Mi corazón duele mi cuerpo permanece inerte “se dejo engañar”,el no me amó lo suficiente para darse cuenta de que al que le declara su amor no soy yo, se cegó por la apariencia y ya no me necesita...
-Jouno iré a cortar tulipanes se nos estan acabando los amarillos- dijo el rubio dirigiendose a su hermano mientras creaba un arreglo floral con rosas.
- esta bien no se que le a dado a la gente con llevar solo tulipanes el día de hoy-
- tienes razón pero creo que no es algo malo después de todo si seguimos así tendremos las cuota del mes en tan solo un día- sonrió el rubio.
- si es creo que es excelente deberías traer mas flores de todo tipo para venderlos de una vez- dijo el chico ojimiel.
- creo que eso no seria muy buena idea Jouno debemos mantener las flores y no cortar todas para plantar mas semillas para que no se acaben-
-mmmm... si si si haz lo que quieras-
- Hey Jouno ¿que tal si por hoy cerramos la tienda? la verdad es que hay mucho que hacer en el jardín y creo que no podre con todo yo solo- dijo el rubio en modo de suplica.
-esta bien Joey odio cuando haces eso, siempre terminas convenciéndome- dijo el pelinegro rodando los ojos.
Joey y Jouno Wheeler eran hermanos gemelos de dieciséis años, eran completamente iguales rasgos color de ojos estatura asta en gustos lo único que los diferenciaba era que uno tenia el cabello tan rubio que parecían hebras de oro que colgaban de su cabeza, mientras que el otro gemelo tenia el cabello de color negro azabache como la mas oscura noche, aunque ambos chicos fueran casi idénticos la diferencia que mas resaltaba a al hora de reconocerlos era por su personalidad, el rubio era mas sencillo, alegre, despistado, testarudo, y obstinado por otro lado el pelinegro era casi todo lo contrario era algo apático, calculador, frío, insensible, arrogante y por sobre todo la avaricia y las ansias de poder nublaban su mente
Ellos se tenían el uno al otro ya que sus padres habían muerto cuando ellos solo tenían 10 años, la vida desde entonces fue dura para ambos chicos debian rebuscar las formas de sobrevivir, realizaban todo tipo de tareas en desde repartir periódicos, de empaquetador en supermercados, sin mencionar que además de aquello ambos chicos debieron salir del instituto en el que estaban para cambiarse a uno estatal en el cual no debían pagar nada y además obtenían almuerzo gratis.
La idea de poner una floreria en la misma casa fue del rubio, un día mientras arrancaba hierbas del suelo en el gran patio de su casa recordó el sueño de su madre de convertir ese gran patio en un jardín lleno de diferentes flores y colores para poder regalarlas a su seres queridos, el rubio no solo pensó en continuar con el sueño de su madre si no que también tuvo la idea de vender las flores para ganar dinero, tenían todo lo necesario para realizar el jardín por que antes de sus padres fallecieran en un trágico accidente su madre habia echo ya todo el trabajo pesado solo debian plantar semillas y cuidar que florecieran y así fue como nació el pequeño puesto donde vendían flores y siguió creciendo asta transformarse en la floreria,
~*~
-aaah por fin terminamos con todo Jouno-
- si creo que me iré a dar un baño y me acostare realmente me siento algo cansado-
- esta bien ve yo me encargare de poner las flores que quedan en agua botar las que ya se están marchitando y contar el dinero de hoy-dijo el rubio mientras se dirigía a cerrar completamente la tienda.
-uuuff esto es un desastre Jouno siempre deja todo el lugar desordenado y lleno de pétalos, ya vera cuan....- los pensamientos del rubio fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta.
-abran necesito comprar flores en este instante- dijo un chico alto pelo castaño y de ojos azules.
- lo siento pero....- nuevamente no pudo terminar lo que decía por que el castaño lo interrumpió
- si se que esta cerrado pero necesito comprar flores en este instante, si quieres pagara el triple por el ramo no tengo problemas con eso- las palabras del castaño tenían un aire de superioridad que no le agrado a cierto rubio pero al ver que este no se iba no e quedo mas remedio que dejarlo pasar.
