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"Nos conocimos unas cuantas centurias atras..." por Ddai

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Notas del fanfic:

Bueno hemos decidido jugar un desafío, por lo que tendré que aceptar escribir algo con ciertas reglas, pero para quienes ya me han leído, recordarán que torcer las reglas es mi especialidad kekekekekeke [Sí, lo dije por ti¬¬]

 

5 capítulos = serán mas de cinco, pero no he definido la cantidad.

3 canciones de billy ido = Esto sigue igual

Hiruma + mpreg = Continúa mas o menos igual.

Los otros  puntos fueron elimonados de forma parcial, serán mensionados dependienso de la evolución de la historia o eliminados por complento por la misma razón.

 

Notas del capitulo:

Renuncia: Nada es mío, solo la trama extraña, Eyeshield y sus personajes le pertenece a sus respectivos autores, las Canciones que salen en los primeros capítulos son de sus respectivos autores e interpretes...

Cuando los caminos vuelven a cruzarse.

White Wedding

.

Las personas iban de un lado a otro, completamente enloquecidas la boda sería en pocas horas y había que terminar lo que aún no se había hecho, hacer lo que no se había planeado e ir a buscar a aquellos que no podían faltar...

Agon estaba ahí, recargado en uno de los pilares del local, mientras miraban los anillos de su hermano, eran de oro, grabados con los nombres de él y de su futura esposa, esa mujer tenía unas piernas morbosamente tentadoras, pero no le agradaba, era tan... “Perfecta”, él no podía evitar pensar que había algo podrido dentro de ella...

Hubiera preferido que su hermano no se casara, ¡Solo tenían veinticinco años! Pero él decía que la amaba y que por ella haría lo que fuera, incluso lanzarse de un barranco si ella se lo pidiera...

—    Qué estúpido eres Unsui... — murmuró mientras volvía a guardar esos anillos en su bolsillo, despreciándolos. El jamás se casaría, mucho menos con una mujer como ella, prefería mil veces ser un mujeriego soltero el resto de su vida que quedar atrapado en las redes de una mujer... Sonrió con cierta burla, incluso era capaz de volverse “puto” con tal de no acabar como su estúpido hermano...

A la hora indicada tomó su lugar frente al altar, justo al lado de su hermano, siendo su padrino de bodas, siendo su hombre de confianza y quien lo regresaría al altar si trataba de huir, desde luego que si eso pasaba en lugar de devolverlo le daría las llaves de su amado carro para verlo escapar... ¿Por qué su hermano había escogido a esa mujer? No lo sabía, todo lo que sentía era que perdía a su hermano mayor...

.

Hey little sister what have you done
Hey little sister who's the only one
Hey little sister who's your superman
Hey little sister who's the one you want
Hey little sister shot gun!
.

Hiruma iba llegando cuando la boda estaba por terminar, no era que hubiera querido llegar tarde apropósito, su vuelo se había retrasado un par de horas y no hubo manera de hacer nada, claro que se lo había comunicado a quien lo invitó, la novia, porque ella jamás le perdonaría que faltara a su ansiada boda con el mayor de los hermanos Kongo...

O al menos esa era la excusa que había dado, no tenía ganas de estar presente en todo ese lío, mucho menos de oírla hablar de lo perfecto y maravilloso que era su futuro esposo, su único gran amor, su príncipe azul, el que podía darle todo lo que ella quería sin que tuviera que decirle nada y... Aquel que había atravesado su corazón con una mirada dulce...

Todo eso era lo más cursi que había oído jamás, tuvo ganas de pegarse un tiro cuando la estaba oyendo, pero no pudo decirle lo que  de verdad pensaba sobre ello, ella era importante para él, ella era quien lo había apoyado todos esos ayos en la preparatoria y la universidad, simplemente no podía ser un cabrón jodido hijo de puta con “Mamá Gallina” porque ahora le recordaba a su propia madre, cuando él era pequeño y ella cuidaba de él...

