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El vaso de sangre medio vacío. por hatsumiyo momichi

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Notas del fanfic:

el termino "Tren subterraneo" hace referencia al Metro. No estaba segura de si todas las personas de habla hispana conocen este concepto, asi que preferí poner tren subterraneo :I me suena raro, pero era una precaución.  ah, y ellos estan en Chile lml !! lo que sucede es que deseaba ilustrar como son los días cotidianos acá en Chile para un estudiante o trabajador... Asi que los puse a vivir el Chilito lindo nomas >< <3

 

bueno, estas cosas ya las leeran. Ah, y

Pd: Mi idea es que sea un fic tierno y romantico, y no lanzado al dulce directamente como los fics porno que a veces escribo (que pueden leer tambien, estan en mi paginirijilla de amor-yaoi, aca mismo ><) asi que ellos van a ir un poco lento... o al menos lo que puedan aguantar. >/////<

 

CASI ME OLVIDOOOO tiene bastantes OC pero más que nada es porque no queria ocupar a nadie mas que shiro y Mephisto >< jjijiijji

Notas del capitulo:

leí en una publicación de la creadora de la página que hay que ocupar ¿ y ¡ en los fics..... LO SIENTOO!!!!! no tuve timepo de corregir estos errores xP

lo que sucede es que yo soy de habla hispana e inglesa, asi que yo de por si escribo sin esta puntuación, asi que se me hace dificil corregirla al metodo hispano, y casi nunca detecto estos errores, por que para mi no lo son >A< si les cuesta leer, lo siento. no tenía idea de que costaba (?! really? motherofgod ¬¬) 

 

Eso pos....

disfruten!!!!

La lluvia caía tímidamente, formando pozas a los pies de los cansados hombres y mujeres que esperaban el bus que gentilmente los llevaría a la estación de trenes para llega al trabajo. La gente se escondía bajo sus paraguas, mientras otros más astutos se refugiaban bajo el techo del paradero, mirando triunfantes a los rezagadados que venían llegando atrasados, de los cuales solo algunos tenían paraguas y estaban destinados a mojarse en la lluvia. Eran las 6:30 dela mañana, y el corrosivo frío de invierno lastimaba las mejillas descubiertas y mojadas del hombre rubio que valientemente esperaba el bus bajo la débil lluvia, a pesar de las probabilidades de que la lluvia empeorara. Este miraba a la nada, como todos los días, y como todos los días de su trivial rutina, él se subiría al bus, se iría parado junto a la puerta si el bus llegaba temprano, llegaría entonces a la estación del tren subterráneo, compraría su boleto, lo utilizaría entrando por el lado derecho, bajaría por la escalera mecánica, bajaría por el lado derecho del la escalera del andén, caminaría por el mismísimo andén hasta llegar al final derecho, justo al lado de donde se detendría el vagón del conductor cuando llegara el tren, subiría, se iría junto a la puerta, y al llegar a su estación compraría un café justo afuera de esta, y se iría caminando en dirección Norte, dos cuadras aproximadamente, hasta llegar al edificio donde él trabajaba. Y de alguna forma dolorosa, el calor invisible de la oficina del rubio se esfumó súbitamente mientras este seguía mirando a la nada, notando que había un par de piernas donde previamente él veía acera. Seguía en el paradero y ahora eran las 6:10 AM. Subió  la mirada observando las piernas de quien pisoteó su triste lugar de abstracción, y fijó su mirada en la nuca del delgado joven frente a él. Era un estudiante de gorro, bufanda y chaleco que se mojaba bajo la lluvia junto a él y el resto de la creciente masa de gente impaciente y rabiosa. El muchacho estaba hundido en sus hombros, encogido, soportando el agua caer sobre sus hombros, rezando por que no lloviera con más fuerza. Temblaba ferozmente, haciendo trabajar sus músculos para entrar en calor. El rubio lo miraba enternecido. El muchacho miró a su alrededor tímidamente y observó de forma fugaz a los que lo rodeaban. Juzgó sus miradas mientras debatía en su mente quien se veía más amistoso. Optó por darse la vuelta impulsivamente y lanzarle la pregunta al rubio.

