Hacía calor, calor hasta para mí.
Podías ver como el aire caliente enturbiaba las vistas del paisaje urbano, y como se te quemaba la piel al estar bajo el Sol. Era algo exagerado para el mes de Junio. Yo lo aguantaba bien, dentro de lo que cabía, pero Gazelle… imaginaos las ganas que tenía Suzuno de hacer nada. Ni salir a la calle, ni sexo, ni futbol, ni nada de nada, sólo leer frente al aire acondicionado.
Yo, mientras tanto, buscaba tonterías en Internet. Ya había buscado mi nombre, el de Midorikawa, el de Hiroto y hasta el de Osamu, y ahora mismo estaba buscando fotos de Fuusuke, a ver que clase de guarradas encontraba. En serio, no sé en que piensan las chicas de hoy en día.
Le miré de reojo. No sé de qué me sirve que se ponga pantalón corto si se niega a que meta la mano por debajo de ellos, pero en fin… Tarde o temprano se cansará, eso espero. El verano es largo.
-Suzuno ¿No te aburres? –Le pregunté con tono mimoso, mientras me acercaba al sofá gateando, dónde él estaba tumbado leyendo ese libro que, por lo visto, era más importante que yo.
-No –Contestó fríamente sin apartar la mirada de su lectura, y pasando una página para continuar como si nada.
Fruncí el ceño y le miré molesto. Ya debería saber que no me pensaba rendir porque me ignorara.
Gateé un par de veces más, hasta llegar a donde tenía reposando los pies. Me acerqué con cuidado hasta él y le besé el tobillo derecho tiernamente.
Suzuno no hizo nada.
Agudicé la mirada y refunfuñé por lo bajo. Odio cuando me hace eso, lo odio con todas mis fuerzas.
Le besé nuevamente. Un beso más largo y más sensual, esta vez un poco más arriba, pero él seguía ignorando mis besitos llenos de amor, aunque notaba que de vez en cuando desviaba la mirada del libro, aunque no fuera para mirarme a mí.
Seguí con la misma táctica, beso tras beso, subiendo poco a poco por su pierna derecha.
Ya estaba por encima de la rodilla, y mis besos empezaban a dejar una pequeña marca sobre su piel, que desaparecía a los pocos segundos de apartar mis labios.
-``Se está dejando… ¿Acaso me está dando permiso?´´-.
Estaba de lo más confiado y feliz pensando en todas las ganas que tenía de hacerlo tranquilamente en el sofá, un jueves por la tarde más aburrido que las charlas de Padre intentando explicar como se hacen los bebés, cuando noto como las piernas de Suzuno me estrangulan, dejándome inmovilizado y sin respiración.
-Estoy leyendo, déjame tranquilo. Hace mucho calor –Dijo dedicándome una mirada que hizo que para mi dejara de ser verano.
Estuvimos unos segundos mirándonos, hasta que asentí, cediendo en mi intento de “procrear”.
Apartó sus piernas de mi cuello y me empujó levemente con el pie para alejarme. Si fuera cualquier otra persona me deprimiría mucho. Eso de que tu novio te trate así es un poco deprimente, pero por suerte, -``¿Suerte? ¡Venga ya!´´- Estoy acostumbrado.
Ah… ya tendría que ver yo a Hiroto en esta situación...
-Mido~~ -Canturrea felizmente el pelirrojo.
Midorikawa no contesta.
-¿Mido? –Se acerca a él y le besa la mejilla. –Quiero hacerte mimitos Mido-chan~~-.
-Estoy leyendo-.
Hiroto se sorprende. -¿No quieres?-.
Midorikawa niega sin siquiera mirarle.
-¿Por qué no quieres cariño? ¿No te encuentras bien?-.
-Te he dicho que estoy leyendo-.
-P-pero Mido…- Hiroto está apunto de llorar.
-Cállate, no me concentro si me estás hablando-.
Hiroto sale corriendo de la habitación, replanteándose si su vida tiene sentido.
… Quizás haya exagerado un poco, bueno, que más da, lo que quiero decir es que lo normal entre los novios es que se den besos y se abracen, a ver, lo normal, y no que uno tenga que estar rogándole al otro para que este le demuestre un poquito de afecto ¿No?
Me alejé de Suzuno y volví junto a mi portátil, en ese momento él parecía quererme más que Gazelle. Me llevé las manos a la zona donde hace unos instantes había tenido las piernas de Fuusuke tratando de matarme.