—    Joder.... — murmuró con una sonrisa, se estaba metiendo a la boda con discreción, justo en ese momento el sacerdote había hecho la pregunta delicada... “Si alguno de los presentes sabe de algún motivo por el cual ésta pareja no pueda unirse bajo la ley Sagrada de Dios padre, hable ahora o calle para siempre...”

No querían que pensaran que él estaba interesado en ella ¡Joder! ¡NO!, eran amigos, eso era todo, aunque él sabía que ella estuvo enamorada de él por un tiempo, pero él fue claro con ella, jamás podría verla como a la mujer con la que compartiera su vida, por la simple razón de que a él le gustaban los chicos...

Ella lloró cuando lo supo, pero se repuso rápido y todo fue como si nada hubiera pasado, luego... Luego ella conoció a Unsui, quien se convirtió en su hombre ideal...

—    Felicidades maldita manager, has hallado a tu jodido príncipe azul... — sonrió tenuemente, deseándole, desde lo profundo de su ser, que fuera feliz, ella se lo merecía, por lo que iba a callarse todo lo que él sabía que podría separar a la pareja, después de todo los errores del pasado, de ambos, no contaban frente al altar...

.
It's a nice day to start again
It's a nice day for a white wedding
It's a nice day to start again.
.

Estaban en el baile,  los esposos abrían radiantes de emoción, mientras todos los demás los miraban, comenzando a bailar después de ellos, todo era felicidad.

Hiruma esperó “impaciente” a que fuera su turno para bailar con ella y terminar con todo eso, fue una sorpresa para todos saber que el Demonio rubio sabía bailar, pero bueno habían pocas cosas que él no podía hacer y aprender a bailar solo por no quedar mal no era una de esas cosas imposibles...

Conversó con ella un poco, tratando de no involucrarse, ella simplemente sonrió, sabiendo que él nunca cambiaría...

—    ¿No crees que es un buen momento para volver a empezar, Hiruma?— ella le preguntó susurrando, había querido saber la razón por la cual el rubio había desaparecido hacía un año sin decir nada, hasta que de la nada  casi seis meses después le había llamado, únicamente para decirle que no podría volver a jugar Amefuto...

—    No digas tonterías, jodida Anezaki — sabía a qué se refería ella, pero no, no podría volver a jugar en bastante tiempo, tal vez no podría volver a hacerlo en serio nunca más, pero no quería hablar de ello, mucho menos en ese lugar... Y por nada del mundo le diría a ella la razón, era algo que se guardaría solo para sí mismo...

—    No puedo creer que de verdad vayas a dejarlo... —dijo ella con tristeza, recordaba que él  en verdad deseaba ser parte de la NFL de Japón ¿Qué podría obligar a un chico tan decidido como él a renunciar a sus sueño mas anhelado?... No se lo podía imaginar, porque él le había dicho que NO era a causa de una lesión...

—    Yo puedo hacer con mi maldita vida lo que me dé la maldita gana—dijo con una sonrisa aun cuando sus palabras iban cargadas con cierta amargura...

—    Si llegas a cambiar de opinión, sabes cómo encontrarme — ella sonrió suavemente, sabía que él no quería retirarse y qué, lo más probable, en algún momento se retractaría... — Nunca es tarde para volver a empezar, además...—

—    ¿Además, qué? — ella no solía dejar oraciones a medias, él lo sabía, por lo que eso había sido con toda intención, pudo haber fingido que no la oía pero no se sentía de humor para jugar al niño inocente...

—    ¿Sabías que Agon ha estado preguntando por ti desde que desapareciste? —   esperaba que ese “desliz” lo hiciera sentirse interesado, ella sabía que al rubio le había gustado el moreno desde que iban al instituto, además que durante la universidad habían logrado ser un poco más cercanos, aún cuando siguieron peleándose constantemente...

—    Kekekekekeke Lógico, jodida manager, le debí como cuatrocientos dólares... Kekekekekeke— no era cierto, pero joder ¿Por qué justo en ese momento lo mencionaba? ¡No quería saber nada de nadie!... Menos de una posible pareja sentimental...

