Llamado de la Jungla
Capítulo 1: Bienvenidos a la Jungla
París, Francia, había pasado ya un año desde la desactivación de XANA y los chicos eran enserio felices: Yumi y William se habían graduado y empezado la preparatoria, y Odd, Ulrich, Aelita y Jeremie se encontraban en su último año. Ya que Yumi ya no estaría en Kadic, a petición de ella la Pandilla había aceptado a Hiroki en el grupo, al cual le hacía feliz que los amigos de su hermana mayor lo vieran como un amigo. Los chicos se encontraban en la cafetería, charlando animadamente sobre sus planes para graduación.
-No puedo creer que en unos pocos meses nos graduaremos-dijo Aelita con una sonrisa triste.
-Si, parece que fue apenas ayer que los conocí, chicos-dijo Odd con la misma tristeza.
-Y, ¿Qué harán una vez que nos graduemos?-preguntó Jeremie.
-En mi caso todo esta planeado-dijo Ulrich con pesar-iré a la Academia Militar Rossembaun, en Heidelberg, Alemania-dijo haciendo una mueca de desagrado. Odd, por su parte, mostró abatimiento en su mirada.
-Pues en mi caso, mis padres me mandaran a la escuela Nicolli Machiavelli, en Florencia-dijo el rubio, intentando fuertemente no romper a llorar.
-Al menos la tuya no es un colegio militar, Odd-dijo Ulrich con aburrimiento, mientras apoyaba la cabeza en su mano.
-Si pero…-empezó a decir el rubio, pero su voz fue perdiendo fuerza.
-Pero, ¿Qué, Odd?-preguntó Aelita preocupada.
-El solo pensar que ya no los veré hace que me deprima-dijo muy triste, a lo que los demás bajaron la mirada también abatidos.
-Primero Yumi y William, ahora nosotros-dijo Jeremie-creo que nuestros días como la Pandilla están contados-agregó.
Mientras tanto, en el bosque cercano a Kadic, una figura encapuchada corría, como si alguien la persiguiera. Finalmente tropezó y lo que cuidaba con tanto esmero se le cayó de las manos, haciendo un ligero tintineo. Pensó en levantarlo pero oyó a sus perseguidores y, decidiendo volver más tarde por el objeto, solo pudo rezar porque sus perseguidores no lo encontraran antes que ella. Un rato más tarde, Ulrich, Odd, Jeremie, Aelita y Hiroki estaban en el bosque, el primero teniendo una "charla entre hombres" con el más joven, mientras de lejos los dos rubios charlaban animadamente con la única niña del grupo.
-Oye, Ulrich, ¿No te sientes mal porque mi hermana ya no esta aquí?-preguntó el menor interesado.
-No-contestó el mayor-poco antes de graduarse, ella y yo nos resolvimos y quedamos como amigos y nada más, principalmente porque ella se dio cuenta que amaba a William-explicó el mayor.
-Si, se que es eso, darte cuenta que tu enamoramiento no era más que una fantasía-dijo el menor.
-Pero, ¿Y Milly?-preguntó extrañado el mayor.
-Ella esta con Xavier Gosselin-contestó el niño japonés-creo que necesite eso para darme cuenta que lo mío con ella no era más que un calentón de verano-agregó, haciendo que al castaño se le resbalara una gota por la sien.
-¿Por qué siento que tu hermana nos golpearía a William y a mi si supiera que usas esas palabras?-preguntó retóricamente el chico.
En eso vio un destello rojo en es pasto, y al dirigirse a la fuente de luz se encontró con una especia de esfera de cristal rojo, del tamaño de una canica mediana, y en su interior tenia la figura en miniatura de un león rugiendo.
-¿Qué será esto?-preguntó curioso.
En ese instante un rayo lo impacto, y al alzar la vista se encontró con una especie de robots. Parecían tipos con mallas cafés, con armadura compuesta por hombreras, cinturón, botas, guantes, rodilleras color óxido, y una mascara que parecía una cara de pez. Naturalmente, Jeremie, Aelita, Odd y Hiroki se dieron cuenta de la presencia de los robots.
-¿Qué son esas cosas, Jeremie?-preguntó asustada la chica.
-No puedo creerlo, son robots-dijo sorprendido el rubio con lentes.
-Pero, ¿De donde salieron? Si vencimos a XANA hace un año-preguntó Ulrich anonadado.
De inmediato, los hombre-piraña atacaron al grupo, y Odd, Hiroki y Ulrich pelearon con ellos usando artes marciales, mientras Jeremie llevaba a Aelita a un lugar seguro. La pelea era pareja, los hombres-piraña eran muchos, pero aparentemente no eran muy inteligentes, y a los tres chicos se les hacía muy fácil el engañarlos. De pronto, de entre las sombras surgió la figura encapuchada, y al retirarse la capa resulto ser una mujer muy atractiva, de piel blanca, cuerpo esbelto, ojos verdes y bellos rizos dorados. Iba ataviada con un atuendo que parecía hecho a partir de ramas y hojas, coronada con una banda delgada color verde y oro en su frente. La misteriosa mujer traía un bastón de madera con lo que parecían enredaderas envolviéndolo, y lo usó para pelear con los Hombres-Piraña, los cuales iban cayendo con los golpes maestros que la rubia misteriosa les asestaba con su bastón. En pocos minutos, el último de esos seres cayó, y tras recuperarse de la paliza, todos emprendieron la retirada, desapareciendo como en una explosión de agua, y solo quedaron los cinco chicos y la mujer. Ulrich casi inmediatamente te le acercó a la mujer.
-Muchas gracias-dijo simplemente, mientras le ofrecía la mano a la mujer, quien solo se le quedó mirando desconfiada.