-Disculpe... necesito llegar al colegio Seiyuji, y la verdad es que no tengo idea de como llegar... Podría...?- El rubio observó los penetrantes ojos verdes que lo tomaron desprevenido-

-A... a la Seiyuji? pues debes tomar el bus de recorrido 307 A... es la que llega a la estación de tren subterraneo, y de ahí debes viajar en tren hasta la Estación Seiyuji.- El estudiante asintió lentamente mirándolo pero sin verlo mientras intentaba visualizar en su mente aquel desconocido recorrido. -Entendiste?- el joven se quedó callado un nos instantes (demasiado largos) y luego sonrió avergonzado, riéndose.

-No...- el rubio en vez de impacientarse, sonrió divertido. "estos niños de hoy" pensó, "viven en las nubes".

-No queda lejos de mi trabajo, te ayudaré a llegar.-

-Oh, no se preocupe, no tiene por qué molestarse.- se notaba por sobre su bien estudiada cortesía que le agradecía al rubio la útil ayuda y que deseaba que no se retractara.

-No, en serio. no hay problema. Además, creo que me sentiría culpable si depsues te pierdes.- se rió calladamente, imaginando aquella patética escena. El joven estudiante tenía pinta de ser muy despistado.

-Gracias.- y justo después de haber pronunciado esas palabras pudo oírse el creciente y agudo sonido tosco de un motor de gran tamaño. El bus al fin pudo divisarse a lo lejos, avanzando desvergonzadamente lento a pesar del retraso casi habitual, notándose desde esa distancia que venía repleto.

-No servirá de nada si no logras subirte al bus, así que empuja y metete. el rubio lo decía en ton burlón, pero hablaba completamente en serio. Ayudó al joven a subirse al bus, teniendo apenas espacio personal dentro de este.

-Wow...- musitó el joven, notando que las personas oprimían tanto su cuerpo a causa de la falta de espacio, que apenas si tenía espacio para expandir sus pulmones y respirar.

-Será mejor que te acostumbres... o te levantes más temprano.- rió el rubio, notando la repentina claustrofobia del chico. -o es acaso hoy la primera y última vez?- el rubio hizo el intento de entablar una conversación.

-Como?... oh... la primera, pero no la última, definitivamente. Desde ahora tendré que hacer esto todos los días, si es que quiero llegar al colegio. Esto, o conseguirme un auto.- ambos rieron, no tanto por el contenido de sus palabras, sino por la falta de aliento del joven para hablar. Apenas si salían sus palabras entre sus jadeos por aire y espacio personal.

-Me llamo Shiro, por cierto. Shiro Fujimoto.-

-Un gusto,- sonrió el joven. -me llamo Johan.-  El rubio asintió, cayendo en cuenta de que estaba socializando con un menor. "Es algo triste" se dijo a si mismo, su orgullo de hombre adulto floreciendo a medida que entraba en calor gracias a la sofocante muchedumbre. "No tengo a quien hablarle, asi que le hablo a un pendejo." Su rostro se ensombreció y desvió su mirada hacia el suelo, carraspeando, dudando entre seguir hablándole como si nada, o ignorarlo hasta llegar a la estación. -Cuantos años tienes?- Shiro se encontró con la mirada curiosa del chico, notando su necesidad de saber si le hablaba a un Usted o a un Tú.

-Yo?... pues tengo 29 años.- el joven hizo ademán de sorprenderse.

-En serio? wow! pareces mucho más joven...- Johan se mordió el labio, pensativo.

-Mentira, cuantos años creíste que tenía mocoso?- no pudo evitar restaurar su posición de adulto . Johan se sonrojó.

-Oh, bueno, creí que tendrías unos 25 o 23 a lo mucho. Te ves muy joven.- su aspecto hizo imposible en la mente del chico que tratara a Shiro como un adulto respetable.

-Gracias...- a pesar de todo le agradecía este cumplido. Despues de todos esos años de sufrimiento... a quien no le gustaría que le dijeran que se veía mucho más joven en vez de decrépito por el odio acumulado en sus facciones? -gracias.- volvió a repetir, mirando por  la glaciada ventana como llegaban a la estación. -Hay que bajarse.- y tan pronto y brutalmente como subieron, bajaron. El gélido aire los abofeteó con fuerza, haciendo que inconscientemente extrañaran ese incómodo y mal ventilado bus caliente a causa de los incontables cuerpos recién levantados que se apretujaban unos con otros. Pero había cesado de llover. Shiro caminó rápidamente, dejando que johan lo siguiera. Entraron a la estación y Shiro le enseñó al joven como comprar su boleto. Luego le enseñó como introducirlo a la máquina que luego los dejaría pasar, y despues lo guió escaleras abajo, donde en tren corría por las venas subterráneas que recorrían toda la ciudad incontables veces en el día, incontables veces en la tarde, y otras incontables veces en la noche, casi siempre lleno de personas que se ven obligadas a compartir su espacio personal con al menos 4 personas a la vez.