—    ¡Le debiste! ¡Ya decía yo que el que te buscara como loco no podía ser de a gratis...! — ella pareció reprochárselo, “mamá gallina” siempre sería mamá gallina...

—    ¿Y por qué otra cosa creíste que lo hacía, jodida manager? —

—    ¿Porque está perdidamente enamorado de ti...? ¿Tal vez?— ella pareció dudativa y él simplemente comenzó a reírse como maniaco, llamando la atención de todos...— ¡No era para que te rieras!—

—    KEKEKEKEKEKEKEKEKEKEKEKE — dejó de bailar, para no perder el equilibrio y caerse—¡Eso es lo más estúpido que he oído!—Se alejó de ella, para irse a recargar en una pared, ese ataque de histeria no parecía natural, pero en serio, ella decía cosas ridículas y con tanta seriedad que si no fuera Hiruma Youichi le pudo haber creído...

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Hey little sister what have you done
Hey little sister who's the only one
I've been away for so long (so long)
I've been away for so long (so long)
I let you go for so long

.

Agon los estaba mirando desde una esquina, lo suficientemente lejos de ellos como para que lo notaran o como para que pudiera oírlos, mas no quitaba la vista de cierto rubio sinvergüenza ¿Qué le causaría tanta risa? Quería ir y preguntárselo pero eso no iba con él, como tampoco le iba sentirse atraído por una basura sin talento como Hiruma Youichi, pero esa era su realidad ¿Cómo podía ser posible que le interesara ese idiota? No sabía cómo contestar a eso, lo único que sabía era que sí, en efecto le gustaba y… Bueno, él no quería pensar más allá de eso porque su realidad podría convertirse en una horrible pesadilla, como la que había tenido hacía varios meses, eral algo que no quería recordar…

La fiesta siguió sin que ellos dos se toparan siquiera, Hiruma había querido retirarse pero el jodido enano, el estúpido mono, el mega IDIOTA de Taki y el maldito viejo no lo dejaron, acosándolo con preguntas, amarrándolo  una silla, de la cual se desató en segundos y diciéndole que pensara en Anezaki san, joder, que todo eso le venía valiendo, pero el viejo lo había detenido de una manera más efectiva, si se atrevía a irse le diría a la jodida manager lo que sabía de los motivos que tenía para retirarse… No creía que el pateador supiera nada de ello pero no podía estar seguro, después de todo Musashi también había estado en esa pesadilla

—    Maldito viejo… —s usurró para sí mismo mientras bebía una copa más — Y luego yo soy el desgraciado chantajista…mJe… — se rió por lo ridículo de su situación, no podía hacer nada más…

Las horas fueron pasando y la gente se fue retirando, menos ellos dos que casi por accidente acabaron bebiendo en la misma mesa y se habían dado cuenta cuando estaban ligeramente embrutecidos por el alcohol… Y estaban teniendo una conversación más o menos civilizada…

—    Tu padre es un real pendejo… Por eso eres una basura sin talento… —comentó Agon con bastante claridad, aunque sus ideas estaban girando sin control, ni siquiera estaba seguro de que estaban hablando de la familia del rubio…

—    ¿Y qué? — él se hallaba en la misma situación, claro que había bebido menos, su resistencia la alcohol era menor que la del escogido de los dioses — Tu padre es más pendejo solo por tenerte a ti… — chocaron sus vasos como si estuvieran brindando.

—    Tu madre es una zorra ¿Ya tiene otra familia no? Seguro es una basura cobarde — claro que no lo decía con mala intención, real, realmente no era así, lo decía porque a esas alturas ya sabía que Hiruma vivía solo desde que tenía doce años, más o menos, por lo que en realidad estaba de su lado, o algo parecido a eso.

—    Sí, y tu madre es una puta, porque ella… — hizo un esfuerzo por juntar en su mente lo que sabía de la madre del moreno—No, la verdad no conozco a tu madre — declaró, no se sentía capaz de mirar su libreta de amenazas porque seguro no la podría ni leer.