- pase, buenas noches-
- ya era hora ¿no sabes quien soy? nadie deja esperando a Seto Kaiba, y ahora necesito un ramo con 15 rosas blancas y rápido-las palabras del ojiazul hicieron que le hirviera al sangre al rubio
- disculpa quien te crees para venir hablarme así en mi propia tienda, y además no se quien eres Seto Kaiba y tampoco me importa, la verdad deberias agradecerme fui muy considerado atendiéndote a estas horas, enseguida te haré tu ramo para salgas de mi tienda- dijo el rubio completamente enojado mientras el castaño se queda quieto mirando al primer chico que lo había enfrentado y que no se intimidaba al oír su nombre por que de echo no sabia quien era el esto causo una extraña sención en el interior del castaño que lo llevo a decir algo que jamas en su vida lo había dicho.
- emm.. lo...losiento- murmuro el ojiazul.
- ¿ que cosa? - el rubio no sabia si lo que había escuchado era cierto ,ya había tratado con tipos igual de altaneros que el y jamas dieron disculpa alguna solo recibían flores y se largaban.
- que lo siento, tienes razón no debí tratar de esa forma quiero pedirte disculpas y perdón por quitarte tu tiempo debí entender que la tienda estaba cerrada, creo que vendré por la mañana por las flores- dijo el castaño no tuvo la menor idea de donde salieron todas esas palabras y estaba a punto de marcharse de la tienda cuando una mano detuvo su andar.
-acepto tus disculpas pero ya estas aquí,y como ya te disculpaste con gusto haré tu ramo de rosas- dijo el rubio con una sonrisa a la cual el castaño miro sorprendido y confuso y solo asintió con una media sonrisa de lado.
- tu novia debe tener suerte de que le lleves un hermoso ramo de flores sobre todo a esta hora, es un gesto muy romantico- djo el rubio tratando de entablar una conversacion con el castaño.
- la verdad es que no tengo novia y no es ningún gesto romántico, son para mi madre- dijo el castaño con melancolía en sus palabras.
-aaah que gesto mas lindo, mi madre adoraba las rosas blancas- dijo el rubio tratando de que no se notara su tristeza.
- la verdad es que mi madre murió hace tres años y mañana llevamos sus flores favoritas al cementerio-
- ooh … lo siento no quize...-
- no no tienes de que preocuparte, al parecer ¿ambos pasamos por lo mismo no?- dijo el castaño cosa que hizo que el ojimiel abriera los ojos de par en par.
- co... co...como sabes que mi madre...-
-la verdad tu me lo dijiste al decir que tu madre “adoraba” las rosas blancas- dijo el castaño dijo haciendo énfasis en la palabra “adoraba”luego de estas palabras hubo un silencio incomodo entre ambos chicos.
-emm pues bien aquí esta tu ramo- dijo el rubio con una sonrisa
- bien aquí tienes – el castaño le entrego dinero al rubio pero este era casi el valor de doce ramos de flores.
- disculpa creo que esto es demasiado, dijiste que solo lo ibas a triplicar- rió el ojimiel.
- no te preocupes quedate con el cambio por haberte echo pasar y por las molestias, y además me podrías dar una rosa amarilla la mas grande y hermosa que tengas-
- pero esto es demasiado – reclamaba el rubio que aun no podia creer la cantidad de dinero que le entrego el castaño.
- yo no lo quiero, y seria mejor que me des esa rosa por que creo que ya se esta haciendo tarde- dijo el castaño con una sonrisa y el ojimiel no le quedo otra que asentir e ir por la rosa sabia que no ganaría contra el testarudo castaño busco y busco asta que encontró la rosa mas hermosa de todas las que habían era grande despedía un rico aroma y era perfecta realmente dudo en darle la rosa la quería para el pero dado que ya el castaño le dio una gran suma de dinero no le era posible objetar.
- bien aquí esta la mas hermosa de todas,¿ quieres que la ponga con las otras?- dijo el rubio dandole la rosa al castaño.
- no más bien es para un regalo rápido así que ten aquí tienes algo que podria casi igualar el color de tus ojos- el castaño le dio la rosa al rubio y dio media vuelta, mientras dejaba aun ojimiel en estado de shock sin moverse era verdad lo que estaba pasando, el castaño le regaló una de sus mas hermosas rosas y al ver que no era un sueño solo solto una mueca de felicidad mientras su cara se ruborizaba.
Mientras tras una puerta un pelinegro miraba toda la escena con cierta envidia no muy sana hacia su propio hermano, el quería esa rosa , el quería el dinero de ese castaño y por sobre todo quería a ese castaño para el mismo....
Continuará...