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Un tesoro enterrado por Khira

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Un tesoro enterrado

 

por Khira


Capítulo 1: El zorro… enamorado?




Como cada sábado por la mañana que no había partido, Kaede Rukawa se dirigía raudo en su bicicleta a la cancha callejera donde solía practicar horas y horas hasta que su cuerpo decía basta. Después de chocar contra dos coches y un poste de electricidad derrapó frente a la verja que rodeaba el recinto y se bajó de un salto de la maltrecha bicicleta. Un tremendo griterío le sobresaltó y se acercó curioso mientras se quitaba los auriculares del walkman que siempre le acompañaba en sus peligrosos desplazamientos, y con la boca abierta se quedó observando la multitud de críos de unos 7 años que jugaban a un deporte que podría considerarse una mezcla de baloncesto, balonmano y fútbol.



Pero que hacen estos niños aquí?, pensó contrariado.



Recorrió la cancha con la mirada hasta que ésta se detuvo en la única persona mayor que se encontraba dentro, y de pronto sintió una opresión extraña en el pecho al contemplar a un chico alto y rubio, evidentemente extranjero, que se encontraba de pie a un lado y vigilaba atentamente el juego inclasificable de aquellos críos.



Inconscientemente se acercó un poco más para contemplar de cerca lo que le había parecido una visión. De pronto el chico rubio se giró y se dio cuenta de la presencia de Rukawa detrás de la verja. Le sonrió y Rukawa se ruborizó hasta las orejas.



Pero que me pasa?



- Hola! – saludó el extranjero acercándose a él – Venías a entrenar? – preguntó señalando con la mirada la bolsa de deporte que Rukawa llevaba en su espalda.



- S-sí… - murmuró aún más ruborizado mirando a unos ojos de un azul tan claro que parecían transparentes.



- Lo siento, el colegio donde trabajo ha conseguido un permiso especial para ocupar esta cancha los sábados por la mañana.



- No pasa nada.



- Pero ya no nos queda mucho tiempo, si quieres puedes pasar dentro y me ayudas a vigilar a estos renacuajos.



- Yo? Vigilar niños?



- No te gustan?



- No es eso… es que no tengo contacto a menudo con niños…



- Tranquilo, que no muerden. Bueno a veces… hahaha. Anda, pasa adentro y charlamos, que estoy muy solo y aburrido.



Rukawa dudó pero al final hizo lo que le pedían. Ató la bicicleta a una farola con un pitón y entró en la cancha.



- Por cierto, me llamo Michael Green, y tú? – preguntó tendiéndole la mano.



- Kaede Rukawa – contestó mientras se la estrechaba – De dónde eres?



- Veo que ya has notado que no soy de aquí hahaha. Nací en una ciudad llamada Jacksonville, en Estados Unidos. Vine aquí hace ya un par de años para trabajar como profesor de inglés, pero el profesor de educación física de estos críos está enfermo y yo le estoy sustituyendo.



- Hablas muy bien el japonés…



- Oh gracias, pero me costó muchos años la verdad. Por cierto, que edad tienes?



- Dieciséis. Y tú?



- Veinticuatro. Ups, espera un momento que me parece que hay lío.



Michael se acercó a un niño y una niña que al parecer se estaban peleando. Rukawa observó como los calmaba, y entonces se dio cuenta de lo fuerte que le estaba latiendo el corazón.



No puede ser…



Rukawa no estaba sorprendido por sentirse atraído por un chico, ya que no era la primera vez, sino que jamás ese sentimiento había sido tan fuerte como lo estaba siendo ahora. Sintió miedo, excitación y muchos nervios.



Sin duda esto era lo que la gente llamaba un flechazo.



Michael volvió junto a Rukawa y se disculpó por el comportamiento de sus temporales alumnos.



- Dime Kaede, quiero decir Rukawa,…



- Kaede está bien.



El chico rubio le miró extrañado, ya que los japoneses solían ofenderse si un desconocido les llamaba por el nombre de pila, aunque él no terminara de acostumbrarse a ello. Sin embargo sonrió y le continuó hablando.



