación fue porque pensé en tu bienestar, si te quedabas a mi lado no haría más que hacer infeliz y desdichado, seguramente te hubiera lastimado mucho que mi padre te tratara como a un enemigo, se que te sentiste incomodo con solo su mirada el día en la estación, si te hubieras quedado conmigo seguro habría sido mucho peor que eso, el jamás se habría rendido a vernos juntos, lo más probable es que hubiera hecho todo lo humanamente posible por hacer que nos separáramos. Sé que mi deber era luchar contra él y contra todo por tu amor, por estar contigo, defenderte y protegerte de todo era lo que debía hacer… pero no lo hice. No lo hice por miedo… y no porque le tuviera miedo a mi padre exactamente, sino porque no me sentí en las condiciones para luchar contra él, sentía que no lograría mantener una batalla en su contra y terminaría dejándote desprotegido totalmente a su merced.
Tampoco quería verte sufrir por mí, no habría soportado que estuvieras a mi lado en estas condiciones y verte llorar a causa mía, se que tú me amabas y jamás me hubieras abandonado aun cuando estar conmigo requiriera mucho sacrificio de tu parte. Habrías estado conmigo hasta el final, pero yo no hubiera podido soportarlo. Sé que fue muy estúpido de mi parte el decidir por ti, que eso era algo que tú tendrías que haber considerado y tomar tú la decisión tratándose de tu vida, pero quise evitarte más dolor.
Estando en esta habitación he pensado muy detenidamente mis acciones del pasado y he tenido algo de tiempo para pensar que quería decirte y aunq las palabras nunca fueron claras solo digo lo que hay en mi corazón.
quiero que sepas que jamás me case con esa mujer, sé que mi padre hablo contigo y te dijo que me casaría, en sus planes así estaba previsto mas no en los míos, nunca me interese en ella y preferí romper la relación, jamás tuve nada con ella, el único que amé y amaré siempre eres tú.
De toda mi vida lo único que lamentare es no haber estado contigo aprovechando al máximo el tiempo que tenia, también el no haber sido un padre para Yoogeun, se que seguro piensas que jamás me preocupe por ti y ahora vengo diciéndote todo esto cuando nunca me importo, pero no es así, todo el tiempo estuve pensando en ti, pague a alguien para que te siguiera y me informara de tu estado constantemente, quería asegurarme que estabas bien y que la promesa de mi padre de no dañarte fuera cumplida, mi informante me mandaba la información sobre ti y nuestro hijo, realmente me duele el no estar con ustedes y compartir hermosos momentos como la familia que debimos haber sido, se que fue mi culpa y me duele mucho que todo haya pasado de este modo.
Yo te estoy muy agradecido, me hiciste muy feliz en todo el tiempo que compartimos juntos, fue únicamente tu recuerdo lo que me mantuvo vivo por tanto tiempo, deseaba volver a verte y sé que no será posible pero quiero q sepas que tu recuerdo esta siempre conmigo y el saber que a tu lado está el fruto de nuestro amor me hace muy feliz.
Yo te amo kim Kibum, te amaré para siempre aun después de la muerte, mi corazón es y será siempre tuyo.
Choi Minho”
Al leer tu carta inconscientemente mis ojos se aguaron y me vi envuelto en un mar de lagrimas derramadas por mi, todos los recuerdos del pasado llegaron a mi mente como cuando vas caminando tranquilamente y en un segundo inesperado un balón te golpea directo en el rostro, así lo sentí, de nuevo estaba llorando pero había algo de felicidad en mi por saber que yo te importaba y que estuviste pendiente de mi. La prueba de fue una fotografía que venía con la carta, era una fotografía del día que Yoogeun cumplió tres años, estábamos celebrando en el parque y en la fotografía se veía claramente el momento en que le di un abrazo para darle su regalo.
Sin pensarlo demasiado guarde varias cosas en un bolso y no dude en venir a buscarte, fui a buscarte a tu casa y me encontré con tu mamá, una linda mujer y muy amable por cierto, se portó de maravilla conmigo y con nuestro pequeño hijo que cumplirá 4 años la próxima semana, me contó todo lo sucedido y me dijo que estabas aquí. Me platico que estuviste en el hospital debido a tu enfermedad y que fue ella quien se encargo de hacerme llegar tu carta, no puedo creer que jamás me dijiste que tenías leucemia, me duele que no confiaras lo suficiente en mí pero también entiendo tu preocupación.
Y te perdono, te perdono Minho. Aun cuando ya es demasiado tarde para que envejezcamos juntos, tu recuerdo estará siempre conmigo… estaré eternamente agradecido porque gracias a ti es que supe lo que es la felicidad y aun cuando sufrí mucho con nuestra separación el regalo que me diste me ayudo a superarlo y ser feliz de nuevo. Tú me entregaste el mayor regalo del mundo, mi pequeño, el se parece mucho a ti, te veo atravez de él y por el tiempo que me quede de vida guardaré celosamente tu recuerdo junto a mi corazón.
Tú fuiste el hombre más maravilloso de la tierra y me diste eso que las personas tan desesperadamente buscamos, me diste amor, me enseñas a amar y lo que significa ser amado. Te voy a llevar siempre conmigo y espero algún día poder reunirme contigo de nuevo… porque te amo y te amaré siempre.
Te extraño, me haces falta y me duele saber que no estarás conmigo en esta vida pero espero encontrarte de nuevo algún día, para seguir amándonos como hasta ahora.
Y aquí frente a tu tumba te juro que Te amo Choi Minho y jamás voy a olvidarte…