Un día más en la vida de Johnny Test por minima

Un día más en la vida de Johnny Test

-¡Gil reacciona!, ¡SUELTAME!- forcejeaba todo lo que podía pareciendo más una culebra que un joven adolecente.

-No puedo, no quiero- ese era su vecino, su amigo, el quien lo abrazaba con sus brazos que parecían más unas vigas de acero que los brazos de un adolecente que no parecía tan fuerte como en esos momentos en que lo estaba comprobando.

Era increíble que a pesar de todas sus aventuras jamás se hubiera imaginado en una situación como esta, entre los brazos de su vecino, un amigo, un hombre, que literalmente estaba loco por él, y como siempre, todo gracias a una de las tantas invenciones de sus pelirrojas hermanas.

-¡No toques ahí!- esto cada vez se estaba poniendo más desquiciante, debía liberarse pronto de esa situación lo más pronto posible, sino estaba seguro que terminaría violado, el rubio mayor ya estaba tratándole de quitar su camisa y una de sus manos sobaban descaradamente su trasero.

Y pensar que todo había empezado como un día normal, o tan normal como sus días podían ser siendo un adolecente con dos hermanas genios, un padre obsesionado con la limpieza, una madre obsesionada con el trabajo y un perro parlante.

Era sábado, dulce fin de semana, estaba seguro sin temor a equivocarse que esa semana había sido una de las más estresantes del año, montañas de tarea, exámenes y quince experimentos de sus hermanas que tuvo que probar, ayudar a los agentes Black y White con uno que otro proyecto que salió de control, sí, ser un chico de trece años a veces podía ser muy difícil.

-Jhonny, ya es hora de levantarse, es hora de comenzar el fin de semana más genial de la historia- Duke abrió las cortinas dejando pasar los rayos del sol, despertando a su mejor amigo y dueño.

-¿Sábado, es sábado?, ¡Por fin!, pensé que este día jamás llegaría-

-Yo tampoco, hasta yo me estrese con tantas cosas que pasaron esta semana-

-Pero hoy comenzara nuestros días de relajación, ya hice toda la tarea el viernes solo para esto- de debajo de la almohada saco un pedazo de papel donde ya tenía su fin de semana planeado -ver las caricaturas de hoy, desayunar en el sofá cereal, luego de un par de horas de ocio en el sofá pasearemos en el parque, a pedido tuyo, y luego al parque de patinetas, después iremos al centro a jugar videojuegos y comprar soda de fresa y nachos para una maratón de películas en la noche, y esto solo es para hoy-

-Sí, un día perfecto, y claro está, nada de aceptar ser conejillos de indias de Susan y Mary, o aceptar alguna misión de Black y White, estos días son solo para nosotros-

-Casi me dan ganas de llorar-

-A mí también ajajajaja-

Mientras los mejores amigos se preparaban para su grandioso fin de semana, dos pelirrojas observaban con anhelo la pantalla de su computadora, que en esos momentos estaba conectada a una cámara afuera de la casa que apuntaba a su amado y atractivo vecino, Gil, el rubio de bronceado perfecto y sonrisa de ensueño, ya estaban babeando cuando este empezó a quitarse la camisa de su piyama dejando ver sus pectorales, pero para su total desgracia su hermosa vista se vio interrumpida por las persianas que había bajado el chico para continuar cambiarse, debían inventar pronto cámaras de rayos “X” o siempre se interrumpirían esas malditas cortinas su grandioso espectáculo de las mañanas.

-Lastima, pasando a las actividades del día, ¿Qué tenemos planeado para hoy?-

-Según la lista terminar unos cuantos experimentos y probarlos, especialmente nuestro intento número 9837 para que Gil se fije en nosotras y se enamore de nosotras-

-Hoy me dice que será nuestro día de suerte-

-¿Creo que esto ya lo has dicho antes?-

-Pero hoy es la definitiva, las simulaciones en la computadora no mienten, nos dan un 99.9% de posibilidades de éxito, hoy es el día en que comienza la historia de amor de Susan y Gil…-

-¿Susan y Gil?- la gemela de cola de caballo miro con suspicacia a su hermana, ella estaba tan enamorada de Gil como su hermana, pero algo le decía que si tuviera la oportunidad su gemela se quedaría con el atractivo rubio para ella sola.

