Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sólo un poco más por ChiiNerak

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Nada relacionada con Junjou Romántica me pertenece más que la trama y las babosadas que les hago hacer jojojo

Notas del capitulo:

Sé que escribiré más de aquí en adelante, pero quiero reviews!! TT^TT

- Por hoy, eso es todo. –

Los alumnos sonríen, se estiran, agradecen y guardan sus útiles, corriendo a la salida del aula como una manada de animales.

A veces me dan ganas de hacer lo mismo, pero claro está, yo debo comportarme como el profesor de Literatura.

Pero a veces... A veces me pregunto hasta que punto debo comportarme.

- ¡Hiro-san! –

Nowaki.

Nowaki corrió hacia mí, levantando una mano a modo de saludo. Me invadió una sensación similar a la de una chica, y corrí hacia él con alegría, saltando y abrazándolo hasta caer en el piso por el ímpetu de mi salto. Nos reímos como un par de niños pequeños, y después nos besamos sin importarnos el mundo.

Parpadeo levemente. Nowaki sigue corriendo hasta llegar a mi lado. Y yo sigo en el mismo lugar. No me he movido.  Mi mente me sigue jugando malas pasadas. A veces, me gustaría hacer eso.

 Pero yo soy un profesor de Literatura. Debo comportarme.

- ¿Qué haces aquí a estas horas? – pregunto.

- Salí temprano. Cubrieron mi turno. ¿Quiere ir a comer, Hiro-san? –

Asiento levemente. Me gustaría decir un “¡Si!” lleno de alegría. Pero debo comportarme.

- Hay un restaurante cerca de aquí... –

Nowaki me sonríe, lleno de alegría. Mientras lo miro, pienso en mí. ¿Alguna vez podré sonreír de esa forma? Tan lleno de jovialidad. Nada le preocupa. Al contrario de mí, él no piensa en comportarse, por que siempre ha sido así.

Pero yo no soy él.

A veces... A veces quisiera decirle cuanto es para mí.

- ¿Hiro-san? –

Sonrió discretamente, murmurando un “de acuerdo”, tan bajo que dudo si me oyó. Pero Nowaki asiente, y a la vez gira el rostro. ¿Habré vuelto a parecerle extraño? ¿A decepcionarlo? ¿A lastimarlo?

- Últimamente... Ya no es usted, Hiro-san –

Su voz susurrante me encanta. Me hace pensar mil y un cosas sin sentido, pero todas tienen algo en común. Siempre son sobre él.

- ¿De qué hablas? –

- Está muy distante. – Sin darme cuenta, hemos estado caminando en un pequeño callejón. No lo noto hasta que Nowaki me detiene, con una mano sobre mi pecho. Su mano me encanta. Es muy cálida. Quiero tomarla y posarla en mi mejilla. Abrazarlo y dejarme caer allí mismo, sin que me importe nada más.

Pero no puedo. Por que debo comportarme.

- Soy el mismo de siempre, Nowaki. Anda vamos a casa y comamos allí. –

- Bien... –

Camino un par de pasos delante de él. Me siento mal de lastimarlo sin querer. Quisiera decirle todo. Poder ser igual de espontáneo. Poder abrazarlo y besarlo de la misma forma que él lo hace, sin importarle el lugar o la hora.

Pero no puedo. Por que... Debo comportarme

- Hiro-san... –

En el comedor, mientras cocino algo, Nowaki me abraza por la espalda. Cierro los ojos, dejándome perder en ese gesto tan posesivo de Nowaki que me encanta. Pasados unos segundos, suspiro.

- ¿Qué sucede, Nowaki? –

- ¿Qué he hecho esta vez para que esté así? ¿Por qué no se enoja o ha dicho algo? –

- Estoy cansado. No tengo energías ni para gritar. Y no, no has hecho nada. –

No has hecho nada. Yo soy el culpable.

- Pero... –

Lo besé, girando sobre mí rápidamente. Pasé mis brazos por sus hombros, igual que una chica. Le susurraba al oído una y otra vez “te amo, Nowaki”, sonriendo con alegría.

- Hiro-san, por favor, respóndame. –

Abro los ojos. Sigo en el mismo lugar. No me he girado a besarlo. Por un momento, me sonrojo ante ese pensamiento. ¿Por qué sigo sin decir nada?

- No es nada, Nowaki. No te preocupes por mí. –

Nowaki me toma de los hombros y me gira frente a él. Me sorprendo, y después guardo ese sentimiento de alegría. Me hace feliz que me tome entre sus brazos. Que sus profundos ojos me miren.

