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Contrastes por ItaDei_SasuNaru fan

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Notas del fanfic:

¡¡¡Hola amantes del buen yaoi!!!

Me imagino que si entraron al FF es por varias razones:

  1. Te gusta el FugaMina... (lo cual si es así, te apoyo totalmente) ( ^^ )
  2. Tienes curiosidad y estás leyendo tus primeros FF "FugaMina"
  3. Me has leído antes y como me quieres mucho, me leerás aquí también... ( XD )
  4. Te gustan las parejas inusuales...

Y muchas otras razones más que no podría enumerar...

En fin, heme aquí con una historia muy corta cerca de esta pareja que es muy especial para mí. Sé que muchos están pensando: "Su nick es ItaDei_SasuNaru fan... ¿Cómo es posible que le guste el FugaMina?" Pues es perfectamente posible, y aunque adoro a Itachi y suspiro al imaginarme a Sasuke con Naruto también me vuelvo una completa loca si se trata de esta pareja. Sencillamente la amo y es la primera vez que escribo sobre ella, por lo que les pediré a todos los lectores especial atención y cuidado al momento de leer para que puedan corregirme ¿De acuerdo?

Notas del capitulo:

Podría poner advertencias pero eso no detendría a nadie... ( ¬¬ )

Recalco es un FF corto, sencillo y romántico.

Está ambientado en un Universo Alterno, ya que manejar el contexto creado por Masashi Kishimoto sería para mí demasiado complicado si lo que quiero es un final feliz.

Sí, quiero un final feliz...

Y por último:

Dedicado a Stig Al-sayf. No por Año Nuevo atrasado, ni Día de la Amistad atrasado, ni por su pasado cumpleaños... Sino por ser una gran escritora, una excelente amiga, una fuerte mujer y una muy buena persona.

Querida, espero no decepcionarte... ( ^^U ).

 

 

Disclaimer: Todos los personjes son propiedad exclusiva de Masahi Kishimoto.

Suertudo... ( ¬_¬ )

 

¡Disfruten!

 

Contrastes

 

Capítulo 1

 

 

—¡Espero que te pudras en el infierno, Uchiha malagradecido! —escupió con veneno Minato al tiempo en que dejaba ir la puerta del cuarto principal, con una fuerza tan descomunal que bien pudo haberla zafado de los goznes.

Era una clara señal de su enfado.

Al otro lado de la puerta se encontraba el Uchiha malagradecido en cuestión.

¿Por qué “malagradecido”? Ni él mismo sabía a ciencia cierta el motivo del otro para estar enfadado. Y no cualquier enfado. Su rubio siempre se había caracterizado por tener una sonrisa cálida y una personalidad apacible, sincera y amable. Un carácter sereno, luchador, alegre y dulce cuando estaban a solas; por lo que Fugaku estaba usando todo su intelecto para descubrir la causa del colosal enojo de Minato, ya que evidentemente no era un suceso muy común.

Minato nunca explotaba sin una razón con verdadero poderío. Cuando él se enojaba, era cuando había una razón justa para ello porque no es el tipo de persona que se deja llevar por un sentimiento desmedido. Después de todo, era el dueño de los ojos azules el que lo molestaba diciéndole siempre que eran como el azúcar y el café. Fugaku era amargo, lo viese desde dónde lo viese. Pero Minato era su azúcar, creando así una mezcla deliciosa y perfecta. En esos momentos era cuando el Uchiha se sonrojaba imperceptiblemente y regañaba al rubio por ser tan cursi. Aunque jamás negó la compatibilidad que existía entre ellos y el tremendo contraste entre sus personalidades y físicos.

Un equilibrio exótico e incomparable.

Además, el moreno no podía negar que necesitaba del rubio para sentirse completo, para sentirse vivo. Era Minato el único ser capaz de hacerlo reír y sonreír con honestidad. Desde que lo conocía y desde que lo hizo suyo, no podía imaginar un día sin el ojos-azules prodigándole su compañía y su sonrisa, que eran para Fugaku tan esenciales como la luz del sol.

Sin embargo, hemos de aclarar que Fugaku nunca le ha dicho a su esposo ése tipo de cosas.

Vamos, que era un Uchiha y ellos no andaban con ese tipo de romanticismo.

Ni de ése ni de ningún tipo. Su consorte no era ninguna mujer romanticona. Minato no precisaba de esas cosas… ¿verdad? Fugaku siempre buscaba la manera de no tener que pronunciar las cosas para tener que comunicarse. No por nada existían los centenares de clasificaciones de los diferentes tipos de lenguaje. El moreno solía usar muchos: el lenguaje facial, gestual, escrito, visual y su favorito… el corporal.

