- ¡Fuji! ¡Estamos listos! – Gritó Oishi Shuichiro desde la entrada de la habitación.
- ¡Un momento! – respondió éste tomando la cámara que estaba sobre la mesa y salió caminando de prisa hasta el estudio de fotografía donde había comenzado a trabajar hace un par de meses. Todo el elenco del nuevo anime “Princess no Kizu” se encontraba más que listo para tomarse las fotografías oficiales para el estreno.
Fuji Syusuke, un joven de veintiún años, prodigio de la fotografía; había sido contratado por una empresa, para ser el fotógrafo oficial de la serie. Este nuevo anime constaría de 52 episodios. La historia trataba de una soñadora chica de dieciséis años, que nunca había dado un beso y que soñaba con esos de los cuentos de hadas. Eiji Kikumaru, su mejor amigo, era el actor que personificaba al chico del cual la chica estaba enamorada desde que recordaba haberlo visto. Y así de a poco se desarrollaba esta historia, a través de los lazos de amistad y amor.
Fuji hizo una mueca parecida a una sonrisa, cuando recordó lo que Oishi, director del anime y novio de Eiji, le había dicho al neko cuando éste le dijo que quería protagonizar el anime. Al principio había armado un escándalo, después de todo, el protagonista se besaría con la chica a lo largo de la serie, aunque finalmente terminó accediendo. Fuji sonrió, porque por lo menos su amigo conocía lo que es el amor y la preocupación del otro.
Una vez finalizado todo, Oishi se acercó a felicitarlo por su trabajo y se marchó junto al neko.
Tomó sus cosas y salió del edificio con calma, pensando en sus amigos. Se veían tan felices.
Cabe decir que a Fuji, al igual que sus amigos, también le gustaban los hombres. En su “juventud” como la llamaba él, que en realidad eran casi tres o cuatro años atrás y antes de que se resignara al amor, había tenido dos o tres novios. De esos recordaba solo uno, Echizen Ryoma. En ese entonces él tenía 17 y Echizen 15. Su relación no duró más de tres meses, ya que el otro rápidamente encontró a otra persona.
Lo recordaba perfectamente ya que él había sido su último novio, del cuál se había enamorado profundamente y al romper, no quiso saber nada más de amor.
Iba sumido en sus pensamientos, cuando ve que una persona pensaba cruzar la calle y el semáforo acababa de cambiar de color.
Se precipitó contra la gente, lo alcanzó del brazo y lo tiró hacia atrás, provocando que los dos cayeran al suelo.
Rápidamente, Fuji se levantó para ofrecerle la mano al otro.
- Oye, ¿estás bien? – Lo miró con la típica sonrisa que le ofrecía a todo el mundo. El chico tomó su mano y lo quedó mirando.
- S-si, gracias por la ayuda – Dijo aún en estado de shock.
- Deberías tener cuidado al cruzar la calle, ¿No te habías dado cuenta que la luz del semáforo había cambiado?
- En absoluto, para la próxima tendré más cuidado.
- ¿No quieres que llame a una ambulancia?
- No por favor, estoy bien – Le sonrió – Por cierto me llamo Yukina, Yukina Kou.
- Ah, mi nombre es Fuji Syusuke.
- Lo sé, he oído de ti, eres un fotógrafo – Fuji continuó sonriendo – Por favor Fuji-san, por favor déjeme compensar el haberme salvado.
- Oh, no te preocupes, de verdad, debo irme; nos vemos Yukina-san.
- Nos vemos Fuji-san – Dijo, observando cómo Fuji desaparecía en medio de la gente.
Tomaba el primer sorbo de café de la mañana, mientras veía la nieve caer sobre la ciudad. Recordó que la noche anterior había soñado con el chico que había salvado.
Le inquietó de sobremanera la mirada que este le había dedicado al tomarle la mano.
Bebió otro sorbo, anotando mentalmente que debía ir a la tintorería por su traje, ya que esa noche se estrenaba “Princess no Kizu” ir al estudio de grabación donde el elenco daría su primera entrevista.
Al estreno se le sumaba la fiesta que se organizaba después del estreno, a la cual le habían invitado pero no pensaba asistir. El tipo que repartía las entradas le había dado una extra por si quería invitar a alguien más, guiñándole un ojo.
Contempló las entradas sobre la mesa, ¿Debería invitar a alguien? Sacudió la cabeza ¿A quién podría invitar? A nadie, eso era lo más seguro. No había más remedio, simplemente no asistiría.
El estreno del anime había sido todo un éxito, habían asistido miles de jóvenes a ver el primer capítulo de una serie que prometía mucho más.
Cuando el público hubo salido de la habitación, tuvieron una pequeña rueda de prensa y los condujeron a una habitación contigua donde comenzarían las celebraciones.
Fuji trató de escabullirse hacia la salida, pero Eiji lo interceptó en el camino.
- Fujiko-chan! ¿A dónde vas? La fiesta es por allá ¡Nya!
- Lo sé gatito – Le sonrió – Pero no puedo asistir.
- Oh, no seas así Fujiko-chan, vamos – lo tomó del brazo.
- No tienes remedio – Sonrió. Quizás se quedase un rato, después de todo Eiji siempre lograba convencerlo.
- ¡Nya!
Se acercaron a una mesa a beber ponche, y a los pocos minutos Eiji fue solicitado por Oishi para que conozca a algunas personas de importancia, que querían hablar con el nuevo actor sensación del momento, y de a poco, se alejó de Fuji.
Dejó su vaso en la mesa, suspiró y dispuso a marcharse del lugar cuando alguien lo tomó del brazo haciendo que se voltease.
- Fuji-san – éste se sorprendió al encontrarse con el chico del día anterior.
- Oh – Olvidó por una fracción de segundo su nombre – Yukina-san ¿Qué te trae por aquí? – Dijo tratando de sonar amistoso.
- La tienda de mangas donde trabajo, fue invitada al estreno y la fiesta, ya que fue la que lanzó a la fama el manga de “Princess no Kizu” – Le sonrió.
- Oh, ya veo – Miró su reloj de pulsera – Bueno, Yukina-san, si me disculpas debo irme.
- Ah – Pareció desilusionarse, o al menos eso pensó Fuji - ¿No quieres ir a tomar un café? – El otro se sorprendió – Bueno… ya que eres mi salvador – Fuji rió levemente, aliviando a Yukina, que por un momento pensó que el otro se iría así sin más por la proposición que acababa de hacerle.
- Me parecería bien – después de todo, era un café, y Fuji por nada del mundo rechazaba un café, viniera de quien viniese – Aquí tienes – Dijo sacando una tarjeta que contenía su nombre, profesión y número de teléfono, entregándosela en las manos – Nos vemos – Se despidió con una sonrisa, dio media vuelta y se alejó del lugar.
Yukina quedó inmóvil durante unos segundos, contemplando la tarjeta que tenía entre sus manos.