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Incest tonight. por Itachiisgod

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Notas del fanfic:

Bieeeeee mis lectoras y lectores :D ES un Oneshoot, bastante cortito... LO escribí en una tormentosa noche de inspiración. En serio, llovía (?) Es un ItaSasu, y espero que lo disfruten. Por favor, no se olviden de dejarme reviews... Es lo que inspira a una autora a escribir u_u 

Well... ¡Los dejo!

 

Lamentablemente los personajes no son mío, pertenecesn a Masashi Kishimoto :)

Notas del capitulo:

¡Aquí el primer y único capítulo!

    Recuerdo esa noche como si hubiera sido ayer... Tormentosa, con los relámpagos iluminando su habitación, remarcando nuestros cuerpos. El frío que había alrededor era opacado por nuestra temperatura corporal. Fue todo maravilloso... Nos habíamos hecho saber nuestros sentimientos dos semanas antes, y para sorpresa de ambos, éramos correspondidos. Nos amábamos mutuamente, sin que nos importara nuestro lazo de sangre, y los obstáculos que podía traernos todo eso. Pero después de aquella vez, no habíamos vuelto a hablar del tema. La unión sentimental "especial" que teníamos fue concebida desde que éramos niños. Crecimos con un amor oculto en nuestro interior, que se nos obligó a liberar cuando yo ya había cumplido mis dieciséis años, y él los veintiuno. Y era mágico... Cuando me miraba a los ojos, cuando me abrazaba, me sentía protegido. Su aroma a vainilla inundaba mis sentidos. Pero en los últimos tiempos era angustiante pensar ciertas cosas, me sentía mal y creía que cometía una falta grande. Y pensar que cuando todo se "resolvió" fue cuando quise enviarle un mensaje a mi mejor amigo, y que por accidente se lo mandé a él...

     Estaba acostado en la cama, con el cobertor tapándome la cabeza. Había cerrado las ventanas, pero la luz de los relámpagos se filtraban por la persiana. Odiaba las tormentas... Me hacían recordar a aquel accidente automovilístico en el que mi entonces mejor amigo Gaara perdió la vida. Algo bueno salió de eso, al menos... Me acerqué mucho a Naruto, y se convirtió en mi mayor fuente de confianza. Éramos (y somos) inseparables. Entonces, me di cuenta. Le enviaría un mensaje a mi rubio amigo, él debía seguir despierto, eran a penas las doce y media de la noche. La última vez que hablé con él fue en la escuela, cuando le pregunté qué hacer con respecto al amor de "más que hermanos" que sentía por Itachi. Porque al enterarme que era recíproco, no le volví a comentar nada. No porque no quisiera, sino porque no sabía cómo.
     Tomé el celular, el cual me cegó al encenderse la pantalla, y escribí con mis manos congeladas, y temblando... No supe si del frío, o del miedo que me traían los malos recuerdos:

«Oye, estoy bastante asustado... No quiero que te burles ¿vale? pero la noche está fría, el cielo demasiado oscuro, y mi mente no cesa. Pensé que podías ayudarme, y espero que no estés durmiendo. Cuando puedas, contéstame.» 

     Fui a "más recientes", y presioné el primero de la lista. No miré quién era, pero habitualmente estaba allí arriba "Dobe". Apoyé el celular contra mi abdomen, y cerré los ojos con fuerza. En ese momento, un trueno hizo que temblara de pies a cabeza. No me gustaba eso, para nada. Fue sólo un minuto después cuando mi celular vibró. Miré la patalla, con el mensajito que debía abrir. Tuve que leer dos veces el contenido, y luego me fijé en el destinatario, porque esa no parecía una respuesta de Naruto:

«No, claro que no estoy dormido Sasuke. Me sorprende que acudas a mí, pero me encanta. Ven a mi habitación en seguida, yo te quitaré el temor... Y el frío.» De: Itachi Onii.

     Me asusté. ¡Había mandado ese mensaje a mi hermano! ¿Qué haría en ese momento? ¿Le diría que fue un error? Yo tenía miedo... Y lo amaba... ¿Por qué no aprovechar esa oportunidad para estar a solas con él, y dicho sea de paso, para liberarme de mis miedos?