- Dime Kaede, a que preparatoria vas?



- A la escuela Shohoku.



- Supongo que estás en segundo… Un momento, has dicho Shohoku?



- Sí.



- No fue el equipo de baloncesto del Shohoku el que ganó a los favoritos del torneo nacional interescolar el año pasado, y perdió contra los mismos en la final de este verano?



- El mismo – el chico moreno hizo una mueca al recordar la decepción de perder el título contra el Sannoh después de haberles ganado el año anterior.



Al menos superé a Sawakita, pensó con orgullo.



- Ahora me acuerdo de ti! – exclamó Michael sobresaltando a Rukawa – Tú eras el número 11!



- Así es – dijo Rukawa.



- Juegas realmente bien.



- Gracias.



- Y vienes a entrenar aquí a menudo?



- Los sábados y los domingos por la mañana que no tengo partido o práctica con el equipo.



- Pues como ya te he dicho ahora la cancha estará ocupada por nosotros los sábados, pero sólo de 10 a 12 de la mañana. Por cierto, casi es la hora de llevármelos de vuelta al colegio. Siento haber ocupado tu lugar de entrenamiento.



- No te preocupes, nunca me levanto antes de las 11.



- Entonces si vienes los sábados a la misma hora de hoy no tendrás que aguantarnos mucho rato.



- Eso haré – dijo Rukawa con una leve sonrisa.



- Bueno, voy a decirles a éstos que se acabó la clase. Espero volver a verte por aquí.



- Yo también.



- Adiós.



- Adiós.



Unos minutos después Rukawa se encontraba sólo en la cancha. Una cancha que de ahora en adelante sería su punto de encuentro.



oooooooo


El entrenamiento de baloncesto del equipo del Shohoku transcurría con relativa calma, sólo interrumpido por los constantes gritos del capitán a su jugador estrella, que no acertaba ni una.



- Qué le pasa a Rukawa? Hace semanas que está muy raro… - dijo Yasuda en voz baja.



- Tienes razón… está muy desconcentrado, pero a la vez también está más comunicativo… - añadió Kuwata – se podría decir que incluso simpático.



- Lo más extraño de todo es que apenas se pelea con Sakuragi… - terció Shiozaki.



Sakuragi, que estaba escuchando la conversación, se puso furioso al recordar que el kitsune llevaba varias semanas ignorándole, pero lo disimuló al darse cuenta de que Haruko le estaba mirando. La segunda mánager le sonrió y Sakuragi le devolvió la sonrisa, antes se le habría quedado cara de idiota pero hacía bastantes meses que aquella chica no le producía la más mínima emoción.



Ryota dio por finalizado el entrenamiento y ordenó a sus jugadores que se acercaran a él.



- Cómo ya sabéis se acercan los try-outs. Serán partidos difíciles, muchos de nuestros rivales buscarán venganza por haberles eliminado en torneos anteriores. Os quiero concentrados al 100% y en plena forma, me habéis oído?



- Sí, capitán!!



- MUAHAHAHA!! No te preocupes Ryo-chin, con el genio Sakuragi en el equipo, Shohoku no volverá a perder ante nadie MUAHAHA!



Todos esperaron el consabido doa’ho por parte de Rukawa y la consecuente pelea, pero el chico de ojos azules no dijo nada. Sólo miró hacia el pelirrojo con aire ausente.



Sakuragi le devolvió la mirada y de pronto se sintió estúpido. Porqué el zorro ya no le provocaba?



- Teme! – exclamó – Porqué me miras así?



- …



- Contesta zorro! Apuesto a que estás celoso porque sabes que en el próximo torneo seré elegido el mejor jugador de todo Kanagawa!



Entonces sucedió algo que descolocó por completo a todos los miembros del equipo, sobretodo a cierto pelirrojo que se quedó con la boca completamente abierta al observar el increíble fenómeno: Rukawa, el Rey del Hielo, famoso por la completa ausencia de expresiones faciales en su cara, sonrió.



- Doa’ho, tú no cambias – dijo el Rey del Hielo sin perder la sonrisa mientras caminaba hacia los vestuarios.



