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Enhorabuena por Vampire White Du Schiffer

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Notas del fanfic:

Los personajes de tiger y poh... los personajes de Tiger & Bunny no me pertenecen.

Enhorabuena.

Barnaby x Kotetsu.

Lucía el anuncio con luces de neón, algo tan llamativo y a la vez chillón al punto insoportable. Salvo para los que estén deseos de contaminación visual, pero, oh, vamos, ¿a quién iba a afectarle el cartel con metros de altura sobre el gran edificio? Ah, pero es que cada hora sonaba con un molesto venga a aplaudir al maravilloso héroe. La calle principal tendía a volverse bienhechora al recibir a tanta piltrafa de mercadotecnia, al fin y al cabo el anuncio no llegaría a la navidad, y si lo lograba, el verano con el deseo de ver retratada a la modelo del refresco en moda arrasaría todo el centro de atención. Así pues, la fama es tan efímera como la ola sobre el mar, va y viene, termina por revolcar en la arena al solfeador insensato y punto final. Allí viene una grande.

Cuando lo encontró, bueno, la primera vez que vio el gran hotel, la película le hizo reír hasta hartarse, pero ver este gran hotel con su foto de súper héroe a lo alto… fue un shock especial, por decirlo de una manera.  

−¡¿Qué pasa aquí?! –se agarró la cabeza con ambas manos y miró hacia la izquierda, luego hacia la derecha, como si haciendo eso obtuviera la respuesta pronta, pero hallábase solo en plena avenida concurrida llena de bonachones jovencitos que levantaban la vista y luego atendían al loco de abajo que miraba hacia todos lados.

Entonces ése loco tuvo que sacar el celular y llamar a la escandalosa directiva del programa, respondióle con un simple: alguien pagó el alquiler de ése anuncio. Fin de la conversación, y aún no daba crédito de ello. Vagó por los lares cercanos, vio un puesto de revistas y de nuevo algo enorme le acaparó la razón.

La ancianita dependienta acomodaba con tranquilidad el último paquete de tarjetas doradas, plateadas y cobrizas. Todas con la digna imagen del héroe del pomposo anuncio sobre el hotel en la calle principal de la cuidad.

−Oiga –llamó su atención con algo de pena –¿Desde cuándo le surten de ésta manera? –movió el dedo índice aludiendo todos los bloques con gesto de verdad curioso –¿o es que ya están en liquidación? –lanzó la pregunta de repente, incluso la mujer se asustó.

−De hecho –comenzó con amable voz –, son ediciones especiales que valen una fortuna descarada, si me lo pregunta –y regresó detrás del mostrador –, hoy en día los jóvenes no tienen otras cosas en las cuales invertir su dinero –se encogió de hombros y tosió sobre su mano derecha –, como sea, ¿cuántas va a llevar?

−¿Eh? –soltó distraído y rascó el cabello debajo de la boina beige –, no, no era por eso. Es que, ¿no sabe por qué tan de repente…?

−Ya lo dije, los jóvenes –contestó algo molesta porque el hombre inquisidor quitaba vista, al punto de moverlo con una mirada casi colérica.

Nuestro protagonista suspiró por decimoctava vez en cinco minutos y fue a sentarse en el parque para poder digerir mejor las cosas que le seguían causando congoja.

Pasada media hora, llegó a la conclusión de que todo lo sucedido no era malo. ¡Por supuesto que no! Hacía tantos meses que añoraba con volver a escalar los altos escaparates de la publicidad, y hoy, que se le presentaba en bandeja de plata lo único que hacía era pregunta boba tras pregunta molesta.

El rayo de iluminación le duró poco, porque, la verdad, llegó sola ya después de haberla buscado entre lacayos ignorantes o superiores pedantes.

−Kotetsu-san –nombre del actual bombardeo con luces de neón en el centro  - se le quemará la cabeza si continua sentado allí –se rió ligeramente el guapo héroe del momento –. ¿Le gustó mi regalo? –se le acercó con la sonrisa ganadora de Oscar.

−¿De qué hablas, Bunny? –se negó a verlo y apretó la quijada en un puchero infantil que para nada le iba a él, talves al más joven, pero no estaban para intercambiar facetas –. Esto debe ser una broma proveniente de un mocoso sin ganas de vivir –apoyó el codo derecho en la rodilla homologa para ver el bajo horizonte de la desesperanza –¿Sabes? Por un segundo –levantó la mano izquierda y la apreció sin ganas – pensé que este era como mi renacimiento, algo así como el pajarraco griego –desplegó unas alas de imitación y regresó a su pose de melancolía.

−Cómo se nota que nunca capta las cosas que yo digo a la primera –respiró el rubio profundamente y luego se hincó ante el héroe caído –¿qué fue lo que le dije la primera vez que nos vimos?

−¿Apártate, vejete?  -incluso él mismo se echó a reír.

−Aparte –bromeó –. No te esfuerces de más –y tomando las mejillas del adulto, le besó tiernamente, apartándose para ver tornear de colores la cara de Kotetsu –. Feliz aniversario, Kotetsu-san.

Notas finales:

sencillito porque no he terminado el anime, verguenza deberia darme, lo sé, pero lo escribí y me divertí (? nos leemos en otro lar!


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