—    ¿YYYY? Yo tampoco la conozco… — Agon se encogió de hombros y los dos sonrieron ante esa estupidez—Tu perro es un maldito sarnoso desquiciado — siguió con lo más cercano que había a una familia, las mascotas…

—    ¡Cuando te mordió le dio rabia, pendejo! — se volvieron a reír, chocando sus vasos una vez más — Tus doce perros, quince pescados y los trece gatos que tuviste están descansando en paz ¿Qué clase de idiota eres que no puede ni cuidar a un puto pez? — le dijo, burlándose de él…

—    Es culpa de un pendejo sin talento que me jodía toda la vida para hacer el trabajo sucio que no podía, basura — le devolvió la pedrada lo mejor que pudo, ni se acordaba de haber tenido tantas mascotas, seguro que el rubio se lo estaba inventando…

—    ¡JA! Las envidio, ellas no tiene que soportarte… —

—    ¿Y quién es el pendejo entonces, pendejo? — se volvieron reír, chocando sus vasos una última vez — Oye, basura, no queda más Wisky, ni champagne, creo que ni mineral siquiera, joder… — habían varias botellas regadas a su alrededor, todas completamente vacías…

—    Es hora de irse… — él se levanto, pero apenas quiso dar un paso cayó de nuevo en la silla — Carajo… — masculló para sí mismo, al parecer había consumido más alcohol del que podía soportar, lo sabía con certeza al no poder recordar en dónde había estacionado su auto… Un momento… Ni siquiera tenía las llaves de su carro… — Ese maldito viejo… —

—    ¿Qué? ¿Fue mucho para ti basura…? — se burló el de rastas, quien se puso en pie, aunque algo tambaleante… — Muévete, seguro que ya todos se fueron… —

—    Cállate pendejo, ya sabes que no todos tenemos tu maldita resistencia inútil… — para su sorpresa Agon lo ayudo a levantarse y caminar a la salida, pasando su brazo por debajo del propio… — Beber te hace daño… Jodido rastas —

—    Me vas a devolver el favor cuando estés gritando mi nombre, basura idiota — si no hubiera estado tan tomado no lo habría hecho, pero siendo completamente sincero, hacía mucho rato que había querido ponerle las manos encima a ese falso rubio.

—    Ni en tus sueños, idiota… — no, definitivamente que eso no pasaría, tomaría un taxi, se iría a su hotel y a primera hora se largaría de Tokio a seguir su vida, por muy perturbadora que esta pareciera ahora…

—    ¿Por qué demonios te sigues tiñendo el cabello basura? Nunca serás rubia natural — se burló una vez más, recordando vagamente como se enteró de que Hiruma tenía el cabello negro, pero no lo podía recordar con nitidez…

—    ¿Qué te importa jodido rastas? — le estaba dando sueño, maldita sea, si se dormía antes estaba más que bien jodido, pero… Desafortunadamente para él, los brazos de Agon, contrario a los que otros pensarían, eran reconfortantes, fuertes y se sentía seguro si él lo sostenía… Estaba terriblemente jodido si en verdad estaba pensando en ello…

Unos minutos después estaban en un taxi, tratando de mantenerse despiertos, los dos, aunque el rubio definitivamente más cansado, estaba perdiendo esa batalla ¿Porqué tenía tanto sueño si no había bebido tanto? Podría ser el hecho que tenía casi veinticuatro horas sin dormir, pero esa, a su parecer, era solo una probabilidad. Agon estaba casi igual, pero él había “no dormido” por ansiedad, había esperado por más de doce malditos meces para volverlo a ver y ahora no iba a dejarlo ir tan fácil…

Llegaron a su casa, ahora viviría solo ya que su hermano y su nueva, maldita, cuñada, comenzarían a vivir en una bonita casa que habían comprado recién, para comenzar a hacer su propia familia… Agon cargó al rubio, lo mejor que pudo, y lo llevó a su recámara, esta vez no se le iba a escapar, esta vez lo retendría hasta que se cansara de besarlo y tener sexo todos los días, quisiera o no el rubio…

Para su desgracia no solo le gustaba, estaba completamente enamorado de esa basura sin talento…

.
It's a nice day to start again (come on)
It's a nice day for a white wedding
It's a nice day to start again.