-Dirección Cementerio Imperial...- leyó el joven en el letrero de la pared, notando que esa era la dirección que estaba tomando. Se pararon en el andén para esperar el tren junto a las otras personas, en el extremo izquierdo, justo donde se detendría el último vagón del tren.

-así es, hacia allá va. pero tú tienes que bajarte 5 estaciones antes de eso.- Johan asintió, un poco emocionado. Era la primera vez que iría a ese colegio, y la primera vez que utilizaba el tren. Todo era tan nuevo y fascinante. -De todas formas no te preocupes, yo te avisaré cuando bajarte, ya que yo me bajo una estación antes que tú.- Johan le sonrió pensativo. -Que pasa?...-

-Gracias por molestarte, no era necesario.- sonrió tiernamente, quitándose el grueso abrigo negro de colegio, el gorro, y la bufanda, gozando del calor casi tropical del andén del subterráneo.

-No te desabrigues, te enfermarás.- Shiro se quitó su propio gorro y lo metió en uno de los bolsillos de su húmeda chaqueta.

-No... está agradable acá abajo.- bajo el abrigo el joven llevaba el uniforme escolar del colegio Seiyuji. Pero eso no fue lo que impactó al rubio. Más bien fue el suave cabello azul que casi cubría sus ojos verdes, y su esbelta figura lo que llamó su atención. Disimuladamente, lo observó de pies a cabeza mientras johan encontraba la forma más cómoda de sujetar su abrigo, gorro y bufanda a la vez. Tenía unas piernas largas y delgadas, y su esbelto cuerpo se angostaba justo sobre las caderas...tenía una cintura ta marcada que superaba a la de su propia esposa, y la de su compañera de trabajo y amante. Luego de notar esto no pudo evitar echarle un ojo a sus nalgas. -Tienes hora?- Shiro lo miró a la cara un poco asustado de haber sido sorprendido, pero a pesar de que el peliazul lo miraba de forma indescifrable, no logró ver el asco o la indignación en sus ojos.

-Claro...- Shiro se recogió una manga y revisó su reloj barato. -Casi son las 7:00 Am.-

-7... que temprano... solía despertarme a esa hora.- rió Johan, notablemente frustrado por este hecho. Shiro sintió que era muy osado y completamente no de su incumbencia preguntar el por qué, o incluso de donde venía, pero el peliazul lo sorprendió yendo más lejos que sus pensamientos. -Tienes novia?-  Shiro lo miró boquiabierto unos segundos, para luego largarse a reír burlescamente. -O novio, lo que sea.- Pareció que esto avivó su risa burlesca.

-No me preguntes eso!- Shiro negó con la cabeza en señal de desaprobación, desviando su mirada para ver si veía a lo lejos en el túnel.

-Por qué no? Tienes novia?- insistió Johan, comenzando a impacientarse, y a la vez, a divertirse.

-No es de tu incumbencia.-

-Ah no? y si yo te cuento de mi? Yo no tengo novia ni novio. Tu turno. Tienes novia?- su insistencia de alguna forma manipuladora, sonaba desinteresada. Shiro solo siguió riendo, negando más aún, haciendo ademán de no poder creer sus oídos. Miró de reojo a Johan y notó que lo miraba fijamente, esperando una respuesta. Sus penetrantes ojos verdes pudieron más que él.

-Está bien, soy casado. Contento?- Shiro observó como el chico sonreía complacido.

-desde cuando?-

-Es esta tu forma de entablar conversación amistosa? me estas irritando, eres un crío muy molesto.- por alguna razón hablar de su esposa lo había irritado más de lo que había podido imaginar. Él no tuvo la intención inicial de ser así de hiriente y cortante con el chico. Pero a este no pareció importarle demasiado.

-Parece que mucho tiempo.- murmuró entonces, haciendo referencia a la irritabilidad del rubio.