-Digo Susan, Mary y Gil jejejeje-

-A veces pienso que ese mito de las gemelas malvadas es verdad-

-Hay no seas exagerada, solo me deje llevar un poco-

-Claro-

-Ahora hay que revisar nuestra valiosa creación, nuestra formula de amor-

Las gemelas teclearon algunos botones de su panel de control y de su techo descendió de un compartimento una caja de acero, herméticamente cerrada para mantener su preciada carga intacta y segura, las gemelas se acercaron y de sus bolsillos sacaron unas llaves, las colocaron en la cerradura y las giraron de forma sincronizada para abrirla.

-¿No crees que nos pasamos un poco con la seguridad?-

-Tal vez, pero recuerda que ese día estábamos aburridas, el lado positivo es que el invento de nuestra caja fuerte funciono-

La caja se abrió y dejo ver una pequeña pistola, que a simple vista parecía una pistola de agua pequeña, inofensiva, pero como era bien sabido con las gemelas, y la familia Test, uno tenía que andar con cuidado.

-Esta preciosa, con un solo disparo de una potente poción, hará que Gil se sienta atraído por nosotras con tan solo vernos-

-Pero debemos tener cuidado, aun no lo hemos probado en humanos-

-Y para eso está nuestro querido hermanito-

-Jhonny-

Ambas hermanas sonrieron cómplices, siempre si había duda sobre algún experimento contaban con su hermanito, no por su inteligencia, claro está, si no por ser el perfecto conejillo de indias, hasta a ellas les sorprendía que con tanto experimento no hubiera terminado cuadripléjico, no es que estuvieran dudando de su propio intelecto y medidas de seguridad, pero siendo sinceras, muchas veces los resultados se salían de las estadísticas esperadas, pero de algún modo, lograban solucionarlo, no solo por su intelecto sino también por las rápidas acciones de su hermanito, que en compensación por su pereza en usar su cerebro, por no decir idiotez, tenía una suerte envidiable.

-¿Y dónde se encuentra nuestro querido hermanito en estos momentos?-

-Según nuestro sensores de la casa, se encuentra en… la sala viendo caricaturas-

-Entonces no era necesario usar los sensores para adivinarlo, es sábado en la mañana-

Y en la sala, como habían dicho los sensores y como era de esperarse, Johnny se encontraba junto a Duke sentados en el sofá, con un buen tazón de cereal azucarado y sintonizando las caricaturas de la mañana, todo era relajación y diversión con los chistes repetitivos pero eficientes de las caricaturas, todo estaba perfecto, todo hasta que vio dos melenas rojas delante de él, sus queridísimas hermanas gemelas.

-Hola Johnny- saludaron al mismo tiempo, con ese tono dulce fingido que utilizaban siempre para pedir un favor, casi juraba que le traladaban el cerebro haciendo fruncir el ceño, ya sabía lo que querían, pero no lo obtendrían, hoy no este fin de semana no.

-No-

-Pero no hemos dicho nada aun-

-Sea lo que sea la respuesta es no-

-Johnny, querido hermanito, ¿acaso olvidas que tenemos cupones?- la pelirroja de cabellos lacios sonaba muy confiada, segura que obtendría lo que quería.

-No, no tienen, se acabaron el ultimo el día de ayer cuando utilice ese traje a prueba de fuego, lo cual me recuerda, me deben un par de tenis, a ese traje le faltaron las botas anti fuego-

-¡Imposible!-

-Tiene razón, Susan-

-Así que, sea lo que sea que tenían pensado pedirle probar a Johnny, tendrán que esperar hasta el Lunes-

-Pero, pero…-

-Nop, hoy no hay Johnny conejillo de indias, hoy es Johnny perezoso, es más, hasta les avise durante la semana que el fin de semana no haría nada-

-No, no es verdad-

-Sí, si es verdad, Duke pon las grabaciones-

-A la orden- el perro parlante saco un DVD y conecto el reproductor en el televisor, y ante la mirada de las hermanas Test se dejó ver una grabación de su laboratorio con ellas y Johnny en una especie de cámara centrifuga, después de unas cuantas vueltas más salía un rubio mareado.

-.-.-
-Las pruebas no salieron tan mal-

-Hoy también toca probar el repelente contra tigres-

-¿Tigres?, ¿Por qué tigres?- pregunto Johnny recuperándose un poco de tantas vueltas. 