Fugaku hacía uso de cualquiera de ellos cada vez que podía.

Minato era el detallista y el bueno recordando cosas que nadie más lograba percibir. El que jamás tenía temor de decir lo que sentía y lo que pensaba sin dejarse acobardar por nada ni por nadie. Quizás era por eso que lo amaba tanto… Tampoco sabía con exactitud qué era lo que lo tenía tan cautivado de ese rubio como desde el primer día. ¡Hey! Últimamente estaba descubriendo que no sabía muchas cosas. Eso no era bueno para su ego, pero con tal de reconocer sus fallas ante sí mismo no le debía cuentas a nadie.

Exactamente por eso estaba frente a aquella puerta, tratando de enmendar el error que aún no sabía cuál era. El que Minato lo tratase con rencor e ira le dolía muchísimo aunque no lo exteriorizara.

—Minato, abre la puerta —dijo Fugaku al tomar el pomo entre sus manos y tratar de abrir inútilmente.

—¡No! —se escuchó un grito amortiguado por las paredes.

—Ésta es la actitud propia de un crío —regañó el mayor.

—¡¿Y a mí qué me importa?!

—Por favor Minato… Ábreme. Déjame saber que te sucede.

—¡Eres un inútil!

—Éste no es un comportamiento propio de ti.

—¡¿Y tú qué sabes?!

—Yo te conozco.

—¡Eso es lo que tú crees! —esa frase fue el colmo para el Uchiha. No podía tratar de echarle en cara que ni siquiera conocía a su pareja.

—¡No tengo paciencia en estos momentos, rubio!

—¡Sigue sin importarme!

—Si no abres por tu cuenta, echaré la puerta abajo y sabes que no miento —esta vez, el rubio no respondió—. Contaré hasta tres: Uno… Dos… Tres… —y justo cuando iba a dar el primer paso para destrozar el estorboso pedazo de madera, Minato a regañadientes abría la puerta mientras le lanzaba una mirada pulverizante y resentida.

—Solo lo hago porque no quiero que destruyas la casa.

—Lo que quería era que abrieras y lo hiciste —dijo Fugaku al tiempo que ingresaba en la habitación con la arrogancia característica de su porte y su caminar.

—Maldito Uchiha con complejo de diva —murmuró el ojos-azules entre dientes.

—¿Ahora me explicarás el porqué de tu berrinche?

—¡¿Berrinche?! ¡¿Berrinche, dices?! —exclamó Minato con los puños deseosos de soltarle unos buenos golpes al hombre que tenía enfrente.

—Claro. No encuentro una mejor palabra para describir tu actitud —el Uchiha se mostraba demasiado frío. Demasiado indiferente, sin saber que le estaba rompiendo el corazón a quién decía amar.

—¡Eres un bastardo insensible! —soltó el más bajo de los dos, tratando de contener las lágrimas—. ¡Ni siquiera entiendo cómo fue que me vine a enamorar de ti!

Fugaku se extrañó muchísimo al oír esas palabras, sobre todo cuando percibió el llanto contenido en su voz. Al parecer, nuestro moreno no era muy bueno tratando con la gente.

—¿Por qué dices eso? —preguntó confundido el de los ojos negros, mientras intentaba acercarse. Minato retrocedía a cada paso que daba.

—¿Y todavía te atreves a preguntar? —el ojos-azules ya ni siquiera tenía furia en su voz; ahora se sentía una profunda decepción y fue ahí cuando el moreno comenzó a preocuparse. Prefería una y mil veces la ira del rubio antes que ver su tristeza.

—Explícame —dijo el más alto, tratando de emplear un tono de voz suave.

—No sé ni por qué me molesto pero bueno… ¿Recuerdas que día es hoy?

—Sí, hoy es…

<<¡Mierda!>> gritó el moreno en su cabeza.

—Parece que ya te diste cuenta —comentó Minato al contemplar el rostro de Fugaku.

El Uchiha no encontraba qué decir. Sabía perfectamente lo importante que era esa fecha para ambos, pero él no poseía la capacidad de acordarse de esas cosas, no estaba dentro de su personalidad el hacerlo. ¡En ocasiones se olvidaba de su propio cumpleaños! Antes de conocer a Minato jamás había tenido que fijarse en trivialidades como las fechas, a menos que con ella fuese una etiqueta que dijera “Reunión Importante”.

—Minato… —intento hablar, pero fue interrumpido por una mano puesta en su boca.