Pero yo debo comportarme. Debo comportarme...

- ¿Cómo no voy a preocuparme? –

Ya no resisto más. Yo debo comportarme... Debo resistir...

- Por favor, Hiro-san, si algo le falta, yo puedo dárselo. No importa lo que sea... –

Esta vez, me lancé a sus brazos igual que una colegiala. Enterré mi rostro en su pecho, llorando.

- ¡Hiro-san! –

Vuelvo de nuevo a la realidad. Sigo siendo sostenido por sus brazos. Bajo la cabeza, ocultando una pequeña gota salada que cae por mi mejilla. Debo comportarme...

Nowaki me besa esta vez, lleno de arrebato, impotencia y ese amor tan profundo que me tiene y que sigo sin poder igualar. Le correspondo unos segundos, los mismos que dura ese momento. Nowaki se separa, mirándome con extrañeza. ¿Por qué sigo sin decir nada? Por que yo... Debo comportarme...

- Nowaki... Estoy cansado, de verdad. –

- ¿Por... por qué...? Nowaki se sienta en un sofá, con la cabeza gacha. - ¿Por qué no dice nada más...? –

Corrí hacia él, recostándolo sobre el sofá con violencia, mientras lo besé con rapidez y recorría mis manos por su cuerpo musculoso y su alma frágil.

- ¡Dígame algo! –

- Te amo. –

Nowaki me mira sorprendido. Sus ojos azul profundo están cubiertos por una capa de lágrimas que cesan al escuchar mi voz. Me acerco a él lentamente, tomando entre mis manos su rostro.

Cierro los ojos, dejando a mis manos sentir la textura suave de su piel. Lo abrazo lentamente, perdiéndome en su calidez tan acogedora.

Pasados unos segundos, me levanto, colocando una mano sobre la cabeza de Nowaki, que sigue tan sorprendido como al principio.

- Te amo, Nowaki. Ahora tú di algo. –

- Hiro-san... –

Sonrío igual que él, logrando arrancarle un cálido rubor carmesí en su rostro.

- Debes comportarte, Nowaki. –

Nowaki sonríe esta vez, llevándome a su pecho. Si perder el tiempo, me besa con pasión, levantándome entre sus brazos. Me da vergüenza esto. Como si fuéramos una pareja de recién casados. Nowaki me lleva a la cama que ambos compartimos, recostándome suavemente en ella, sin dejar de besarme ni un solo instante.

- Yo no quiero comportarme, Hiro-san. Mucho menos con usted. –

- Idiota – susurro, esta vez lleno de alegría.

- ¿Así que sólo se está comportando, Hiro-san? – Nowaki sonríe, esta vez con picardía. - ¿Qué mas reprime dentro de usted? –

- Muchas cosas, mocoso. – de pronto mi voz adquiere una sensualidad desconocida en mí. - ¿Crees encontrarlas todas? –

Nowaki me mira con sorpresa y ese rubor cálido que adoro. Lo acerco a mi rostro, besándolo. Me corresponde con esas ansias casi animales, pegando su cuerpo al mío. Yo intento seguirle el ritmo... Pero debo...

Debo....

Espera.

Ahora que lo pienso, ¿Quién dice que debo comportarme? Mi estúpido ego. Aquí no hay nadie más que Nowaki y yo... Nadie más que Nowaki... y yo...

Al diablo el comportamiento.

- Al diablo el comportamiento – dice Nowaki, deslizando sus manos por debajo de mi playera blanca, deshaciendo el nudo de la corbata alrededor de mi cuello, desabrochando el botón de mi pantalón. – Podrá comportarse afuera, Hiro-san. Pero aquí no es afuera. Aquí solamente estamos nosotros dos. – De pronto me veo desnudo del pecho, al igual que Nowaki. Sin que pueda evitarlo, paso mis dedos lentamente por los músculos de su pecho. Nowaki exhala un ligero gemido. Mis manos están frías.

- Vaya, me pregunto que pasará si... – recorro mis manos por su espalda. El tacto frío le hace soltar suspiros ahogados. Su espalda es tan suave. Podría tocarla por siempre. Nowaki desliza sus manos por mi pecho. Tiene las manos igual de frías que yo. – No... Nowaki... –

- Tengo frío, Hiro-san. –

- ¡Esa es mi frase! – me levanto de pronto, juntando por accidente mis labios con los suyos. Nowaki me recuesta de nuevo, y yo olvido mi enfado al instante. No puedo evitarlo. Él me hace perder toda la tranquilidad y la cordura. Logra tranquilizarme con un solo movimiento de manos, con una simple sonrisa. Con un simple beso, me hace olvidar el mundo.

