"Es amor." por sorasunao

Lo tenía frente a mí, debajo de mí para ser exacto, todo él se encontraba empapado, sus ropas se pegaban a su cuerpo

Yo lo miraba embelesado, si esto seguía así, no podría contenerme. Sus ojos cristalinos trataban de no mirarme, eran hermosos debajo de ese cabello húmedo que siempre era tan suave al tacto.

Su respiración agitada me indicaba que él estaba asustado, pero eso hacía que mi autocontrol decayera cada vez más.

Todo su cuerpo, todo él, todo su ser...yo lo quería todo, aunque podía sentir el temblor de su cuerpo, y sus manos que se aferraban a mis brazos con temor.

De pronto pude ver como aquellas hermosas esmeraldas de un verde intenso me miraban con desesperación, como si quisieran gritar que me detuviera. Pero también estaba ese algo que me impulsaba a seguir adelante.

Aquellos labios que poseía, sonrosados y dulces, me incitaban a probarlos una vez más, y así fue, me apoderé de ellos aunque podía sentir la resistencia que él ejercía.

Me separé y lentamente bajé mi mano hasta su cintura, deshaciendo el nudo del cinturón con el que traía abrochada su gabardina. Poco a poco fui retirando aquella mojada prenda, poco a poco fui quitando las que le seguían. Yo podía notar sus esfuerzos por zafarse de mis manos, sus labios me repetían una y otra vez que me detuviera, pero como siempre hice caso omiso a ellos, y solo me dediqué a tocarlo por todas partes, a repartir besos una y otra vez por todo aquel cuerpo que tanto deseo, escuchando por fin pequeños gemidos que eran callados por sus propias manos, pero que al cabo del pasar de los minutos, se fueron haciendo cada vez más fuertes y sonoros, cada vez más hermosos ante mis oídos.

Por fin me detuve...tenía que contemplar ese cuerpo, tenía que ver eso que tanto había anhelado, y así, quedé maravillando ante la imagen que se mostraba ante mis ojos...

Ese cuerpo, perfecto y completamente desnudo, mostrándose ante mí, era simplemente hermoso, con esa piel blanca y suave, esas piernas, ese pecho...esos hermosos botones, rosados y erectos, todo esto adornado por esas mejillas tan sonrojadas y esos ojos en los cuales había lágrimas. Mirándome con una expresión avergonzada y suplicándome, diciéndome con ello que me detuviera.

En ese momento me asusté, me odié a mi mismo por hacer cosas que lo lastimaban, pero cuando me incliné para besarlo nuevamente, pude sentir como sus brazos se aferraban a mi espalda como temiendo que me fuera, correspondiendo mis sentimientos y calmando el mal sentimiento que se había formado en mi pecho.

No quería lastimarlo, no quería hacerlo llorar, pero lo amaba tanto que al verlo empapado por la lluvia no pude resistirme a tomarlo completamente.

--Ritsu--

Lo llamé notando como todo su cuerpo se estremecía, así que suavemente tomé su mano con la mía, y le di un beso en la mejilla.

--Tranquilo, no voy a lastimarte --

Lagrimas cristalinas surcaron sus mejillas y yo traté de retirarlas con mi mano.

En verdad aun no podía creer que lo tuviera debajo de mi y lo estuviera viendo así, desnudo por completo y mostrándome todo su ser.

Volví a repartir besos en su rostro, y fui bajando poco a poco por su cuerpo, tocándolo todo.

Abriendo sus piernas poco a poco y adentrándome en ellas, siendo los espasmos de su cuerpo y escuchando los gemidos de sus labios.

En verdad lo amaba, y quería tenerlo entre mis brazos siempre, y tenerlo asi me hacía inmensamente feliz.

En todo ese momento no había soltado su mano, en todo ese momento le había dado a entender que nunca lo lastimaría.

Y así fue como poco a poco fui preparándolo para recibirme. Podía sentir aquella enorme felicidad estallaba dentro de mí, y todo ese calor se agolpaba en mi cuerpo al ver como mis propios dedos se adentraban en su hermoso cuerpo.

Sus sollozos llegaban hasta mi, podía oírlos claramente, y lentamente me acomodé para poder así hacerlo mío. Quería penetrarlo salvajemente hasta el cansancio, quería llenarlo completamente con mi esencia, quería decirle que me pertenecía...que lo amaba.

Me acomodé y dirigí mi hombría hacia aquella sonrosada y dilatada entrada que me hacía delirar.

Lo comencé a penetrar con lentitud, poco a poco pues jamás haría algo que lo lastimara.

Pude ver como sus manos se aferraban a las sábanas con fuerza, y como sus ojos estaban cerrados en una mueca de dolor.

No quería lastimarlo, en verdad que no quería...

Un gemido se escapó de sus labios, yo me había quedado a la mitad y pude ver como él no lo soportaría más, asi que me adentré, lo penetré completamente, llenándome de esa humedad que había surgido de aquella mojada entrada. De esa humedad que lo hacía avergonzarse de si mismo y que teñía de un intenso rojo sus mejillas.

Sonreí con ternura y cierta lujuria y comencé a envestirlo una y otra vez, lentamente, haciéndole el amor, poseyéndolo, tomándolo todo completamente, lo llené con mi esencia, salpicándolo y observando cómo se retorcía al llegar al orgasmo.

Su cuerpo...todo él estaba completamente sucio, pero eso lo hacía ver hermoso y me hacía quererlo poseer una y otra vez más.

Lo besé y limpié sus lágrimas.

--Te amo Ritsu --


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--¡¡haaaaaa!! ¡Definitivamente renunciaré!-- En el trabajo gritaba cierto chico de cabellos castaños y hermosos ojos verdes.


--jaja Ri-chan, parece que ya te has acoplado perfectamente al trabajo -- decía Kisa mientras los demás asentían afirmativamente.

--!!Urusai!! -- se escuchó un grito de un escritorio que se encontraba un poco mas apartado --¡Son muy ruidosos todos ustedes!--

--¡Takano-san, tú eres el que quedó en una fecha con la imprenta y luego no cumples!-- le gritó Ritsu molesto.

--lo siento, es hora del almuerzo, me ocuparé de eso después -- se levantó de su lugar.

--¡oye que quieres decir con que después!--

--Cállate, te he dicho que eres muy ruidoso -- Takano pasó caminando junto a él.

--¡¿haaa?! -- se giró para reclamarle y al momento que lo hizo, el mayor aprovechó y con una sonrisa besó su mejilla.

--¡que estás haciendo!--Ritsu se alejó inmediatamente y su puso completamente rojo y bastante avergonzado.

--Tranquilo, nadie vio -- El pelinegro le sonrió con burla, pues le encantaba jugar con Ritsu y ponerlo nervioso.

--¡E-ese no es el problema!-- sus mejillas seguían hermosamente sonrojadas.

Esas expresiones, esas actitudes, y reacciones  eran las que le decían a Takano que sus sentimientos eran completamente correspondidos.

Así que se dio media vuelta y continuó su camino.

--eres tonto -- le dijo.

--¡¿heee?!¡Oye no tienes derecho a...!¡Takano-san!¡Takano-san! -- lo seguía de cerca reclamándole --¡TAKANO-SAN! --







Claro que esto era amor...