Capitulo 2: Muertos vivientes
“De haber sabido que todo eso pasaría, no lo habría hecho debí tomar otra decisión”
Aquella mañana era como cualquier otra, se despertó temprano, tenía que ir a consulta, aun no podía creer que mantenía su trabajo en la clínica, Sarah se había portado como un ángel con él, al no despedirlo después de faltar durante su depresión y animarlo a trabajar, de verdad que era un ángel y se pregunto mentalmente el por qué termino con ella “Sherlock” pensó fugazmente, y claro cómo no iba a ser su culpa cuando casi la matan por una de las investigaciones del detective, y aun cuando a ella no le importo la relación no pudo seguir, pues inconscientemente lo sobreponía a ella, y finalmente decidió terminar la relación no era justo para Sarah, ella era muy buena y gracias a eso terminaron como amigos, en serio agradecía a Dios por tenerla a su lado.
Bajo a la cocina y se dispuso a desayunar, en ese momento recordó su molestia con cierta personita, suspiro derrotado, la verdad no tenia animo de enfrentarlo, se apuro lo mas que pudo y salió en dirección a la salida, para encaminarse a su trabajo, y por el mismo motivo de que se había levantado temprano podía ir caminando, al menos unas calles para despejarse, y después tomaría un taxi, necesitaba tomar aire, de verdad que lo necesitaba.
Y caminando cubriéndose del frio matutino de Londres recordó aquello que lo frustraba, sus momentos más dolorosos el cómo pudo sobrevivir a la ausencia de Sherlock.
Desde su suicidio la vida no le fue fácil, todo el tiempo pensando en el, sabiendo que no regresaría, mas una pequeña esperanza tenia, se sumía en la desesperación, encerrado durante días en el piso que compartió por tanto tiempo con su amigo solo para salir a su tumba y llorar, suplicar por un último milagro, pedirle que estuviera vivo, que no lo abandonara, que regresara, lo necesitaba. Los meses pasaron y el no podía seguir viviendo entre las cosas de Sherlock por eso se mudo, se alejo lo más posible del lugar, y trato de retomar su vida, con Sarah obligándolo a regresar a la clínica, perdió contacto con todo lo que le recordara al detective y ni una visita a la Sra. Hudson, ya no iba a ver al inspector Lestrade, para no saber de ningún crimen ya no leía los periódicos para evitar ver esos temas y pensar “seguro Sherlock ya lo hubiera solucionado”, no ya no lo hacía, le costó casi más de un año de ir con su psicóloga y de sumergirse en el trabajo reponerse, su cojera había regresado, pero poco le importaba, ya no tenía que corre por nada ni nadie, y debes en cuando aquello le ponía triste y hacia lo único que no debía hacer llorar, pero no en su casa, no en su ahora nueva habitación, si no en la tumba de Sherlock, el lugar donde menos debía estar para recuperarse, y aun que ya no la visitaba tan seguido ahí iba a desahogarse, solía hablarle como si aun estuviera vivo, le contaba su día, como había estado, lo inútiles que seguían siendo en Scotland Yard por no resolver un crimen y que de seguro el ya lo hubiera encontrado y arrestado, terminando en llanto con la misma pregunta, ¿Por qué?, eso era todo lo que quería saber “¿Por qué? Lo dejo y le insistió en que era un fraude”, lo cual John estaba seguro era mentira, el confiaba, sabía que Sherlock no era un fraude y se desesperaba por no saber qué era lo que le había orillado a tomar esa decisión, no lo entendía y después de llorar comenzaba a recriminarle el dejarlo solo, entonces se levantaba y se marchaba, y al día siguiente era como si nada pasara, por que no quería preocupar a nadie y como ya lo había hecho por casi un año decidió retomar amistades, volvió a visitar a la Sra. Hudson, la cual trataba de animarlo, y debes en cuando iba con Lestrade a tomar una copa y platicar de los casos, para luego afirmar “Sherlock ya lo hubiese resuelto” y el solo sonreía, asentía para no preocupar a nadie, era por eso que actuaba como si ya lo hubiese superado, aun que por dentro estuviera peor que antes, y cuando al fin creyó que ya no podía mas aquello sucedió.
Ven, Baker street
SH
“qué demonios” pensó al principio, alguien tenía que estar jugando con él, si eso era, dejo su móvil y siguió como si nada hubiese pasado pero a los pocos minutos pudo escucharlo de nuevo.
Tenemos que hablar John
SH
Ok aquello ya lo molesto, como podía haber alguien tan cruel para mandarle esos mensajes, la ira se apodero de él y tomando su arma, la cual había estado guardada en su cajo desde hace mucho se encamino hacia su antigua casa, en plan matare-al-idiota-que-esta-jugando-conmigo. Si ese era el plan, el cual era cada vez más convincente para él, al menos lo fue cuando llego a la casa, y abría la puerta con sus llaves, si aun las conservaba, “solo eran un recuerdo” se decían para convencerse de que era por eso que guardaba las llaves de su antiguo piso. Así de decidido iba que no supo en qué momento toda esa seguridad se esfumo cuando al entrar un sonriente “zombi” si zombi de que otra forma llamas a alguien que está muerto por más de dos años y luego lo vez caminar, lo saludaba cortésmente mientras bebía su te.
