Él no entendía lo que era alejarse de alguien…
Él no entendía por qué de pronto la vida parecía estar en su contra, pero seguía adelante…
Durante dieciocho años su familia le había enseñado a ser fuerte, durante diez, su madre lo cuidó, le dio todo el amor que pudo reunir para su único hijo…
Pero solo fueron diez años y aunque a muchos aquello pueda parecerles una suma considerable de tiempo, él sentía que no era suficiente…
El problema era que al pensarlo detenidamente, llegaba a la conclusión de que, probablemente, ninguna cantidad habría sido suficiente…
Solo pudo disfrutar de los abrazos de su madre por una cantidad determinada de tiempo y aunque su padre y el resto de su familia lo habían cobijado con un cariño muy fuerte, nada podía borrar de su cabeza que el cariño de una madre es diferente…
Tal vez por eso cuando cumplió dieciséis y se enamoró todo fue diferente…
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Él estaba acostumbrado a ver a sus amigos en relaciones sumamente sencillas…bueno, obviamente existían discusiones pero todo dentro del ambiente escolar…
Nunca pensó que se enamoraría de un estudiante universitario, nunca pensó en siquiera llegar a conocer a alguien así
Francisco estaba lejos de ser alguien normal, no por el dinero que tenía su familia, (dinero al que había renunciado en el preciso momento en que aceptó su condición sexual y dejó de lado a la chica que todos creían, era su pareja perfecta), no por sus calificaciones altas…
No, Francisco era diferente por la sencilla razón, que entre todas las personas, se fijó en él…un adolescente introvertido y normal
Él no tenía nada muy interesante, iba al instituto, pero no sacaba calificaciones muy altas…tampoco muy bajas, solo pasaba los ramos con la misma tranquilidad con que saludaba a sus amigos y sacaba a pasear a su mascota
Tampoco tenía una familia adinerada, de haber sido así hubiesen podido llevar a su madre a otro país en busca de nuevas alternativas médicas y probablemente…su madre se habría salvado
Pero él jamás culpó a nadie por la muerte de su madre, después de todo, ella se había ido con una sonrisa en el rostro, algo que muy pocas personas son capaces de conseguir
De cualquier forma su vida era demasiado normal como para llamar la atención de alguien como Francisco
Porque no sabía tocar instrumento alguno, tampoco tantos idiomas y mucho menos conocía tantos lugares…
Él estaba acostumbrado a escuchar hablar de las pirámides de Egipto, de roma, de parís, de tokio…y jamás pensó que podría conocerlos…
No soñaba en grande, no aspiraba a mucho, porque había aprendido a conformarse con cosas pequeñas…
Ahora que lo piensa, tal vez por eso llamó la atención de Francisco…
Cuando se conocieron, el mayor se presentó sonriendo (con aquella sonrisa tan hermosa que fascinaba a chicos y chicas por igual) y él fue demasiado tímido para devolver el gesto, sin embargo, el universitario se quedó conversando con él
¿Por qué?
Es algo que le preguntó en más de una ocasión, pero cada vez que lo hizo, el mayor simplemente se quedaba mirándolo y volvía sonreír
No es como si fuese un antisocial, pero la presencia del chico de ojos verdes lo puso nervioso desde un principio y consiguió arruinar un encuentro que pudo quedar en su memoria como el del típico y perfecto amor a primera vista
Claro que no fue amor a primera vista, ¿Quién en su sano juicio se enamora de alguien a quien debe sacársele las palabras casi a la fuerza? Alguien que tartamudea y aparta su mirada como si le desagradara mirarte…
Alguien obviamente menor y apático…
¿Quién?
El caso era que aunque hubiese querido esconderse del mayor para siempre, la vida jugó un rol importante a la hora de juntarlos
¿Funcionó que Francisco fuese el amigo del primo de alguien que supuestamente, él debería conocer?