(Pick it up)

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Estaba corriendo, tratando de alcanzarlo, pero no importaba que tan rápido pudiera ir, ni siquiera si podía volar, simplemente no podía ni acercarse a menos de diez metros…

Se sentía desesperado, sus ojos le ardían como si hubiera estado llorando por siglos, aunque él jamás había llorado en mucho, mucho tiempo, tal vez la última vez que lo hizo fue cuando su madre los abandonó.

Tenía que alcanzarlo, tenía que decirle que serían padres… No eso no era lógico, pero sabía, muy en el fondo, que era así, esa nueva vida estaba creciendo en su interior.

Pero ¿Cómo decirle si su voz no llegaba? ¿Cómo detener la determinación de aquel escogido por los dioses? ¿Cómo podía detener la Voluntad y la Fuerza de ese Humano?

—    ¡NO LO HAGAS! — le gritó desde el fondo del abismo en el que se sentía atrapado, sintiendo tanta rabia— ¡ESOS MALDITOS HUMANOS NO VALEN LA PENA! — por mucho que se lo gritó él ni siquiera volteaba para verlo, dolía tanto, ¿Por qué el Amor de su Vida lo abandonaba por una raza que no lo agradecería nunca? No tenía sentido para él, pero eso era, quizás, porque él no era ni mitad humano…— ¡¡SI TE VAS NUNCA TE LO PERDONARÉ!! — nada, él ni siquiera parecía oírlo…

El viento se llevó sus palabras cuando gritó su nombre, revolviendo su largo y negro cabello, impidiéndole ver para donde se había ido aquel al que tanto trataba de alcanzar…

Después todo fue oscuridad, no importaba cuanto gritara nadie podía oírlo, cuando finalmente vio un pequeño destello de luz la desesperación volvió a enloquecerlo. Gritó con todas sus fuerzas, deseando morir, recordando esas últimas palabras antes de que él lo dejara mientras seguía gritando…

—    “No puedo dejar que ellos destruyan este mundo… Sin importar lo que pase es mi decisión que la humanidad no desaparecerá hoy ni mañana… De verdad lo siento Lólindir, pasarán muchas centurias antes de que podamos volver a vernos…”

Y la sangre comenzó a caer, no era una lluvia, simplemente la sangre manaba de todas partes, ahogándolo cruelmente mientras gritaba…

Lo habían traicionado, aún cuando creyó en ellos, los humanos, lo habían traicionado, ya había perdido lo que más quería y ahora le robaban todo lo que le quedaba…

Y los maldijo por la eternidad a perder de todo lo que gozaban, arrebatándoles todos los poderes y la magia que no era natural de la humanidad…

Lo que más le dolía era verlo irse sin poder detenerlo… “¡¡¡OBSIDIANA!!!”

.Final del formulario

Hiruma se despertó con un dolor de cabeza infernal, la maldita luz se colaba por la ventana y lo estaba hiriendo ¿Quién demonios había abierto las cortinas? ¡El siempre las dejaba cerradas porque odiaba la luz del amanecer y…!

—    Ught… — las malditas nauseas, el dolor de cabeza y la insoportable luz — Maldita resaca… — murmuró, sentándose en la cama… Momento, no estaba en su hotel, ni siquiera conocía ese lugar, ¿Cómo había llegado ahí? Eso no estaba en su memoria… — Oh no… — se lamentó, sujetando su cabeza entre sus manos, notando un pequeño detalle que apenas hacía segundos había pasado por alto, estaba completamente desnudo, en una cama con alguien más… — Estúpido, estúpido, estúpido… — se dijo a sí mismo, pensado en que no había mucho que podía hacer, incluso si él no hubiese querido Agon lo podría haber obligado…

Lo que no hubiera que querido hacer era lo primero que había hecho, meterse con ese hombre.