Miraba absorto como caminaba hacia él, como se fue acercando, y el parado como estatua sin poder mover ni un solo musculo, el “zombi” comenzó a llamarlo pero casi no le prestó atención, aun estaba en ¿shock?, por ver a un muerto caminar, que demonios pasaba ahí tenía que estar soñando, una mano en su hombro lo hizo despertar de su trance para mirarlo a los ojos era Sherlock ahí frente a él hablándole, bueno en ese momento solo le miraba y aun que su primer instinto fue abrasarle este cambio repentinamente.
No le dio tiempo de decir nada absolutamente nada a su favor, su puño ya estaba sobre su rostro y el otro cayó al suelo por la confusión y la fuerza recibida, para después recibir una patada en su abdomen, el cual abrazo dejando ver que le sangraba la nariz, por que si el militar lo había golpeado, y esta vez no evito ningún punto esencial en su rostro, la razón quería dañarlo claro que sí lo que se confirmo cuando al verlo caer lo pateo para que sufriera mas.
- Idiota – termino para salir dignamente del lugar maldiciéndolo por haberlo hecho sufrir por dos años y medio, por dejarlo solo, por hacerlo sufrir, y sin más comenzó a caminar sin mirar atrás, “que se creía él, ahora regresa y cree que lo perdonaría tan fácil, claro que no debía sufrir y mucho por eso le eh golpeado” se decía una y otra vez “y claro que le golpe, me dolió mucho verlo muerto” si el tenia que sufrir igual “que no entiende que yo casi me muero al haberlo perdido…” STOP, alto algo en su cerebro le dijo que se detuviera, “estoy pensando otra vez cosas raras”, después de todo eso había sonado como si él estuviera…
- Aaaa está muerta – aquel grito lo hizo salir de sus recuerdos que no noto que tanto había caminado ya estaba parado cerca de un callejón y unos chiquillos salían a toda prisa de él sin mirarle, sin pensarlo dos veces corrió al lugar encontrando frente a él a una chica de no más de 15 años tirada en el suelo a su alrededor un charco de sangre que iba de su cabeza con pequeños ríos a la parte inferior de su cuerpo, el cabello le cubría el rostro lo que hacía imposible saber quién era, se acerco cuidadosamente observando los hechos, para tomar su pulso mientras apartaba los mechones de su rostro tratando de buscar más indicios de lo que le sucedía.
Lo que observo hizo que se petrificara en el acto, sus ojos le habían jugado una mala pasada, ahí frente a él se encontraba Sherlock, sacudió la cabeza unos momentos tenía que apartar esas tontas ideas de su mente, lo cual era casi imposible tomando en cuenta lo que tenia frente ahí, al fin había notado que el cabello de la chica tenia pequeños rizos adornándole el rostro ahora descubierto, de color negro tan negro como el del detective solo un poco más largo y como para torturarlo más tenia la piel blanca incluso se atrevía a pensar que estaba mas pálida que la de su compañero, la cual contrastaba bastante con la sangre que corría por su frente y los pequeños hilos que salían de sus labios, esperen sangre, eso lo hizo regresar a la realidad la chica estaba herida, en ese momento tomo su pulso, ahora en plan soy doctor ya que el shock inicial hizo que se desconcentrara, lo noto débil pero si ahí estaba viva su respiración apenas si se notaba y rápidamente se dispuso a atenderla, recorriéndola con la mirada, sus ropas estaban algo rasgadas y tenia múltiples hematomas por todo el cuerpo, la pequeña blusa que cubría su pecho estaba hecha jirones lo que dejaba ver su estrecha cintura con algunas marcas de dedos, como si la hubieran sostenido con fuerza, noto también que esas marcas estaban en sus brazos y piernas, espera esa chica estaba usando falda, y no solo era una falda sino una minúscula que casi estaba rota quien en su sano juicio usaría una cosa así tan temprano en Londres, por dios podía darle hipotermia, rápidamente se quito el abrigo y la cubrió lo mas que pudo, en ese momento pensó en llamar a una ambulancia pero no sabía cuánto tardaría y donde la llevarían, además el hecho de que le recordase tanto a Sherlock lo llevo a caminar a la calle y parar un taxi, en cuando el chofer le miro raro por llevar una joven en brazos herida, el suplico que lo llevara lo más rápido posible a la clínica donde trabajaba, si sabía que había posibilidades de que Sarah lo matara pero tenía que arriesgarse no podía dejarla ahí, se veía tan indefensa. Durante todo el trayecto la sostuvo con cuidado para no lastimarla mas, pero tratando de pasarle un poco de calor, una vez llega a su destino pago como pudo, ya que la tenía en brazos a un y entro corriendo a la clínica, nada fácil si no puedes usar tus manos, pero lo logro y en cuanto Sarah lo miro corrió a su encuentro y le ayudo con la chica.
