¡¡Te odio L!!!! ¡¡No lo soporto mas!! Estar todo el día junto a ti; ¡¡me tiene harto!! Tu afán de confirmar que soy Kira te llevó a esposarme a ti; y cada vez me es mas difícil convencerte que no soy Kira (aunque si lo sea) Tenerte por un lado todo el día, cuando clavabas tus ojos en mi, tu forma de sentarte... Cada minuto que paso contigo siento como si no me quisiera alejar de ti.... ¡Pero, no! ¡Se supone que eres mi enemigo!
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Apenas han pasado dos días desde que comenzaste este juego, y extrañamente siento como si no quisiera que terminara... Aunque te siga odiando como Kira, como Light me gusta estar contigo. Cada vez mas, mientras te veo no puedo evitar unas ganas de besarte; cada vez que tengo que dormir a tu lado, deseo hacerte el amor.
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Una semana, y esos deseos que tengo hacia ti no cambian, por el contrario, aumentan. Estábamos solos, Watari ya rato se había salido de la habitación del hotel al que te acababas de alojar, pues solo había venido a traerte una gran rebanada de pastel de fresas que, como siempre, habías pedido. No podía mirarte, amaba tu manera de comer; sin darte cuenta me provocabas cada que llevabas el tenedor a tu boca... Me era casi imposible controlarme. Se te resbaló el tenedor, llenándote de betún la cara. Ya no me supe detener, me aproximé hacia ti limpiando el betún con mi lengua, deteniéndome en tus labios para besarlos. El sabor del pastel, tus labios, ambos igual de dulces. En cuanto me separé un poco de ti pude notar tu mirada sobre la mía, la blanca piel de tu rostro se había tornado rojiza, estabas paralizado. Te sonreí y me hice hacia atrás, tu no te moviste para nada, mirándome dudoso. Cuando por fin te moviste fue para recoger aquel tenedor, pero no dejabas de observarme.
-¿Por qué lo hiciste, Light-kun?- tus ojos comenzaban a tornarse húmedos; conservabas tu mirada baja, como si estuvieras apenado. -¿Por qué mas lo haría? Por que ......- reaccioné de lo que estaba a punto de decir.... ¿Lo quiero? ¿Lo amo? ¿O es sólo un capricho, un deseo? Duramos en silencio un rato, L conservaba su mirada baja; una gota cayó sobre mi mano, era una lágrima. Tomé su rostro para verlo de cerca; era hermoso, aun con una tristeza reflejada en sus ojos. Limpié las lágrimas de sus ojos, te abracé pidiéndote que ya no lloraras.
-Te quiero, Ryuuzaki. Ya no podía contenerme más, tenerte tan cerca me.....- no pude terminar la frase, mientras hablaba te habías soltado de mis brazos y habías comenzado a besarme; aprovechaste que estaba algo aturdido por tu reacción. Te abalanzaste, haciéndome caer al piso contigo sobre mi.
-¿Sabes la verdadera razón de que te haya encadenado a mí? No fue solamente por las sospechas que aun tengo de ti, Kira- me tenía inmovilizado por completo, tomaba mis manos en las suyas y había pasado a sentarse sobre mi.
-¡¡Yo no soy Kira!!!- intenté en vano girar, eras mas fuerte de lo que yo creía. Realmente en ese momento me había olvidado del odio que por el sentía: era simplemente Light. Soltó mis manos, lentamente desabrochó mi camisa, acariciando mi pecho con sus frías manos, haciendo que todo mi cuerpo temblara.
-Te quiero, sabes bien que hay poca probabilidad de que tu seas Kira, pero utilicé eso solo como un pretexto, quería pasar tiempo contigo- sus manos se detuvieron, haciéndome soltar un ligero gemido que L calló con su mano.