-``Bueno, si hay algo que hay en Internet, seguro, eso es porno. Sólo tengo que encontrar algunas fotos de Gazelle que haya subido alguna fan loca y hacerme un apañito´´-.
Comencé a buscar de nuevo. -``Suzuno… Fuusuke´´- Tecleé en el buscador, y presioné el botón de búsqueda. Dios… la de fotos que había ¡Joder!
Lo que más me fascinaba era que hubieran conseguido sacar fotos de prácticamente todos los lugares dónde hemos estado, a ver… ¿Cómo coño ha llegado una foto de Suzuno en los vestuarios del Fire Dragon? En serio, ¿Cómo se cuelan en estos sitios? En fin…
También estaba Suzuno caminando por la calle, Suzuno comiendo helado, Suzuno… ¿Saliendo de la ducha? ¡Hey, salgo yo de fondo!
-``Bueno, Click… guardar imagen como… Suzuno saliendo de la ducha… Ya está. Una imagen más. A ver qué más encuentro´´-.
Seguí buscando, bastante motivado por el buen material que había en la red, cuando encontré un título que me llamó la atención.
-``¿Suzuno x Nagumo?´´- No tenía ni idea de que era ese documento, pero el título me sedujo.
Hice click en el título, y se me abrió una nueva página. Parecía un foro o algo parecido.
Husmeé curiosamente hasta que empezaron a salir imágenes mías y de Suzuno. Se nos veía muy acaramelados, así que pinché de nuevo en la imagen y acabé en otra web, que estaba llena de páginas y páginas de algo que parecían cómics.
Pinché sobre una, y ésta se amplió.
-``Suzuno x Haruya doujinshi´´- Me relamí los labios y me acomodé para ver a gusto ese cómic protagonizado por mí.
Y comienzo a leer y a ojear el cómic:
Estamos en la habitación de Gazelle, él está tumbado sobre la cama y yo estoy a su lado, jugando con una consola. Él se levanta y se me acerca… Me quita la consola y la pone a un lado. Está sonriéndome de forma sexy y sugerente.
-Haruya… ¿Quieres jugar a algo más divertido que eso?-
-``¡WAAH! ¡Joder! ¡Ojalá fuera así en la realidad!´´-
Yo le miró con el ceño fruncido y sonrojado. -¿Qué haces? ¿No ves que estaba ocupado? ¡Ahora tendré que empezar desde el nivel uno!-.
-``¿Qué? ¡Idiota! ¡Que se te está insinuando!´´-
Suzuno vuelve a sonreírme y se acerca a mí… y me besa.
-``¡Me encanta este cómic!´´-
El beso es profundo y apasionado. Suzuno pasa un brazo por mi espalda y otro por mi cintura, y me aprieta contra él, dejándome contra el colchón. Su lengua recorre mis labios y el interior de mi boca, y sus manos empiezan a deshacerse de mi ropa.
-`` Q-qué raro que Suzuno sea tan directo… Pero… Bueno, supongo que está bien´´
-¡Te he dicho que me dejes! –Le grito intentado apartarle de mí, pero él es más fuerte.
Pone su dedo índice sobre mis labios y los delinea lenta y sensualmente, callándome al instante.
-Haruya… -Susurra -¿No quieres que te haga sentir bien?- Su cara es de lo más atrayente, y sus ojos parecen hipnotizarme.
-Y-yo… -Tartamudeo.
-``¿Eh…? No me digas que… ´´
Suzuno termina de quitarme los pantalones y los tira sin mirar a donde. Se incorpora un poco para quitarse su camiseta y vuelve a inclinarse sobre mí.
-Déjame que te lo haga Burn… - Presiona su entrepierna contra la mía, mientras eleva mis piernas lo justo para colarse entre ellas.
-Déjame que te haga el amor~-.
-¿¿Qué?? –No puedo evitar gritar al entender el mensaje de las palabras del peliblanco en el cómic. -``¿¿Soy el de abajo?? ¡No puede ser, es imposible!´´-.
-¿Qué ocurre? – Escucho la voz de Suzuno, que me mira con los ojos bastante abiertos. Puede que mi grito le haya sobresaltado.
-N-no es nada, perdona – Suzuno parpadeó un par de veces, pero no tardó en volver a su lectura.
Qué susto, lo que me faltaba ya.