-Es un proyecto que hemos estado planeando-

-Sí, sobre nuestra cita soñada con Gil viajando por el mundo-

-Ya saben lo que dicen Johnny, mujer prevenida vale por dos-

-Claro… por cierto, este fin de semana no me busquen, serán mis vacaciones relajantes-

-Sí, sí, lo que tú digas, ahora metete en la capsula debemos hacer pruebas-
-.-.-

Ambas gemelas ya no tenían nada que decir, aunque les costara admitir, su hermanito había tenido razón, parecía que les había ganado esta vez y no podrían probar su experimento, mas no se dejarían, no, estaban ansiosas y algo desesperadas, y cuando los sentimientos o deseos te nublan la razón, más si son unas gemelas hormonales como ellas, nada bueno puede pasar, especialmente si son tus hermanas mayores.

1ra táctica: “chantaje emocional”

-Por favor Johnny, compréndenos y ten compasión de tus hermanas-

-Estamos seguras que este experimento funcionara-

-Y no queremos esperar, por favor, esto no te tomara más de un minuto-

-No-

-¿Qué?-

-No es para ofenderlas pero es muy seguro que esto acabe mal como casi siempre, y no quiero arriesgarme a que mi fin de semana se arruine por eso-

2da táctica: “soborno”

-Sé que muchas veces sales afectado, pero te aseguramos que esta vez no correrás riesgos-

-La hemos probado cuidadosamente, además si lo haces te deberemos una, te daremos lo que quieras, entonces ¿Qué dices Johnny?-

-Si es tan seguro como ustedes dicen ¿Por qué no lo prueban entre ustedes o directamente en Gil?- 

-Esta fórmula es solo para hombres, y solo queremos estar tranquilas en probarlo-

-Chicas, acepten que Johnny no lo probara-

-Exacto, ya les dije que este fin de semana es mío, nada de experimentos, nada de misiones, si quieren probarlo en alguien encuentren a otro-

3ra táctica: “chantaje de sé lo que hiciste…”

-Mira Johnny, solo hazlo o si no, o si no… Mary, ¿Qué ha hecho Johnny últimamente que merezca un castigo de papá?-

-Nada, últimamente ha estado muy ocupado para hacer travesuras como para acusarlo o usarlo de chantaje-

-Rayos-

-¿Se rinden?- pregunto Duke ya fastidiado de la insistencia de las gemelas, algo le decía que esto no acabaría muy bonito.

Y si ni una de esas funciona, es mejor que Johnny empiece a correr.

-¡JAMAS!- grito la pelirroja de cabellos lacios irritada de no conseguir lo que quería, si no aceptaba por las buenas pues lo haría por las malas.

Johnny se sorprendió cuando esta le apunto con la pistola de agua, Duke y Mary también, pero ninguno tuvo tiempo para evitar que jalara el gatillo o que el chorro de la pócima callera de lleno en la cara del de cabello de flama, al darse cuenta de lo ya hecho y recordar sus consecuencias, la gemela del broche de estrella en la cabeza solo atino a esconderse y su gemela la siguió, lo hecho ya hecho estaba, y para evitar una tragedia griega como la de Edipo era mejor esconderse, su hermana debió pensar antes de disparar así, si las llegaba a ver y la formula funcionaba su hermanito terminaría atraído hacia ellas, o peor, si sus padres entraban en esos momentos y veía a uno de ellos si sería como la trágica novela de Edipo.

-Por favor niñas, aprendan a aceptar una negativa por el amor de Dios- se quejó Duke desde la sala aun al lado de Johnny, esperando que sea lo que le hubieran echado a Johnny no lo convirtiera en un monstruo o le derritiera la cara.

-¡¿Contentas ahora?! Apesto a perfume barato de chica, ¡qué asco!- 

-Güik, hueles peor que cuando tu papá trato de darle un perfume barato de regalo a tu mamá-

Las gemelas se atrevieron a asomarse desde su escondite detrás de la pared de la entrada a la sala, observaron con ojo calculador cada mínimo detalle del comportamiento de su hermanito, especialmente su comportamiento con Duke, pero.

-No hubo ningún cambio, ningún efecto-

-Tal vez no funcione con animales-

Se asomaron de nuevo y vieron que en la tele estaba pasando un comercial con una mujer promocionando un refresco, no hubo ningún cambio tampoco en las reacciones del rubio, solo estaba algo irritado, pero nada fuera de lo normal, fue cuando estaban sumergidas en sus razonamientos cuando Johnny salió de la sala y las encaro, al verlo a frente a ellas no pudieron saltar de la impresión y miedo de que terminara enamorado de ellas mas solo las empezó a gritar y a regañar en una de esas rabietas típicas de él.

