Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No one por Ruu Ochibisan

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

:3 Ya era hora de que subiera algo de esta pareja, con lo que me gusta >///< (Fudou de uke es taan lindo *0* En serio, me parace adorable) nwnU bueno, al grano, espero que os guste~~ Es un fic bastante corto, sólo tiene un capítulo, y bueno, no tiene lemon ni parecidos, sólo es un poco de amor en estado puro ^w^.

Por cierto, este fic se lo había dedicado a un amigo mío, al que no le gusta el yaoi (vamos, que ni le gusta ni le deja de gustar -w- le da igual) pero que es tan majo que quería leer mis escritos porque yo los había hecho, y como me daba corte hicimos un trato. Él me escribía un relato yuri y yo a él uno yaoi XD Que debía tener lemon, pero me dio vagueza y no lo he puesto, así que puede que en un tiempo haga la segunda parte, con cositas para mayores~~ e.e

PD: Inazuma  Eleven no me pertenece, yo solo escribo fanfics sobre este anime/manga por ánimo de entretener a los fans, y por el mero hecho de dicfrutar escribiendo :3

Notas del capitulo:

No he querido poner a nadie como seme o uke, que sea como os plazca a vosotras :3 (no sé si habrá algún chico aventurado por ahí (?)) Aunque mantengo lo dicho, para mi Fudou es el uke, ya puede ser todo lo malo que quiera ewe.

Estaba harto de toda esa mierda.

Ya no lo soportaba más. Lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba con toda su alma. Y lo peor de todo era que no podía hacer nada al respecto para cambiarlo.

Ese chico le gustaba, y por mucho que quisiera negarlo o ignorarlo, no podía. Por eso precisamente lo odiaba tanto.

Suspiró. Recogió sus cosas y salió de clase. La campana que marcaba el final del horario escolar no había sonado todavía, pero tampoco es que le importara demasiado, nadie notaría su ausencia en los últimos quince minutos de clase.

Caminó por el pasillo con paso tranquilo, y subió las escaleras hasta llegar a la azotea del edificio. Siempre que podía acudía a ese lugar. Era mejor que volver a casa, donde tenía que aguantar todo tipo de insultos y ofensas por parte de sus padres. Estaba mucho mejor solo.

Dejó la mochila sobre el suelo y se agachó para poder sacar de su interior una cajetilla de tabaco. Apenas se la había comprado ayer y sólo le quedaban tres cigarrillos. Suspiró nuevamente y se llevó uno de ellos a la boca, aspirando al mismo tiempo que encendía su desgastado mechero zippo, encendiendo y saboreando el amargo sabor del humo.

Dejó la mochila a un lado y guardo su mechero en el bolsillo derecho de su pantalón, se apoyó sobre la barandilla y se dedicó a mirar como los niños de primaria salían de clase cogidos de la mano de sus padres.

Que ganas tenía de saltar esa fina valla y dejarse caer al vacío, despidiéndose de todos sus problemas… Pero era demasiado testarudo como para dejarse vencer por su propia agonía.

-¿No deberías estar en clase? –Escuchó una conocida voz que lo sacó de sus decadentes pensamientos.

-Podría decir lo mismo de ti, Yuuto –Se defendió el chico de ojos verdes, sin molestarse siquiera en esconder su cigarrillo.

-Tengo permiso para estar aquí, justo lo contrario que tú, supongo –Habló orgullosamente el chico de ojos rojos, mientras se retiraba las gafas, y se las acomodaba en el cuello de su camisa.

-Supones bien –Le contestó el otro chico, sin apartar la vista de los niños y de sus padres -Como siempre –Añadió con cierto desprecio antes de dar otra calada a su cigarrillo.

El chico de las extravagantes gafas y cabello recogido en una coleta se acercó al punky, hasta quedar apoyado a su lado, mirando la misma escena que el menor observaba desde hacía rato.

-No sé que he hecho para que me odies tanto –Confesó Kidou, mirando de reojo el rostro de su compañero. Este sólo apartó la mirada de los rojizos orbes del castaño, ignorando su comentario.

-Porque no creo que seas así con todo el mundo –Volvió a hablar el mayor, girando su cuerpo para encarar al chico de ojos verdes con más facilidad.

-No soportas no tener la razón ¿Verdad? –Dijo con tono sarcástico el punky, mostrando una sonrisa falsa.

Yuuto interpretó eso como un sí, y decidió dejar de lado ese comentario.

-¿Te molesta que la tenga siempre? –Preguntó tranquilamente el oji-rojo, a lo que el menor le miró sorprendido. No se esperaba esa pregunta de su parte.