- ¿Quién es? – pregunto asustada y preocupada la doctora.
- No se la encontré en un callejón – respondió mientras la revisaba en una de las camillas de un consultorio.
- John
- En serio Sarah no lo sé, Salí a caminar y me la encontré, la eh traído lo más rápido por qué no se ve muy bien.
- Te peleaste otra vez con el ¿verdad? – la mirada acusadora de su amiga lo hizo detenerse de su tarea.
- Eh... no… ¿cómo lo sabes? – le pregunto ya desconcertado.
- Cada vez que te peleas con el caminas antes de llegar al trabajo, para despejarte, y yo lo noto – la sonrisa de autosuficiencia lo saco de onda, ok Sherlock está muy equivocado al creer que Sarah era igual de “tonta” como él decía que las demás mujeres que John había conocido – ¿ahora que hizo?
- El muy idiota arriesgo su vida otra vez por un estúpido caso – le respondió ya molesto.
- Así es el, recuerdas – la ironía en su voz lo molesto un poco, claro que lo sabía, el conocía muy bien a Sherlock, entendía su estúpida manía de ir y arriesgar la vida enfrentando algún criminal solo para no aburrirse, lo sabia pero no lo aceptaba, no quería que lo hirieran – será mejor que revisemos a la chica – le recordó al verlo sumido en sus pensamientos, sospechando quien era el que los ocupaba.
- Claro - dijo poniendo toda la atención a su “paciente”
- John – le llamo ella – deberías llamar a la policía – le dijo ya algo angustiada.
- Si también lo supuse al verla, llamare a Lestrade pero primero tenemos que atenderla – John suspiro cuando acabaron de atenderla, la joven tenia múltiples heridas y alguna que otra cicatriz lo que daba a entender que no era la primera vez que abusaban así de ella, por suerte no había indicio de tener ningún trauma interno solo las heridas exteriores y eso no era nada alentador, tenia desgarrados sus genitales y una pequeña abertura en su frente lo que explicaba el charco de sangre en donde la encontré, tenia leves principios de hipotermia lo que le decía que había estado tirada al menos unas 2 horas o en ese callejón con frio, dos teorías se instalaron en la cabeza del doctor la primera y más obvia alguien la ataco en la mañana aprovechando que aun estaba un poco oscuro y la segunda y mas alentadora por su escasa vestimenta era que había intentado escapar de algún lugar donde la tenían encerrada desde hace un tiempo por la cantidad de cicatrices de sus antiguas heridas, se sorprendió a si mismo pensando igual que lo hacia Sherlock y sonrió para sus adentros tomo el celular y marco un numero ya familiar en el – inspector Lestrade , necesito su ayuda, no, Sherlock está bien… en la clínica donde trabajo… si… encontré a una chica y creo que… - poso su mirada por un segundo en el cuerpo de la joven se veía tan frágil - creo que fue violada… por favor… si se que no es su área pero necesito que venga usted… vale 45 min… gracias – termino de hablar y fijo su vista en la chica que ahora seguía sin despertar, estaba loco pero que mas da ella se veía tan indefensa y el hecho de que le recordara a cierto compañero de piso no tenía nada que ver, es solo que necesitaba su ayuda – ah – suspiro de nuevo no sabía cuántas veces lo había hecho ya en el día pero sabía que no sería la última.
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PRINCIPE SOLITARIO (2)
Ambos sabían que la reina no era su madre al igual que los sirvientes más fieles a ella, pero no les importaba, la amaban igual que a una, y deseaban proteger ese reino tanto como su madre, pero entre mas crecían mas diferencias tenían uno del otro, ambos eran muy inteligentes, tenían la sabiduría y sagacidad que muy pocas personas lograban comprender, y el mayor supo cómo sacarle provecho, comenzó a inmiscuirse en las labores reales, en como gobernar el reino, para nadie era una sorpresa que el tomaría el trono una vez que la reina se retirara.
Pero el menor era diferente, su inteligencia solo se comparaba a su curiosidad, lamentaba mucho el estar sin hacer anda y solía aburrirse con facilidad, solía quedarse mirando a la gente durante horas, penetrando atreves de ellos con esos ojos azules, analizándolos, al principio los sirventés lo dejaban pasar, pero entre más creció su curiosidad también, fue entonces que le temieron, casi no hablaba y cuando lo hacía era para decir cosas que sin ser consciente de ello hería a las demás personas, nadie lo quería cerca, los demás jóvenes huían de él, las señoritas, que iban al castillo en un claro objetivo de conseguir al joven príncipe como marido eran ahuyentadas cuando el les decía en la cara lo mal que se veían al venderse y pasearse frente a él como carne en una carnicería.
La gente se alejo de él, pero poco le importa, se sumió en su mundo y no le interesaba nada, solo deseaba investigar, conocer cosas, saber el por qué de ellas, y aun cuando amaba mucho a su madre sabía bien que nunca podría ser alguien lo suficientemente digno de ser su hijo como escucho a los sirvientes una vez, pero no le importaba.