Sonaba extraño…pero así era
Era una fiesta de cumpleaños, y lo recuerda perfectamente porque derramó accidentalmente su bebida sobre el de ojos verdes
No recordaba haberse disculpado tanto en su vida, y aun cuando el mayor le pedía que dejara de hacerlo, el seguía haciéndolo, simplemente porque era todo lo que su mente conseguía procesar
Hasta el momento jamás se planteó su sexualidad, él podía encontrar bella a una persona, pero no por como luciera, sino por como parecía tratar a los demás…
Tal vez por eso sus amigos siempre estaban intentando conseguirle pareja…pero no era algo que hasta el momento le preocupara, y estaba bien dicho, “hasta”, porque Francisco se veía tan mayor…tan seguro, que era inevitable sentirse mal por poseer nula experiencia
No es que se hubiese enamorado de él sin conocerle por supuesto, pero solo para entablar una conversación necesitaba hacer uso de toda la personalidad que no poseía
El mayor parecía entenderlo, porque no lo forzaba a hablar…
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Luego vino una inesperada visita del mayor al instituto, en ese momento se enteró que muchos de los premios que relucían en el salón principal de su colegio eran gracias al chico de ojos verdes y sonrisa deslumbrante
La mayoría de sus compañeras estaban radiantes de felicidad porque un chico tan guapo había venido a dar una charla…
Él, por supuesto, ni siquiera prestó atención al tema, y no porque no lo deseara, sino porque simplemente su mente estaba más preocupada de observar cada gesto en el mayor a la hora de hablar
Y eso, claro está, le trajo consecuencias cuando la charla terminó y para sorpresa suya, el mayor se acercó hasta él y lo saludó amistosamente
Jamás se sintió tan avergonzado, bueno, si lo hizo, un minuto después, cuando Francisco le preguntó qué le había parecido lo recién expuesto…y el no tuvo otra opción más bajar la cabeza y reconocer que no le había prestado mucha atención
“Supongo que no es un tema que te apasione mucho” había comentado el mayor algo desilusionado
Él no supo que decir…y se disculpó con sinceridad
No es que pudiese decirle la verdadera razón por la cual no prestó atención, al menos no en ese momento…
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Los días pasaron, se convirtieron en semanas y la llegada del invierno lo tomó por sorpresa…en el sentido literal de la palabra
Un día salió de su casa, y para mala suerte suya, a mitad de camino comenzó a llover, no tenía caso volver pues había quedado en ir a dejarle sus apuntes de matemáticas a un amigo enfermo
Intentó cruzar la calle en rojo, pero producto de la lluvia no vio que se acercaba un automóvil, y tal cual película, una mano se aferró a su brazo y tiró de él hacia atrás, salvándole la vida en el proceso
“Pensé que alguien como tú sería más cuidadoso al cruzar la calle”
No entendió bien a qué se refería con “alguien como tú”, pero jamás se sintió tan contento de verle
El mayor llevaba un abrigo negro, pero no llevaba una bufanda que lo protegiera del viento helado
Sin pensárselo dos veces (porque estaba seguro que de hacerlo, terminaría arrepintiéndose) tomó su bufanda y la pasó alrededor del cuello del mayor
El agua seguía cayendo, empapándolos sin compasión, pero sus miradas estaban perdidas en la del otro…probablemente intentando averiguar si la sonrisa que pujaba por salir de sus labios era mutua
Resultó ser cierto, y así fue como poco a poco fue entrando en confianza…
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Algo que le inquietaba de su relación era precisamente aquello…”¿Qué eran?”