-Que maleducado.-

-La amas?- lo miró con reproche, una mirada asesina de molestia. Pero por alguna razón no tuvo inconvenientes en responderle de inmediato. -Tengo que. Tenemos un hijo.- Johan se lo quedó mirando, leyendo la repugnancia, la ira, la frustración, el remordimiento, y el suicidio, todo a la vez, en sus ojos castaños.

-Así que no.- murmuró el peliazul, sabiendo a que se refería; entendiéndolo todo, incluso mejor a que si se lo hubiese explicado.

-O ella tiene un hijo.- Shiro se miraba los zapatos con un escrutinio fingido. -aún no lo se.-  el sonido agudo y penetrante de los frenos del tren atravesó los tímpanos de las personas casi dolorosamente, anunciando su llegada sin poder pasar desapercibida. La fuerte brisa que acompañó la rapidez con la que desaceleró el tren revolvió los delgados cabellos azules de Johan, cubriendo su rostro y descubriéndolo a la vez dispersando su dulce aroma por todos lados, llegando a Shiro quien se encontraba demasiado cerca. -Jasmín.- susurró el rubio, cerrando los ojos, olfateando el aire impregnado del olor del estudiante, del olor de las flores de jasmín, del olor a las flores de su esposa de cuando estaban recién casados y ella arreglaba un florero con las susodichas recién compradas. Pero el olor que rodeaba a Johan tenía una nota diferente, un aroma menos empalagoso y más misterioso, como el jasmín floreciendo en la oscuridad de una noche sin Luna, en contraste con el jasmín barato de una florería. Era casi sombrío. Las puertas se abrieron y ambos entraron a duras penas, esperando a que se cerraran y partiera el tren. El silencio en el interior de este se volvió sofocante. Además de la mecánica y fría voz de los parlantes que anunciaban los nombres de las estaciones y que las puertas se cerrarían, solo se oía el débil ronroneo de la música distorsionada de una par de audífonos, y los chirridos del tren al acelerar y volver a detenerse. Era una multitud de gente tan cerca los unos a los otros que podrían ser hasta amantes, quienes no se dirigían ni una mísera palabra. Extraños compartiendo el oxígeno con personas que tal vez jamás vuelvan a ver. Johan se dio cuenta de que había sido tal vez solo un poco imprudente.

-Perdóname.- murmuró para Shiro, aunque mucha gente lo pudo oír a causa de la cercanía. -No te quise...-  entristecer? ofender? no supo que había hecho exactamente. -Fui maleducado y un entrometido.- Se acercó más al oído de Shiro, pues el chirrido del tren devoraba su voz, y los oídos ajenos se inclinaban hacia él en un intento desesperado de escuchar una conversación entre humanos. -Lo siento, sé que te molestó... suelo hacer eso demasiado a menudo, y molesto a las personas.- Le hablaba junto a su oído sin poder ver a Shiro a la cara.

-...- Shiro carraspeó sonoramente, sintiendo un cosquilleo en su estómago al sentir el húmedo aliento del chico contra su oreja de forma fugaz. -No importa... eres un niño, y los niños son curiosos. Pero ten más cuidado y no hables con extraños así como así, que si hubiera sido otro te golpea por imprudente.- Johan se rió calladamente, aferrándose de la s ropas del rubio al notar que el tren daba movimientos bruscos y que su equilibrio era pésimo.

-Lo se. Pero si no hubiera sido tú, no hubiera preguntado.- Shiro no supo bien a qué se refería, pero no tuvo tiempo de preguntar al notar al darse cuenta de que ya habían llegado a su estación.

-acá me bajo. Tú te bajas a la siguiente. Adios.- El rubio se alejó del peliazul esperando a que las puertas se abrieran, y en cuanto lo hicieron, desapareció de la vista de Johan. Este suspiró aburrido al notar que ya no veía a Shiro, y se resignó a pensar en el inminente primer día de clases que le esperaba dentro de pocos minutos. Después de todo, tendría todo el tiempo del mundo para conocer a Shiro Fujimoto.

Notas finales:

espero que hayan quedado colgadas >< por que escribo esto en mis horas libres de clases, asi que vale ORO por que el tiempo vale eso >A< y carezco de este.

ojala esperen el siguiente capitulooooooooooo!!!!!

 

se despide por ahora, 

 

-hatsu


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