Volví a rodar mi mirada hasta la pantalla, dónde seguía la viñeta maldita, dónde todo mi esfuerzo por ser el activo durante todos estos años de relación con Suzuno, se habían desvanecido como la espuma. No me lo creía, no, no podía. No me veía a mí siendo el que se hace el difícil, y menos eso de que Suzuno me acosara por los rincones, aun que eso no me molestaría para nada.
Seguí leyendo temeroso, sin poder evitar enrojecer al ver en mi propio rostro unas expresiones tan explicitas, por no decir el resto del cuerpo.
-¡Ah! ¡Su-Suzuno! No hagas eso, no… ¡Ah!~~-.
Gazelle me besaba y mordía el cuello, mientras sus manos rondaban mi pecho y se acercaban a mi entrepierna. Su rostro estaba levemente acalorado, y algún que otro mechón se le quedaba pegado a la frente.
-Shhh… -Me manda callar suavemente, con una sonrisa pícara. –Sé que estás deseando que te haga eso y más -.
NO, NO, NO, NO… ¡Eso no es así! ¡Suzuno nunca me diría eso! ¿O sí? ¡Ahrg! Esto sólo me está dando más ganas de coger a Fuusuke, arrancarle la ropa a tirones y…
-Burn… ¿Estás viendo porno otra vez? –Oigo la voz de Suzuno preguntarme... ... ¿Qué si estoy viendo qué…?
-¿Qué..? ¿Pero qué dices Suzuno? Claro qué no –Le contesté de la forma más convincente posible. No creo que un cómic de estos se considere porno ¿O sí? Joder, últimamente no tengo respuestas para nada.
-No me mientas, te oigo respirar desde aquí – Contestó rápidamente, dejando el libro de lado un momento, para mirarme a los ojos.
-Es por el calor – Me defendí en seguida.
-¿Te pones así por unos grados de nada? –Dijo sarcásticamente –Entonces yo debería estar a punto de morir de un golpe de calor -.
Maldita sea, cuánta razón tenía.
-Vale, pues sí, estoy viendo porno ¿Algún problema? – Ya me daba igual decirle la verdad. Ahora sólo quería buscar otro cómic. Uno que me dejara en mi lugar como “líder” de la relación… Aunque realmente de líder tengo poco. Es Suzuno el que decide cuando es hora de pasar un buen rato.
-Si no tuviera un novio frígido, no tendría que hacerlo. -Añadí con tono de reproche.
-Burn, no soy frígido, es que tú sólo piensas en meter tu pene en orificios ajenos, y no es que no me guste, pero hace demasiado calor y eso me agota, y lo sabes – Intervino con su voz relajada y seria de siempre.
Le miré con recelo –A mí se me hiela el culo cuando hace frío, pero cuando es invierno lo hacemos de todas formas-. Me puse en pie y me crucé de brazos.
-Siempre estamos haciéndolo cuando tú quieres, pero nunca te paras a pensar en mí, ni en lo que yo quiero –Dejé caer mis brazos con cansancio y volví a sentarme. Gazelle me miraba fijamente, sentado sobre el sofá, con la mirada perdida en algún punto de mi cara y sin decir nada.
-Sé que me quieres, nunca lo he dudado, pero… a veces me gustaría que… -Cogí aire- Que fueras más cariñoso conmigo, no sé, como cualquier pareja… -.
Los próximos segundos fueron de completo silencio. Sólo nos mirábamos, hasta que mi chico de hielo abrió la boca.
-Lo siento, no sabía que te sentías así –Comentó entristecido, dejando el libro sobre la mesa que estaba al lado del sofá.
Verle expresar tan sinceramente sus sentimientos era algo a lo que no estaba muy acostumbrado, después de todo seguía siendo Gazelle.
Le miré con ternura y me levanté para sentarme a su lado. Luego le acaricié la nuca con cariño.
-No pasa nada, después de todo es tu forma de ser –Le sonreí para animarle un poco y le besé la punta de la nariz –Además, pese a todo siempre has sido mucho más amable conmigo que con los demás, no puedo quejarme- Pasé mi mano derecha por su mejilla y lo atraje hacia mí para poder besar sus labios.
Suzuno no replicó, y me dejó abrazarle y recorrer su espalda juguetonamente con mis dedos, dibujando curvas sobre su camiseta. Cuando terminó el beso le di uno más pequeño y suave sobre sus labios nuevamente, y después me separé con una sonrisa dibujada en la cara.
