Un amor especial
Los personajes de Loveless no me pertenecen
En Tokyo había una escuela prestigiosa, mas bien un campus que sólo entraban los mejores estudiantes, su nombre era Nanatsu no Tsuki, era desde secundaria hasta la universidad. Todos los que aspiraban batallaban mucho para entrar ya que no era como las demás que entraban por influencias, si no por su desempeño escolar y eso era lo que realmente importaba.
Cerca de ahí había una casa chica, pero bonita y acogedora, tenia un hermoso jardín y era de color azul claro, era perfecta excepto por las personas que vivían dentro. Era una familia conformada por los padres y un niño de 12 años, sus padres solían regañarlo y lo castigaban a veces sin razón alguna, lo que provocó que no pudiera expresar lo que realmente sentía hacia los demás, ya que temía que se burlaran de él o le reprocharan como lo hacían sus padres. Ese niño con pequeñas orejas y cola se llamaba Aoyagi Ritsuka, en realidad era muy lindo y lo sería mas si mostrara su hermosa sonrisa, lo cual nunca hacía.
Cuando iba a la escuela siempre pasaba por aquel lindo campus que mostraba felicidad y sobretodo… libertad; ya quería terminar primaria para hacer trámites a aquel campus y no volver a su casa, pero a veces se desanimaba por sus pocas esperanzas a entrar, pero nada perdia con intentarlo.
Una mañana tenía que ir temprano a la escuela ya que le tocaba limpieza, cuando bajó las escaleras para dirigirse al comedor se encontró a su madre enojada.
- ¿Por qué te levantaste temprano?, siempre te levantas media hora después – Dijo mientras le impedía el paso al comedor
- Es que hoy me toca limpieza del salón junto con Himawari – Dijo serio Ritsuka
- Mientes, te irás a otra parte y no irás a la escuela – Gritó su madre desesperada
- No, en realidad tengo que llegar temprano, si no lo hago tendré que hacerlo la siguiente semana también, te juro que digo la verdad
- Cielo ven – Dijo su madre llamando a su esposo – Se quiere ir a otra parte de pinta, se merece un castigo – Su madre en realidad que no entendía razones
- ¿En serio? Ya lo veremos – Respondió su padre sacando su cinturón
Esa mañana se parecía mucho a lo que pasaba todos los días, los vecinos oian todo y habían llamado anteriormente a una trabajadora social quien fue a visitarlos, pero sus padres con una sonrisa de oreja a oreja habían dicho que no sucedia nada, que era un chisme de los vecinos y hacían que Ritsuka mintiera diciendo que no le hacían nada malo; después de eso no había nada que hacer ya que cualquiera que llegaba ahí se daba cuenta de que era una familia feliz, lo cual era una gran mentira.
Después de que lo golpearon salió adolorido el pobre niño con pelo azabache, pero a pesar de todo lo que le sucedía, él nunca lloraba, no quería que lo vieran de esa manera tan débil, no quería darles ese gusto, pero muchas veces quería olvidar su orgullo y empezar a llorar.
Y de nuevo Ritsuka pasó por el campus Nanatsu no Tsuki, siempre tenia vista al enorme patio que tenían, incluía una cancha de baloncesto, de futbol rápido y una de tenis, siempre había alguien jugando con toda alegría y a Ritsuka le gustaba verlos por tanta energía que emanaban.
Siguió caminando y casi al final de la propiedad del campus había un espacio libre con césped donde podían sentarse a almorzar, hacer tarea o simplemente para una siesta; cuando Ritsuka pasó por ahí se detuvo al ver a un rubio de pelo largo, sentado al pie de un árbol y estaba dibujando algo que a Ritsuka le llamó la atención ya que aquel rubio le estaba dando la espalda a la banqueta, ese rubio se veía que iba como en preparatoria, ya que aún conservaba sus orejas y cola.
Éste se percató de que alguien lo observaba, por lo cual volteó y se encontró con esos ojos violáceos.
CONTINUARÁ…