Sus amigos sentenciaban que se trataba de mera amistad, en cambio, sus amigas sonreían misteriosamente y mencionaban sin pudor alguno la palabra “noviazgo”
Él no estaba muy seguro, sabía lo que era ser amigo de alguien y de alguna forma, estaba seguro que las miradas que se enviaba con el mayor no eran normales
El problema era que no sabía lo que era ser novio de alguien, solo tenía ideas y aquellas ideas incluían besarse…
Y para su pesar jamás se había besado con el mayor…
Caminaban muy juntos, pero no de la mano…
Se reían mucho, pero generalmente no era él, quien decía algo gracioso…
Iban al cine, pero nunca se abrazaban…
Al menos no en público, porque en la comodidad del departamento del mayor, él se sentía extrañamente libre…
No que le importara mucho lo que personas extrañas opinaran de ellos, pero jamás podría ser cómodo sentir una mirada observándote reprobatoriamente y en el peor de los casos con asco
Es por eso que una vez en el interior de aquel departamento él se relajaba, cuando veían televisión siempre uno terminaba acomodándose sobre las piernas del otro…o entre sus brazos
Y así pasaron semanas que se convirtieron en meses…
Y nada parecía cambiar dentro de la suave y confortante monotonía en la que estaba sumido…
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La vida siempre había sido algo totalmente normal para él, porque las personas normales solo pueden percibir aquello
Pero algo cambió en el preciso instante en que él fue a buscar por primera vez a Francisco
La universidad jamás se le hizo un lugar tan grande, las personas jamás tan desconocidas…
Pero él estaba buscando a Francisco y cuando finalmente lo encontró, por primera vez en su vida se arrepintió de haberlo conocido
No sabía que ver a una persona besándose con otra pudiese doler tanto, no sabía que el amor podía provocar tanto sufrimiento…y no sabía que se había enamorado del mayor…
Lo supo cuando este apartó a la chica que lo besaba con suavidad, lo supo cuando miró hacia él y lo supo cuando sus piernas comenzaron a moverse, intentando alejarse del de ojos verdes
Como si aquello fuese a servir para alejar el sentimiento que se había alojado lentamente en su corazón…
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Su primer beso estuvo lejos de ser convencional, sus amigas cada vez que lo recuerdan se ríen. Supuestamente cuando el salió corriendo, Francisco debió haberlo alcanzado, declarado sus sentimientos y luego robarle un beso.
La verdad es que en la vida real eso no pasa, porque usualmente cuando pierdes de vista a alguien no tienes idea de donde pudo haber ido…y eso exactamente pasó
El problema para él fue que el mayor si sabía donde vivía, y al día siguiente fue en su búsqueda. No sirvió de nada que fingiera no estar en su casa, pues su padre lo delató con una enorme sonrisa
Y no, en esa ocasión tampoco se besaron…
Lamentablemente (para él) sirvió para aclarar el asunto, que si bien, le agradó escuchar que aquella chica no era nada para Francisco, no escuchó un “tu eres quien realmente quiero”…y todo pareció quedar en un extraño punto muerto
Nuevamente el tiempo pasó como el pétalo de una flor que flota grácilmente producto del viento y aquel primer beso llegó como una brisa de primera, anunciando el inicio de algo que iluminaría los próximos cuatro años en su vida…
Puede recordarlo perfectamente, porque cualquiera recuerda la ocasión en que un perro lo persigue de camino a casa, porque es inevitable recordar los ojos verdes de Francisco haciendo juego con su camisa del mismo color y porque tampoco es posible olvidar como gracias a aquel animal (que ahora es su mascota) terminó tropezando y cayendo sobre el mayor
En un principio fue un simple roce, pero el universitario parecía haber esperado aquello casi por tanto tiempo como él…entonces todo se intensificó
No hubo mariposas en el estómago ni esa supuesta sensación de flotar, solo un estremecimiento que consiguió erizar cada centímetro de su piel (y de paso corroborar que la palabra “amor” si tenía un significado físico…y consecuencias del mismo tipo) y el molesto dolor de su pie, que después descubrió, se había torcido al huir del animal
No importa como, terminó siendo llevado en brazos al hospital por su ahora novio y con un par de semanas de reposo que incluyeron hermosas tardes compartidas con el mayor en la soledad de su hogar (eso siempre y cuando su padre no apareciera de imprevisto sonriendo misteriosamente)
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Fueron cuatro años, 1461 días si se considera el día adicional por año bisiesto, 35024 horas y 126. 230.400 segundos…pero contar los segundos sería exagerar ¿verdad?