-shhh, recuerda que Watari está al otro lado de la puerta- Tomé su camisa, quitándosela por completo. Me acerqué a su torso desnudo, besando todo su cuello, acariciando su espalda; caricias que eran correspondidas por L sobre mi pecho. Tomé aquél rostro en mis manos; lo observé pero el se acercó a mi para besarme. Correspondí a aquél beso; tomando su barbilla hice que abriera su boca para introducir mi lengua, buscando la de el, jugueteando con ella. La falta de oxígeno nos obligó a detenernos, L se levantó caminando hacia la cama, tirando de la cadena para que lo siguiera. Al llegar me lanzó a ésta, subiéndose en mi y sin decir nada comenzó a desabrochar mi pantalón.
-¿Que...que piensas hacer, Ryuuzaki?- sentía mi rostro cada vez mas caliente, sabia que estaba enrojeciendo mas y mas. No contestó, sólo continuó hasta deshacerse de mi pantalón; pasando a quitarse el suyo.
-Raito-kun, ¿eres ... virgen? - su pregunta me tomó por sorpresa por completo... dándome la idea de lo que planeaba hacerme
-S-si..... - las palabras no me salían, incluso puedo decir que me paralicé en ese momento. Nos desnudamos por completo; L siguió besándome, sentía el roce de su cuerpo contra el mío. Por mi mente cruzaban muchas imágenes, fantasías que había imaginado todas esas veces en que no podía dormir por tener a L a mi lado. Se acostó sobre mi, bajó sus manos hacia mi miembro, acariciándolo primero lentamente, haciéndome temblar; para después ir cada vez más rápido ocasionándome un placer que no pensé obtendría de L, de mi L.
-Ryuu... za... ki..... De... Deten...te- cerré mis ojos, sentía que no lo podría soportar. -No me detendré. Deseaba hacerte esto-dijo pasando una de sus manos por mi cabello, mientras la otra seguía en mi miembro. No estaba seguro de que hacer, tomé a L del pecho e intenté detenerlo; el me lo impidió bajando mis manos hacia su miembro, como pidiendo que hiciera lo mismo. Comencé a acariciarlo, algo indeciso, pero no tardé en hacerlo más rápido. L comenzó a gemir, su voz de esa manera me encantaba, me excitaba. El se detuvo y me abrazó, lamiendo mi cuello hasta llegar a mi oreja. -Déjame intentar algo Raito- y antes de que pudiera decirle algo se levantó, me giró dejándome de espaldas. Se puso sobre mi, mordió mi espalda haciendo que me arqueara por la sensación que me produjo. Se arrodilló sobre la cama, y mientras una de sus manos había vuelto a mi miembro la otra llevó a mi boca, obligándome a lamer sus dedos. Después de un par de minutos bajó la mano que mantenía en mi boca hasta llegar a mi entrada, introduciendo uno de sus dedos.
-¡¡Ryuuzaki !!! ¡¡Me... Me du... duele!!- mordía mis labios intentando olvidarme del dolor que esto me causaba, jadeando, cuando L introdujo otro de sus húmedos dedos, y luego otro; mientras no dejaba de masturbarme cada vez mas rápido, pidiendo perdón.
-Raito, si no hago esto te dolerá mas- Sacó de mi sus dedos, me volteó de nuevo frente a el; y mientras me besaba de nuevo me tomó de la cadera, sentándome en su miembro, introduciéndolo en mi lentamente, a lo que produje un gemido ahogado por los labios de L, mantenía mis ojos cerrados.
-Aaah! Ryuuzaki nnn...- el dolor y el placer que me daba me volvía loco, y pronto L comenzó a moverse dentro de mi, lentamente para no hacerme daño. Levantó mis piernas sobre sus hombros, entrando mas en mi, moviéndose cada vez mas rápido, haciéndome gritar su "nombre" una y otra vez.
-Ra......ito nn! ¿Te mmh moles...ta si m...me corro d...dentro...o de ti?- abrí mis ojos, un tanto sorprendido por la pregunta, tardé un poco en ser capaz de contestarle.