—No. Esta vez no tienes excusas —siseó el rubio con ira palpable—. ¿Y sabes por qué, no es cierto? Incluso te acordé ayer. Te rogué para que salieras temprano hoy de la empresa; tan siquiera para pasar una tarde completa juntos, ¿lo recuerdas? —por supuesto que Fugaku lo recordaba, pero imaginando que ésa era una pregunta retórica no contestó nada—. Sabes mejor que yo que ha sido la primera vez que he hecho una petición semejante. Pero tal parece que ayer que te lo mencioné solo respondiste en automático… ¡Como si yo fuese unos más de tus empleados al que debes atender! —dijo el rubio desconsolado, liberando la boca del otro y apartándose nuevamente de él—. No sé ni para que me sorprendo. Me has hecho esto tantas veces —pronunció con amargura el rubio, regañándose a sí mismo—. Pero ahí no termina todo, ¿verdad, cariño?

—¿A qué te refieres? —quiso saber Fugaku, intentando descubrir la otra metida de pata.

—¿No lo recuerdas? —dijo Minato con ironía—. Déjame aclararte: Hoy en la tarde, estando cansado de esperarte decidí sorprenderte… ¡Qué infantil fui! —exclamó con furia contenida—. Como una buena esposa tomé la decisión de ir hasta tu trabajo, para ver si así te lograba arrancar del escritorio. Confiaba en que estabas inmerso en tus obligaciones. Siempre supe que me casé con el jefe y el gran magnate de la empresa “Uchiha’s Corp”. Sé la gran carga que tienes en tus hombros y jamás me he quejado. Pero por una vez, por una endemoniada vez, yo quería tener a mi esposo conmigo —el Uchiha se odió en ese instante al ver lágrimas atrapadas en las espesas pestañas del ojos-azules—. Aunque sea solo unas horas yo quería que pensaras en mí y no en cuentas y números y tantas cosas de ésas que odio solo por alejarte de mí. Así que fui a verte… ¿Y sabes lo que encontré? ¡Te encontré con la ofrecida de tu secretaria encima de ti!

El moreno se quedó en blanco momentáneamente, pero siendo un Uchiha no podía quedarse sin dar un contraataque:

—Minato… ¿Es que acaso no confias absolutamente nada en mi? ¡Si te hubieras quedado un poco más y me hubieras enfrentado en ese mismo instante habrías visto como me quite de encima a esa mujer!

—¡Sí, cómo no! ¡Como si tu guardia fuera nula!

—¡Estaba cansado! ¡Estoy cansado! ¡Estaba realmente impaciente por regresar a casa! ¡Admito que no recordaba nuestro aniversario, pero eso no significa que no deseara volver aquí! —se detuvo y respiró hondo antes de continuar. No quería seguir gritando—. ¿Te imaginas lo desagradable que se sintió cuando lo hizo? No porque sea una mujer, sino porque no eras tú. No conozco sus intenciones. Ya tiene dos hijos, Minato y es justamente por ello que no la despido; porque esos muchachos tienen talento. Los he conocido. Ella es la única responsable por ambos —sabía que su rubio tenía un corazón amable y que entendía lo que le decía—. Tú mismo lo dijiste. Tengo muchas responsabilidades. Simple y sencillamente Mikoto me agarró desprevenido…

—¡No digas su nombre! —rugió el rubio.

—¡Eso es irrelevante! El punto es que tienes que creerme —en un movimiento rápido, logró jalar a Minato del brazo para estrecharlo contra su cuerpo—. Eres la única razón por la cual yo regreso a esta casa. De lo contrario yo viviría en la oficina, no tendría ninguna razón para volver. Hasta podría instalar una habitación ahí. Me sentí mal cuando al volver tú me recibiste enojado y con ganas de matarme. Créeme Minato, es la pura verdad.

—Aún así no me pidas que te perdone —susurró el susodicho evitando verlo a los ojos, porque sabía que podría vencerlo.

—No te he pedido que lo hagas. Solo te pido que me creas.

—No lo sé…

—No respondas todavía —dijo Fugaku, mientras deshacía el abrazo para sujetar entre sus manos el rostro de su rubia adoración.

Minato lo miró por largo rato, sopesando las palabras que acababa de escuchar.

—Un mes —dijo de repente el rubio.

—¿Un mes para qué?

—Tienes un mes para demostrarme las razones por las cuales me enamoré de ti… ¿Entendido? ¡Ni un solo día más!

—Hecho —aseguró Fugaku, sellando el trato dándole un beso en la frente a su esposo.

Sin tener la menor idea de lo que tendría que hacer…

 

Notas finales:

Espero de corazón que les haya gustado. Es un honor que estén leyendo esto ( TwT )

Por favor dejen rr, me harían muy feliz... ( *L* )

¡Hasta pronto!


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