-Cuando alguien les dice no, ¡es no!, hay veces en que más que mis hermanas son mis torturadoras-

-¿Qué es ese olor?- el padre entro con su delantal puesto y un cucharon en la mano, desde la cocina había olido algo realmente fuerte.

-Espera papá, no en…- las gemelas al verlo se espantaron de nuevo y trataron de detenerlo, pero ya era demasiado tarde, ya estaba frente a ellos.

-Johnny, ¿acaso no te bañaste anoche?-

-Si me bañe, pero mis hermanas me echaron algo…-

-Como sea hijo, será mejor que te bañes, o tu mamá pensaras que estuviste jugando con el perfume que le regale-

-Sí, sí, no hace falta que me lo digas-

-Y ustedes jovencitas, nada de experimentos con su hermanito este fin de semana, hasta a mí me dijo que este fin de semana lo quería para descansar, y a cambio corto todo el césped el día de ayer-

Johnny se había marchado a bañar, Duke le siguió a su habitación, no estaba de humor para tratar con las gemelas, habían arruinado su maratón de caricaturas, y ese día pasarían un especial donde en una caricatura torturaban a un gato, algo imperdonable, el señor Test se había retirado a la cocina nuevamente, y las gemelas se quedaron solas.

-No pasó nada-

-Pero, pero, todas las pruebas, los cálculos, esto es ilógico-

-¿Acaso nos habremos equivocado en algo?-

-Al laboratorio, no nos rendiremos, algo debió pasarse por alto-

Después de una buena restregada en la ducha, Johnny logro desaparecer el desagradable aroma de la pócima que le lanzo su hermana, habían perdido su maratón de caricaturas, pero no dejaría que ese incidente le arruinara su tan preciado fin de semana de descanso, ahora iría al parque a jugar con su mejor amigo y luego al parque de patinetas.

-Ya estoy listo amigo, ¿y tú?-

-Siempre viejo, ahora saca esa correa y sácame a pasear-

-No entiendo por qué tan ansioso-

-Son cosas de perros-

-Como tú digas-

Mientas los dos mejores amigos se dirigirán al parque, ciertas genio se empezaban a romper la cabeza en su laboratorio.

-Ya hemos hecho varias pruebas, y todas dicen que no tiene nada de malo nuestra formula-

-Quizás Johnny ha adquirido una inmunidad por tantos experimentos que hemos probado en el-

-Eso sería un pequeño problemas para futuras investigaciones-

-Espera, no hemos pensado en algo muy esencial-

-¿Qué?-

-Las hormonas-

-Pero claro, calculamos la fórmula para un adolecente maduro, y Johnny aun es un niño, aun no suelta todas las feromonas u hormonas que un cuerpo como Gil tiene-

-Entonces nuestra formula no estuvo mal, si no el sujeto en que la probamos-

-Pero también quiere decir que no tenemos sujeto de pruebas-

-Funcionara, además ya vimos que no causa deformaciones o algún efecto secundario dañino y eso era lo importante-

-Entonces a por Gil-

-Déjame buscarlo con nuestro satélite-

Oprimiendo algunos botones en el panel de su computador no tardó en aparecer la imagen de la tierra, oprimiendo otros empezó a haber un acercamiento desde el estado de E.U. hasta ciudad, y luego hasta cierta zona precisa de la ciudad donde se encontraba su amado.

-Al parque de patinetas-

Las gemelas alegres y ansiosas tomaron su pistola y se fueron corriendo al parque de patinetas, no siendo las únicas que se dirigían a ese lugar, ya que Johnny y Duke, después de pasear al canino, se dirigían ahí a pasar el rato, ya con Duke disfrazado, él también quería divertirse un poco.

Era para todo el mundo bien sabido que ese lugar era uno de los más populares entre los jóvenes de la ciudad junto al centro de videojuegos, ahí se podía ver gente de todo tipo así como las acrobacias más geniales, algunas originales y otras imitaciones de los profesionales, era un lugar donde te podías divertir y conocer gente nueva, y ver a los mejores en la ciudad dando una buena competencia con los demás, y uno de esos mejores era Gil, que en esos momentos se encontraba en el medio casco dando un buen espectáculo, muchos ahí pensaban que él tenía futuro como profesional, así como era muy buena onda, a pesar de ser muy popular nunca se portaba prepotente con nadie, era amigable y relajado, más de una soñaba con ser novia de él, pero él nunca había tenido algo serio con alguien.

-Hola Johnny, ¿Qué onda?- bajando de la rampa, Gil se dirigió a su joven vecino a saludarlo después de ver que se encontraba ahí.