Maldita fuese la jodida resaca, maldita sus jodidas pesadillas con ese estúpido de rastas y más maldito aún ese estúpido de Agon por hacerlo sentir así…

Como odiaba todo eso, sabía que no eran solo pesadillas, no quería admitir que todo eso podía ser verdad… Claro que tal vez eso explicaría algunas cosas… Como la razón por la cual sus orejas eran tan largas… Pero no era momento de divagar…

—    Maldita sea… — masculló por lo bajo, queriendo levantarse, pero todo el cuerpo le dolía, incluso su pecho comenzaba a doler, esos malditos sueños solo eran recuerdos, los más dolorosos que nunca había tenido… — Maldito seas Agon… — sonrió maléficamente, sabiendo que el otro lo estaba escuchando, porque también se estaba levantando…

—    …  — pero contrario a lo que el rubio había creído, el de rastas no le dijo nada, solo estaba observándolo, como si no lo conociera o quizás era que no recordaba lo que había pasado — Lólindir Ciryatan… — susurró, sabiendo que ese nombre tan extraño, realmente, le era muy familiar y eso era muy desconcertante…

—    …NO — Hiruma se levantó, jalando su ropa a toda prisa, debió haber fingido que no sabía de qué hablaba, pero no estaba pensando con claridad, ese maldito dolor de cabeza lo estaba matando, se iría ahora, antes de que esas malditas pesadillas acabaran por destrozar la vida que aún le quedaba…

—    ¿¿¿Qué demonios significa esto, Hiruma??? —no pudo evitar gritarle mientras lo retenía por el brazo, sin dejarlo irse, si el rubio sabía que eran esos malditos sueños tenía que explicárselo porque él no entendía nada de lo que estaba pasando…

.

Take me back home
There is nothin' fair in this world
There is nothin' safe in this world
And there's nothin' sure in this world
And there's nothin' pure in this world
Look for something left in this world
Start again
Come on
.

El cielo era azul, como en ningún otro lugar, era tan perfecto que no tenía igual más que en el azul del océano. Miraba todo con sus ojos color miel, el sol se sentía increíblemente bien contra su piel ligeramente tostada y su largo cabello castaño ondeaba al soplar la brisa. Era un ser perfecto, un humano con habilidades únicas, signo de ser alabado. Por eso es que lo llamaban el Escogido de los Dioses, nacido el día sin luna, nombrado Obsidiana porque había nacido en la noche más oscura, porque sería el rayo de luz que los guiaría en la oscuridad…

Poseedor de una gran fuerza y de una voluntad inquebrantable lo habían educado para que fuera el “salvador” de su pueblo, aquel que corría en auxilio cuando ladrones, humanos o de otras razas, asaltaban la aldea, aquel de iba a rescatar a los niños que se perdían en el bosque oscuro, quien acudía al llamado de damiselas en desgracia y quien velaba por el bienestar de todo los alrededores. Por eso no fue de extrañar que lo llamaran cuando un nuevo peligro llegó a su poblado…

Se trataba nada más y nada menos que de un horrible y despreciable ser, quien disfrutaba de quitarles el dinero a los niños, de acosar a las damas y damiselas, se burlaba de los hombres que habían intentado detenerlo. Obsidiana había escuchado que ese monstruo podía leer la mente de todo aquel que se cruzaba en su camino, por ello era que no lo podían detener…

Todos habían comentado lo horrible que era, lo feo que lucía, lo despreciable de su conducta, pero nadie le advirtió que ese que amenazaba la paz de su aldea era tan… Hermoso…

Cabello negro como la noche sin estrellas, piel blanca como espuma de mar, cuerpo delgado y grácil demás de unos ojos verdes como esmeraldas…

—    ¿Desde cuándo los Elfos se dedican a molestar a los Humanos? — preguntó al tiempo que se acercaba a él, sin ningún cuidado, con su poder y fuerza no tenía duda de que el elfo no podría con él…

—    Desde que no soy un elfo, sino un Demonio, pequeño bastardo… — sonrió, mostrando sus dientes puntiagudos, todos ellos eran colmillos afilados.