-Oye, Haruya… -Me llamó casi en un susurro – Es cierto que siempre lo hacemos cuando yo quiero, así que… -Hizo una pausa- Podemos hacerlo ahora si quieres… -Murmuró tímidamente. Estaba claro que no le gustaba nada reconocer que había sido un poco egoísta con respecto al sexo, aunque también es cierto que a veces le pedía demasiado.
Qué contrariedad. Ahora me daba pena aceptar su petición, sentía que le estaba haciendo chantaje emocional, y juro que ese no era el caso.
-Bueno, tampoco se trata de eso… - Le tumbé con delicadeza sobre el sofá, y me senté cómodamente en un borde de este –No quiero obligarte. Sí no estás de ánimo, está bien. No quiero presionarte ¿Vale? – Cogí su libro de encima de la mesa y se lo puse sobre el pecho. –Ya lo haremos por la noche si eso, cuando baje un poco la temperatura, no te preocupes – Le despeiné cariñosamente y volví a ponerme frente a mi portátil, dejándole con su libro. No me reconocía. Estaba rechazando una buena oportunidad que hacía unos minutos buscaba desesperadamente, pero supongo que eso me hace mejor novio, y en el fondo me siento orgulloso de mí mismo, aunque eso no me quita las ganas.
-Haruya… -Volvió a llamarme, con tono entristecido. Sabía que era para replicar. Sabía que ahora se sentía culpable, porque aunque se esfuerce en disimularlo, sé que me adora, y que odia verme decaído, sobre todo si es por su “culpa”.
-No es nada, en serio –Le dije con una sonrisa cariñosa –Tú sigue con tu libro –Le guiñé el ojo y volví a ponerme con el ordenador como si no pasara nada. Fue cuando miré la pantalla y me acordé de que ahí seguía el cómic ese, con un dibujo detallado de Suzuno penetrándome sobre su cama.
Por Dios, demasiadas sensaciones al mismo tiempo…
Estaba a punto de cerrar la página web, para que nadie la viera, cuando algo se estrella en mi cara. Lo cojo, y sin mirar qué es si quiera, miro a Suzuno, viendo que estaba sin camiseta, y dándome cuenta de eso era precisamente lo que tenía en ese momento en las manos.
-Suzuno, no tienes que hacerlo si no quieres, no quiero forzarte a hacer nada, s-sólo… -Ya se había quitado los pantalones y los había dejado sobre la mesa, y mi cordura empezaba a flaquear. Es difícil cuando la mente te dice una cosa, pero el cuerpo te pide otra.
-S-sólo… -No podía continuar la frase mientras veía como Fuusuke se iba desnudando, y se acercaba a mí gateando. Era demasiado fácil caer en la tentación.
-Seguro que esto -Cogió mis manos y las puso sobre su pecho, refiriéndose a su propio cuerpo- Es mejor que cualquier porno que puedas encontrar -. Y cuánta razón tenía…Otra vez.
Me miraba con ojos caprichosos, pidiéndome que no me hiciera de rogar, y por suerte ese no es para nada mi estilo.
-Está bien, un momentito – Cedí, obviamente. Cerré el ordenador y lo apagué, para poder entregarme a Fuusuke con todo, aprovechando una oportunidad tan remota, y más en verano.
-Haru… ¿Te apetece probar algo nuevo? –Me preguntó de repente, mirándome pervertidamente, con una sonrisa que era de todo menos inocente.
-¿Algo nuevo? –Pregunté mientras agudizaba la mirada y sonreía de forma prepotente. Las cosas nuevas me encantan.
-Sí, algo que no hemos hecho nunca antes – Dijo con tono seductor, pasando una de sus manos por mi cuello.
Un escalofrío me recorrió la espalda en aquel momento. Los movimientos de Gazelle, su tacto, su voz, cada gesto me recordaba a aquella viñeta que tanto me había alterado los nervios.
-¿Nunca?- Pregunté algo temeroso, esperando que esas ideas sólo fueran producto de mi imaginación por secuelas que me hubiera dejado ese maldito cómic.
-Bueno, no de esta manera –Respondió él, junto con una sonrisa que delataba unas intenciones no muy a mí favor.
¿Acaso el destino había tratado de avisarme? Me parece que ya es tarde, quiera o no lo averiguaré y… creo que me va a doler.