-Puede que sí, y puede que no, si no lo sabes tú, no sé quien puede saberlo –Canturreó el ojiverde. Esa era la forma que tenía de expresar sus sentimientos hacia el castaño. A base de insultos e indirectas. Si no fuera por eso, no tendrían absolutamente nada de lo que hablar.

Kidou se llevó una mano al mentón y cambió de posición para quedar con un codo apoyado en la barandilla.

-Supongo que eso también es un sí – Susurró para si mismo sin mucho entusiasmo. Él tenía mucha paciencia, y más si se trataba de Akio, pero aun así era bastante molesto que sólo le contestara con sarcasmos y burlas.

-Oye, si sólo has venido a molestar, será mejor que te largues –Rompió el silencio el chico punky, tirando la colilla de su cigarrillo al vacío que había desde la azotea.

-Ahora que lo dices… Había venido para hablar contigo –Confesó el mayor, volviendo a enderezarse, recuperando su característica postura seria.

-¿Conmigo?-.

-Sí… sabía que estarías por aquí –Se explicó el mayor, acercándose poco a poco al otro joven.

-¿Y que quieres? –Preguntó curiosamente el chico de ojos verdes.

-Bueno… Iba a preguntarte algo, pero creo que ya no hace falta –Respondió triunfante el mayor, sin dejar de recortar la distancia que los separaba.

Fudou fue retrocediendo, hasta que se encontró de espaldas a la barandilla.

-¿Yuuto, qué coño estás…? –No le dio tiempo a terminar la frase cuando sintió que su compañero lo besaba en los labios con mucha suavidad. Fue un beso corto y superficial, apenas un roce.

El oji-rojo se separó de su compañero y le dedicó una sonrisa satisfecha. –Te veré mañana –y tras decir esas tres palabras, caminó hacia la puerta y se fue, dejando como única prueba de su breve estancia en esa sala, la sensación de calor de sus labios sobre los de su compañero.

 

Por otra parte, Fudou se quedó estático mirando la puerta por la que Kidou acababa de marcharse tan tranquilamente, cuando su corazón estaba por explotar.

-¡E-espera! –Finalmente reaccionó y salió corriendo tras aquel chico. Necesitaba una explicación.

Dejó la azotea atrás y comenzó a caminar por los pasillos, tratando de hacer en menor ruido posible, para que los profesores de las demás clases no se advirtieran de su presencia.

Curiosamente Yuuto no estaba por los pasillos de tercer grado, así que sólo podía estar en el recreo o haber vuelto a clase. Después de todo él era un alumno ejemplar, no solía faltar nunca a ninguna clase.

-Mierda… -Gruñó por lo bajo, mientras comenzaba a caminar de nuevo hacia la azotea. Ese cretino de Kidou le había jodido la tarde y probablemente la noche. Ahora no podría sacárselo de la cabeza en una temporada, bueno, más de lo que ya lo tenía en la mente.

Volvió a la solitaria azotea y se sentó en el suelo, apartando algunas hojas. Le habían vuelto las ganas de fumar, pero tenía que dejar algún cigarrillo para mañana.

-¡Mierda! –Volvió a gruñir, a la par que apretaba sus puños.

Sintió una fresca brisa despeinar su cabello y enfriar la pálida piel de su rostro. Llevó sus manos a los bolsillos de su chaqueta, intentando resguardarse del frío que empezaba a levantarse.

Sintió el tacto del papel en su mano derecha. Lo cogió con suavidad y sacó de su bolsillo un trozo de papel doblado, que a primeras no reconocía. Lo examinó un poco y vio que tenía su nombre escrito en un lateral, así que optó por abrirlo y ver de qué se trataba.

Parecía una carta. Tardó poco en reconocer la letra de Yuuto. Parecía letra de imprenta, no se parecía a la de nadie. Sonrió inconscientemente y comenzó a leerla.

 

“Me gustaría verte mañana. En la azotea, a la misma hora de siempre. Espero que no estés enfadado por lo que ha pasado, no me gustaría perderte.

PD: Firmaría la carta, pero estoy seguro de que ya sabes quien soy. No te retrases”

 

Terminó de leer las tres frases con mucha atención, y volvió a doblar la nota y a guardarla en su bolsillo. Ese Yuuto no paraba de sorprenderle.

Rió. No le quedaba otra que saltarse la última clase del día siguiente.

Notas finales:

-////-U eso ha sido todo, espero no haber hecho llorar a nadie ó3o bueno, esperemos qué no. Un saludo a todos y gracias por leer.

``A mi me gusta tanto lo bueno como lo malo. No puedo querer a las persona a trozos´´


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).