—    ¿Un demonio? No me hagas reír, regresa a tu casa antes de que e metas en más problemas, elfo tonto… —siguió mirándolo, tratando de recordar si había visto a algún elfo que se le pareciera, pero estaba seguro de que no había visto ninguno como él…

—    Por eso me llaman Lólindir Ciryatan… —caminó un par de pasos, quedando justo frente al Humano, notando su desventaja en altura, pero eso no significaba que perdería… — Obsidiana de Arabhi, nacido en la quinta fase, diecinueve años, un conquistador nato y… —hizo una muy breve pausa, solo para posar su intensa y verde mirada en los ojos miel del otro — Un tipo que disfruta de robar la pureza de cada chica con la que se encuentra, solo por ser el “escogido” de los Dioses… No hay mucho que decir sobre ti, estas tan podrido como el resto de los humanos —

—    Así que por eso creen que puedes leer mentes —Obsidiana sonrió, notando que ese elfo solo repetía lo que la gente decía, seguramente había invertido su tiempo en averiguar cada cosa de cada persona, debía tener una memoria sorpréndete… —Vete de aquí, elfo tono, o me obligarás a lastimarte… —

—    ¿Eso le dijiste al guardia de la hija del jefe?—sonrió con malicia la notar como el humano se enfurecía, sus ojos castaños brillaban de manera amenazante — “No creas todo lo que de dicen de un Demonio” es lo que se suele decir, pero te lo digo yo, mejor cree todo lo malo que te dicen de mí o nunca sabrás hasta donde soy capaz de llegar —sus ojos verdes brillaron en un tono neón por unos breves instantes —Leer las mentes no es lo que sé hacer, pequeño bastardo… —

—    Los demonios no suelen verse como tú y no hay elfos que sean perversos… — lo miró atentamente, fijándose en sus orejas largas y puntiagudas, en su dentadura de colmillos y en su escasa altura, debía ser un hibrido entre esas dos razas, algo poco común y posiblemente tan único como valioso — Lólindir Ciryatan… El Demonio Diurno... — le sonrió con simpatía, no sabía por qué en realidad, pero ese ser lo estaba fascinando… — ¿Si te invito a pasar dejarás de molestar a los de aldea? —

—    Típico de un humano estúpido… —se burló, aunque estaba molesto, lo había confundido con uno de los que ellos nombraron “vampiros”, eso en verdad que lo había ofendido…

Sin decirle nada más simplemente se dio la vuelta y desapareció al saltar, en medio de una nube de humo negro, un tuco bien ensayado y que dejaba a todo el que lo veía impresionado, pero Obsidiana no se dejó engañar, había notado que el entraño elfo se había trepado en un árbol, observándolo desde el resguardo de sus escondite.

El moreno sonrió, por ahora el elfo, enojado, permanecería lejos, por un tiempo al menos, no había ser más orgulloso que un demonio, no había ser más elegante que un elfo, si ese “chico” era una parte de ambos ser considerado algo tan inmundo para él, como un vampiro, lo mantendría lejos, de pura indignación…

Obsidiana se dio la vuelta, listo para regresar a su pueblo mientras pensaba en que ese elfo tenía unos hermosos ojos verdes, brillantes como las estrellas, peligrosos como las cuchillas… ¿Qué tendría que hacer para poder tenerlos   para él por una sola noche?...

—    Véndeme tu alma y mis ojos serán tuyos una sola noche… —susurró, ya junto a él, sin dejar de mirarlo, tentándolo como un demonio que se precie de serlo.

—    Entrégame tu cuerpo una noche y mi alma será tuya… —le contestó, dejándose arrastrar por esa siniestra sonrisa y aquella mirada esmeralda.