    Me levanté, dejando la almohada húmeda, por haberme bañado justo antes de acostarme. Mi miré en el espejo antes de salir de mi cuarto. Sólo me iluminaba un pequeño velador, así que no se distinguía si el bóxer y la remera mangas largas que usaba para dormir eran negras o azul marinas. Acomodé mis cabellos, me eché perfume y salí. Caminé dos pasos hasta llegar a su puerta y la golpeé levemente. Escuché su masculina voz proveniente de adentro, diciéndome que pase. Yo obedecí. Estaba sentado en la silla giratoria de su escritorio, con su vista fija en mí. Sus ojos oscuros como la noche que atravesábamos, exactamente igual en color que los míos, detallaban mi cuerpo. Me sonrojé, pero la oscuridad no permitió diferenciar esa tonalidad rojiza en mi piel nívea. Sus cabellos azabaches estaban sueltos, eso lo hacía ver muy sensual. También yo lo miraba con detenimiento... Usaba en ese momento un pijama negro con nubes rojas y bordes blancos. La parte inferior era larga, y arriba, la camiseta era similar a la mía. ¿En verdad nos parecíamos tanto como la gente aseguraba? Jamás fue así para mí... Sus ojos, aunque en igual valor que los míos, eran rasgados. Sus pestañas eran largas, al extremo, resaltando ese bello color opaco. Yo los tenía grandes y mis pestañas no hacían la diferencia. Su piel era blanca, pero tenía un bronceado ligero. Yo parezco un fantasma dada mi increíble palidez. Si bien tenía seis años más que yo, lo superaba en estatura por unos pocos centímetros... Éramos muy distintos, el mundo debe comprarse lentes.

— ¿Cómo osas, Sasuke...?— Sus labios formados articularon aquella interrogación, que en mis oídos y cerebro no tuvieron sentido alguno.

—¿A qué te refieres?—Mi voz era débil en esos momentos.

—Sabiendo lo que siento por ti...—Me mordí el labio inferior.- Sabiendo lo mucho que me atraes físicamente...— Me flaquearon las piernas, pero no me permití caer—, siendo consciente también de lo bueno que estás... ¿Cómo osas venir con a penas una remera y un bóxer a mi cuarto? ¿Sabes lo que haré yo ahora?

—N-no...—me había quedado anonadado ante tales palabras. Y quería más, quería mucho más de lo que pronunciaba.

—Te verás obligado a sentir, Sasuke. Yo no aguanto más... Sé que tú tampoco. Por eso me tomo la libertad de actuar—iba a preguntar de qué hablaba, pero se levantó de golpe, no dándome tiempo a hacer algo, y atrapó mi boca con la suya. Su fragancia a vainilla me asfixiaba, pero me gustaba esa sensación. Sus tersos labios sobre los míos eran una delicia, me enloquecieron al instante en que me rozaron. Rápidamente, luego de menos de un minuto de contacto, di paso a su lengua. Una fogosa electricidad recorrió mi espina, mientras me acariciaba internamente. Sus manos estaban a los costados de mi rostro, lo tallaban con el pulgar. Las mías habíanse posado sobre su pecho, y se aferraron firmemente a su prenda cuando el beso se volvió más intenso. La agitación por el aumento de la temperatura corporal hizo que nos faltara el aire, por lo que nos vimos obligados a separarnos.

—Lo estuve esperando por tanto tiempo... Esto lo deseé y lo soñé tantas veces...—susurré mientras observaba sus ojos profundos—. Pero no lo creí tan perfecto. Fue aún más rico de lo que imaginé.

     Él sólo me sonrió. Hizo que retrocediera tres pasos, hasta que mi espalda se encontró con la puerta y entonces me presionó contra ella. Sus finos dedos, igual de helados que los míos se colaron por debajo de la camiseta que usaba. Y cuando quise reaccionar para dar un respingo, ya no la tenía. Abrí los ojos, y me vi debajo suyo, recostado en la cama. Creí entonces que era mi momento de despojarlo de su vestimenta, y así fue. Quedó exactamente igual que yo, y pude apreciar su pecho, y los vellos erizados en él. Los besos que le proporcionaba a mi cuello eran la escalera al cielo; y la subió conmigo paso por paso, mientras hacía que nuestros sexos se rocen, cuando le practiqué sexo oral, delizándome por su miembro con la lengua húmeda no sólo a causa de la saliva, y nuestros gemidos ahogados se mezclaban. Debíamos ser cuidadosos, abajo, en el living, se los oía a mis padres viendo una película y podían oírnos. Pero por más que lo intentábamos, era tan placentero el contacto entre nuestras pieles, que los jadeos no se demoraban demasiado en salir. Debo admitir que la primera embestida que dio dentro mío fue dolorosa... Pero besó él mis labios, diciéndome que me relajara, que lo disfrutaría en tan sólo un momento, que me cuidaría... Y así fue... Un rato después estaba de pie en el Olimpo, regocijándome con los dioses que allí habitaban. En compañía de Itachi, por supuesto. Pero no hubo momento más gustoso en mi vida entera como fue en el que ambos alcanzamos el orgasmo, juntos, como debía ser. Al cabo de media hora luego de eso, nos dormimos, exhaustos.