-Hola Gil-

-¿Quién es tu amigo?, no lo había visto antes- señalo al extraño chico al lado del rubio menor, aunque no recodaba haberlo visto, le resultaba familiar, era bien sabido que para Gil recordar nombres y rostros no era su fuerte a menos que fueran personas que les interesara, como sus amigos.

-Es un amigo de fuera, lo invite a venir aquí, Dude él es Gil, Gil él es Dude- no ocurriéndosele otro nombre más original, cambio la “k” de Duke por una “d”, además no se preocupaba mucho de que recordara el nombre, ya le había presentado a su “amigo de fuera” varias docenas de veces y siempre le preguntaba quién era, si podía recordar a su perro, pero no a su perro con un disfraz, era algo gracioso, más cuando sus hermanas trataban de llamar su atención y no las recordaba aunque fueran sus vecinas.

Y hablando de sus hermanas gemelas, ellas se encontraban detrás de unos botes de basuras como las buenas acosadoras que eran, tal vez era porque Gil y su hermanito se encontraban muy distraídos platicando, o tal vez ya se estaban volviendo expertas en el arte del espionaje, ya que estos no se daban cuenta de su presencia, sea cual sea la razón estaban seguras de que ese día con un solo disparo de su pócima perfecta de amor caería rendido a sus pies, solo un tiro, el las vería y su historia de amor comenzaría, fue mientras se estaban perdiendo en sus propias fantasías de una vida con Gil que más jóvenes, especialmente chicas, se acercaban a hablar con Gil alejándolo de manera consciente e inconsciente de la plática tan entretenida que estaba teniendo con su joven vecino.

-Gil, enséñanos de nuevo ese truco que hiciste en la mañana-

-¿Esas rodilleras son nuevas?-

-¿No te gustaría salir con nosotros por una gaseosa?-

Esas eran algunas de las tantas preguntas y peticiones con los que lo estaban bombardeando, Gil no era solamente conocido por su forma relajada de ser o ser genial con la patineta, sino también por tener una paciencia envidiable, a cualquiera ya le hubiera desesperado la insistencias de sus amigos y fans, nunca les hablaba grosero, les dedicaba miradas de desespero o desdén, y nunca gritaba, si llegaba el día que Gil le gritara a alguien con enojo u odio, jurarían que esa sería una de las señales del apocalipsis.

-Nos vemos luego Gil, nosotros pasearemos un rato por aquí-

-Nos vemos luego hermanito, y gusto en conocerte Dube-

-Es Dude- corrigió el perro, pero el adolecente estaba siendo acosado de nuevo por esa bola de hormonas que se hacían decir amigos y fans, así que dejándole de dar importancia siguió al chico cabello de flama y divertirse un poco.

A pesar de mostrarse atento con sus conocidos siguió un rato con la mirada a su vecino, alegre y divertido, pero a la vez alguien un poco solitario, y no podía sentirse un poco identificado con el así como alegre de tenerlo como amigo y vecino, a pesar de estar rodeado de todos ese muchachos, el podía decir que tenía pocos verdaderos amigos, y uno de los consideraban así era ese chico de cabello de flama.

Susan y Mary no pudieron evitar gruñir de frustración al ver como ese montón de adolecentes rodeaban a su adoración, a este paso se tardarían todo el día en poner en práctica su plan, pero no lo culpaban, culpaban a esa bola de descerebrados e inútiles que le acosaban, pero se aguantarían, ya cuando este estuviera con su pócima no dejarían que se acercaran a él, ya que sería únicamente suyo.

Johnny y Duke se encontraban en una de las tantas rampas practicando un poco, Gil les estaba dando un buen espectáculo a sus fans, las gemelas seguían detrás del mismo bote de basura y la situación no parecía que cambiaría en un par de horas, y ya empezaba a apestar el bote de basura y las moscas no dejaban de molestarles.

-Esto me está volviendo loca-

-Te comprendo hermana, pero debemos de tener paciencia, paciencia… aunque a mí también me está volviendo loca la espera- 

-Solo debemos alejarlo de ese grupo de hostigadores-

-Para algunos nosotras encajaríamos en esa definición-

-Pero nosotras lo hacemos de una manera más educada-

-Claro… ¿y qué se te ocurre para poder apartarlo?-

-Pidámoselo a Johnny-

-Dude que acepte, y menos en la manera en que le disparaste en la mañana-

-Entonces no se lo pediremos-

-Me agrada esa idea-