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The right thing to do por chibiichigo

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Yo puedo ser muchas cosas en la vida, menos Stan Lee ): 

Advertencia: SPOILERS de la Segunda Guerra Mundial (mentira, pero sí hay algunos sobre la película Captain America: The first avenger)

Notas del capitulo:

Esto lo escribí hace como una semana pero no me habían dado ganas de subirlo. Ahora que lo hago, espero que les guste. 

Por cierto, creo que estoy haciendo de este fandom algo más que amor pasajero :) Tal vez me instale en él y sea mi nueva casa de campo o algo...

 

The right thing to do

Por chibiichigo

 

—Oye, Tony— lo llamó una noche el Capitán América, poco después de que su pareja se hubiera volteado de su lado de la cama.

Un gruñido fue toda la respuesta que obtuvo de Stark, prueba de que lo estaba escuchando pero no le venía en gana abrir la boca para emitir algún sonido, si no más coherente, por lo menos más humano.

—¿Cómo sabes cuál es la decisión correcta?—preguntó, mientras contemplaba el techo.

—En Jeopardy, cuando te dan puntos—contestó el otro, al tiempo que se revolvía entre sus sábanas y encontraba una posición que no lo incomodara. Miró a Steve, entre extrañado y aprehensivo, no era como que el Capitán América fuera un fanático de la filosofía post coital.

—Odio que no te tomes nada en serio, Stark— le reclamó Rogers— ¿Por qué contigo todo es una broma?

El aludido no contestó inmediatamente, sino que se tomó su tiempo para estudiar la silueta de su compañero de cama y ponderar en qué tanta abstinencia estaría si contestaba su pregunta con un “Porque me divierte”. El Capitán no era particularmente rencoroso, pero tampoco era del tipo de personas que perdonaban fácil… Decidió no arriesgarse.

—¿Por qué me preguntas eso, Steve? Tú eres el Capitán América… Se supone que tú tomas siempre las decisiones correctas. Era lo que mi padre decía, al menos.

Quiso retirar la última parte de su comentario tan pronto como éste escapó de sus labios. Ése era el principal problema de procurar tener un diálogo cuando se estaba tan cansado, su cerebro presentaba un retraso comparado con lo que su boca emitía. Bufó. El sentido común y su conocimiento sobre las cosas potencialmente sexis le dictaban que no era buena idea hablar de su padre. Eso era especialmente importante cuando se encontraba en la misma cama que uno de sus coetáneos.

“Mierda, ¡qué manera de joderme la libido!” se reclamó mentalmente.  

Sin embargo, tuvo que volver su atención al Capitán, que parecía tener problemas para formular sus ideas. Tuvo la impresión de que sabía a dónde se dirigía la conversación… Y no era la mejor dirección, considerando que eran casi las cuatro de la mañana.

—Es que… pensaba en la Guerra— confesó Steve—, ¿cómo sabemos que  ir fue la decisión correcta? Los libros dicen lo que ganamos, pero nunca hablan de todas las pérdidas, Tony. Yo vi soldados morir, gente con nombre y familia, aquí sólo se mencionan las cifras— se le rompió un poco la voz.

Tony estaba sorprendido por el giro que había dado la conversación. ¿Por qué Steve no era de los que se quedaban dormidos luego del orgasmo o de los que preferían no hablar luego del sexo? ¡Vamos, incluso toleraría que fuese del tipo de personas que se enciman y se acurrucan antes de dormir pero, ¿hablar de la Guerra?!

Suspiró y se incorporó un poco del colchón. Necesitaba verle bien la cara a su pareja, ponderar qué tanto necesitaba apoyo moral en ese momento. Steve se veía mal, mucho más afectado de lo que había pensado en un primer momento.

Comenzó a acariciar su torso desnudo y su barbilla.

No le gustaba verlo así. Pese a que sabía que los temas relacionados con la guerra detonaban en él una serie de cuestionamientos epistemológicos, no lograba acostumbrarse a sus súbitos momentos de tristeza.  

Quería ayudarlo— ¡de verdad quería hacerlo!—, sin embargo, no era bueno para hablar de sentimientos. Tal vez tuviese que incorporar en Jarvis un sistema que decodificara las emociones de la gente…

“Concéntrate, Stark, concéntrate. No digas nada sarcástico ni hiriente” se repitió mentalmente, pese a que sabía que ésos eran sus dos registros automáticos. Volvió su atención al súper soldado. No podía dejarlo en esa condición tan deplorable.

Hizo su mejor esfuerzo, sólo por él.

—Supongo que sólo sabes que es la decisión correcta una vez que has observado las consecuencias— le habló suavemente, pegando su barba a la oreja de Steve. Quería tranquilizarlo, refrendarle que todos esos hombres habían muerto por una causa ulterior—. Sólo fíjate en el mundo hoy, no está dominado por nadie. Somos libres, Steve, ¿no era eso por lo que ellos dieron sus vidas?

Stark supuso que no sería bueno sacar a relucir una de las frases más famosas de su padre, en donde comparaba a la libertad con el hecho de que Estados Unidos tuviera más fuerza que nadie para imponer su ideología. Ésas eran las palabras con las que se había pretextado muchas veces cuando era un mercader de armas y en definitiva no quería causarle más conflictos a Steve.  

Le comenzó a entremeter los dedos en el cabello.

—Pero, ¿qué hay de todo lo que perdimos, por qué lo ocultan? Quieren hacernos pasar por ganadores, pero si lo hubieran vivido desde el campo de batalla estarían…

“Muertos o vueltos una capileta” completó mentalmente el pensamiento Tony. Se mordió la lengua para no decir algo que irritara a Steve. Lo dejó continuar.

—… tan arrepentidos, Tony. Yo vi morir a soldados valientes, entre ellos mi mejor amigo. En la guerra sólo hay perdedores, la única competencia es para ver quién pierde menos.

El tono agrio del Capitán no le permitía a Tony reaccionar. Dentro de su escueto registro de emociones, no había contemplado una situación tan compleja. Tenía la sensación de que ese lamento en la intimidad era el lazo más cercano que habían desarrollado emocionalmente y tenía muchísimos deseos de ayudarlo, de decirle que no estaba solo. Pero no sabía cómo.  

—Supongo que… ellos murieron luchando por algo en lo que creían, así como tú. Querían salvar al mundo y al final lo consiguieron.

Steve se encogió de hombros y se acercó al sitio donde estaba su pareja. Necesitaba sentir un poco el calor de Tony.

—Eso creo…

—Ninguno se arrepintió de su decisión. El mundo no se arrepiente ahora. Si ésa no  fue una buena decisión, no sé cuál pueda serlo…

Rogers sonrió débilmente y pasó su brazo sobre el torso de Tony. Se sentía tan cerca de él en lo anímico, tan feliz de tenerlo cerca aunque fuese un cretino la mayor parte del tiempo…

—¿Sabes, Tony? Me gusta que tu corazón todavía sirva, aunque pienses que estés hecho de transistores... 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. 

Cuenten con un M-Preg próximamente (no muy cercano, pero sí llegará)

Un abrazo. "May the tesseract be with you"


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