El gimnasio quedó en completo silencio. Muchos aún no asimilaban lo que acababa de pasar. Haruko estaba en shock rodeada de corazones junto a Yohei, que le pasaba la mano frente a la cara a ver si reaccionaba.



- Ha-habéis visto eso?! – exclamó al fin Shiozaki.



- Increíble… - murmuró Yasuda.



- Si no lo veo no lo creo… - dijo Ishi.



Sakuragi reaccionó por fin. La primera vez que el kitsune sonreía y era a costa suya!



- Que rayos le pasa a este maldito zorro tarado? – rugió.



- Acaso no es evidente? – preguntó tranquilamente Ayako.



- Qué quieres decir? – preguntó a su vez Ryota.



- Oh vamos, es que nadie se ha dado cuenta? Rukawa tiene todos los síntomas: está desconcentrado, ausente, despistado, pero aún así tiene los ojos brillantes, y además se le ve feliz, como acaba de demostrar ahora mismo.



- A donde quieres llegar? – preguntó Ryota que no se enteraba de nada. Los demás también la miraron interrogantes



- Por Kamisama… lo que pasa es que Rukawa está enamorado.



- QUÉEEEEEEE??!!!



oooooooo



- Vaya vaya, así que Ayako cree que Rukawa está enamorado… me pregunto quien será la afortunada – dijo Takamiya después de que Yohei les contara lo ocurrido en el gimnasio.



- Qué tontería… el zorro enamorado… - farfulló Sakuragi.



- Porqué es una tontería que Rukawa esté enamorado? – preguntó Noma.



- El único amor del zorro es esa pelota naranja.



- No estoy de acuerdo, por mucho que esté obsesionado con el básquet no significa que no pueda interesarse por alguien.



Sakuragi sólo gruñó. Lo cierto es que no entendía porqué le molestaba tanto que a Rukawa le gustara alguien.



Media hora después el pelirrojo y su gundam salían del Danny’s en dirección a sus casas. En un cruce Sakuragi y Yohei se despidieron del resto y caminaron un rato en silencio hasta que el chico más bajo reunió valor para hablarle a su amigo de un tema delicado.



- Hanamichi, tengo que preguntarte una cosa.



- Qué pasa, Yohei? – preguntó Sakuragi sorprendido por el tono serio de Yohei.



- Aún te gusta Haruko?



- Eh? A qué viene eso?



- Contesta, por favor.



- Pues… no sé que decirte… hace tiempo que tiré la toalla, ni siquiera me atreví a declararme… y lo cierto es que no me arrepiento de ello.



- Pero sientes algo por ella?



Sakuragi buscó en su corazón la respuesta, y le sorprendió lo rápido que la encontró.



- No… ya no…



Yohei suspiró aliviado.



- Por qué querías saberlo con tanta insistencia? – preguntó el pelirrojo.



- Porque… yo sí que siento algo por ella…



- Qué?! – exclamó atónito - Desde cuando?!



- Casi desde el primer día.



- Y por qué no me has dicho nada hasta ahora?



- A ti también te gustaba, y además la conociste primero… No quería que mis sentimientos fueran un problema entre tú y yo…



- Entiendo… así que ahora que ya no me interesaba lo quieres intentar, no?



- Si no tienes nada en contra…



- Claro que no, baka. Ojalá tengas más suerte que yo, de veras.



- Gracias, Hana.



- No se merecen. Somos amigos, no?



- Así es.



Llegaron a la calle donde cada uno se iba por un lado y se despidieron. Sakuragi se dirigió a su casa cabizbajo, se preguntó seriamente si le molestaría que Yohei y Haruko salieran juntos, y la respuesta fue un rotundo no.



Y si Rukawa saliera con alguien?, pensó de repente.



La respuesta le dejó aterrado.



oooooooo



N/A: A la carga con un nuevo fic!! No se preocupen que no me olvido de 'Boulevard of Broken Dreams'. Esperaré con ansias sus reviews.



Muchos besos



Khira-chan


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