-Nno... - apenas lo pude decir. El movimiento de L sobre mi, sus labios que recorrían mi cuello y boca, las caricias que me daba en la espalda y el cabello; hacían que no me importara si Watari estaba al otro lado o si irrumpía en la habitación sin avisar, sólo me importaba L; comencé a mover mi cadera, pidiéndole a L que no se detuviera. El continuó, y abrazándome comenzó a bajar por mi cuello hasta mi pecho, lamiéndome. Sentirlo así, no pasó mucho tiempo para que me corriera. L soltó una pequeña risa combinada con los gemidos que le ocasionaba el movimiento de nuestros cuerpos unidos. Hicieron falta apenas unas embestidas mas para que L terminara por correrse dentro de mi; era cálido, la sensación me agradaba y ambos nos recostamos abrazados, cansados, con nuestros cuerpos sudados y nuestra respiración agitada.
-¿Era así como lo imaginabas, Raito?- enrojecí. ¿A que se refería?? Era imposible que supiera de mis fantasías.
-No, fue mejor...- lo miré- pero hay algo que falta- El me miró contrariado, pero en cuanto me incorporé supo a lo que me refería. Sentí un dolor en mis caderas y en mi interior, pero lo ignoré, a fin de cuentas sabía bien por qué dolía. Hice que L se sentara, y con movimientos seguros tomé su miembro entre mis manos mientras con la lengua lamía varias veces sus pezones, sacándole a L más de una vez jadeos, causando que se arqueara por el placer que le daba. Poco a poco fui bajando, hasta llegar a su ya erecto miembro, y comencé a probarlo, haciendo que esta vez fuera L el que gritara mi nombre. Al ver su reacción, comencé a aumentar la velocidad, saboreándote una y otra vez. Te hice temblar, jadeabas, gritaste mi nombre en una ocasión. Con esto, Watari te llamó desde la puerta, preguntando si todo estaba bien. Me detuve para que pudieras contestar. Después de que te aseguraste que Watari se había marchado, me miraste.
-Mi turno- tus ojos demostraban cierta perversión, tu mirada se clavó en mi, y me obligaste a recostarme del otro lado de la cama, colocándote a la altura de mis piernas, acariciando mis muslos. Abriste mis piernas, dejándome completamente a tu merced. Me miraste, y mientras seguías acariciando mis piernas introdujiste mi miembro en tu boca, lamiéndolo todo mientras me hacías retorcerme, las sensaciones que me diste me llenaban de placer; me hacías jadear cada vez mas y mas fuerte, involuntariamente comencé a mover mi cadera hacia ti, pidiéndote por mas y mas.
-¡¡Ryuu...zaki!! Nno te d...deten...gas- decía entre gemidos y jadeos. Tu soltaste una risa pervertida, mientras deslizabas tus manos por mi trasero, excitándome cada vez mas hasta que no me contuve, corriéndome dentro de tu boca. Soltaste una pequeña queja por ello.
-Lo.... Lo siento L- te miré sonrojado, un poco apenado.
-No importa- dijiste, te habías detenido. Estabas lleno de mi semen, pasaste tu pulgar derecho por tus labios, lamiéndolo después. Te sentaste muy cercano a mi, pude notar lo cansado que estabas. Era la 1 de la mañana. Me levanté para tomar un par de toallas, llevándolo a la tina del baño. Abrí la llave para bañarnos; y mientras se llenaba de agua y espuma te mantuve abrazado. Nos metimos ambos a la tina, cuando intenté sentarme no pude contener un gemido de dolor.
-¿Estás bien?? ¿Te lastimé mucho?- me mirabas, un poco preocupado; mientras te encorvabas como siempre. -Estoy bien, no te preocupes-me senté con cuidado, mas tu me atrajiste hacia ti, recostándome sobre tu pecho. Su respiración estaba completamente calmada; te observé y estabas sonriendo, ligeramente, pero estabas sonriendo. Me aproximé a ti para besarte, suavemente moviste tus labios junto a los míos. Suspiré, y cerré mis ojos No supe en qué momento me quedé dormido. L me despertó con un beso, ya había mucha luz en la habitación. Recogí mi ropa, estaba esparcida por todo el cuarto. Desde afuera Watari te llamaba, habían convocado otra junta de la investigación de Kira. Mientras nos vestíamos de nuevo, te sonreí.
-¿Lo repetimos otro día, mi L?-
-FIN?-