No que él hubiese estado esperando aquel cuarto aniversario que nunca llegó…
No que él hubiese soñado (ilusamente) con ser parte de su vida para siempre…
No que él hubiese visto su vida derrumbarse cuando el mayor decidió marchar a otro país en busca de un postgrado…
¿Qué podía hacer?
Culpar al otro siempre era tan fácil…
Pero fue él mismo quien le pidió que terminaran, porque si de algo estaba seguro era de que una relación a distancia no haría más que destruir lenta y dolorosamente aquello que tanto les había costado crear
Y por eso no derramó una sola lágrima cuando fue a despedirlo al aeropuerto y le anunció su decisión
No lloró en ese momento, pero si lo hizo cuando estuvo lejos de la vista de la persona que amaba
Y lo hizo durante los próximos tres años, cada vez que llegaba aquel día en que debieron cumplir cuatro años de noviazgo, pero por azares de la vida (aquella que siempre le había parecido normal pero jamás injusta) no sucedió
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Ahora que vive solo y que es consciente, lleva una vida normal, se pregunta que hubiese sucedido de no haber terminado aquella relación cuando pudo haber insistido…
Cuando tuvo la posibilidad de luchar pero la dejó de lado…
Tal vez la diferencia de edad si tenga una importancia fundamental en las relaciones…tal vez no
Francisco no volvió a llamarle, no volvió a escribirle, ni siquiera preguntó por la mascota que habían cuidado con tanto esmero…
Fue como si algo se hubiese quebrado, él era consciente que no puedes terminar con alguien y esperar seguir en contacto con esa persona como si nada hubiese pasado…
Pero una parte de él, una parte egoísta y arrepentida se enfadaba cada vez que pensaba en ello.
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Tres años pueden cambiar mucho a una persona
Tres años pueden convertirte en alguien irreconocible, pero para él, aquellos tres años habían pasado casi con la misma tranquilidad que el resto de su vida
Sus amigos se burlaban de él, porque después de Francisco no había sido capaz de tener una relación con nadie…
¿Y quien podía culparlo?
Cada vez que alguien se le acercaba con intenciones amorosas no podía evitar compararle con aquel joven de ojos verdes que había removido su mundo desde los cimientos…
Nadie era ni la mitad de interesante, ni la mitad de apuesto, ni la mitad de amable…
¿Cómo seguir con una vida que había quedado incompleta?
No puede, y se siente estúpido al comprender que tuvieron que pasar tres años para comprenderlo…
Tal vez por eso, mientras la mayoría de la población duerme, él está esperando que llegue su taxi
Tal vez por eso sonríe contento al bajar en el ascensor hasta la entrada del edificio…
Tal vez por eso una vez en el aeropuerto no es capaz de detener el temblor en sus manos…
Tal vez por eso al ver aparecer a aquella persona el aire parece, simplemente, rehusarse a ingresar a sus pulmones
Y tal vez por eso decide correr, sin importarle lo que piensen las demás personas, corre, con la intención de arrojarse a los brazos de un sorprendido Francisco que solo consigue dejar caer el bolso que lleva en su hombro antes de recibir el cuerpo de aquel que hace tantos años llamó su atención en una fiesta de cumpleaños
Ha pasado tiempo, es cierto, pero mientras aquellos brazos le rodean y estrechan con fuerza, siente que nada ha sucedido
Como si hubiesen regresado al momento en que vino a despedir al mayor y le anunció que prefería terminar su noviazgo…
Y ahora la felicidad vuelve a él al comprobar que no fue el único que esperó…
No sabe si aquella decisión fue la mejor, no sabe que hubiese pasado de haber escogido algo diferente, pero sabe (y está totalmente seguro) que ya no es momento de pensar en ello
No cuando aquellos ojos verdes le sonríen con el mismo brillo que tenían la primera vez que le vio
No cuando sus labios se encuentran y aquella parte que le faltaba regresa, aquella parte de su corazón que se fue en un avión hace tres años…
Aquella parte que, sin saberlo, le entregó al mayor en el preciso instante en que se conocieron.
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