-¿Quiénes son ustedes?-preguntó la mujer a su vez, mientras veía retadora a los chicos. Ulrich fue quien contestó primero.
-Me llamo Ulrich Stern, señora-.
-Yo soy Odd Della Robbia-secundó Odd.
-Jeremie Belpois-le siguió Jeremie.
-Aelita Schaeffer-continuó Aelita.
-Hiroki Ishiyama-terminó Hiroki-¿Quién es usted?-agregó curioso.
-Soy Dulcea, Guerrera y Gobernante de Animaria-se presentó a si misma-¿Qué hacen ustedes aquí?-inquirió a los chicos.
-Estábamos en nuestros asuntos, cuando esos hombres-peces …-empezó a decir Jeremie, cuando Dulcea lo interrumpió.
-Pirañatrones-corrigió-seres bio-mecánicos, creados con maquinaria combinada con ADN de piraña, viciosos, fuertes pero no poco brillantes-agregó, dejando atónitos a los cinco jóvenes.
-¿Los conoces?-fue la pregunta de Aelita.
-Si, y al monstruo que los creó-agregó Dulcea.
Mientras tanto, a varios kilómetros de allí, en lo que parecía ser un laboratorio abandonado, un tipo grande y musculoso, con piel negra, con el pelo muy corto, incluso se le veía el cráneo y con una cicatriz en el ojo izquierdo, y una mujer con nariz ancha, lentes, frente aplastada, grandes incisivos, pelirroja, pálida y con anchas caderas esperaban pacientemente frente a un gran tubo lleno de un liquido pegajoso. El hombre calvo usaba indumentaria de cazador, mientras que la "ratona humana", camisa de seda de colores terrosos, pantalón de tela café y botas de tacón . Finalmente, el interior del tubo empezó a brillar, mostrando su contenido: un enorme cerebro, flotando en el viscoso liquido del tubo.
-Doctor Willow, señor-dijeron el hombre y la mujer al mismo tiempo, saludando al estilo militar.
-Mullion, reporte de status-pidió una voz como de anciano, que se daba a entender que salio de la maquina, era la voz del cerebro.
-Los Pirañatrones encontraron el Cristal del León, señor-anunció el hombre de color, con voz dura y áspera-pero fallaron en obtenerlo-agregó.
-Transom, los Pirañatrones son tu creación, así que, ¿podrías explicarme en qué fallaron?-preguntó el cerebro a la mujer.
-No fue 100% culpa de los Pirañatrones, señor-se excusó la mujer, tenía una voz nasal y siseaba al hablar-Dulcea mostró una gran resistencia, por no decir que, aparentemente, recibió ayuda-agregó, preocupada por la reacción del jefe.
-¿Animarios?-fue todo lo que preguntó el Doctor Willow con tono paciente, pero Mullion y Transom sabían que era el preludio de la tormenta, y cuando le dijeran…
-No, señor-empezó a decir Transom-aparentemente quienes ayudaron a Dulcea son terrícolas, humanos…-empezó a desviar los ojos mientras los cerraba con fuerza, y tras abrir uno d sus ojos, anunció-adolescentes, al parecer-dijo, antes de volver a cerrar el ojo.
Al no oír ningún tipo de reacción por parte del cerebro, Transom abrió los ojos, y ella y Mullion compartieron una mirada extrañada al ver que el Doctor Willow se había quedado repentinamente callado.
-¿Alguno de los Cristales Artificiales está listo?-preguntó Willow de pronto, extrañando a sus dos secuaces por el cambio tan brusco de tema.
-Solamente dos, señor: Pangolín y Mantis Religiosa-explicó Transom, con tono dudoso.
-Uno para cada uno de nosotros-agregó Mullion, esbozando una sonrisa siniestra.
-Bien, tómenlos, recuperen el Cristal, o si no…-Willow no terminó la frase.
-¿O si no…?-repitió Mullion en forma de pregunta, ya que su sonrisa siniestra se había vuelto una mirada preocupada.
-Exacto-fue la única respuesta del cerebro, antes de que de su tanque empezara a brillar amenazador.
Sin más, el hombre y la mujer se volvieron sobre sus talones y fueron al laboratorio de la pelirroja, antes de ponerse camino a Kadic. Mientras tanto, Ulrich y compañía se encontraban con Dulcea, todavía en el bosque, apenas dirigiendo la información que la rubia les había dado sobre los Pirañatrones, lo que aún no les decía era …
-¿Por qué la persiguen los Pirañatrones?-fue Jeremie quien hizo la pregunta. Dulcea solo suspiró.
-Buscan el Cristal del León, una antigua reliquia del pueblo de Animaria-explicó simplemente la guerrera rubia.
-¿Te refieres a esto?-preguntó Ulrich mientras sacaba la esfera de cristal de su bolsillo.
Quedó sorprendido al ver que, extrañamente, no solo brillaba más que cuando la encontró hace un rato, sino que además, parecía despedir algún tipo de calor que hormigueaba por su cuerpo. Dulcea, al ver la esfera, abrió los ojos enormemente.
-¿Dónde lo encontraste?-fue todo lo que pudo articular, pues parecía que había visto un fantasma.
-Entre la hierba, hace un rato-respondió el alemán.
Dulcea pareció meditar por unos instantes, antes de simplemente suspirar.
-Deben venir conmigo, todos-empezó a decirles a los cinco chicos, mientras su vista iba de Jeremie a Hiroki(estaban puestos en orden: Jeremie, Ulrich, Aelita, Odd y Hiroki) y viceversa-su seguridad, y tal vez la de todo su mundo, depende de que mi corazonada sea acertada-dijo finalmente, sorprendiendo a los cinco jóvenes, quienes simplemente aún no sabían en lo que se habían metido. Y esto apenas empezaba…
Continuará…