    Abrí los ojos cuando oí una vibración cerca mío. Extendí la mano por debajo de la cama, y hallé mi celular. Naruto me estaba llamando... Vi por la ventana la albura de la mañana. ¿Qué hora era? Atendí a mi blondo tomodachi, parecía enfadado.

«—¡Temee! ¿¡Dónde demonios estás!? Estoy en la puerta del instituto, pronto tocará el timbre.

—Creo que no iré dobe, lo lamento. Luego te cont...

—Ooh ¡Lo olvidaste! ¡Sasuke. tenemos la lección de Biología! ¡Sabías muy bien que si no apruebo esto suspenderé en esta asignatura! ¡No quiero seguir viéndole los pelos de la horrible nariz de la bióloga en el verano!» 

Sí, yo lo había olvidado. Naruto gritaba, y eso despertó a mi hermano, quien asomó la cabeza por entre las frazadas.

«—Yo sí estudié, pero me acabas de despertar...

—¿Sasuke Uchiha durmiéndose? ¡Oh, jamás en tu vida te ha sucedido eso! ¿¡Por qué ahora sí!?» 

     Itachi me quitó el teléfono de las manos, y habló.

«—Naruto, soy Itachi. Cállate ¿quieres? Anoche Sasuke y yo hicimos el amor y por eso se durmió. Pero no te preocupes, ya lo llevo. Tarde, pero llegará.» 

     El de ojitos celúreos iridescentes detrás de la línea, y yo a su lado, nos quedamos desorbitados ante sus palabras.

«—Etto... Arigato, Itachi-san. Los espero.» 

     Y colgó. Mi onii-san y yo nos miramos fijo, y luego reímos. El resto, transcurrió normal.

    Si se preguntan cómo nos fue en la lección, aprobamos y ninguno de los dos nos llevamos Biología.

    Yo no sé si lo que hice con Itachi aquella noche estuvo bien o mal... Pero cuando mi círculo afianzado de familiares, al descubrir la situación por no sé qué paradójico motivo, nos miraban con asco... Y fuimos tildados de desagradables incestuosos ante la mirada acusadora de la familia Uchiha. Pero yo lo amé... Y lo sigo amando. Lo que sentí fue puro, y grato. En una antigüedad, esto era de la más normal. ¿Por qué no ahora? ¿Por qué no puedo amarlo con libertad? ¿Por qué no lo dejaron que siga expresándome sus sentimientos y sensaciones de la manera más intensa? Porque en cuanto la noticia llegó a nuestros progenitores, éstos lloraron con supuesta vergüenza, en lugar de contentarse porque sus hijos se amaban como nunca antes se había amado en la historia del mundo y sus orígenes, arreglaron un matrimonio para Itachi, MI Itachi... El amor de mi vida se casó delante de mis ojos, llorosos y tristes. Vi lamentos en los suyos también, cuando retrocedía del altar con la novia de su brazo. En mi traje corrían lágrimas desmesuradamente, como en un río fluye el agua luego de una lluvia de llanto. Y como aquella despreciable mujer, que besó unos labios que no le pertenecían, y cuyo nombre decidí bloquear de mi mente, era de un país de América del Sur, obligaron a mi hermano a mudarse allí. Y hace seis meses está lejos mío... Hoy nos enteramos de que ella está embarazada... Seré tío. Sería una agradable noticia en otras circunstancias ¿cierto? Pues ya no. Ya no más de todo esto. Dejo este papel como las memorias de mi amor único, mi amor imposible, mi verdadero amor fue mi hermano seis años mayor que yo, de mi mismo sexo... Pero el alma gemela se presenta de cualquier forma, espero que lo entiendan ahora.

    Hasta siempre amor mío, no llores por mí... Desde la luna que esa noche no se veía te cuidaré, y te esperaré donde una vez me llevaste. Bajo los relámpagos que me enseñaste a no temer, te dejo mi beso eterno, como la sensación que llevaré en mi pecho hasta la tumba.
Uchiha Sasuke

     La carta fue encontrada en la habitación del joven de diecisiete años la mañana después de su suicidio; se lo halló ahorcado con un cinturón, colgado a diez centímetros del suelo. Su hermano se divorció y volvió a Japón de inmediato al saber lo ocurrido. Sus padres intentaron disculparse, pero él no aceptó perdón alguno. Se fue de la casa con sus pertenencias y las de su Sasuke, su familia desconoce su paradero. Cada tanto la gente lo reconoce en el cementerio, dejándole claveles blancos frente a la lápida de mármol perteneciente a quien esperaba ver pronto... Muy pronto.

Notas finales:

¿Me merezco reviews? :(


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