—    Si llegas a faltar a tu palabra te aseguro que no solo será tu pueblo el que sufra, sino todo a lo que ames… — se acercó a él, dispuesto a besarlo, coleccionar almas era solo una parte de su “trabajo” y tener esa en especial lo volvería aún más poderoso de lo que ya era…

—    Es un Trato, Lólindir Ciryatan… —él fue el que finalmente selló sus labios con los del elfo oscuro, deleitándose con el delicioso saber de lo prohibido…

Así fue como ese amor había nacido, producto de la tentación, el deseo y la oscuridad…

.
It's a nice day for a white wedding
It's a nice day to start again.
It's a nice day for a white wedding
It's a nice day to start again

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Agon y Hiruma se quedaron mirándose, sin moverse, el primero con muchas dudas, desde hacía unos meses que venía teniendo esos sueños extraños, el segundo con mucha incertidumbre, algo muy raro en él, sabía lo que pasaba, también lo que significaba, el día del gran eclipse se acercaba de nuevo, pero esta vez no quería estar ahí, no volvería a caer en la trampa de aquel que le mintió alguna vez…

¿Salvar a la humanidad? ¡Jamás! Ahora era un vil y asqueroso humano, como todos los demás, y antes de recordar todo ese doloroso pasado hubiera hecho hasta lo imposible para evitar que el fin de los días llegara, pero ahora… Ahora que sabía quien había sido, al que habían traicionado, lo único que deseaba era alejarse y continuar con las pocas o muchas horas que el quedaban…

—    ¡¡Dímelo!! ¿Qué significan todos esos sueños? —no lo había soltado, esperando una respuesta,  una que sabía el rubio no estaba dispuesto a dar.

—    No sé de lo que estas halando ¡Suéltame! —jaló su brazo contra sí, sin dejar de mirar al de rastas de manera severa —No te atrevas a tocarme de nuevo, maldito bastardo — se alejó un par de pasos, sin darle la espalda, maldita sea la hora en que se dejó llevar por lo que sentía y más maldita fuera en la que había nacido en un cuerpo humano, era tan deplorable y asqueroso…

—    ¡¡Maldita sea, estúpido imbécil!! ¡¡He tenido esos malditos sueños día tras día!! ¡¡Sí, tú sabes que dignifican!!! ¡¡Dímelo de  una maldita vez!! — buscó su mirada, hallando un destello esmeralda que hacía mucho, sentía que fueron siglos, que no había visto…

—    No significan nada ¡¡NADA!! —le gritó, arrepintiéndose en el acto porque sus propios gritos retumbaban en su adolorida cabeza, maldita sea la maldita resaca.

Lejos de ellos, en otro continente, un hombre joven, que ni parecía universitario, sonreía con toda la maldad que podía manifestar, él también estaba recordando el pasado, la oscuridad, la luz, lo irónico que había sido que justamente un Demonio elfo inspirara a un Humano a salvar la vida hacía cinco mil años atrás…

—    Qué triste… Qué tristeza me da ver un mundo llenos de pobres plebeyos miserables que no saben cuando detenerse… — y esta vez no iba a dejar que el escogido de los dioses lograra meterse en su camino…

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Agon es: OBSIDIANA: Para algunas culturas es concebida como la piedra de la justicia, pues permite discernir lo real de la ilusión, la verdad de lo falso.
 Vinculada con la capacidad de supervivencia fortalece el sentimiento de seguridad desbloqueando emociones escondidas aflorándolas a la superficie para ayudarnos a aceptarlas, expulsarlas y/o sublimarlas.
Ø       Nos abre a tomar conciencia de lo que tenemos enterrado de ésta y otras vidas, en especial el karma negativo.

Principio del formulario

 

Hiruma es: Lólindir Ciryatan. Nombre en élfico sacado de: http://www.chriswetherell.com/elf/index.php que significa Demonio Diurno.

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Notas finales:

Bueno, eso es todo por ahora, espero poder seguir con todo esto como lo planeado kekekekekeke…


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