Mi Nowaki.

- Hiro-san... Hiro-san... –

Mientras su voz entrecortada y susurrante susurra mi nombre, embiste con fuerza su cuerpo sobre el mío. Intento no gritar fuerte, o intentar ahogar ese gemido tan vergonzoso que lucha por salir de mi garganta. Pero no puedo. Esta vez no es por que deba comportarme. Esta vez... Esta vez solamente me da vergüenza ese sonido tan propio de una chica.

- Nowaki... – su nombre en mi voz le parece toda una sinfonía. Lo sé por la expresión de sus ojos profundos y azules. Me besa de nuevo, sin dejar de embestirme. Por un momento, me incorporo, abrazándolo. Él sigue aún dentro de mí. Me abraza con fuerza, pegándome a su cuerpo cada vez más. Sentados como estamos, la cama rechina. Como si fuera a partirse en cualquier momento debido a los movimientos tan bruscos de ambos. Pero no nos interesa. Aún si se acabara el mundo.

- Hiro-san... –

El clímax hace que un grito salga por mi garganta, y Nowaki suelte un gemido algo más grave. Una película de sudor cubre nuestros cuerpos, y los hace brillar como si apenas saliéramos de la ducha. Me dejo caer en las sábanas de la cama. Estoy agotado. Nowaki me sigue poco después pegando su cabeza a mi pecho. Su cabello me hace cosquillas. Nuestra respiración recupera su ritmo normal poco a poco. Abrazo a Nowaki, cerrando lentamente los ojos.

A veces... Quisiera no terminar jamás estos momentos.

- Hiro-san... ¿Por qué estaba tan...? –

- Oye, Nowaki – interrumpo, con voz susurrante. Siento como su corazón late un poco más fuerte - ¿Te dije ya que eres irritante? –

- Hiro-san... –

- ¿Por qué me preguntas cosas cuyas respuestas conoces? –

Nowaki se levanta, mirándome sin comprender. Sonrío con resignación. Aunque sea así de tonto. Así de olvidadizo. Si no lo fuera, no podría haberme enamorado de él.

- Debes comportarte, Nowaki. -

- A veces, Hiro-san... Solamente algunas veces. –

Sonrío, levantándome rápidamente al recordar la comida que dejé al fuego. Tras salir de la habitación caigo al suelo. Estoy mareado, y todo alrededor me da vueltas. Nowaki grita algo. Me sostiene entre sus brazos. Mis labios sonríen, y todo alrededor comienza a volverse más nítido. Nowaki me toma entre sus brazos, y me sienta en el sillón. Me entrega un algodón empapado en alcohol. El aroma es muy fuerte. Basta con dos aspiraciones para recuperar por completo el control.

- Hiro-san, nunca se levante así. La sangre... –

- Lo sé, lo sé. No necesito un consejo médico. Eso es algo que saben todos. –

Nowaki niega un par de veces con la cabeza. Después se levanta y sonríe, caminando hacia la estufa. Sirve la comida tras apagar el piloto del gas. Después me lleva la comida al sillón.

- Gracias – susurró, con la voz llena de vergüenza. Me siento como una chica. Me comporto como una chica. Hasta me sonrojo igual que una chica.

- Hiro-san, vamos a bañarnos juntos hoy, y le tallaré la espalda. –

- ¡Tú...! –

Le arrojo los cojines del sofá al rostro. Después lo tomó por los hombros mientras le grito mil y un cosas. Estoy feliz. No puedo evitarlo. Así es como soy yo. Nowaki sigue con su sonrisa algo extraña. Repite mi nombre una y otra vez.

- Hiro-san, Hiro-san, Hiro-san... –

- ¡Mocoso estúpido, deja de pensar en cosas...! –

- Hiro-san, Hiro-san, Hiro-san... –

- ¡Deja de repetir mi nombre...! –

Soy un profesor de Literatura. Y como tal debo comportarme.

Pero sólo un poco más...

Solamente un poco más... Quiero seguir siendo la persona alegre y espontánea para mi Nowaki.

Quizás sea difícil. Sobre todo para mí.

Pero sólo un poco más.

Un poco más, quiero sonreír para mi Nowaki.

 

Notas finales:

Y bueno, pequeño, bonito, sencillo. Originalmente fue para una amiga, y le agradó, espero a ustedes tambien ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).